viernes, 29 de octubre de 2010

Nestor Vuelve

GRACIAS NESTOR - FUERZA CRISTINA

MOVIMIENTO EVITA- SAN MARTÍN DE LOS ANDES

Te lloramos Flaco
Es que a veces Dios se manda cada cagada
Es que desde arriba nos mal acostumbró tanto
Nos dio a Perón , a Evita , al Che , a De Nevares , a Mugica
A Hebe , a Estela , al Diego , a Cristina
Y no te lloramos por flojos , porque no aflojamos
Te lloramos porque nos damos el gusto
Porque Evita dijo que por dolor lloran hasta los animales
Pero por agradecimiento , sólo lloran los humildes

Gracias por confrontar apasionadamente
Por aislarnos de los que nos saqueaban y abrazar a nuestra Patria Grande
Por no quedar bien , por elegir que te insulten en las tapas de los poderosos
Por elegir el amor y la igualdad antes que la moralina de sotana y de cartón
Por tener adentro a los torturadores , por sacarnos de encima a los buitres del fondo
Por las escuelas , por los barrios , por tantas cosas

Por devolver la esperanza a un país que se hundía
Por marcar opciones , que no es todo igual
Por los pibes , que se suman convencidos
Por la memoria recuperada
Porque en cada mano, en cada cabeza , en cada oreja y en cada corazón están las herramientas para un buen homenaje

Acá en los barrios humildes la primavera nos tira una nevada
Acá en los corazones , un nudo , en los brazos un vacío que llenan los que pueden abrazar fuerte a Cristina allá en la Plaza

Acá , que no te vas y sos millones

Y allá arriba treinta mil que te festejan

Gracias, Flaco

jueves, 28 de octubre de 2010

¡LA HISTORIA NOS ESTA TOCANDO LOS HUEVOS Y LOS ARGENTINOS VAMOS A DEFENDER LO CONQUISTADO!

Ernesto Jauretche
La Plata,
con el corazón en la mano,
perdón por eso,
a las 15 hs. del 27 de octubre de 2010



Pasado el instante del estupor, la irreparable sensación de pérdida y la pena ante la vulnerabilidad de la persona humana, nos inunda la incertidumbre por el futuro. Tenemos confianza en Cristina; sí: mostró tener tantos ovarios como cojones tenía Néstor, primer Secretario General de la UNASUR y último ex Presidente de la República Argentina, cuya muerte parece señalar cierta similitud con la suerte que le tocó al primer Secretario de la Junta de Gobierno de las Provincias del Río de la Plata, Mariano Moreno.

¿Demasiado? Ni sí ni no; pasado, presente y futuro, todos hombres de carne y hueso: la historia dirá. Hoy el pueblo está llorando, no sé si es el momento de alertas públicas. Puta que la parió a la muerte. Inoportuna y desleal (nada peronista). Llorar, sí. Pero reemplazar con organización, solidaridad y amor.

No sería sano ni constructivo ocultar que, ante este alto en el camino a que nos obligan el luto y la reflexión, muchos de los viejos peronistas revivimos aquel infausto día en que murió Juan Domingo Perón. Tenemos miedo, otra vez; que la razón nos consuele. El mismo paradójico y atroz síndrome de orfandad. Lo criticamos porque estaba lleno de gorilas el gobierno popular; pero nos invadía el desasosiego: “Se murió el viejo, ¿qué va a ser de nosotros?”

No me parece que la situación del país sea parecida, sin embargo. En aquellos ya lejanos ´70 nos disputábamos un país de democracia inmadura e instituciones atrasadas como resultado de 18 años de proscripción de las mayorías y de gobiernos ilegítimos o dictatoriales; pero con una economía en pie, que el movimiento obrero organizado y la juventud combatiente supieron defender levantando el lema generoso: “Si todos los argentinos estamos mejor, los trabajadores estaremos mejor”. Además, estábamos aislados en el tercer mundo y en una Suramérica en retroceso.

La democracia de la derrota, de la renovación peronista que separó al movimiento social -la sangre del peronismo, la fuente de la militancia- del partido justicialista, convirtiéndolo en el zoombie cipayo y maloliente que nos deparó la trágica década de los 90, viene siendo superada. Ya no es 1974 ni 1983; y mucho menos 1989.

En aquellos días el país había perdido el rumbo; hoy el derrotero está trazado. No desviarse y, para no errar, inventar, crear, atreverse a erigir en realidades los sueños, por más inalcanzables que parezcan.

Hoy pensamos en cómo constituir un país. Y no pretendemos reconstruir aquel, ya perimido, que enterraron junto con 30 mil compañeros el golpe del 76 y la década menemista. No estamos velando la Patria perdida: cultivamos una nueva Nación, igualitaria y soberana; orgullosa de sus orígenes indígenas, hispano-criollos; heredera de los valores de la tradición judeocristiana y los principios de la solidaridad y el trabajo. Queremos la Patria de siempre, la de San Martín, Artigas y Bolívar: la suramericana.

Ellos vienen por todo, para atrás; y no sólo quieren regresar al 2003: vendrán otra vez por la cabeza y los pies de todos nosotros: por los radicales irigoyenistas, por los cabecitas de 1943, por los militantes de la Resistencia Peronista, por los laburantes que hicieron el Cordobazo, por los combatientes de las organizaciones revolucionarias, por los estudiantes progresistas, por los delegados de base de las fábricas, por las organizaciones libres del pueblo.

Atentos compañeros: no estamos solos y la ocasión es propicia. Entenderlo, nos obliga a redoblar esfuerzos. Brasil nos necesita, Bolivia es apenas un faro, Chile debe abrirse al destino bioceánico, Venezuela acompaña solidaria y generosa, y hasta México mira la esperanza que todos los hombres justos del mundo depositan en el destino de la América Latina como reservorio de valores y principios y como acopio de audaces novedades políticas, sociales y económicas que el mundo necesita para recobrar el rumbo de la dignidad humana y salvar a la especie de su autodestrucción.

Si la ecuación es económica, todo nos ampara, desde la demanda mundial de nuestros alimentos hasta la crisis financiera del capitalismo del agio y la especulación. Es nuestro momento. Vamos al frente, con vigor y confianza, compañeros.

Aunque ahora, a partir de su ausencia, comprobamos la importancia que tiene un caudillo en política, ojo, la cuestión que se abre no es de nombres, de personas; no se trata de pensar el simple reemplazo de un hombre. ¿Qué estructura, qué colectivo de poder, qué pedazo de Estado, qué organización política queda en pie para dar continuidad y profundizar el camino de justicia social que tan laboriosamente viene abriéndose desde 2003? ¿Cuál es el proyecto, el programa, el ideal por el que pelear?

A la hora de la previsible ofensiva del retroceso, la mediocridad y la depravación, vamos a combatir por un gobierno ético con un proyecto épico: una Nación justa, libre y soberana en la patria grande suramericana.

Un hombre de palabra

Por César Tato Díaz
Historiador y Dr. en Comunicación.

Entiendo que como mi amigo Robert Cox quien se define como un “periodista incómodo”, y como yo que también pretendo ser un “intelectual incómodo”, Néstor Kirchner fue sin lugar a dudas un “político incómodo”, sobre todo para el establishment. Y lo fue porque supo conferirle a la política nacional y latinoamericana un renovado estilo que volvería a poner los “altos destinos” al resguardo de las grandes mayorías. En efecto, las bases fueron quienes “protegieron” por así decirlo las decisiones políticas más audaces en un país y una región que venía del más recalcitrante neoliberalismo pues, baste recordar que cuando él asumió el gobierno (25/5/2003), la sociedad argentina estaba totalmente descreída de “la política” y se sabe que es la única herramienta con la que cuenta la sociedad para encontrar las soluciones o desgracias para su pueblo. Dicho en otros términos, recuperó la esperanza militante y para los militantes quienes encontraron en su persona, a un dirigente capaz de devolver las utopías pasadas y también renovadas, ya que ahora se trataba de volver a las calles para sostener las conquistas y de este modo fortalecer la democracia que venía un tanto maltrecha por no servir al bienestar general.

Instalada esta nueva relación simétrica entre dirigencia y dirigidos permitió a ambos ir por antiguas conquistas sociales, tales como el aumento del poder adquisitivo de los asalariados, las jubilaciones de las amas de casa y el respectivo aumento de las mismas, bajando por tanto el desempleo y la pobreza. Instrumentó reformas profundas en la institución más controvertida de las administraciones democráticas: las Fuerzas Armadas. Asimismo, alentó la defensa de los DD. HH. Tomó la inusitada determinación de adelantar el pago al FMI, generando de esta forma una nueva relación entre nuestro país y el organismo internacional. Introdujo reformas fundamentales en la Corte Suprema de Justicia que atravesaba el más paupérrimo momento de descreimiento popular. En suma, estimuló el rescate del sentido positivo del Estado presente en políticas sociales de redistribución y la revitalización de las banderas de justicia social, equidad y mayor igualdad y de soberanía política en un escenario en el que Argentina ha sabido hermanarse en un proyecto común latinoamericano (UNASUR) y que merced a su valentía pudo frenar el ímpetu imperialista cuando G. Bush intentó imponer el ALCA en la región.

En rigor, este “político de raza” supo despertar en personas interesadas en el destino nacional pero que no eran para nada simpatizantes de lo “nacional y popular” un sentimiento de pertenencia. Por caso, Marta, una amiga no peronista me llamó hoy por la mañana para informarme de la infausta noticia y con voz consternada me expresó un sincero convencimiento que había vivenciado con la administración de Néstor, “quien había obligado a los opositores a realizar públicas declaraciones que los pintaban de cuerpo entero, mostrando el apoyo desmedido a las corporaciones, provocando con esta actitud en algunos que no lo votamos termináramos apoyando su propuesta para sorpresa de los “progres” y “gorilas”

Lo cierto es que Néstor había tenido ya varios avisos de que su salud no estaba atravesando un buen momento. Estas advertencias lejos de amilanarlo pareciera que, al igual que a Evita, lo estimularon a seguir trabajando y militando a sabiendas de que esto era muy perjudicial para su salud.

En definitiva, Kirchner, junto a su esposa, nuestra actual presidenta, imprimieron a la política los mejores bríos de los 70s, la confianza y las ganas de volver a creer, tal vez de allí surja como un estilo K, el llamarlos por su nombre de pila: simplemente Néstor y Cristina. Modalidad que acercaron nuevamente a los jóvenes y no tanto a la militancia y a las calles.

Con seguridad, debamos recordar a Néstor por todos los logros políticos conseguidos, pero también quisiera que lo recordemos como un hombre frontal, confrontativo, pasional y, sobre todo, de palabra. Digo esto pues cumplió con su promesa de no ser reelegido y eso no se recuerda, ni se valora, en un país que se ha caracterizado, entre otras cosas, por poseer líderes políticos reeleccionistas. Aunque, su coherencia mayor en el sostenimiento de la palabra empeñada estuvo, indudablemente, en saber construir junto a la mayoría de los argentinos un proyecto nacional y popular. El cual, precisamente por serlo podrá seguir adelante –ahora con la conducción de Cristina, pues el estadista direccionó a su pueblo en la magna construcción, confiriéndole la base esencial que debe poseer todo ideario y/o programa: que cuando su líder natural no esté por las causas que fueren, el pueblo –en este caso argentino, pueda igualmente seguir por el camino trazado en pos de una digna nación que sea políticamente soberana, económicamente independiente y socialmente justa. Es decir, “se hace imposible pensar la política social sin una política nacional”, como enseñaba don Arturo Jauretche

Hasta siempre compañero

sábado, 23 de octubre de 2010

Ferreira y la especulación electoral

Aritz Recalde, octubre 2010
Repúdianos el asesinato de Mariano Ferreira y de cualquier argentino, sea cual fuera su causa. Rechazamos el empleo de la violencia como un mecanismo para resolver diferencias políticas, sin distinción de credos o de ideologías. También consideramos oportuno rechazar la utilización intencionada del hecho que hacen los medios de comunicación y los representantes de la derecha y de la izquierda. EL ASESINATO DE UN DIRIGENTE SINDICAL NO PUEDE QUEDAR ATADO A LA ESPECULACIÓN ELECTORAL.
La justicia tiene la última palabra sobre quien fue el autor material e intelectual del asesinato. Pese a eso, creemos que es llamativo que se produzca un asesinato a plena luz del día y frente a las cámaras de televisión. Asimismo, creemos extraño que se dispare sobre un dirigente que carece de relevancia política en el entramado sindical y en la acción gremial particular. El dirigente del PO no era afiliado de la Unión Ferroviaria, tema a partir de cuál se puede entrever que no se buscó en el blanco político a un adversario de poder real en la Unión Ferroviaria. La mención a un “exceso” de la dirigencia sindical, es un argumento que no por atendible, no deja de llamar la atención. La forma en que se realizó el asesinato se parece más a una acción política y psicológica, que a un exceso.
Más allá de lo dicho y pese el interrogante que tiene que dilucidar la justicia, de lo que no quedan dudas es de las operaciones que están realizando los medios de comunicación. CON EL ASESINATO SE BUSCA MOVILIZAR A LA OPINIÓN PÚBLICA EN CONTRA DE LA CGT Y DEL GOBIERNO NACIONAL. ¿Con qué motivo?: debilitar la CGT e impedir que continúe unida al gobierno nacional. ¿Por qué?: si triunfa el gobierno y se fortalece la CGT se va a aprobar la ley de participación obrera de las ganancias, se va a sancionar la ley de reforma financiera, se va aplicar la ley de servicios audiovisuales, se van a profundizar las medidas como el subsidio universal por hijo y la entrega de jubilaciones y se va a seguir impidiendo desde la UNASUR, que las derechas y el pentágono derriben a gobiernos como el de Evo Morales o el de Rafael Correa.
La derecha mediática utiliza la falta de sentido político de la dirigencia de izquierda que se presta a la especulación electoral sobre la espalda del dirigente asesinado. Los dirigentes del PO y otras fuerzas similares, culpan sin prueba y sin argumento sólido alguno a tan agravante acusación, a la Juventud Sindical, al gobierno nacional, a la CGT y a Hugo Moyano. Moyano se reunió con los trabajadores reprimidos a los que les dio el apoyo público de la CGT: eso no importaría en opinión de los medios y de la izquierda ya que es un “burócrata”. En una central con millones de afiliados, la diversidad de los entramados es inmensa y se dice muy poco bajo la acusación categoría de “burocracia sindical”. Las acusaciones de “burocracia” se generalizan a todo el movimiento obrero menos a la escasamente representativa dirigencia de izquierda. En esta operación se debilita el movimiento obrero ya que todos los trabajadores son caratulados como idiotas útiles de una conducción asesina y traidora. En especial, se trata de mostrar que el acto del 15 de octubre fue protagonizado por burócratas y potenciales asesinos.
Pese a lo que dicen por televisión los periodistas, la “burocracia de la CGT” recuperó el poder adquisitivo del salario de sus representados, recobró la paritarias, apoyó la aplicación de un proyecto de país que produjo más de 4,5 millones de empleos y actualmente y cuestión trascendente para la historia del movimiento obrero, discute en el parlamento una ley para otorgar participación en las ganancias a los trabajadores. En la CGT como en otras instituciones, hay diferentes actores y actitudes. Hay dirigentes mafiosos y honestos, negociadores y luchadores, pragmáticos e idealistas. Frente a esto, la tarea denigratoria que realizan la derecha y la izquierda solamente fortalece a los intereses de las grandes corporaciones.
El embate de la derecha latinoamericana dejó señales en Bolivia, en Honduras, en Ecuador y ya lo ha hecho en nuestro país con la desaparición de Jorge Julio López. El mecanismo es la desestabilización mediática y política y la implementación y promoción de hechos de violencia. La derecha argentina asesinó a Ferreira. Con la campaña mediática lo que busca es utilizarlo para atacar el movimiento sindical y a los trabajadores argentinos. El muerto se lo tiran al gobierno nacional, a la CGT y al conjunto de los trabajadores que marcharon el 15 de octubre en River, no solo al PO, a los tercerizados o la izquierda.
Solamente la unidad de las centrales gremiales con el gobierno nacional, pueden garantizar que se haga justicia a los culpables materiales e intelectuales del asesinato.

miércoles, 20 de octubre de 2010

ES HORA DE LA CONFEDERACIÓN GENERAL DE LOS TRABAJADORES (CGT)

Aritz Recalde, octubre 2010

El abandono del modelo económico neoliberal y la puesta en ejecución de un programa de gobierno industrialista desde el año 2003, es un aspecto fundamental para comprender la forma que adopta la discusión política y sindical actual. Una cuestión que está cambiando profundamente en relación a la etapa neoliberal, se refiere al sujeto, a las agendas y a la modalidad de los conflictos sociales. En los años noventa fue el movimiento de DESOCUPADOS (organizaciones sociales -piqueteras-) quien motorizó muchos de los conflictos y los reclamos sociales. En gran parte, los planteos se centraron en la solicitud de un piso mínimo de subsistencia (PLANES ALIMENTARIOS) y en la exigencia de fuentes de empleo para ingresar al sistema de consumo (PLANES TRABAJAR o similares). El trabajador desocupado al estar fuera de la fábrica trasladó la acción gremial a las arterias de comunicación del sistema de distribución de mercancías (calles y rutas). Además del movimiento de desocupados, la acción gremial anti neoliberal se vinculó estrechamente al sector público (Central de Trabajadores Argentinos – CTA-) y al de servicios de transporte (MTA). Los desocupados y los trabadores de los sectores de servicios públicos fueron los protagonistas privilegiados de la acción sindical de los noventa.
La modificación del patrón de desarrollo aplicado desde el año 2003, favoreció un crecimiento económico acelerado del sector privado. Asimismo y cuestión central, la inversión en obra pública fue y es, un motor de reactivación económica y una fuente de generación de empleo y de bienestar. A partir de aquí, los reclamos sindicales vuelven a tener importancia en el universo de los TRABAJADORES OCUPADOS que recuperaron las paritarias, el consejo del salario e incluso y actualmente, protagonizan el debate sobre la PARTICIPACIÓN OBRERA EN LAS GANANCIAS de las grandes empresas. La acción de huelga ejecutada en el espacio laboral y conjuntamente, a las modalidades de reclamo sindical mencionadas, denotan la dinámica del debate político y social fruto del modelo de desarrollo nacional iniciado en 2003.
En este contexto histórico, las organizaciones sociales y piqueteras pierden protagonismo frente a la herramienta gremial que organiza a los trabajadores fruto del proceso de reconstrucción del aparato productivo nacional: la CGT retoma el protagonismo perdido tras la destrucción del modelo industrial.
Tomando distancia a lo que ocurre actualmente en la CGT que crece en importancia y en protagonismo, se puede observar una profunda crisis en la CTA. La pérdida de protagonismo y la dificultad actual que atraviesa la Central, no radican solamente en la incapacidad que tienen para resolver sus discusiones internas. Por el contrario y en nuestra opinión, el eclipse de la de la CTA frente al ascenso de la CGT, se relaciona estrechamente a la modificación del patrón de desarrollo nacional. La composición social de la CTA nació estrechamente vinculada a los legados del neoliberalismo e incluyó, privilegiadamente, a empleados públicos y a los trabajadores desocupados. Luego de 6 años de crecimiento económico y de recuperación del empleo, la CGT está afiliando y movilizando al nuevo sujeto social y político.
A partir de aquí, supuestos tales como que la CTA puede ser el “PT argentino” carece, en nuestra opinión, de viabilidad histórica. Lula y el PT, son el reflejo de una dirigencia sindical que representa al universo metalúrgico de un país industrial y expansionista. En este cuadro, la posibilidad de organizar un sindicalismo con proyección política y con un programa de poder que sea similar al sindicalismo brasileño pasa, indefectiblemente, por la base social de la CGT.
La divergencia sustancial entre la CGT y la CTA no se refiere tanto a las supuestas diferencias sobre los métodos de construcción sindical, como son la democracia directa o la teorética independencia política partidaria que dice profesar la CTA - tras la última elección se ponen en duda ambos supuestos-. La cuestión neurálgica que diferencia a ambas agrupaciones sindicales es que la CGT está expresando al nuevo país industrialista que se reconstruye desde el 2003.
La viabilidad y el futuro de la CTA dependen estrechamente de su capacidad de fortalecerse tras las fuertes divisiones internas. Asimismo y cuestión importante, los trabajadores y sus delegados tienen que comprender la importancia estratégica que implica la unidad con la CGT.
En las elecciones del año 2011 vamos a discutir si continuamos con el modelo industrialista o si regresamos al país de servicios y agro exportador, que tiene sus representantes en la oposición a Cristina y en los grupos que se unieron para cortar rutas en 2008 y para poder salir en la TV del monopolio. Asimismo, en el 2011 vamos a votar para avanzar en la formación de una industria nacional, con un Estado empresario distributivo, en una América unida y con una clase trabajadora con derechos sociales y organizada sindicalmente; o si y por el contrario, regresamos a los años noventa destruyendo la industria, privatizando el Estado, dando la espalda al sur del continente y regresando a la agenda de reclamos caracterizada por la exigencia de bolsas de comida y los piquetes. La CGT lo comprendió claramente tal cual quedó evidenciado en el discurso de Hugo Moyano en acto del estadio de River Plate del 15 de octubre. Dependerá de la dirigencia y de los afiliados de la CTA, estar a la altura de las circunstancias y acompañar el trascendente momento histórico actual.

jueves, 14 de octubre de 2010

¿Que es la economia social?

Roberto Roitman
Mendoza, 14/10/2010
Por supuesto que toda economía es social y que toda sociedad tiene su manera de organizar la obtención y distribución de bienes para la provisión de sus necesidades.
Ahora bien, toda economía es social pero el mercado no crea sociedad. Desde el nacimiento de la moderna economía se la denominó economía política (Smith, Ricardo, entre otros), pensando que la política reglaba las relaciones de los hombres conviviendo en una sociedad y la economía era una parte de la misma.
Pero con el transcurso del tiempo se fue escamoteando la obvia incrustación del mercado en una sociedad y se nos trató de formar en la idea de que las relaciones de competencia y no las de colaboración, eran las "normales" y "permanentes" entre los seres humanos, priorizando objetivos individuales sobre los colectivos, lógica que se trasladó a la esfera pública.
Eso fue lo que se llamó "el pensamiento único". Por eso, cuando se producía una crisis -como la del otoño boreal de 2008- se la llamaba "catástrofe" o "tsunami", para que creyéramos que eran "naturales", no producto de la acción de los seres humanos.
Tres subsistemas que conviven
En nuestro país, como en casi todo el mundo, coexisten tres subsistemas en la provisión y distribución de bienes o servicios: el Mercado, el Estado y el de la Economía Social. Estos tienen tres lógicas diferentes. En el subsistema orientado por el mercado la lógica que prevalece es la del afán de lucro y la acumulación de capital. En el estatal, la lógica es la construcción de legitimidad y el incremento del poder político.
En el sector de la economía social lo que se propone es asegurar el nivel y calidad de vida ampliada para sus miembros. Si bien los tres subsistemas coexisten en el espacio y en el tiempo y tienen fluidas relaciones entre ellos, la dinámica de cada uno es totalmente diferente.
El vigoroso resurgimiento de la economía social en la agenda pública no sólo es reflejo de la falta de respuestas para toda la sociedad de los otros dos subsistemas sino de su crecimiento real y teórico verificado. Por ende, es imprescindible una legislación que contemple las nuevas situaciones que la sociedad ha desarrollado.
El Siglo XXI se caracteriza, además, por una separación entre la producción y la generación de empleo. Esto es: con la masiva incorporación de la informática, la biotecnología y las telecomunicaciones a los procesos de producción y distribución de bienes y servicios, hoy se produce más con menos gente.
Dicho de otra forma, el crecimiento del Producto Bruto Interno no garantiza la generación de empleo suficiente para la cantidad de personas que intentan incorporarse al sistema. De ahí que esa vieja cuestión de que una cosa es el empleo y otra es el trabajo, se hace más visible y relevante, demandando nuevas respuestas e instituciones.
La aparición de numerosas formas de "ganarse la vida" nos invade y, con ella, la necesidad de recuperar un destino colectivo. O sea: los proyectos individuales de miles de pequeños emprendedores logran un nuevo sentido (y mayor eficiencia) si son ensamblados de manera asociativa. Éste es también el rol de la Economía Social.
A los tradicionales esquemas de prever el futuro (jubilaciones, pensiones, mutualismo de salud, seguros de invalidez, sepelio, etc.) frente a los cuales surgieron las mutuales y formas cooperativas de enfrentar el consumo, la producción, el empleo, la vivienda, el crédito, etc., se le suman estos "nuevos" desafíos que tienen que ver con el asociativismo, el microcrédito, el voluntariado, la economía de los cuidados, los clubes de trueque, el comercio justo, la moneda social, por mencionar algunos, del universo de soluciones de las que hacen a que los hombres seamos parte del mismo proyecto colectivo. O sea: una patria, una sociedad que nos contenga a todos.
La economía social es mucho más que la nave insignia de las cooperativas y mutuales, ponderando adecuadamente el importante rol que instituciones de esta naturaleza cumplen en el tejido económico y social de nuestro país y de nuestra provincia. Véase si no, sólo como ejemplo, el rol de las cooperativas de servicios de agua potable y saneamiento en el mapa provincial.
Algunos estudiosos recomiendan que para caracterizar a una institución como integrante del sector de la Economía Social, se debe atender al cumplimiento o no de los objetivos declarados para su constitución, así como a la vigencia efectiva en su seno de relaciones democráticas y participativas, mucho más que a las formalidades jurídicas, o sea su declamado propósito. Esto es porque a veces encontramos entidades que bajo formas de economía social, disfrazan otro tipo de relaciones.
Por lo menos, esto es lo que pensamos los que nos alineamos en que la regla para no equivocarse es que el capital debe estar al servicio de la economía y la economía debe estar al servicio del hombre.
URLhttp://www.losandes.com.ar/notas/2010/10/14/que-economia-social-otra-economia)-20884.asp

domingo, 10 de octubre de 2010

Aniquilar o Restaurar

El proyecto político del terrorismo de Estado.
Gonzalo Pedano



Descarga el libro completo aquí



INTRODUCCIÓN
[…]Una sociedad humana puede estar interesada […] en pérdidas
considerables, en catástrofes que provoquen, según necesidades
concretas, abatimientos profundos, ataques de angustia y, en
último extremo, un cierto estado orgiástico.

Georges Bataille, La parte maldita.


El presente trabajo es el resultado de un conjunto de investigaciones realizadas a propósito de la problemática del terrorismo de Estado y de las violaciones a los derechos humanos que le son características. El plan general del mismo se aboca a la tarea de caracterizar y analizar al terrorismo de Estado, no tanto desde sus aspectos y consecuencias económicas, sino fundamentalmente desde el conjunto de prácticas propiamente políticas que le fueron constitutivas.
Es extraño, sin duda, el propósito que pretenden alcanzar estas páginas. Llevar la filosofía a lugares que no ha recorrido con asiduidad e insistencia, dista de ser un quehacer familiar a nuestro pensamiento. La sala de torturas de un Centro Clandestino de Detención, las fosas comunes, los enterramientos masivos, la apropiación de menores, los engranajes sórdidos de una máquina de aniquilar, el sueño de una restauración total y definitiva. Sin embargo, objetivo éste perseguido no en vano. Es así que uno de los teóricos más preclaros del autodenominado «Proceso de Reorganización Nacional» pretendió delimitar cuál era la función que debía cumplir la filosofía en el marco de la cruzada emprendida por las fuerzas del orden: «vivimos en un mundo cuyo símbolo más expresivo es el fragmento. Ya hemos visto en el capítulo anterior, hasta qué punto la realidad ha sido fragmentada en realidades, el conocimiento en una serie de especializaciones, la continuidad de la vida histórica en una enconada ruptura de generaciones, el oficio unitario de ser hombre en una atomización de ocupaciones con sus éticas particulares y sus funciones excluyentes. Partes, átomos, fragmentos. La filosofía no puede sino ser nuevamente un principio de unificación, brindar visiones de conjunto. A la idolatría del fragmento debe oponer una vocación por el todo; a las significaciones parciales, la búsqueda de una significación última y fundante».1 Los ideólogos del Proceso quisieron reestablecer a la filosofía en su trono y coronarlacon la noble tarea de encontrar el centro último y fundante de una sociedad que se veía
amenazada, según sostenían, por un peligro constante. Obviamente, al coronarla de ese modo se estaban coronando, a su vez, a sí mismos, reservando para sí la capital tarea de encontrar nuevamente el centro último y fundante. Heraldos y propulsores filosóficos del régimen.
Con esto, pretendo insistir en un aspecto en particular a desarrollar en el presente trabajo. En la puesta en marcha del proyecto propiamente político de la última dictadura, las Fuerzas Armadas no estuvieron solas. Un vasto sector académico e intelectual teorizó de una manera profusa sobre tal proyecto. Es que una violencia de tal intensidad como la ejercida por las fuerzas de seguridad, no podría haberse puesto en práctica, al fin y al cabo, sin un conjunto de concepciones que le dieran legitimidad y aceptación en un considerable sector de la sociedad argentina. Allí, un conjunto de intelectuales hicieron valer toda su formación y capacidad conceptual. ¿Quiénes fueron? ¿Qué decían? ¿Qué enseñaban en sus cátedras? ¿Qué sostenían? ¿De qué tradición política se proclamaban herederos? Preguntas éstas que espero poder responder. Es que el terrorismo de Estado tuvo su propia ontología, una verdadera metafísica de verdugos, una auténtica filosofía de asesinos. Algunos de sus elementos más destacados pretenden ser analizados aquí. Las consecuencias políticas y sociales de las prácticas características del actor mencionado son por todos conocidas: las máximas violaciones a los derechos humanos en la historia reciente de nuestro país. En el análisis y caracterización de las mismas, algo se estremece. Es que el rostro del viejo Dios cristiano y occidental deja ver sus contornos tras el llanto, el grito y la muerte. La genealogía de estas prácticas insiste en mostrar una y otra vez el carácter temporal de las mismas, su contingencia, sus condiciones de aparición y puesta en funcionamiento.
Insiste en desarrollar una crítica a los valores de una civilización occidental y cristiana mostrandolas funciones políticas de sus tecnologías de poder y sus efectos más sórdidos. En el cumplimiento de esta tarea se da experimento a una filosofía que ya no reserva para sí la tarea de encontrar el centro último y fundante ni tampoco la de establecer el principio de unificación. Toda esta vieja metafísica de verdugos, con sus sacerdotes e intelectuales, con sus teóricos y predicadores, fueron elementos constitutivos del horizonte de sentido característico del terrorismo de Estado. Horizonte de sentido al que no pertenecemos, ni queremos tampoco pertenecer.

Gonzalo Pedano
Córdoba, 11-07-08

Debates del presente para construir un mejor futuro

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