martes, 27 de diciembre de 2016

LA MUERTE DE JOÃO GOULART



JOÃO VICENTE GOULART MANTIENE LA SOSPECHA DE QUE SU PADRE, JANGO, FUE ASESINADO POR EL PLAN CÓNDOR

“Es casi imposible hallar pruebas categóricas después de 37 años”
El hijo del ex presidente de Brasil habla sobre el exilio de Goulart y los entretelones de la amistad que lo unía con Perón. Cree que el peritaje del cadáver no es concluyente sobre las causas de su muerte.

“El general Perón recibió al presidente Goulart de pantuflas en Madrid, Hola Janguito, le dijo, ellos eran viejos amigos, hablaron de la recuperación de la democracia en Brasil, yo tenía 15 años, fue una charla que nunca olvidaré”. Joao Vicente Goulart cuenta que tomaba nota de las reuniones de su padre durante el exilio iniciado en 1964 tras ser derrocado por los militares, y tiene “muy fresco” el registro de aquella cita en Puerta de Hierro.

“Ese encuentro con Perón fue un momento importante para mi padre, que a partir de esa charla él terminó de decidir que dejaría Uruguay donde la situación era muy complicada para radicarse en Argentina”, cuenta Joao Vicente en un español rioplantense durante esta conversación de más de dos horas en su departamento de Brasilia, al cumplirse 40 años de la muerte del mandatario en su estancia de la provincia de Corrientes.

“Qué cosas que tiene la historia, quién se hubiera imaginado que en el año del aniversario del fallecimiento de Jango, del presidente, de esa muerte que nosotros seguimos sospechando que fue un asesinato ordenado por la dictadura brasileña con la complicidad de la de Argentina, íbamos a estar viviendo bajo un gobierno golpista como es éste de Michel Temer”.

–Le propongo volver al verano madrileño del 72.

–Mi padre y yo estábamos en un hotel, suena el teléfono, atiendo y del otro lado me dicen “Habla el general Perón”, me quedé helado, allí se marcó el encuentro, y nos fuimos para Puerta de Hierro donde el que salió a atendernos fue el brujo López Rega, muy atento, servía café, estaba al tanto de todo.

Perón y Jango se conocían desde los años 50, cuando mi padre era un hombre de treinta y pico de años, por eso Perón lo llamaba Janguito y mi padre lo trataba de presidente.

Papá quedó entusiasmado porque Perón le aseguró de que cuando volviera al gobierno argentino iban a estar dadas las condiciones para que viviera seguro en Buenos Aires, y desde allí poder preparar su retorno a Brasil para sacar a los militares. Perón era un tipo imponente, convincente y sus palabras fueron esperanzadoras. Mi padre vivía pensando en el retorno. Había planeado todo para regresar a Brasil para presionar a los militares por la transición y sabía que necesitaba un plafón internacional. Tenía buenos contactos con el senador norteamericano Ted Kennedy y estaba organizando una visita al Vaticano, como parte del respaldo internacional.

Con Perón estando en la presidencia, Argentina se iba a convertir en una especie de plataforma para los demócratas que habían sido expulsados por las dictaduras sudamericanas. Acordate que a Buenos fueron a vivir el presidente derrocado boliviano (Juan José) Torres, que también quería volver a su país, los uruguayos Zelmar Michellini (senador) y Gutiérrez Ruiz (diputado), que estaban reorganizando la resistencia democrática.

–Ustedes vivían en Uruguay desde 1964

–Sí, allá nos radicamos con mi padre, mi madre y mi hermana tras el golpe. Siempre nos vigilaron los servicios brasileños y uruguayos, desde que llegamos, por eso mi padre se movía con ciudado, y con el correr de los años las cosas empeoraron considerablemente. Uruguay era casi un apéndice de la dictadura brasileña, estaba infectados de agentes, de agregados militares, la coordinación que había era total, y con la supervisión de Estados Unidos, no te olvides que a Uruguay vino a coordinar la represión Dan Mitrione, el norteamericano que antes había estado haciendo lo mismo en Brasil, y que luego fue secuestrado por los Tupamaros.

–Historia contada en la película Estado de Sitio.

–Allí se ve cómo la guerrilla tiene información sobre el accionar norteamericano en Brasil y Uruguay, y de cómo se iba cerrando el cerco en Uruguay hasta que llegó la dictadura de 1973. Pero antes de la dictadura ya se vivía un sistema autoritario. No había más condiciones de vivir con un mínimo de seguridad en Uruguay.

Mi padre sabía que estaban sobre sus pasos. Antes de viajar a Madrid en 1972, pasamos por Ginebra donde se nos informó que mi padre estaba en la mira para ser asesinado. Incluso un grupo de Tupamaros se comunicó con mi padre para decirle que si alguien lo secuestraba no iban a ser ellos, que ellos lo respetaban mucho y nunca harían eso, pero que se cuidara de los militares. Con toda esa situación complicada en Uruguay en 1973, y con Perón de vuelta en Argentina, nos vamos a Buenos Aires donde alquilamos un departamento de dos cuartos en Barrio Norte, creo que era Juncal y Ugarteche.

Jango se radicó en Argentina con la cédula de identidad y los documentos en regla que le facilitó Perón, luego de que el Ministerio de Interior uruguayo le negó los papeles, porque en ese entonces Uruguay era un títere absoluto de Brasil.

En todo ese contexto estar en Argentina era todo lo que necesitaba para organizar el retorno a Brasil. Jango llegó con mucha esperanza, pero las cosas comenzaron a complicarse, empezaron las matanzas de la Triple A, y ya no era fácil que Perón lo recibiera.

–¿Hubo más reuniones con Perón?

– Jango lo vio de vuelta en la residencia de Olivos, en 1974, pero le costó mucho arreglar la reunión. López Rega obstruyó las relaciones con Perón. López Rega ahora era el hombre fuerte y sabía que papá se comunicaba con la izquierda del peronismo. Mi padre era un político de diálogo, tenía buena relación con Jorge Antonio, que nos había facilitado el encuentro en Madrid, y al mismo tiempo tenía algunos contactos con gente de Montoneros, no por afinidad ideológica, pero igual conversaba.

Esta charla con Perón en Olivos fue corta, no tuvo el clima de la charla en Madrid, Perón ya estaba medio enfermo. Yo no estuve, pero papá me contó que Perón ya no era el mismo, me dijo que estaba fuera de la realidad, lo vio muy cercado por gente de la derecha. Fue el último encuentro. Después papá estuvo en el velorio de Perón y fue una de las personas que se pudo acercar y puso la mano sobre el cajón. Eso lo vi por televisión, yo no fui al velorio. La muerte de Perón lo preocupó mucho, al año siguiente mi padre nos envió a mi hermana y a mí a estudiar a Inglaterra, él temía por nuestra seguridad.

La pista del veneno
El 6 de diciembre de 1976 Jango Goulart murió en su estancia de Mercedes, en el interior de Corrientes, de un paro cardíaco, según el laudo médico, “pese a que no se le hizo una autopsia ni en Argentina, ni en Brasil, donde fueron llevados sus restos, la dictadura prohibió terminantemente que la hicieran, todo lo que ocurrió fue muy sospechoso, para nosotros la posibilidad de un envenamiento sigue siendo una hipótesis importante” señala Joao Vicente, autor de “Jango y yo, memorias de un exilio sin vuelta”, lanzado precisamente el pasado 6 de diciembre.

–El cadáver fue exhumado en 2013 y no hubo pruebas de envenamiento.

–No hubo pruebas concluyentes. Esto quiere decir que no se puede asegurar que lo envenaron, pero tampoco hubo pruebas concluyentes de que fue una muerte natural. Es casi imposible encontrar evidencias categóricas de un crimen en un cuerpo después de 37 años, la exhumación fue en 2013. Pero para nuestra sorpresa los peritos que analizaron sus restos encontraron una substancia química extraña, que tendrá que ser estudiada en profundidad. Nos dijeron que esa sustancia puede confirmar la hipótesis del veneno, pero esto necesita de más exámenes.

–¿Qué le hace suponer que fue envenenado?

– En primer lugar las circunstancias políticas, en 1976 el Plan Cóndor mató a Michellini, Gutiérrez Ruiz y Torres en Buenos Aires, tres amigos de mi padre que también estaban organizándose para restablecer las democracias sudamericanas. Ese año también fueron muertos, o murieron en Brasil, en situaciones poco claras, el expresidente Juscelino Kubitschek y Carlos Lacerda, dos políticos de centro que habían formado con mi padre un Frente Amplio para oponerse a la dictadura brasileña. Y después están las sospechas de que le introdujeron sustancias tóxicas en la medicina que tomaba habitualmente. No estamos partiendo de una mera especulación sino que nos basamos en varios indicios.

–¿Cuál es la pista del veneno?

– Son varias informaciones que confluyen en la misma idea. Una nos fue dada por el exagente uruguayo Mario Neira quien nos contó cómo se planeó el envenamiento con muchos detalles, con informaciones que yo pude confirmar en algunos casos. Ese testimonio incluye un encuentro entre uno de los jefes de la represión en Brasil, Sergio Fleury, con el jefe de la estación de la CIA en Uruguay, Frederick Latrash, que es un personaje de peso en los servicios norteamericanos y había estado antes en Bolivia y Chile, donde hubo otros golpes. En esa reunión de Fleury y Latrash en 1976, en Uruguay, se habría pactado la muerte de papá. Esa posibilidad se hace más importante cuando vemos que en Chile, donde estuvo Latrash, se habían desarrollado armas químicas para eliminar a enemigos de Pinochet. El químico a cargo de ese proyecto era Eugenio Berríos, un personaje asesinado en Uruguay en los años 90, en un caso que parece haber sido una quema de archivo.

Y con el correr de los años se descubre que esas armas químicas habrían matado al expresidente Eduardo Frei. Estuve en Chile y hablé con el juez Alejandro Madrid, a cargo de ese caso, y volví con más elementos para decir que la muerte del presidente Jango no fue natural. Por eso hemos pedido que se interrogue a Latrash, al ex agente de la CIA Michael Townley, que tiene varios atentados del Cóndor en su prontuario y trabajó con el químico Berríos y por supuesto a Henry Kissinger.

Es prácticamente imposible que Kissinger ignorara que mi padre estaba en la mira del Cóndor. Hay un documento de 1972 en el que se ordena a los agentes de la CIA y otras agencias que se informe al gobierno norteamericano antes de la eliminación de un presidente o un ex presidente. Quiere decir que si se tomó la decisión de matar al presidente Jango esto tenía que ser avisado a Washington para recibir la luz verde.

– ¿Cree que Kissinger será interrogado?

–Nosotros requerimos que Brasil solicite a las autoridades norteamericanas que se haga la audiencia, pero sinceramente no creo que el gobierno de Temer, por su condición de golpista y subordinado a Estados Unidos, haga algo para ayudar a este pedido. Lo que nos da alguna esperanza es que la procuradora federal Suzete Bragagnolo haya anunciado el pedido del interrogatorio a Kissinger hace dos semanas.

Una gambeta de Pelé
En Uruguay Goulart se hizo hincha de Peñarol y su hijo de Nacional, mientras en Brasil el dictador Emilio Garrastazú Médici recibía a la selección campeona del mundo y alzaba la Copa Jules Rimet junto a Pelé, artífice de la victoria en el Mundial de 1970 jugado en México. “Brasil, ámelo o déjelo” fue el lema a través del cual el régimen se promovía a sí mismo enancado en la euforia popular por el logro deportivo. Aquel 1970 fue uno de los años más duros de la represión interna, mientras en el exterior los agentes brasileños espiaban y secuestraban opositores, así ocurrió en Uruguay y en Argentina, a través de operativos en los que ya se ponían en acción la cooperación represiva que se formalizó años más tarde con el surgimiento del Cóndor.

–¿Pelé estuvo en Uruguay con Goulart?

–Fue una anécdota interesante, yo tenía unos 12 o 13 años, me acuerdo porque era todo un acontecimiento ver a los jugadores de la selección brasileña que había ido a jugar un amistoso en Uruguay.


La gente, o alguien de la selección se comunicó para decir que querían ver al presidente Goulart, y finalmente vinieron, con el capitán del equipo que en esa época era Wilson Piazza. Mi padre los recibió, se saludaron y Piazza le dijo “lamentablemente nuestro rey Pelé tuvo una gripe política inesperada y no pudo venir” y papá le respondió “no se preocupe muchos tienen miedo de aparecer al lado mío, esto es normal”.

lunes, 26 de diciembre de 2016

Trump y el naufragio del ‘sueño americano’

Juan Carlos Schmid
Secretario general de la CGT
23-12-16


            El triunfo del empresario Donald Trump en las elecciones estadounidenses merece una reflexión, tratando de interpretar qué significa para quienes integramos el mundo del trabajo. Hay dos motivos claves para hacerlo. Por tratarse de la primera potencia mundial, lo ocurrido allí tiene repercusiones globales que, de un modo u otro, habrán de afectarnos. Pero, sobre todo, porque puso en evidencia algunas realidades que van más allá del resultado electoral.
            Esa reflexión es tanto más necesaria cuando muchos de los que consideraban “imposible” que Trump llegara a la presidencia y calificaban de “mediática” su candidatura ahora lo catalogan como “populista”. Es un término que últimamente muchos comentaristas aplican a diestra y siniestra, a políticos y gobiernos de los más diversos signos ideológicos y modos de proceder. Lo hacen valer tanto para el chavismo venezolano como para el PT brasileño, los conservadores ingleses que promovieron la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, los “indignados” españoles que formaron Podemos… y, claro, para el peronismo. Y como si esto fuera poco, ahora también para Trump.

Populismo
            Es necesario aportar algo de claridad cuando se habla de populismo, un concepto que los estudiosos desde hace rato vienen debatiendo sin ponerse de acuerdo. Para unos, se aplica a movimientos liderados por caudillos que no tienen muchos miramientos por la “calidad institucional” a la hora de gobernar; para otros, es la expresión “radicalizada” de la democracia de masas; otros hacen hincapié en la composición social popular de quienes los apoyan; otros, en los programas socioeconómicos que proponen. Pero ninguna de las muchas definiciones académicas posibles es aplicable al “fenómeno Trump”. Lo que está ante los ojos de quienes quieran ver es algo mucho más preocupante: es la consagración de un oportunismo que medra con la tragedia social de nuestro tiempo.

El gran naufragio
            Hay un término marítimo que me parece muy apropiado para este caso: raquear. Es la acción depredadora del que va a la zona de un naufragio no para rescatar posibles sobrevivientes, sino para apoderarse de lo que pueda haber quedado de valor, flotando en las aguas o arrojado a las costas. La victoria electoral de Trump se parece mucho a un raqueo. Está montada sobre una gran tragedia: el naufragio del tan mentado “sueño americano”, sobre el que se forjó el modelo estadounidense. La imagen de esa sociedad crisol de razas, donde cualquier persona, con voluntad, trabajo, esfuerzo y estudio tenía una oportunidad y podía forjarse un futuro, desapareció en las aguas turbulentas de las últimas décadas.
            Esta realidad no es tan evidente en los centros de las grandes ciudades costeras norteamericanas, corazón de las finanzas, el comercio, el turismo, la diplomacia y las “altas esferas” políticas, que es la geografía donde viven las elites dirigentes y que suelen recorrer los visitantes del exterior. Pero en lo profundo de Estados Unidos, una creciente masa de la población sobrevive como náufragos en el país de los sueños rotos, de las expectativas fallidas, de las frustraciones.

Cinturón de óxido
            Es la Norteamérica rural, donde antes predominaban las granjas familiares, que se endeudaron para tecnificarse y competir con las grandes corporaciones, y a las que los sucesivos “rescates crediticios” de los grandes bancos llevaron a la ruina.
            Es la nación donde el desmantelamiento fabril ha creado un “cinturón de óxido”, formado por los cordones industriales desactivados, donde maquinaria e instalaciones se oxidan en el desuso, como se oxidan también las vidas de quienes trabajaban en ellos. Ciudades que supieron ser emporios de la producción hoy parecen una mala postal de Ciudad Gótica. Con un ejemplo alcanza: en Detroit, la meca de la industria automotriz, el cierre de plantas hizo caer en picada el cobro de los impuestos y tasas municipales, a tal punto que la ciudad se tuvo que declarar en bancarrota.

La esquizofrenia capitalista
            En esas ciudades se comprueban la brutalidad y la esquizofrenia del capitalismo moderno. Los bancos, que incentivaron a la población a tomar préstamos para seguir alimentando el bienestar ficticio, armaron una escandalosa burbuja financiera, vendiendo las carteras de esos créditos. Y cuando la burbuja estalló, no dudaron en desalojar a quienes ya no podían pagar las hipotecas, aunque no tenían a quien venderles esas viviendas ni podían hacerse cargo de mantenerlas. Barrios enteros decaen en el abandono, mientras sus antiguos habitantes engrosan la población que vive en casas rodantes y las muchedumbres de los “sin techo”.
            Esos trabajadores que habían visto a sus abuelos regresar como héroes de la Segunda Guerra Mundial y que vieron a sus padres esforzarse y progresar, viviendo realmente un genuino período de crecimiento y consumo allá por los años 60, a lo largo de su propia vida adulta han padecido el deterioro de sus empleos, sus ingresos, su capacidad de ahorro y de consumo y de sus esperanzas. Comprueban que viven peor que sus padres y sus abuelos; y lo que es mucho más grave, ven que el presente y el futuro son todavía mucho más sombríos para sus hijos.
            Es un panorama que nos resulta muy familiar a los argentinos; en nuestros conurbanos vivimos realidades similares. Es lo que el papa Francisco ha caracterizado como la “cultura del descarte”, un despilfarro global que no se detiene ante nada, ni siquiera ante los seres humanos.
            El crecimiento en Estados Unidos de las adicciones alarma a las autoridades y a las instituciones no gubernamentales. Incluso más grave es el aumento del consumo de alcohol, que en algunos estados alcanza a un cuarto de la población trabajadora que, sin acceso a otro entretenimiento, pasa su tiempo libre en el bar del pueblo, tomando una cerveza tras otra.

Desempleo
            Todo esto puede parecer contradictorio con el índice relativamente bajo de desempleo de Estados Unidos. Pero lo que se perdió, acelerada y dramáticamente, es el empleo de calidad. Los obreros industriales despedidos han tenido que aceptar empleos de menor calidad, por una cuarta parte de lo que ganaban antes y sin acceso a ninguno de los beneficios de una sociedad capitalista avanzada.
            Mandando a pique el sueño americano, el egoísmo globalizado del sistema ha ido arrojando los restos del naufragio en una acumulación de excluidos, de vidas precarizadas, sin horizonte ni esperanza.

Responsabilidades compartidas
            Para que así fuese, mucho tuvieron que ver dos figuras señeras de la política estadounidense de las últimas décadas. Aunque aparecen como contrapuestas, las dos contribuyeron a un mismo resultado. Una de ellas fue Ronald Reagan, que en los años 80 emprendió la llamada “revolución conservadora”. Rodeado de una corte de “científicos sociales” desaforados, dedicados a experimentar sobre una sociedad que aún mantenía ciertos equilibrios, aplicó el conjunto de recetas que en su dudoso honor se recuerdan como Reaganomics y que el resto del mundo suele llamar “neoliberalismo”. Con ellas comenzó a cavar la tumba del sueño americano. Pero, como ha demostrado también la historia de otros pueblos –entre ellos, el nuestro–, para destruir el tejido social no alcanza con los que emprenden esa tarea cuchillo en mano y anunciando sus propósitos. Suele requerirse también que venga alguien prometiendo todo lo contrario. Este papel le correspondió a Bill Clinton, quien puso la lápida sobre los restos del American dream. Sembró expectativas al presentarse como lo opuesto a Reagan, pero la famosa frase que signó su campaña, “Es la economía, estúpido”, mostraba la triste realidad. Los grandes capitalistas entendieron el mensaje, lo aceptaron y actuaron en consecuencia. La “economía”, entendida por ellos como incremento ilimitado de la tasa de ganancia, de la “productividad” y la “eficiencia” a todo trance, chocaba con los niveles de vida de la mayoría de los estadounidenses. Y si no lo podían conseguir en Estados Unidos, lo harían en China, Vietnam, Malasia, México, o cualquier otra localización donde instalar sus negocios, sin tener que hacerse cargo de la “felicidad popular” y sus “altos costos”.
            En este marco, el cúmulo de descartados, de arrojados por el hundimiento, fue alzándose hasta formar una montaña. Las sucesivas crisis financieras especulativas, consecuencia también de ese mismo capitalismo voraz, se encargaron de hacerla crecer hasta límites insospechados. Si hace ocho años una parte considerable de la población depositó sus esperanzas en la elección del primer presidente afronorteamericano, las políticas de Barack Obama no alteraron lo sustancial del sistema. Sus magros resultados terminaron por producir, además, lo que algunos analistas llaman un efecto de retroceso: el racismo y la discriminación, que nunca habían sido erradicados del todo, recrudecieron cuando una parte importante de la población blanca, anglosajona, protestante (los llamados “wasp”) sintió que peligraba su hegemonía social y cultural.

Un futuro oscuro e inaceptable
            Entonces, un empresario y político aprovechador comenzó a raquear en el naufragio, en la montaña del descarte del sistema, en los trozos partidos del sueño americano, en las expectativas defraudadas, las frustraciones y los rencores acumulados, en los prejuicios racistas y xenófobos, para ver qué podía sacar mediante una serie de propuestas altisonantes, voluntaristas, de muy difícil aplicación, y que si se llegan a aplicar tendrán costos tremendos. Armó su campaña con la habilidad del fabricante de ilusiones, vendiéndole a cada auditorio la promesa de lo que quería oír. ¿Qué espera un desesperado? El más mínimo fragmento de esperanza. Y un oportunista siempre está dispuesto a dárselo.
            Muchos lo votaron por resentimiento, por rabia ciega contra un establishment que los trata como rezagos. Es la reacción visceral ante esa expresión denigrante con que los llaman las elites intelectuales supuestamente “progres”: white trash, desperdicio, desecho blanco.
            ¿Dará respuesta Trump a esas frustraciones acumuladas? Sin pretender hacer futurología, entiendo que no, porque la situación va más allá de su discurso voluntarista. Toda su vida ha sido y sigue siendo parte del sistema que lucra con la destrucción del tejido social, con esa “cultura del descarte” que en la mayor potencia mundial se traduce en el naufragio del sueño americano. ¿Por qué habrían de cambiar, él y las grandes corporaciones estadounidenses, esa “lógica”, que es la del capitalismo mundial en la actualidad, siendo la propia economía norteamericana la creadora del monstruo? Insisto: lejos de ser un líder populista, en cualquiera de sus variantes, Trump es un atracador ocasional, que difícilmente haga historia; o sí, tal vez haga una historia trágica.
            Y al decir esto, aclaro, no estoy cantando loas al populismo; es un tema serio y debe ser discutido con la debida profundidad, tomando en cuenta los aportes que puedan hacer los estudiosos del tema. Pero mi experiencia como dirigente sindical me ha entrenado el olfato para distinguir entre lo que puede interpretarse como una postura ideológica, se la comparta o no, y lo que es el peor género de oportunismo: el de quienes, lucrando con las desgracias sociales y los resentimientos generados, consolidan esta cultura de la exclusión, que se ha transformado en sinónimo del capitalismo moderno.
            Y ante ello, tomando la frase bíblica, desde el fondo de mi corazón lo rechazo, mil veces lo rechazo.
 




Los LEBACS y especualciòn financiera


Por Nicolás Hernán Zeolla y Estanislao Malic*


El crecimiento del stock total de vencimientos de las LEBAC es una de las consecuencias de las altas tasas de interés del BCRA para contener el dólar tras la liberación de los controles cambiarios. El volumen de estos títulos, el costo financiero y el plazo reducido en el cual deben renovarse los vencimientos implica un nuevo riesgo latente. Cuáles son las alternativas para desarmar el stock de  vencimientos sin que esto implique una corrida hacia el dólar.


Con la asunción del nuevo gobierno la política monetaria del Banco Central de la República Argentina (BCRA) giró drásticamente. En la adopción de un conjunto de medidas tendientes a la desregulación total de la compra de dólares se buscó contener una disparada del tipo de cambio absorbiendo dinero circulante mediante la colocación de los bonos LEBAC, que emite el BCRA.  Lejos del relativo éxito con que se presenta la famosa “salida del cepo”, se ha desregulado el mercado de cambios armando un riesgo latente en otra parte del mercado financiero.

Entre noviembre de 2015 y noviembre de 2016 el stock total de LEBAC se multiplicó en 2,5 veces, la duración media los vencimientos (el plazo en el que debe volver a emitirse esa deuda) se redujo a la mitad, de modo que el 85% del total debe refinanciarse cada tres meses; el costo total en concepto de intereses que paga el Banco Central por estas emisiones se multiplicó por dos: en la actualidad cada mes se debe desembolsar un equivalente a 14.700 millones de pesos, una carga de pagos del Banco Central que para todo el año ya duplica el monto en los famosos contratos de “dólar futuro”. Y todo esto, con un tipo de cambio planchado, lo que virtualmente implica una dolarización del stock de LEBAC y sus vencimientos.

En este contexto la política monetaria del BCRA tiene hacia adelante un dilema central: considerando que este formato de intervención de absorber pesos del mercado no puede continuar indefinidamente por el costo que implica tener durante tanto tiempo las tasas de interés tan altas, en algún momento el stock de LEBAC en manos del sector privado tiene que desinflarse. La pregunta entonces es como hacerlo sin que esto implique ni una corrida al dólar.

El levantamiento de los controles cambiarios y el rol de las LEBAC

Tras la liberación de los controles cambiarios, la política monetaria del gobierno nacional tuvo dos mecanismos claros de contención del precio del dólar. 
Uno fue el gigantesco volumen de dólares de endeudamiento del Estado Nacional, los Estados Provinciales y las empresas privadas; sumado al shock extra de dólares mediante: acuerdos con las cerealeras para que liquiden los stock acopiados, una deuda puente “Repro” con bancos internacionales y la activación del ultimo tramo del vapuleado swap de monedas con China. El otro mecanismo fue la política de altas tasas interés en el mercado local. Y la contracara es la acumulación de un stock cada vez mayor de vencimientos de LEBAC.

Ambas medidas fueron los principales los pilares del victorioso “plan verano” con el cual el gobierno liberó los controles cambiarios y aguanto el tipo de cambio en 16 pesos por dolar, para después hacerlo descender. Sin embargo, la política de altas tasas continúo porque bajarla implicaba un riesgo de que el dólar se escape, y por ende el stock de LEBAC siguió aumentando.


lunes, 19 de diciembre de 2016

Libro de Aritz Recalde "Estudios sobre el Brasil"

Introducción
- Juan Bautista Alberdi y el Brasil                                                                          

- Brasil y Estados Unidos según Luiz Alberto Moniz Bandeira                       

- Brasil en el pensamiento nacional: Hernández Arregui, José María Rosa
y Arturo Jauretche                                                                                           - Juan Enrique Guglialmelli y las relaciones argentino brasileñas                            
- El Partido de los Trabajadores y el Brasil.                                                         

Bibliografía                              

Que no haya retiro de embajadores en Caracas y Buenos Aires



Buenos Aires, 16 de diciembre de 2016.


Días atrás estuve en la Embajada de Venezuela, en un desayuno donde la canciller, Delcy Rodríguez, con su brazo en cabestrillo a consecuencia de la agresión sufrida el día anterior por parte de miembros de la Policía Federal y personal de seguridad del Ministerio de Relaciones Exteriores, conversó con distintos invitados sobre la situación del Mercosur, la posición del gobierno venezolano y otras cuestiones.
La canciller es una mujer joven, menuda y con rasgos típicamente latinoamericanos, de voz suave y expresión tranquila y armónica. Lucía serena, pese a la situación que acababa de vivir. Comentábamos en la mesa que si, en 1880 el canciller del Imperio Austro-Húngaro hubiera sido agredido por unos gendarmes franceses al intentar entrar en el Quai D'Orsay, la Primera Guerra Mundial se hubiera adelantado unos treinta y cuatro años, tal era la magnitud de la ofensa recibida. El hecho no tiene antecedentes en la diplomacia argentina y creo que tampoco en la mundial. Venezuela es un país soberano, miembro del Mercosur, amigo de la Argentina desde siempre.
El gobierno conservador de Julio Argentino Roca, a través de su ministro Luis María Drago, brindó, en 1908, un decisivo apoyo político a Venezuela, cuando las armadas de varios países europeos bloquearon sus puertos, como respuesta a la declaración de una moratoria de su deuda externa por parte del presidente Cipriano Castro. Venezuela nunca olvidó esa noble actitud argentina. Recibió generosamente a miles de exilados de la dictadura cívico militar de 1976, apoyó desde siempre y de manera efectiva el reclamo argentino sobre Malvinas y se solidarizó con nuestro país, contra la Task Force británica, cuando recuperamos las islas en 1982. Nos dio una mano abierta y pródiga en el 2003, cuando el default amenazaba la política de recuperación nacional iniciada por Néstor Kirchner, fue cliente de nuestra industria agromecánica, logrando que empresas familiares del interior del país se convirtieran en exportadoras de sus sembradoras, cosechadoras y otras máquinas agrícolas. Nuestro país y Venezuela lograron desbaratar, en el 2005, en la histórica Cumbre de las Américas, el intento colonizador del ALCA. Hay profesores argentinos, muchos de ellos ya retirados, en las mejores universidades venezolanas, y cientos de profesionales de aquel país se formaron y se siguen formando en nuestras universidades. He conocido profesionales que recuerdan con precisión y nostalgia algunas esquinas porteñas, gracias a sus años de estudio en nuestra Capital Federal.
Recuerdo los ojos llenos de lágrimas del diputado Carlos Escarrá Malaver -prematuramente fallecido- al entrar al espacio dedicado a Evita en la CGT. Su madre, una morena mujer de pueblo, le había hablado de niño de aquella mujer que velaba por los más pobres y no podía irse de la Argentina si evocar su obra y su vida.
Los hombres y las mujeres más longevas de aquel país todavía guardan en su memoria con emoción el final del célebre Gran Premio de América del Sur de 1948, donde las figuras de Juan Manuel Fangio y Oscar Gálvez se convirtieron en ídolos para la multitud de entusiastas del automovilismo. En aquella oportunidad, Oscar Gálvez detuvo su marcha para auxiliar a su eterno competidos Juan Manuel Fangio quien había sufrido un accidente que costó la vida de su acompañante, Daniel Urrutia. El auto de Oscar Gálvez, a muy poca distancia de la llegada en Caracas, sufrió un desperfecto que lo dejó fuera de la competencia y logró alcanzar la meta gracias a los espectadores que empujaron su auto hasta la línea final.
Quien ha vivido en Venezuela puede testimoniar que aquellas jornadas y aquellos hombres viven en el corazón de los venezolanos. Para no hablar de la popularidad que aún hoy tienen en aquel país las canciones de Leonardo Favio y de Leo Dan. O como está vivo el recuerdo del famoso productor radial Tito Martínez del Box, creador en Buenos Aires de La Craneoteca de los Genios, y exilado en Caracas por la dictadura de Aramburu y Rojas. Martínez del Box hizo historia en la radio venezolana a punto que muchos han olvidado el lugar de su nacimiento.
De modo que la alevosa agresión cometida por Macri y su ministra de Relaciones Exteriores, la súbdita española Susana Malcorra, fue, como la ejecución del Duque de Enghien, “algo peor que un crimen, fue un error”, según dijera Talleyrand.
La única pregunta que le formulé a la señora Rodriguez fue si Venezuela pensaba exigir un retiro del embajador argentino en Caracas y el consecuente retiro de su embajador en Buenos Aires. La respuesta que me dieron la canciller Delcy Rodríguez y el embajador General Carlos Martínez Mendoza fue rotunda. “Ese acto fue una provocación para que hagamos eso. El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela no va a caer en esa provocación. De ninguna manera tenemos pensado ese tipo de respuestas. Para nosotros es muy importante seguir manteniendo nuestra representación en la Argentina, nuestro contacto y nuestro vínculo con el pueblo argentino, que lo sabemos respetuoso y solidario con Venezuela y su Revolución”. Cito de memoria pero con precisión.
Creo que la respuesta recibida a mi preocupación es la única que corresponde políticamente. Los argentinos queremos seguir teniendo representantes oficiales de Venezuela en nuestro país. Queremos que el embajador pueda seguir participando en las inauguraciones de escuelas que llevan el nombre del Libertador Simón Bolívar. Queremos que los estudiantes y residentes venezolanos sigan teniendo su embajada y su cónsul. Queremos seguir rindiendo homenaje al 19 de abril de 1810 y a la Batalla de Carabobo. Queremos seguir dialogando e intercambiando opiniones e información con los venezolanos a través de su embajada.
Han llegado noticias desde Caracas de declaraciones que piden el retiro del embajador argentino en aquel país. Creo que sería un error, más allá de la indignidad que ese embajador representa y del agravio sufrido por la honra y la dignidad venezolana. Confío en la serenidad revolucionaria de los compañeros venezolanos, del presidente Nicolás Maduro y la canciller Delcy Rodríguez.
Los momentos difíciles son para conservar la cabeza fría y el corazón ardiente. ¿Qué más querría el imperialismo norteamericano que aislar a Venezuela de Argentina, que separar a Bolívar de San Martín?
Los compañeros venezolanos, el gobierno de la Revolución Bolivariana, sabe que ni la imperdonable agresión sufrida por Delcy Rodríguez, ni la afrenta del Mercosur expresan los deseos profundos de nuestro pueblo, nuestra amistad y cariño por los venezolanos y su tierra, nuestra solidaridad con su indoblegable lucha antimperialista y por la unidad de América Latina.
Y estos sinceros sentimientos queremos poder expresarselos a los representantes en nuestro país de aquel gobierno al que acompañamos en sus esfuerzos por aplastar la reacción interna y externa.


viernes, 16 de diciembre de 2016

Un resplandor en la oscuridad

A 81 años de la disolución de FORJA
Juan Godoy - diciembre 2016 


Hace exactamente 81 años, un 15 de diciembre de 1945, se desintegraba la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina, más conocida como FORJA. Diez años habían pasado desde que un puñado de patriotas proveniente en mayor o menor medida, y sobre todo, del radicalismo yrigoyenista, pero también de otras tradiciones como nacionalistas y/o marxistas, daba nacimiento a dicha agrupación en un sótano de la Ciudad de Buenos Aires. El nombre venía inspirado en una vieja frase del caudillo radical Hipólito Yrigoyen: “Todo taller de forja parece un mundo que se derrumba”.

Fue un 29 de junio, una tarde fría de otoño a las 17.45 horas, y en ese subsuelo húmedo y oscuro pocos sabían (incluso sus integrantes) que nacía una nueva agrupación que sería una bisagra en la historia argentina. En el acto fundacional los asistentes dejan estampadas sus firmas en un “libro rojo”. Entre las rubricas que se cuentan las de Arturo Jauretche, Juan B. Fleitas (que había sido ministro de Yrigoyen), Homero Manzi, Manuel Ortíz Pereyra (uno de los precursores de la agrupación), Jorge del Río, Atilio García Mellid, Gabriel del Mazo, Luis Dellepiane, etc. En el acta de nacimiento de FORJA, ya aparece escrita en letras mayúsculas una de sus célebres frases que da cuenta de la orientación de la fuerza: “SOMOS UNA ARGENTINA COLONIAL, QUEREMOS SER UNA ARGENTINA LIBRE”.

Estos muchachos están preocupados por la patria, les duele la injusticia, la claudicación del radicalismo alvearizado y la entrega de la nación al imperialismo británico. Deciden entonces entablar una lucha desigual, se lanzan a recuperar el radicalismo para su función reparadora (aunque conforme pasen los años abandonarán en cierto sentido esta idea) y a desentrañar el accionar del imperialismo británico que nos convertía, a través de una dominación indirecta, prácticamente en su sexto dominio. En esa Argentina infame, una luz asoma en la oscuridad. Las ideas comienzan a germinar desde lo bajo, crecen desde el pie, siguiendo la idea de José Hernández que decía en el Martín Fierro “el fuego, pa’ calentar, debe ir siempre por abajo”. Sus ideas las diseminan por todo el país, a través de una militancia incansable e indoblegable: en diez años hacen cerca de cuatro mil conferencias, editan trece cuadernos, libros, volantes, afiches, carteles, entabla relación con otros movimientos latinoamericanos como el APRA y/o con los cimientos del MNR, como asimismo con políticos, militares de nuestro país y de otros, etc.

No obstante estos tópicos centrales en el pensamiento forjista, en el tránsito de los 10 años de lucha terminará abordando una gama de temas más amplia, y al mismo tiempo será un importante antecedente e influencia (directa e indirecta) en el peronismo naciente, y por el cual se termina desintegrando para que sus afiliados se sumen al “nuevo” movimiento nacional-popular.

FORJA se lanzó a construir una manifestación genuinamente argentina, construir categorías desde y para un país semi-colonial, parte de una Gran Nación inconclusa, sin que esto signifique cerrazón frente al extranjero. Lo que se busca es la correspondencia de las ideas con las necesidades nacionales. Nos interesa aquí recorrer algunos de los lineamientos centrales de la agrupación, en tanto anti-imperialista y latinoamericana, al mismo tiempo que ponemos de relevancia la actualidad del pensamiento forjista que puede actuar como guía en el presente.

FORJA busca comprender las problemáticas nacionales. Para ello construye un ideario que procura abordar los problemas argentinos con criterio argentino. Sigue la máxima de Simón Rodríguez que ya ha principios del siglo XIX planteaba “o inventamos o erramos”. Pensar en nacional consiste en “dirigir el pensamiento nacional hacia los hechos concretos y sus implicancias económicas sociales y culturales propias, para tratar de contribuir a la elaboración de un pensamiento propio” (Jauretche, 1976: 68). El forjismo construye sus propias herramientas de análisis y acción política. Emprende la tarea de la construcción de un método para abordar la realidad, y llevar a cabo una política nacional.

El nombre de Argentina

                              

                                                                                               Alberto Buela (*)

Todo el mundo sabe que el término argentina viene de latín argentum que significa plata. De allí se deriva el término argentinus, pero lo que no se sabe o se sabe poco, es que en buen latín no se empleaba el término argentinus sino los términos argentarius, argentatus, argenteolus, argenteus, argentosus, pero nunca argentinus.
De modo tal que el nombre de argentinus es una creación del latín hablado y escrito en Lima y no en Europa.
Cuando el poeta Martín del Barco Centenera escribe su poema Argentina, en 1587 y publicado en 1062, al modo como Ercilla escribió su Araucana en 1569, toma el término para usarlo por rioplatense, del latín jurídico y eclesiástico del Alto Perú, donde estuvo entre 1581 a 1590. Así a la Ciudad de la Plata, luego Charcas, más tarde Chuquisaca y hoy Sucre, se la denominaba Civitas argentina, también denominada en otros documentos como Civitas argentea; Urbs argentea o simplemente Argentopolis o Argentea. La cancillería Real de Charcas se denominaba Cancellaria argentina. Hablando del Concilio provincial de Lima de 1583, Toribio Alfonso Mogrobejo menciona al obispo de Charcas, Alfonso Graneros, como argentinus vel charcaorum (argentino o de los Charcas).
Pero de donde pudieron tomar los letrados del Perú el uso de argentinus. Plinio en su Historia Natural registra entre los pueblos de Calabria, sur de Italia, a los argentini (los argentinos) que eran de la región de Argentanum mencionada también por Tito Livio.
Pero si seguimos el uso del término encontramos que San Agustín habla de un dios romano Argentinus, el dios de las monedas de plata a quienes encomendaban los niños al nacer.
Luego encontramos a partir del siglo VII en Francia la ciudad Argentomagus, denominada Argenton- sur Creuse.
En la actual Bosnia había una población romana llamada Argentina designada en su lengua como Swornick.
Pero lo más importante es el nombre latino de la ciudad de Estrasburgo, Argentoratum o Civitas Argentina, nombre que llega hasta la época moderna. La orden franciscana tuvo su convento principal en Alemania allí, denominándose por extensión toda la región como Provincia Argentina, que abarcó la Alta y Baja Alemania, Bélgica y Suiza. La Reforma protestante de siglo XVI y la crueldad luterana arrasó con todo el trabajo franciscano y con su Provincia argentina.
No obstante las terribles dificultades pasadas, encontraron los resignados franciscanos pocos años después premio a sus esfuerzos en otra Civitas argentina, pero esta vez en América, en la Ciudad de la Plata en el sur de Bolivia.
Una última observación. Juan Díaz de Solís, que era el piloto mayor del Reino de España, es el primer navegante europeo que surca las aguas del Río de la Plata, denominado por él como Mar dulce. Como en sus riberas perdió la vida, sus hombres lo denominaron Río de Solís, nombre que adoptó España.
En 1521 un marino español al servido de Portugal encuentra a náufragos de la nave de Solís y regresa a Portugal llevando objetos de plata y oro del Rio da Prata.
A partir de la expedición de Sebastián Caboto en 1526 comienza a hablarse en España del Río de la Plata. Y en 1530 el embajador español en Lisboa informa que “una armada portuguesa va a descubrir el Río de Solís o de la Plata como acá lo llaman”.
Vemos una vez más como la guerra semántica es la primera de las guerras que se pierde, después vienen las otras. Así la cancillería portuguesa, empeñada en negar la prioridad a Solís en el descubrimiento, va ha denominar sistemáticamente Rio da Prata al Río de Solís, para poder reclamar derechos de descubrimiento y por ende de posesión.
Las capitulaciones entre Carlos V y Pedro de Mendoza en 1534, hablan invariablemente del “Río de Solís, que llaman del Plata”. La expedición decidirá el pleito a favor de Castilla, pero se impondrá el nombre adoptado por la corona de Portugal.


miércoles, 14 de diciembre de 2016

Nuevos resultados del golpe

Actualidad brasileña 
 Eric Nepomuceno

Página 12
  
Hace unos días, y en un raro momento de síntesis fulminante, la destituida presidenta Dilma Rousseff se refirió a su sucesor, Michel Temer, diciendo que “es mucho menor que el país”. Eso queda claro a cada día: Temer carece de estatura política, ética y moral para ocupar la presidencia. No tiene otra iniciativa política que la de tratar de contemporizar con sus aliados, no tiene liderazgo alguno, no tiene otra propuesta para sacar el país de la más profunda crisis en décadas que un palabreado monótono y vacío. Frente al gigantesco tamaño de los problemas que sacuden los cimientos de sus instituciones, Brasil tiene a un pigmeo en el sillón presidencial.
Al borde de cumplir siete meses, el gobierno que Temer encabeza no logró la tan soñada y sonada legitimidad. Las manifestaciones callejeras lo demuestran, tan bien como el ínfimo respeto de la comunidad internacional. El equipo económico, recibido por los apoyadores del golpe institucional como la panacea, no presentó otra propuesta que disminuir el Estado a un piso mínimo. El tan anunciado retorno de las inversiones, el tan proclamado impulso de la confianza, quedaron colgados entre dos nubes: la de mentira y la de la farsa.
 Dando claras muestras de que promesas fútiles son la nueva moda regional, Temer prometía la remontada de la economía para el segundo semestre. Bueno: el segundo semestre llega a su fin dejando como legado un escenario de desolación. ¿Y qué hace Temer? Insiste en la copia de la copia: ahora, anuncia que la remontada se dará en el segundo semestre, pero del año que viene. Una vez más, o miente, o sus relaciones con la realidad están deterioradas de manera irremediable. Por esos días fueron divulgados algunos índices oficiales de la calamitosa situación económica. En el tercer trimestre del año, el PIB retrocedió 0,8 por ciento. No hubo ningún segmento de la economía que no haya generado índices negativos: el agropecuario, -1,4 por ciento; la industria, -1,3; servicios, - 0,6 por ciento. Este año, la venta de vehículos bajó 21 por ciento. La de máquinas y equipos industriales, 26 por ciento.
 En comparación con el tercer trimestre de 2015, cuando la crisis política impedía a la entonces presidenta Dilma Rousseff encontrar salidas viables, la caída del PIB ha sido de 2,9 por ciento.
 Ya se prevé que este año el PIB retrocederá por lo menos 3,5 por ciento. Y las proyecciones para el año que viene bajaron a quizá –¡quizá!– 0,5 por ciento. Al contrario de lo anunciado eufóricamente por Temer al asumir como presidente interino, en mayo, y luego efectivo, en septiembre, se registró una caída brutal en las inversiones y también en el consumo. Entre enero, cuando el golpe ya estaba en marcha, y fines de septiembre, el sector de la construcción cerró 441 mil plazas laborales. Economistas aliados a los mentores del golpe ya advierten que Brasil corre el riesgo concreto de dejar la recesión para entrar en un estado de depresión económica. 
 Esos datos, oficiales y asustadores, muestran los nuevos resultados del golpe institucional. La inestabilidad política, el creciente rumor de que Michel Temer no se quedará por mucho tiempo en el palacio presidencial, los conflictos cada vez más abiertos entre el Congreso y el Poder Judicial, el avance de las investigaciones que generan denuncias que cercan al gobierno cada vez más, tienen sus reflejos inmediatos en el mercado financiero.

Uno de esos reflejos se notó este jueves, cuando el real se desvalorizó 2,5 por ciento frente al dólar, mientras la Bolsa de Valores experimentaba un bajón de casi 5 por ciento. Definitivamente, sobran razones para que empresariado y banca que apoyaron el golpe, financiando manifestaciones “espontáneas” contra la presidenta destituida, estén cada vez más decepcionados.

En el campo de la política, Temer comprueba que es un muy efectivo conspirador. Pero que no es capaz de asumir el liderazgo siquiera de su grupo más íntimo. El pintoresco zoológico humano que ocupa el Congreso Nacional, tanto diputados como senadores, no hace más que motivar justificadas críticas cada vez más enfurecidas contra sus hábitos y costumbres.


Faltan semanas para que 2017 haga su estreno formal. Pero 2016 ya llegó a su fin. Ha sido un año insano, frustrante, y que termina sin haber empezado.

La muerte de Dorrego


Leonardo Cajal, Diciembre 2016

El gobierno inglés comenzaba a planificar su cometido, luego de la victoria de Ituzaingó Manuel García, enviado al Brasil como ministro plenipotenciario, inicia la lista de traiciones y conspiraciones que encontrará poco tiempo después a un Dorrego acorralado entre los accionistas porteños del Banco Nacional y el Imperio Británico. Se firma  de manera inescrupulosa la paz con el Imperio renunciando a  la Banda Oriental que queda en poder del Brasil. Frente a esto, el rechazo de toda la Nación que se manifiesta en las calles y Rivadavia, que se había opuesto a la decisión de García, temiendo por su vida huye del escenario político para siempre y se aloja en la oscuridad de la historia hasta el fin de sus días.
En estas circunstancias emerge la figura de Manuel Dorrego que representaba al espíritu federal de Buenos Aires allá por el segundo decenio del S XIX. Había sido un destacado oficial de las guerras de la independencia bajo las ordenes de Belgrano y de San Martín; contaba con el apoyo de la plebe, gauchos, peones, los pobladores porteños y los hacendados bonaerense cuyo único interés era poder criar vacas y dejar de sufrir los embates de la guerra civil. El reconocimiento del interior hacia Manuel Dorrego quedó consolidado cuando este como representante de Santiago del Estero en la Convención Constituyente  de 1824  se opuso al proyecto unitario Rivadaviano.
Con el apoyo de todas las provincias, en agosto de 1827, Dorrego asume como gobernador de Buenos Aires y encargado del poder ejecutivo nacional, más allá de la crisis de la administración de Rivadavia, (deudas y vencimientos, apertura financiera al Imperio Británico, Banco Nacional), el nuevo gobernador se encentró con el principal problema a resolver,  la guerra con el Brasil y la incorporación de la Banda Oriental al Imperio.
El carácter patriota de Dorrego puso en estado de alerta al Forign Office, transformándose en el principal enemigo a vencer en el corto plazo; si Dorrego decidía continuar la guerra con el Brasil pondría en jaque los intereses británicos, no solo en el Rio de la Plata sino en toda América del Sur, dado que el Brasil sufría una crisis interna con su ejército mercenario compuestos por alemanes e irlandeses, lo que se conoció como la insurrección de los mercenarios de 1828, que ante las promesas incumplidas llegaron a  ofrecer sus servicios al nuevo gobernador de Buenos Aires. Además los británicos no veían con buenos ojos la relación entre Dorrego y Bolívar, porque podrían unificar todo el continente y terminar con el Brasil,  aliado estratégico del Gran Bretaña en la región.
En el libro Política Británica en el Río de la Plata, Raúl Scalabrini Ortíz transcribe una carta de Ponsomby,  a Dubley del 12 de febrero de 1828:
Bonifacio Andrada partió en diciembre a bordo de un corsario y fue desembarcado en la provincia de San Pablo. Mientras estuvo aquí concibió o maduró la conspiración de la cual agrego toda la información que he logrado. La conspiración, se dice, se extiende a todas las regiones del Brasil. Los descontentos han ganado a las tropas alemanas en Pernambuco, unos mil hombres… También fueron ganadas las irlandesas, últimamente llegadas a Río… los alemanes e irlandeses serán compensados con campos y dinero… Se supone que el emperador carece de tropas nacionales para sostenerse… se intenta secuestrarlo, pero solamente en caso de resistencia matarlo… se abolirá la monarquía y se crearán cinco repúblicas… El emperador tal vez pudiera detener el golpe meditado si concertara de inmediato la paz con el general Lavalleja.”
Si bien los ejércitos nacionales habían obtenido una contundente victoria sobre el Brasil estos fueron incapaces de proseguir la guerra por impericia de Rivadavia, en un primer momento y por faltas de fondos para costearla durante el gobierno de Dorrego. El banco Nacional único emisor de papel moneda se encontraba en total dominio de los  británicos y negó los fondos para seguir costeando la guerra.
La suerte estaba echada, Gran Bretaña domina las acciones futuras en el Río de la Plata, y el 27 de agosto de 1828 se firma el tratado de paz entre Argentina y Brasil, segregando para siempre a  nuestra provincia Oriental.
Una vez firmada la paz con el Brasil y creada una nueva Gibraltar en el Plata,  Dorrego ordena el inmediato regreso del ejército de campaña. Para los primeros días de diciembre de 1828 llega a Buenos Aires una división al mando de Juan Lavalle, “Era Lavalle un bravo de palabra fácil, cabeza alocada, según San Martín, un soldado embriagado de coraje; su arrojo era tan legendario como su falta de equilibrio intelectual”. (Las masas y las Lanzas, Jorge Abelardo Ramos). De eso se bastaron los del partido Rivadaviano junto a los  comerciantes que representaban a los intereses británicos para convencer a Lavalle que el estado de anarquía en el que se vivía, la humillación de su ejército y la pérdida del Uruguay, eran única y exclusivamente responsabilidad de Dorrego. De esta manera, Juan Lavalle preso de ira, no dudó un instante en arremeter contra el legítimo gobernador, y luego de doblegar a las tropas leales lo tomó prisionero en los campos de Navarro y el 13 de diciembre de 1828, sin juicio previo ordenó fusilarlo.
Nervioso, algo consternado, como si el mundo en su inmensidad se hubiera detenido,  pero para nada confundido, Dorrego pide un trozo de papel y una pluma. Con pulso firme y espíritu constante escribe:
En este momento me intiman que dentro de una hora debo morir; ignoro por qué; más la Providencia divina, en la cual confío en este momento crítico, así lo ha querido. Perdono a todos mis enemigos y suplico a mis amigos que no den paso alguno en desagravio de lo recibido por mí”

Su sangre, más allá de calmar las aguas agitadas de una Argentina naciente y convulsionada profundizó aún más las divisiones dando inicio a un proceso de luchas fratricidas, su muerte estará presente en futuras muertes, y 130 años más tarde, Navarro se trasladará a la ciudad de Buenos Aires, más precisamente a la cárcel de Las Heras. Un mismo interés, la Patria; un mismo destino, la muerte; un mismo deseo, la libertad;  un mismo enemigo, Inglaterra.

martes, 13 de diciembre de 2016

Modelo Argentino para el Proyecto Nacional


El asesinato de Milagro Sala


Juan Grabois, diciembre 2016


Confieso que dudé en escribir esta nota y lo hago sólo ante lo desesperante de la situación. Joaquín Morales Sola, Carlos Pagni y Ricardo Roa me dieron el impulso final con sus columnas del domingo, lunes y martes respectivamente. Los tres usaron la imagen del martirio para describir la situación de Milagro Sala.  Morales Sola, uno de los primeros en marcar las irregularidades de este proceso kafkiano, enuncia en toda su crudeza un objetivo que sin perjuicio de la diversidad de nuestras motivaciones, muchos compartimos. Frente a las maquinaciones de los que quieren ver sangre, intentamos abrir los ojos ciegos del Ing. Mauricio Macri, único que puede y debe “evitar que se convierta en mártir”.
El martirio –aunque no se diga explícitamente en las notas mencionadas– implica por definición la muerte. Es precisamente la muerte de Milagro Sala, ya no tengo la menor duda, lo que están buscando algunos sectores del poder, muy particularmente aunque no exclusivamente, en Jujuy. No es una metáfora ni una sugerencia: me refiero a su muerte física. Y si es un suicidio o una trifulca carcelaria, tanto mejor para ellos. En su odio ideológico, clasista, xenófobo y misógino que han demostrado con creces, la ven como un trofeo de guerra y quieren clavar su cabeza en una estaca. También tienen móviles menos pasionales. Se han metido en un lodazal jurídico cuyas repercusiones internacionales ya no pueden taparse: les sobran papeles en la prensa pero les faltan en el expediente. Por otro, si se sostiene la teoría del delito que impulsa la fiscalía, esto compromete necesariamente a unos cuantos personajes del establishment político y judicial jujeño, muchos vinculados a Gerardo Morales. Nada mejor que extinguir la acción mortis causa. “Se suicidó la india patasucia”, “se mataron entre negras”. Su microclima autorreferencial, infecto de odio, les hace creer que tienen la impunidad garantizada.
Sin ir más lejos, el actual intendente de San Salvador de Jujuy, Raúl “Chuli” Jorge, correligionario de Gerardo Morales, a la sazón dos veces presidente del Colegio de Arquitectos de Jujuy, durante 8 años aprobó las certificaciones de las viviendas por las que se imputa a Sala.
El ex auditor general de la nación, el radical Leandro Despouy, nunca denunció penalmente a Sala. Si existieron los delitos que le endilgan a Milagro, Despouy sería imputable de incumplimiento de los deberes de funcionario y encumbramiento. Lo mismo podría decirse del ex gobernador Fellner y sus funcionarios, sobre cuyo rol se mantiene un cauto silencio. Todos ellos, que ejercieron el poder institucional durante los años del supuesto estado paralelo y siguen en cargos públicos, gozan tranquilos de su libertad. Todos ellos saben que en las causas contra Sala hay mucho ruido y pocas nueces. Es hora de que lo digan abiertamente.
La respuesta local a la creciente presión internacional para que cese la arbitraria detención de Sala ha sido un incremento del hostigamiento hacia la víctima que apunta a desestabilizarla psicológicamente induciendo sentimientos de indefensión, desamparo,  ansiedad, angustia, aislamiento, abandono, culpa y frustración.
Ya en julio, el fiscal Diego Cusel removió a la Lic. Laura Aguirre, psicóloga asignada oficialmente con quien Sala había establecido un excelente vínculo terapéutico, con el patético argumento de que, conforme al jefe del servicio penitenciario Victor Morales, la licenciada “fortalecía” a la interna. Aguirre fue sumariada, amenazada y remplazada por facultativos del poder judicial que parecieran actuar en el sentido contrario e intentar debilitarla deliberadamente. Lo mismo ocurrió con todo el personal que estableciera algún vínculo de empatía o neutralidad con Sala: fue removido y sustituido por personas hostiles a Milagro. Se llegó al extremo de remplazar a la directora la Unidad Carcelaria Nº 3 de Mujeres por el Subalcaide Omar Arce, un hombre de manifiesta enemistad con Sala, para que coordinase el “verdugueo” constante que sufre la interna. Existe, asimismo, un hostigamiento evidente contra los defensores de Milagro Sala. Los doctores Paz, Ruarte y Alvarez han recibido denuncias, amenazas y atentados en el ejercicio de su profesión. Incluso la Dra. Elizabeth Gomez Alcorta, una académica de respetada trayectoria en el campo de los derechos humanos (con quien co-patrocino a Sala en la querella por privación ilegítima de libertad que va haciendo lentamente su camino a la Corte Suprema), ha sido denunciada por “usurpación de títulos y honores” por el muy neutral tribunal oral federal de Jujuy, acusación irrisoria cuyo único objeto era amedrentarla.
Se ha inducido también a los familiares de los integrantes de la Tupac Amaru imputados a reprocharle a Milagro en público y privado la situación de sus seres queridos. Tanto más graves son las “presiones físicas y psicológicas” que sufrieron algunos de los denunciantes, testigos e imputados y no precisamente de Milagro Sala como repite el fiscal anticorrupción Joaquín Millón Quintana, otro correligionario de Morales. El caso de Mabel Balconte es tal vez el más grave. Horas antes de la ampliatoria de su declaración, la subieron a un auto, la amenazaron con detener a un hijo por una causa de abuso sexual que estaba cajoneada, le exigieron cambiar los abogados y desde luego su declaración para que incriminara a Milagro Sala, Andrés Larroque y Máximo Kirchner. El 15 de enero de una extraña noche, en plena feria judicial, un grupo de cooperativistas presenta una denuncia pero la fiscal subrogante Montiel consideró que sus dichos no alcanzaban para detener a Sala. Dejó ese expediente para después y avanzó con el árbol envenenado: la famosa causa de sedición que finalmente llevó a Sala tras las rejas. Cinco días después, como por arte de magia y frente a la endeblez de los fundamentos de la detención, los denunciantes nocturnos cambiaron radicalmente su declaración y, poco después, Montiel fue ascendida a fiscal de cámara. Hermoso. La investigación sobre el caso Balconte tramita lentamente en el juzgado de Servini de Cubria. Los falsos testimonios, también denunciados, duerme el sueño de los justos en los tribunales jujeños mientras se fijó, en el marco de esta estrategia de desestabilización psicológica, el primer juicio express para el 15 de diciembre que –insinúan con brutal insistencia- será un escenario de humillación y escarnio en el que harán desfilar para el show mediático a la coya maldita que “TV Führer” ya condenó.  Un empujoncito más hacia el abismo.
Ayer, para despejar cualquier duda de que el lobby de un grupete de abogaditos exóticos de las ONU, un puñado de ONGs, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, un rosario bendecido, un primer ministro y un par de premios Nobel de la Paz no va a doblegar la férrea conducción del Gran Hermano Morales, el juez radical Pullen Llermanos -hombre violento, prejuicioso y adepto a las armas de fuego- dictó una sobreabundante prisión preventiva de Sala en una imputación digna de un tratado de derecho penal mágico: la instigación de una tentativa de homicidio en la que la incrimina el instigado, Paes, co-autor prófugo de dicha tentativa quien fue… ¡sobreseído del hecho por el mismo juez! No se privaron del despliegue de fuerzas especiales y encapuchados con armas largas para trasladar a una mujer esposada. Otro oportuno empujón.
A este cuadro terrorífico se suma lo que tal vez sea el mayor elemento desestabilizante: la desesperanza que se refuerza con cada declaración que baja desde la Casa Rosada avalando lo que sucede en Jujuy. No puedo imaginar la angustia de Sala al ver desde la caja, ñata contra el vidrio, a los organismos de derechos humanos caminando hacia ella con la libertad en la mano y, acto seguido, que aparezca el Presidente de la Nación para taclearlos de atrás. La semana pasada, frente a las resoluciones de instituciones del sistema internacional de protección de los derechos humanos del que Argentina forma parte nuestro jefe de estado realizó declaraciones cuya gravedad pasó llamativamente desapercibida para los defensores del orden republicano y la institucionalidad. Justificó la detención arbitraria de Milagros Sala de la peor manera posible: con las encuestas. “Las últimas declaraciones del Presidente avalan lo que está ocurriendo en Jujuy” afirmó al día siguiente el ministro de justicia de dicha provincia. Luego, las segundas líneas comenzaron con los ya gastados argumentos conspirativos y patrioteros, casi un eco del “somos derechos y humanos”, para descalificar la respuesta unánime de la comunidad internacional en todo su espectro ideológico.
Desde el punto de vista de la mercadotecnia política de corto plazo, es probable que el presidente tenga razón. Aun cuando la conciencia del carácter arbitrario de su detención comienza a crecer en la sociedad argentina, la percepción general sobre Milagro sigue siendo mala y es posible que tanto Morales como Macri hayan facturado políticamente su arbitraria detención, incluso que algún consultor de imagen se haya congratulado por semejante éxito publicitario. Populismo puro y duro que lejos de justificar la situación, la agrava. Otros actores de la política que confunden la verdad con las encuestas como Sergio Massa se unen al corro del prejuicio. Lo que tal vez Macri no quiera ver es que como jefe de un Estado conminado por el orden público internacional, suya es la responsabilidad y el resto juega gratis: en sus manos está la vida y la libertad de Sala. La lógica de realpolitik que, como confesó Ernesto Sanz, llevó a Sala tras las rejas, puede llevarla a la tumba. Tal vez entre la élite de una provincia feudalizada y un país embrutecido resulte simpático alardear de un pragmatismo viciado de ilegalidad, abusos y autoritarismo. No será así frente a la historia ni la comunidad internacional. 


Llega fin de año: son momentos de balances y decisiones tanto para los que gozan el poder como para los desamparados. Se acerca navidad y a menudo olvidamos que bajo la estrella de belén no sólo caminaban los Reyes Magos sino los asesinos enviados por Herodes. Los que queremos a Milagro no la queremos mártir. Queremos una noche de paz, no de muerte.  La queremos libre.

lunes, 12 de diciembre de 2016

La aristocracia del dinero


Aritz Recalde, diciembre 2016
La aristocracia del dinero gobierna los destinos del país y luego de un año de gestión quedó claro que para CAMBIEMOS la patria es el dólar y que su religión es la finanza. 

Dios finanza
Lo primero que hizo CAMBIEMOS cuando asumió el gobierno fue pagarle a los fondos buitres, cuestión que colisionó con las políticas de negociación de deuda de los años 2005 y 2010. La decisión del PRO y de la UCR contradice el punto de vista de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que aprobó una propuesta de renegociación de deuda impulsada por nuestro país. La Asamblea General del organismo sancionó una iniciativa con “nueve principios de restructuración de deudas soberanas”. El resultado de la elección en la ONU fue de 136 votos a favor, 6 en contra y 41 abstenciones. Solamente se opusieron al planteo argentino las Potencias Occidentales que manejan el negocio de la deuda externa y sus aliados: Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Israel, Canadá y Japón.
La decisión de CAMBIEMOS de apoyarse en los fondos buitres, en los bancos que protagonizaron la crisis mundial del año 2008 y en el Estado que ocupa ilegalmente las Malvinas, va en contramano de la tendencia política internacional.  En el año 2016 el pueblo británico votó un referéndum para salir de la Comunidad Europea y los norteamericanos se opusieron a la continuidad de los Demócratas (Clinton). En ambos casos y a diferencia de Macri, los pueblos cuestionaron el programa de especulación financiera que privilegió salvar a los bancos en lugar de apoyar la economía real y el desarrollo social de los países.
En su encíclica Laudato Si, el Papa Francisco cuestionó la especulación financiera internacional ya que sostuvo, sin titubear, que la “Deuda externa de los países pobres se ha convertido en un instrumento de Control”. El apoyo público del Gobierno Nacional a los fondos especulativos se opone con la doctrina de Francisco y de la iglesia en la materia. El Papa sostuvo que “la salvación de los bancos a toda costa, haciendo pagar el precio a la población, sin la firme decisión de revisar y reformar el entero sistema, reafirma un dominio absoluto de la finanza que no tiene futuro y que sólo podrá generar nuevas crisis”.  El punto de vista de Francisco va en línea con Viejo Testamento que cuestionó la especulación y Jehová le fue claro a Moisés al convocarlo a no “ser logrero” y a no “imponer usura”. Jesús en el Nuevo Testamento llamó a desligarse de los bienes materiales y a entregarles las riquezas a los pobres ya que “más liviano trabajo es pasar un camello por el ojo de una aguja que entrar un rico en el reino de Dios”.
CAMBIEMOS puso en los Ministerios a los representantes de las empresas extranjeras y a los bancos, favoreciendo la acumulación desmedida de ganancias a costa de la pobreza de la mayoría social y del deterioro de las arcas públicas. El “gato extranjero” que gobierna el país cuida las “sardinas de las finanzas públicas” y luego de un año de gestión de los CEOS, la Argentina acumuló 45.000 millones de dólares de nueva deuda.  

El puerto de Buenos Aires contra el país
En el año 1880 Julio Argentino Roca y la Liga de Gobernadores vencieron militarmente a Carlos Tejedor.  Desde esa fecha hasta el año 2015, en democracia la aristocracia porteña no pudo ejercer el predominio pleno del poder estatal. Actualmente y de manera similar a la presidencia de Bartolomé Mitre previa al año 1880, la aristocracia del puerto de Buenos Aires está sometiendo al conjunto de las provincias y a los pueblos federales.
La política de apertura de las importaciones de CAMBIEMOS beneficia a la Capital Federal y al productor extranjero y pone en riesgo las economías regionales. Ya en el siglo XIX el correntino Pedro Ferre denunció esta estrategia comercial que benefició al extranjero y al puerto de Buenos Aires a costa del sacrificio del productor y del trabajador argentino.

La mesa de los argentinos se volvió una divisa
La aristocracia del dinero hizo del alimento de los argentinos un mero instrumento para obtener dólares, poniendo en riesgo la supervivencia de las familias que no pueden comprar el pan, la leche, la fruta o la carne. En lugar de abastecer el mercado interno, CAMBIEMOS promueve las exportaciones de alimentos con la finalidad de obtener dólares que son utilizados para garantizar la fuga de capitales de los CEOS y la usura internacional.
La devaluación y la eliminación de retenciones a la soja y la paulatina flexibilización de las regulaciones estatales, favorecieron el aumento desmedido del precio de los alimentos y la formación de una ganancia excepcional de 90.000 millones de pesos para un grupo de exportadores de granos.
En caso de no exportar su producción, los empresarios agropecuarios ajustan los precios internos de la harina o de la carne al costo internacional, impidiendo el consumo popular. Hay estadísticas que demuestran que bajó la compra de carne y de leche que fueron remplazados por fideos, polenta y mate cocido.  Aumentó la pobreza y se acentuaron los problemas de desnutrición infantil. En paralelo, las clases altas compran camionetas importadas y acumulan dólares debajo del colchón.

El Gobierno Nacional les garantiza a los grandes productores una ganancia extraordinaria y promete al resto del país empobrecido que se generará una riqueza que será “reinvertida”. La “teoría del derrame” de los años noventa que hoy guía las decisiones de la política económica, aumenta la desigualdad social, consolida los oligopolios e impide a los argentinos el consumo de proteínas, vitaminas o de hidratos de carbono. Más allá del discurso oficial, los únicos “brotes verdes” de la economía son las cruces de madera que germinan en el hambreado conurbano bonaerense y en el interior del país, cuyas familias salen a juntar cartones conformando la geografía del hambre PRO. 

¿Función social o financiera de la propiedad privada?
La Constitución Nacional del año 1949 sostuvo que la propiedad privada tenía una función social y que ningún sector productivo podía hacer un uso de un bien particular al punto de poner en riesgo la supervivencia del colectivo nacional.
Paradójicamente y pese a que los ingleses ocupan ilegalmente Malvinas y que desde el mes de octubre hacen pruebas militares en nuestras islas, Macri le concedió a la empresa anglo holandesa Shell el control de los recursos naturales del país. Hasta el año 2015 se subsidió la energía con la finalidad de permitir a la población viajar barato o calefaccionarse y al productor nacional ser competitivo. La ganancia desmedida de Shell y de las empresas norteamericanas que manejan la política energética de CAMBIEMOS, ponen en riego la economía familiar y la sustentabilidad del industrial argentino que va directo a la quiebra.
La finalidad fundamental del Ministro de Energía, es la de garantizar a las empresas petroleras extranjeras la repatriación de dólares. No es casualidad por eso, que al ser consultado por la causa del aumento de combustible argentino cuando cayó el precio del petróleo mundial, el Ministro Aranguren argumentó que era el resultado de la devaluación del peso que bajó la ganancia en dólares de las (sus) empresas. En la Argentina de Shell si baja o si sube el petróleo, aumenta el precio de combustible y no existe un uso estratégico y social de la energía.
Como corolario de una política que beneficia a las compañías y no al Estado y al pueblo, el Gobierno Nacional le condonó 19.000 millones de pesos de deuda a las empresas eléctricas, cuando en paralelo les aumentó las tarifas a los usuarios más de 300% (si no fuera por la Justicia la suba sería aún superior).

Gobernar es endeudar
En el siglo XIX Alberdi sostuvo que “Gobernar es poblar; muy bien: pero poblar es una ciencia, y esta ciencia no es otra cosa que la economía política, que considera a la población como instrumento de riqueza y elemento de prosperidad”. El autor tucumano promovió la inmigración anglosajona para remplazar a las etnias y las razas locales. Para CAMBIEMOS gobernar es endeudar y el Gobierno Nacional impulsa por todos los medios la llegada de especuladores que reciben todos los beneficios del Estado y que a cambio no invierten prácticamente nada. El postulado de Alberdi supuso asesinar a indios, negros y criollos para importar europeos. CAMBIEMOS propone destruir al empresariado argentino que es desfavorecido por las medidas de política económica, para luego sustituirlo por el extranjero (preferentemente norteamericano).
Para que lleguen capitales se deterioró el salario vía devaluación del peso y por las paritarias por debajo de la inflación. Este año se abrieron las importaciones y se flexibilizó la salida de capitales que ya ronda los 20.000 millones de dólares.
En lo que va del año 2016 cerraron miles de empresas y se perdieron más de 150.000 puestos de trabajo. El resultado de ésta política será la de debilitar el poder de negociación de los sindicatos y del Estado que ve menguar su capacidad de recaudación y de regulación de la economía. Al obrero que se quedó sin trabajo, le prometen que será contratado nuevamente en el futuro por un empresario extranjero. ¿No sería mejor que CAMBIEMOS cuide la economía como hacen todos los países?. Para las familias argentinas es mejor el “trabajo en mano”, que la “promesa futura volando”.

La propaganda contra la democracia
El Partido Político de CAMBIEMOS son los medios de comunicación. Es por ello que con prematura le dieron poder a Clarín con el Decreto 267/2015 y que impulsan el desembarco de la prensa norteamericana en el país. Los medios oficialistas construyen la agenda noticiosa con los operadores políticos del sistema de Justicia y con la ex SIDE.
La relación de CAMBIEMOS con el resto de las fuerzas políticas se organiza a partir del supuesto de que “conducir es contratar”. En paralelo a que dejaron en la calle empleados estatales de la gestión anterior, CAMBIEMOS contrató nuevo personal allegado ideológicamente aumentando la dotación de personal, según lo documentó el Ministerio de Trabajo.
De imponerse la tendencia neoliberal que hace de la política una mera tarea publicitaria de medios, se pone en juego la democracia argentina y está en riesgo la civilización mundial. Los norteamericanos controlan las redes sociales (Silicon Valley) y pactan con las oligarquías nacionales para consolidar un sistema homogéneo de control de la información. Las corporaciones mediáticas direccionan los datos de los buscadores, te arman paquetes culturales para los celulares a partir de estudiar tus perfiles y no necesitan de tu deseo de informarte para influirte ya que manejan los circuitos culturales y de entretenimiento.   
Si la sociedad actual abandona la tarea de las organizaciones libres del pueblo y se vacían los partidos, los sindicatos, clubes o centros culturales, la política será controlada por las corporaciones mundiales y la democracia se convertirá en una anécdota del pasado.

Geopolítica de la desintegración regional
La política exterior de CAMBIEMOS sigue los lineamientos formulados por un sector de la finanza norteamericana y europea.  El objetivo fundamental de CAMBIEMOS es desandar la UNASUR y el ALBA y hacer del MERCOSUR una plataforma de negocios de un grupo reducido de empresas multinacionales.
Con la finalidad de mostrarse condescendiente con la finanza internacional y con sus titulares, durante el año 2016 CAMBIEMOS protagonizó varios traspiés diplomáticos.  Apoyaron públicamente a los Demócratas en los EUA y a su iniciativa de la Alianza Pacífico: contrariando sus deseos ganaron los Republicanos. Macri se reunió dos veces en un año con el italiano Matteo Renzi, quien renunció recientemente a su cargo por perder un referéndum popular. Tras el encuentro del Presidente argentino con la Primera Ministra Theresa May, los ingleses iniciaron ejercicios militares en Malvinas. La candidatura de Malcorra a la ONU fue infructífera y la Canciller argentina no consiguió que en el Bicentenario de la Independencia concurran delegaciones presidenciales del mundo, más allá de un ex monarca español cazador de elefantes. 
En el único aspecto que están consiguiendo logros, es un su decisión de destruir el MERCOSUR y de aislar a la Venezuela de Nicolás Maduro. Tal decisión es sumamente desacertada en los planos comerciales, sociales, políticos e históricos y da cuenta de una sumisión irresponsable al mandato de los EUA en temas de política exterior.  

En la Argentina de Perón los únicos beneficiarios eran los niños. En la patria de CAMBIEMOS los únicos favorecidos son los bancos, las cerealeras y las empresas de servicios. El modelo de desarrollo de CAMBIEMOS derivó en la recesión económica (caída de 2 % del PBI), en el aumento del desempleo, en la salida de dólares al extranjero y en una inflación del 45%. Como resultado del programa, el presupuesto nacional del año 2017 contempló un ajuste de las finanzas públicas y un aumento del endeudamiento. El proyecto del centralismo porteño y de la aristocracia del dinero extranjero, solamente podrá ser derrotado con la unidad de las provincias federales y de las organizaciones libres del pueblo. De no modificarse la política económica actual, el país corre el riesgo de conformar un marco social y económico propicio para otra crisis como la del año 2001.


Debates del presente para construir un mejor futuro

  POR ALDO DUZDEVICH, para Agencia Paco Urondo  15 Marzo 2024   Hace varios meses deje de escribir. Porque en este tiempo, la cuasi-ob...