Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=205209
El vicepresidente del Estado, Álvaro García Linera,
recomendó, esta semana, seguir cinco pasos para contrarrestar la vulnerabilidad
de los procesos progresistas, esto en la clausura del ciclo en conmemoración de
los cien años del nacimiento de José Luis Massera, desarrollada en el Paraninfo
de la Universidad de la República Oriental de Uruguay.
La autoridad boliviana explicó que existen « estrategias
de contrainsurgencias definidas por gobiernos, empresas y bolsas de valor » que
ponen en marcha ciertas vulnerabilidades gestadas internamente con acciones
agresivas desde el exterior y señaló que América Latina tiene problemas, dentro
del desarrollo de los procesos progresistas, porque ha generado internamente
condiciones de vulnerabilidad, « por decisiones propias y esta es gatillada por
los mercados externos, pero deben reforzarse para volverse invulnerables
mediante reflexiones profundas y sinceras », aseveró.
García Linera señaló que el primer paso « es reconocer y
analizar en qué decisiones nos equivocamos », como gobernantes, esto es muy
importante para avanzar sin repetir errores.
También, dijo que es necesario luchar, a toda costa, para
mantener la unidad del bloque social que fue el constructor del proceso de
democratización continental, « esta alianza de sectores indígena-campesinos o
de campesinos con sectores obreros, con profesionales, estudiantes, esta
alianza que se logró después de mucho tiempo de oscurantismo dictatorial y
neoliberal » hay que defenderla, señaló.
Agregó, que la alianza es una construcción virtuosa de
hegemonía y de un bloque social de poder que difiere en cada proceso
revolucionario y que es necesario « resaltar lo que nos une », agregó.
« En Bolivia, el MAS es una coalición flexible de
movimientos sociales y Evo es líder articulador, el reto es cómo mantener esas
coaliciones. Y la historia de los gobiernos progresistas y revolucionarios se
va a definir al interior de ellos mismos, no por fuera, porque eso sería el
retroceso que es el regreso y restauración neoconservadora de un neoliberalismo
tardío mucho más feroz, autoritario y destructivo, del que se vivió en los años
80 y 90 », complementó.
García Linera indicó que la tercera recomendación es la
capacidad de gestión económica, « la gente nos va a seguir apoyando o nos va a
rechazar por cómo orientemos la economía » y depende de la realidad de cada
país.
Como cuarta recomendación, el vicepresidente boliviano
dijo que cada decisión que se tome debe estar orientada a beneficiar al núcleo
duro, « a aquel que no nos va a abandonar nunca, a los más pobres, a los más
humildes, a los más maltratados », acotó.
« Si tenemos que distribuir los costos, no los hagamos
recaer sobre los más humildes, sino sobre los que tienen más para mantener el
apoyo de los que tienen menos. Nunca se debe perder la base de apoyo de tu
núcleo duro porque, al fin y al cabo, de ahí venimos y cuando pase todo esto,
ahí vamos a volver », agregó.
Y como última recomendación, García Linera señaló el
constante proceso que deben desarrollar los revolucionarios de repolitización y
reideologización de la sociedad, « esta es la tarea más difícil », porque cada
vez que se requiere de mayor cantidad de personal en el aparato estatal, asumen
los integrantes de los sectores sociales y estos se despolitizan.
« Al despolitizar esos sectores, convertir al activista
en funcionario público y dejar abandonado a la comunidad o al sindicato, hemos
dejado un espacio para que las fuerzas conservadoras vuelvan a apoderarse de
esos sectores », complementó.
Por ello, enfatizó en que « toda medida económica que
favorece a lo popular debe estar acompañada de un proceso de narrativa
política, de politización, de un sentido de lo político : lo comunitario, lo
social, lo socialista y lo comunista, mediante cursos de formación política,
seminarios, charlas y demás », concluyó.
*Alvaro Marcelo García Linera es un matemático, sociólogo
y político boliviano, trigésimo octavo vicepresidente del Estado Plurinacional
de Bolivia desde el 22 de enero de 2006, durante el primer, segundo y tercer
gobierno del presidente Evo Morales.