Aritz
Recalde, junio 2019
En el mes de septiembre del
año 1994 el Consejo Provincial de la Mujer[1] de
Buenos Aires lanzó el Plan Vida. Según lo planteó su fundadora Hilda “chiche” González
de Duhalde, la iniciativa tuvo un origen[2]
histórico en la Municipalidad de Lomas de Zamora, que en el año 1970 emuló el
Plan Nacional de Alimentación Complementaria de la Unidad Popular chilena de
Salvador Allende (González de Duhalde 2002: 93).
Los recursos del Plan Vida
eran originarios del Ente de Reparación Histórica del Gran Buenos Aires para la
zona del conurbano y del Consejo Provincial de la Mujer para el interior de la
provincia.
La propuesta se implementó
de manera cogestionada entre el Estado provincial y municipal y las organizaciones
libres del pueblo. La ejecución del Plan fue participativa y se desenvolvió con
las Trabajadoras Vecinales (“manzaneras”), las familias y las instituciones
barriales. En palabras de González de Duhalde el Plan “estableció un eje especifico con el objetivo de fomentar las
potencialidades de las comunidades para organizarse y buscar diferentes
estrategias para la resolución de los problemas, respetando sus particularidades
y su historia” (González de Duhalde 2002: 98).
La estructura de gestión
del Plan Vida fue la siguiente:
Consejo
Provincial de la Mujer
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Unidad
Ejecutora
Provincial
|
Su tarea fue la
planificación general y la implementación del Plan. Capacitó al personal en
los municipios y los barrios. Evaluaba el programa y con ese fin organizó
Jornadas mensuales y utilizó la información de las Unidades Sanitarias y la
generada por los técnicos zonales
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Unidades
Coordinadoras Municipales
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Coordinaban a nivel
municipal las políticas de salud y de nutrición. Comunicaban a los vecinos los
calendarios del Plan. Evaluaron el programa en conjunto con la Unidad
Ejecutora Provincial.
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Referente zonal
Coordinación
Distrital
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Estuvo a cargo de
un grupo de personal técnico y trabajó como un nexo entre las Unidades
Coordinadoras Municipales y las manzaneras.
Cada 20 manzaneras
se designó un “coordinadora” que participó de la mesa de Coordinación
Distrital.
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Nivel barrial
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Se crearon zonas compuestas
por cuatro manzanas a cargo de dos manzaneras (titular y suplente). El Plan funcionaba
en casas particulares y las manzaneras tenían a cargo hasta 190 niños (de 0-5
años) y 35 embarazadas.
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El Plan Vida se implementó en
localidades de más de 20.000 habitantes y cuya población padecía necesidades
básicas insatisfechas. La propuesta intentó revertir las enfermedades y la
mortalidad materno-infantil. El Plan se orientó a que los menores de cinco años
y que las madres embarazadas tengan atención de salud y que adquieran una
cobertura básica nutricional. La iniciativa incluyó la capacitación de las
manzaneras y de los vecinos, la asistencia médica y el seguimiento
personalizado de la maternidad en situación de riesgo. Se fomentó la lactancia
materna y se acompañó a las mujeres y a sus familias en la asistencia para el
parto y el cuidado de los bebes.
La iniciativa tuvo tres grandes
módulos que eran:
- Sanitario. Se desarrolló una
red de asistencia a niños y a embarazadas y se capacitó a la mujer gestante. Se
fortaleció la tarea de la familia y de la comunidad en el control del niño recién
nacido. El Plan vinculó las necesidades de los vecinos con las unidades
sanitarias, los hospitales y con los servicios de emergencia. El programa
difundió los planes de vacunación y las campañas para prevenir
enfermedades.
- Nutricional. El Plan
distribuyó alimentos frescos y secos a los niños menores de 5 años y a mujeres embarazadas.
La ración era de medio litro de leche fresca diaria -y en polvo para el
interior-, tres huevos y de manera rotativa se entregaban un kilo de
arroz/harina/fideos semanal. Se distribuía 1 kilo de azúcar mensual. Se
reforzaba la cantidad de leche en los bebes de 6 a 12 meses. Se capacitó a las
familias en normas de higiene y manipulación de alimentos.
- Organización comunitaria.
González de Duhalde sostuvo que las políticas de la Gobernación “tratan de fomentar las capacidades locales
para lograr la sustentabilidad más allá del apoyo del Estado, implicando la
formación de funcionarios, técnicos locales y líderes comunitarios” (González
de Duhalde 2002: 92). El Plan Vida se ejecutó con la participación de los
vecinos y de las instituciones existentes en cada barrio. La propuesta requirió
una importante logística que incluyó la movilización de recursos materiales y
humanos y con esa meta se implementaron capacitaciones para la gestión y la
promoción de la tarea comunitaria.
La
tarea de las manzaneras
“La propuesta de la participación
de la mujer en las redes barriales solidarias cumple un doble objetivo: tomar
para la formación de la red al actor social más capacitado para el desempeño de
la función y motivarla a través de las tareas de organización y capacitación
para proyectarse en una realidad más abarcadora que las cuatro paredes de su
casa. La conformación de una red de trabajadoras vecinales en el nivel
comunitario fue y es una herramienta útil porque propicia la participación y la
organización de los vecinos en el barrio, generando practicas autogestivas”.
(González de Duhalde 2002: 97).
El Plan Vida fue
implementado inicialmente por el Consejo Provincial de la Mujer y luego desde
el Ministerio de Familia y Desarrollo Humano. González de Duhalde puntualizó cuál era el origen de la
dependencia institucional del programa y la importancia de la mujer en su
implementación:
“Muchos podrán preguntarse
por qué los programas sociales fueron liderados por el Consejo Provincial de la
Mujer. La respuesta no se encuentra si se piensa en la mujer como género. La
mujer es mucho más que el género en su participación social, porque en nuestra
cultura sudamericana se transforma en la articuladora de la comunidad. Es a su
alrededor que se construye la familia, que se establecen las redes solidarias
naturales e incluso, en los últimos tiempos, son ellas quienes llevan adelante
tareas de protesta o reivindicación que sobrepasan con mucho su rol de género.
Entonces, cuando pensamos en la mujer como articuladora de la estructura funcional
de las comunidades bonaerenses es cuando comprendemos por qué esta institución
aparentemente focalizada fue en realidad el lugar ideal para comenzar una tarea
que tuvo por objeto a todos los sectores necesitados de la comunidad”
(González de Duhalde 2002: 44).
Las manzaneras eran trabajadoras
voluntarias y no cobraban por su tarea y se eligieron en asambleas conformadas con
participación de vecinos y de instituciones y organizaciones de cada barrio
(sociedades de fomento, parroquias, escuelas, etc.-). El concepto de
solidaridad y de compromiso social fue el articulador de la política pública. El
perfil de las mujeres seleccionadas tuvo que ver con su representatividad frente
a los vecinos y tal cual puntualizó González de Duhalde a “pesar de su incorporación al mercado de trabajo en los últimos tiempos,
las actividades barriales relacionadas con estrategias de supervivencia
continúan siendo un aspecto central de su actividad” (González de Duhalde
2002: 96). Las manzaneras tenían que residir en la zona y disponer de tiempo
para implementar el Plan. Su casa funcionaba como depósito y como centro de
distribución de los alimentos.
Las manzaneras
identificaban los domicilios y a los beneficiarios del Plan y recibían,
distribuían y controlaban la entrega de los alimentos. Las trabajadoras
llevaban planillas de registro e informaban los avances a la Unidad
Coordinadora Municipal.
Las manzaneras organizaban
a los vecinos y a partir de esta red humana impulsaban capacitaciones y
diversas acciones sociales. Su rol fue importante para simplificar la
implementación de las políticas públicas en los barrios y para acercar a los
vecinos a los gestores públicos.
El impacto
del Plan Vida
Beneficiarios
1994 1997 1999
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|||
Beneficiarios
directos
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62.000
|
971.011
|
1.087.081
|
Trabajadoras
vecinales
|
1597
|
25.010
|
35.000
|
Mortalidad Infantil en
Provincia de Buenos Aires
1991 1994
1997 2000
|
||||
Tasa de mortalidad
(por 1000 nacidos vivos)
|
24,2
|
21,8
|
18,8
|
16,9
|
Fuente: González de Duhalde 2002
Otros
programas de cuidado del niño y de la maternidad de la Gobernación Duhalde
Como complemento del Plan Vida,
en 1997 la Provincia lanzó el Programa Comadres orientado al “acompañamiento y contención de mujeres
embarazadas y la articulación con las organizaciones de salud”. El gobierno
bonaerense capacitaba a las mujeres en el cuidado de los niños menores y en los
“riesgos de la primera infancia,
significación del juego, lenguaje y creatividad”. Se formaban redes de
acompañamiento y de contención de las embarazadas y se reforzó el vínculo entre
las organizaciones de los barrios y el sistema de salud. En el año 1999
Comadres tenía 7.747 beneficiarias (González de Duhalde 2002: 71, 114-115, 121).
El gobierno bonaerense
implementó en ámbitos municipales y en organizaciones de la comunidad el “Programa Unidades de Desarrollo Infantil”.
Entre sus acciones, el Consejo Provincial del Menor otorgaba subsidios y
dictaba capacitaciones a miembros de los Jardines Maternales (niños de 0 a 5
años), en la Casa del Niño (niños de 6 a 13 años) y en los Centros de atención
integral a niños con necesidades básicas insatisfechas (González de Duhalde
2002: 71).
Actualidad
y perspectivas
“El
proceso de globalización económica neoliberal produjo en los últimos años una
doble transferencia de recursos: a) de los pobres a los ricos, y b) de los
países pobres a los países ricos. Ello aportó inmensos bolsones de pobreza, con
su natural consecuencia de la exclusión social”. Eduardo Duhalde
Han pasado más de dos
décadas de iniciado el Plan Vida y tal cual menciona en el epígrafe el ex gobernador Duhalde, la pobreza, la exclusión
social, la precariedad del trabajo y la falta de atención sanitaria siguen
azotando a millones de bonaerenses. En la actualidad y según datos del INDEC,
de la UNICEF y del Observatorio de la Deuda Social de la Argentina, casi la
mitad de los niños de la provincia de Buenos Aires padecen la pobreza monetaria
y sufren distintas privaciones vinculadas a esa condición. Como resultado de la
fragilidad laboral y social de las familias argentinas, en septiembre del año
2018, 3,9 millones de niños recibieron la Asignación Universal por Hijo
(incluyendo a los destinatarios de la protección por discapacidad). Esos datos
reflejan la terrible dimensión económica y social de las políticas económicas
neoliberales y también demuestran la incapacidad de la política argentina para resolver
el problema estructural de la pobreza y del abandono de la niñez.
El Plan Vida implicó una intervención
fundamental de la mujer en la gestión política local y reforzó en la comunidad los
valores morales del cuidado del niño y de las embarazadas. La iniciativa
incluyó de manera protagónica a las instituciones barriales y con ello canalizó
y potenció la cultura organizacional y solidaria de los bonaerenses.
Las redes de trabajo
creadas fueron fundamentales para acercar al Estado provincial a los barrios
más remotos y permitieron que los programas de salud alcancen a poblaciones vulnerables
históricamente postergadas.
A la salida del gobernador
Eduardo Duhalde en el año 1999, la estructura del Plan Vida y el accionar de
las manzaneras fueron paulatinamente abandonados, si bien existieron algunas
continuidades[3].
En paralelo, el gobierno provincial delegó buena parte de su tarea de
asistencia social a la esfera del Estado Nacional. La ejecución de programas fue
descentralizada en diversas organizaciones políticas que negocian y/o disputan
con la esfera Nacional la asignación de los recursos. El accionar del Estado
provincial en los barrios fue debilitado y se rompieron muchas de las redes de
intervención comunitaria que eran sumamente importantes.
Frente a ese panorama, consideramos
central reconstruir el Estado Bonaerense que debe convocar a la comunidad a
superar la situación de emergencia social existente. El Plan Vida fue una
experiencia que demostró la potencialidad trasformadora que encarnan la organización
vecinal, la participación política de la mujer y su familia y del conjunto de
las fuerzas vivas y solidarias del pueblo.
Anexo
Instituciones
Bonaerenses de gestión de la política social 1991-1999
1991 Ministerio de Acción
Social
1987/91 Consejo Provincial
de la Mujer (Ley 11.097)
1992 Ministerio de Salud y
Acción Social
1994 Ministerio de Familia
y Desarrollo Humano
1995 Consejo Provincial de
la Familia y Desarrollo Humano (Ley N° 11.737)
1995 Consejo Provincial del
Menor
Programas
sociales alimentarios
Nacionales: Programa Copa
de Leche (1930), Programa Materno infantil (1936), Programa de Promoción Social
Nutricional (1972), Programa Alimentario Nacional (1983), Programa Bono (1989),
Programa Pro-Huerta (1990), Programa materno infantil y nutrición (1992), Programa
de Alimentación y Nutrición Infantil (1995), Programa Unidos (2000), Asignación
Universal Por Hijo (2009). Bonaerenses: Programa Alimentario Integral y
Solidario (1990), Programa Social de la Familia Bonaerense Eva Perón (1992),
Plan Vida (1994), Plan Mas Vida (2001) (González de Duhalde 2002) (Villalva
2006).
Bibliografía
citada
González de Duhalde (2002) El Plan Vida, Temas.
Duhalde Eduardo (2011) De Tomás Moro al Hambre Cero, Planeta.
Recalde Aritz (2018) Políticas para la mujer durante la
gobernación de Antonio Cafiero, Revista Movimiento.
Tuñón I. Poy S. (2019) Pobreza, derechos e infancias en la
Argentina (2010-2018), ODSA, UCA.
Villalva Adriana (2006) La participación de la comunidad en la
implementación de Programas Sociales, CEDES – FLACSO.
[1] El Consejo
Provincial de la Mujer fue creado por el gobernador Antonio Cafiero con el
Decreto 17/87. Luego fue aprobado por la ley 11.097/91.
[2] En el año 1992 con el Decreto 1685 se creó el “Programa Social de la Familia Bonaerense Eva Perón"
dependiente del Ministerio de Salud y Acción Social. Tenía tres componentes:
Materno-infantil, Comedores Escolares y Plan P.A.I.S. (Programa Alimentario,
Integral y Solidario).
[3] La Ley Nº 14245 de 2012 creó un “régimen especial de subsidios para las Trabajadoras Voluntarias
Vecinales conocidas como “Manzaneras y/o Comadres”, que realizan trabajo social
gratuito en la implementación y ejecución del “Plan Más Vida”. Si bien se
reglamentó por decreto 600/12, prácticamente no se implementó.