Por Aldo Duzdevich para la Agencia PACO URONDO
Hace varios
años, escuché de una compañera de AGENCIA PACO URONDO la siguiente
reflexión: “Una equivocación de la JP de los 70 fue elegir al Movimiento Obrero
Organizado como enemigo estratégico, nosotros no vamos a repetir el mismo
error”. Nunca me olvidé de esa frase.
Los debates
sobre nuestro pasado reciente nunca saldados (aunque muchos viejos compañeros
míos los prefieren evitar) vuelven a cada rato y ahora en boca de las nuevas
generaciones. Se reitera con el tema Rucci, que, al no lo tenerlo resuelto dentro del peronismo, el adversario político y
mediático aprovecha cada tanto para meternos cizaña entre nosotros.
Estos días la
discusión surgió una vez más en la militancia nacional y popular. Algunos no
quisieron hacer el homenaje en la legislatura bonaerense. Máximo hizo una referencia a Tosco. Y Larroque sacó un tuit con un
video de homenaje a Rucci. Entonces, en el marco de cierta lógica
binaria, aparecieron los “ortodoxos” insultando a Máximo y los defensores
de Montoneros insultando a Larroque.
Soy enemigo del
pensamiento binario, porque además de estúpido y poco profundo, es inservible
en política, sobre todo en el pensamiento y práctica peronista. Es el formato
de ver la historia y la realidad entre buenos y malos, blanco o negro, sin
entender que la vida se mueve en una infinita gama de grises. Entonces si los
montoneros son los buenos de la historia, todos los demás son los malos,
empezando por Perón que los expulsó de la Plaza; Rucci y el resto de los
dirigentes gremiales; todos los peronistas que no se identificaron con
montoneros; e incluso el propio Papa Francisco que con la misma lógica, cayó en
la volteada.
Olga Ruiz,
Investigadora de la Universidad de la Frontera, Temuco, al analizar lo ocurrido
en los campos de concentración de Chile expresa: “los grandes relatos sobre
nuestra historia reciente se han construido centrados en el heroísmo y la victimización, esquema binario que se
afirma y consolida en la figura del traidor. Se trata en realidad de una
triada (héroe-víctima-traidor) en las que el quebrado concentra -como un chivo
expiatorio- las contradicciones, los fracasos y la derrota de la izquierda
chilena”. “Es más sencillo atribuir la caída sostenida de militantes a unos
cuantos traidores que analizar críticamente las políticas adoptadas por las
dirigencias de las organizaciones revolucionarias.”
El maestro Jauretche tenía una frase para afrontar el
debate histórico: “Emparejemos y larguemos”. El “emparejar” antes de largar
(como se hace en las “cuadreras") es el poner todo sobre la mesa, o sea
describamos los hechos como tal fueron y luego si, podemos debatir las
diferentes interpretaciones.
Retomando a Olga
Ruiz, veamos quienes escribieron “los grandes relatos” sobre Rucci que leyeron
la mayoría de los jóvenes. El primero, Miguel
Bonasso, exmilitante montonero hasta 1979; en su libro “El Presidente que
no fue” llega sugerir que fue Perón quien mando a matar al padre Carlos Mugica;
así que es deducible qué opinión tiene del General. Horacio Verbiskty exmilitante montonero hasta 1978, creador del
concepto “Masacre de Ezeiza”, que justifica entre otras cosas el posterior
“ajusticiamiento” de José Ignacio Rucci. Eduardo
Anguita y Martin Caparros en “La Voluntad”, Anguita excombatiente del
ERP detenido en el copamiento del Comando de Sanidad (6-9-73), Caparros
militante de JP colaborador en la revista El Descamisado. María Soane militante del PRT-FAS estructuras políticas del ERP.
Luego tenemos a Larraquy y Reato
(“Galimberti” y Operacion Traviata”) dos periodistas que han recibido la
confesión de varios ex-militantes montoneros para que escriban su versión
heroica de la historia. Y el “Tata”
Yofre, un personaje que reivindica “en parte” la dictadura y paso por la
jefatura del SIDE. Estos tres últimos
coinciden con los anteriores en un punto: el malo de película fue Perón.
Solo por nombrar los más famosos o leídos. Yo, tampoco nací de un repollo;
milite en montoneros hasta febrero del 74 cuando rompimos con la JP Lealtad; en
su momento fuimos amenazados por la Orga y no fusilaron a nadie, entre otras
razones, porque entre los “lealtad”, había algunos muchachos “muy pesados”
también, y los fusilamientos iban a ser mutuos. Así que nadie mea “agua
bendita” y es sano aclarar que historia tiene cada uno. “Emparejemos y
larguemos.”
Yendo al caso
Rucci. Todos los historiadores que nombré coinciden en afirmar la autoría de
Montoneros. Luego hay un listado enorme de protagonistas de la época desde el
padre Mugica hasta Gorriaran Merlo que dan la misma versión. Y finalmente esta
la revista oficial de la Orga “Evita
Montonera” Nº 5 de Julio del 75, que lo certifica públicamente.
Solo los tres
sobrevivientes de la conducción nacional (CN) niegan cualquier participación de
Montoneros en el asesinato. Y esto tiene una razón lógica y entendible: a
partir del libro de Reato, Claudia Rucci
(que cobro indemnización adjudicándole la muerte de su padre a la Triple A) se
presentó a la justicia pidiendo declarar delito de lesa humanidad. Tema en
el cual, el Juez Lijo falló en favor de Montoneros, certificando que se trata
de un delito común alcanzado por la prescripción de ley. Pero bueno, el temor
de la “CN” sigue estando y “mejor negar todo”. Lo entiendo.
Algunos como Robledo (que fue entrevistado por AGENCIA
PACO URONDO) intentan sostener la versión de que fue la CIA. La intención,
busca reconciliar los opuestos. Todo quedaría en un “pequeño mal entendido”
entre Perón, la CGT y los montos, superado por este “revisionismo histórico”.
Pero, es imposible de sostener en términos facticos. Además, con la confesión
escrita en el Evita Montonera dejaría la puerta abierta para los que dicen que
a Montoneros siempre lo manejo el 601 y la CIA.
Ahora tratemos
por un momento de ver las cosas desde el otro lado. Del lado gremial. Muchos de
los dirigentes o militantes gremiales de la época de Rucci están vivos, e
incluso algunos de quienes militaron con él, hoy ocupan sitios dirigenciales en
los gremios. Si uno ingresa a la sede de SMATA
en Avenida Belgrano, lo primero que se encuentra es un busto de Dick Klosterman
asesinado por las FAP Comando Nacional en mayo de 1973. El SMATA que dirige
Ricardo Pignanelli es uno de los gremios que más apoyó a los gobiernos de
Néstor, Cristina y Alberto todos estos años. En la UOM vamos a encontrar los bustos de Rucci y Vandor, lo dirige
Antonio Calo, otro incondicional en la “década ganada”. Y hablemos de Hugo
Moyano que fue a Néstor lo que Rucci era a Perón. En ese momento era “rubio y
de ojos celestes”; hasta que se peleó y se acercó a Macri, entonces pasó a ser
acusado de pertenecer a las “patotas sindicales” en los 70. Ahora volvió a ser
“rubio y de ojos celestes”. Estos dirigentes por mencionar solo tres, durante
años participaron respetuosamente en los actos de homenaje a ex-militantes
montoneros muertos o desaparecidos. ¿Es
justo que desde nuestro espacio político sigamos diciendo “Rucci traidor
saludos a Vandor”, mientras rendimos homenajes a los muchachos que “con razones
o no” los mataron?
La verdad, a mi
Rucci nunca me cayó muy simpático. Como no me caen simpáticos algunos
dirigentes gremiales y políticos actuales. Y me emociono más cuando participo
de un homenaje a algunos compañeros que conocí militando en los 70. Pero como
cuadro político del peronismo que soy, entiendo claramente que rol le dio Perón
a Rucci y al Movimiento Obrero Organizado en su conjunto. Y comparto totalmente
aquella frase que un día dijeron los pibes de AGENCIA PACO URONDO, “el Movimiento Obrero nunca más debe ser
considerado como un enemigo; sino todo lo contrario.”
Entonces ya es
hora de que empezamos a entender los errores del pasado para no volver a
repetirlos, y no hace falta que durmamos en la misma cama, pero acompañemos
respetuosamente la memoria de nuestros muertos. Porque como dijo Nicolás
Casullo: “La historia del peronismo tiene el peso insoportable de ser siempre
la historia buena y la historia mala: casi toda la historia. El peronismo debe
hacerse cargo de su memoria que a veces se parece tanto al todo argentino,
sabiendo que nunca dejo de albergar sus varias almas en pugna.”
