lunes, 12 de marzo de 2012

Aguafuerte para hacer olas. Tilinguería For Sale (o ¡sacate esa remera!)

Por Dionela Guidi y Juan Godoy

Sorprende ver en los últimos tiempos gran cantidad de remeras con la bandera británica al frente. Realmente no son una novedad. Ya las habíamos visto varias veces hace algunos años. Pero ahora parecieran verse en gran cantidad, justamente cuando reverdece la cuestión acerca de la soberanía sobre nuestras Islas Malvinas, a casi 30 años del conflicto bélico, más de doscientos de las invasiones de 1806/07, cerca del bicentenario de la primera ocupación de 1833, y en plena reivindicación de la heroica gesta de la Vuelta de Obligado. No queremos aquí tomar partido por lecturas conspirativas con respecto a las remeras, sino pretendemos abordar la cuestión desde lo que Don Arturo Jauretche denominara la colonización pedagógica, como medio para asegurar la dominación en tanto no permite pensar la nación desde nuestros propios intereses, sino más bien hay una, en palabras de Paulo Freire, una introyección del opresor. Las remeras así como parte de un entramado mayor, donde se imponen usos, costumbres, formas de pensar, etc. La cuestión es conjuntamente dar cuenta de algunos de estos fenómenos que tienden a naturalizarse. De esta forma, como parte de ese entramado de colonización pedagógica veamos algunos casos: la Señora Rodríguez (no se llama Rosa… Nos trae malos recuerdos), quiere que su “pequeño hijo” Cristóbal (cariñosamente Christopher) reciba una educación de calidad. Así decide mandarlo a uno de esos colegios bilingües, de mañana castellano, por las tardes inglés, lo cual es reforzado por ir también a la Asociación Cultural Inglesa. Aprendió también historias de civilizados y de bárbaros. De algún hombre, que se había adelantado a su tiempo, que era el más grande hombre civil de estas tierras. De aquella Argentina gloriosa que supo ser granero del mundo, casi parte del Imperio Británico. Calidad de educación es para la Señora Rodríguez, con toda buena voluntad y amor de madre, sinónimo de apropiación de la mirada y las formas coloniales, esto es aprender la civilización.  Otro caso que podemos ver es el del Señor Gómez, a quien le encanta caminar por las calles de Buenos Aires. el Señor Gómez piensa que es un Gentleman, por eso al caminar, le gusta hacerlo por determinados lugares de la ciudad, para así, por ejemplo, poder ver el monumento de aquel político británico que pretendía que las ex colonias españolas cayeran bajo dominio británico, George Canning (ese que fue construido en el ’37, que por el año ‘84 lo habían destruido y en los 90’s fue vuelto a colocar en el mismo lugar), pasear por Retiro y ver la famosa Torre de los Ingleses, caminar por Quintana, ya que era aquel Presidente que había sido defensor del Banco de Londres y amenazado con bombardear Rosario con una Cañonera británica, o por Norberto de la Riestra, agente de la Banca inglesa, pasear por la “lujosa” Av. Alvear y ver el Alvear Palace Hotel, miembro de la Cámara de Comercio Argentino-Británica. El Señor Gómez es parte, de la colonización pedagógica del espacio urbano, de las calles, monumentos (“pedagogía de las estatuas” según Ricardo Rojas), etc. Él, todavía… no lo sabe.  También podemos ver el de un joven, de esos que usan aquellas remeras que comentábamos al principio, se llama Miguel López, o Mike como él se presenta. Él había querido ir a la Universidad de Belgrano, le daba cierta seguridad que esta fuera también miembro de la misma Cámara que el Hotel que le gustaba al Sr. Gómez. Él solía fumar, en especial algunos cigarrillos Lucky Strike, él caminaba como Gómez, pero, con “más onda” viendo los carteles luminosos cuando caía el sol, las propagandas: “Cadbury Dairy milk”, “Dove, go fresh”, “For Sale”, “Happy Hour”, “¿Ya te animaste a crear una bandera para la Nación AXE?”, etc., etc. Ah, Mike vive en la zona sur de la Provincia de Buenos Aires, así al pasar por la plaza Constitución, él no sabe pero podemos recordar que ese ex Ferrocarril del Sud (hoy Roca), había sido de capitales británicos, que junto con otros, conformaba un abanico hacia la ciudad-puerto, que expoliaba la nación, esa tela araña que Sacalarini sostenía que aprisionaba a la nación. A Mike no le gusta para nada la música nacional, no le resulta de su clase, solo escucha música en inglés, le parece, dice: más cool. Es miembro, por su trabajo, socio (al menos así lo siente) del Standard Bank. Pensamos que “Mike”, quizás algún día dejará de serlo, para empezar a ser Miguel y fundirse con su historia, que es también la historia de su pueblo. Son solo tres ejemplos, “coloridos”, elegidos al azar, de los muchos que existen y que son parte de la superestructura cultural de colonización pedagógica de los países semi-coloniales, que busca que cada día nos volvamos más zonzos, pero aquí no se trata de ser vivos sino que solamente pretendemos esquivar ese destino y ser, al menos, giles avivados, así que, desde nuestra humilde posición terminamos esta pequeña nota diciéndoles a nuestros jóvenes: “¡sacate esa remera!”

martes, 6 de marzo de 2012

Mariano Dubín: continuando la línea poética abierta por José Hernández

“Poesía es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse, y que forman algo así como un misterio” aseveraba García Lorca. En Bardo (2011, Editorial Pixel) las palabras se unen, asocian y disocian caótica e irreverentemente, honestas y brutales; meten púa en el estómago del verbo, disparan como chumbo caliente, punguean versos a la calle, se agitan como ríos de sueñera y barro, de barrio y pampa. En Bardo, el primer misterio a desentrañar es cuál de todos es su autor, Mariano Dubin: ¿el judío errante o el púgil tolosano? ¿El gaucho perseguido o el villero de clase media? ¿el “blanquitogordo” que usa anteojos o el Enrique Santos Rimbaud de mostrador? “Qué divertido es ser un rato quien no soy”, escribe este profesor en letras y autor de Con los pasos de la mala vida (2006) y La razón de mi lima (2009), que al completar la trilogía decide divertirse -no sin sangre y pluma- siendo todos a la vez: como el bardo, lleva y trae elementos de diversos universos, cambalacheando sin perder coherencia versos que destilan urgencia y éxtasis, ideología y heterodoxia. “San Martín/ escribió en el paredón/ declaró la guerra a todo el Imperio/ era otra vez correntino y villero./ compañeros la guerra se la haremos/ así curtidos/ sin dinero/ si no tenés pelotas para curtirte/ por tu patria/ tómatela/ que vienen los tiempos/ de los que tienen el/ odio engordando/ sus venas.”Bardo comienza así: tras la primera campanada, golpea frenético con el ímpetu del retador por el que nadie da un mango y con el orgullo del que se para de manos en una esquina. Como bardo, Dubin bardea y si “los libros no mienten”, se la banca.

-La palabra bardo asume en tu libro más de una acepción, ¿no?

-Bardo sintetiza mi manera de pensar la poesía… por un lado yo busco una poesía épica, que cante y cuente; que se relacione a la narración, a breves historias. Ahí están los poetas que me gustan: José Hernández, Leónidas Lamborghini, Atahualpa Yupanqui, Enrique Santos Discépolo… obviamente, los letristas de tango, de chamamé, de cumbia villera… los grandes cronistas de nuestro mundo popular. Por eso la idea de bardo, la de los antiguos juglares que iban de pueblo en pueblo contando las nuevas… pero también bardo porque la poesía, inevitablemente, tiene que hacer ruido. No es una descripción, como el noticiero o el paper universitario, que establece un estado de la cuestión; la poesía, antes que nada, como entendió Bartolomé Hidalgo hacia 1810, tiene que ser políticamente revulsiva, tiene que ser la voz del pueblo hecha trinchera, tiene que ser bardo al estado de la cuestión; no tiene que definir sino todo lo contrario, destruir las categorías con que nos enseñaron a ver el mundo.

-La obra se alimenta de los recursos verbales totalmente coloquiales, suburbanos, orilleros y villeros. ¿Eso nace de una familiaridad, de una fascinación o un manifiesto? ¿Las tres cosas quizás?

-Mi poesía tiene un origen geográfico claro: de la plaza del Carmen en Tolosa al Churrasco. En ese pequeño radio descubrí la originalidad, digámosle para ponerle un nombre, de la lunfa villera. Ahí descubrí a los letristas de cumbia, que cambiaron mi percepción de la poesía: Pibes Chorros, Meta Guacha, Flor de Piedra… algunos poetas hacen, de cierta manera, un trabajo antropológico; investigan la voz del pueblo: Atahualpa con la voz andina, Lorca con la andaluza gitana, Discépolo con la rioplatense, Nicomedes Santa Cruz con la afro peruana… pero a diferencia del académico que todo ese mambo lingüístico y cultural lo busca traducir a categorías burguesas, occidentales, el poeta lo regresa a la calle, mezcla su voz con las voz del resto, no lo convierte en algo muerto para ser leído en las morgues del conocimiento, le da vida para ser parte del mambo.

-Ocupa un lugar importante el humor, como un recurso para abordar tópicos densos…

-Totalmente. La izquierda la pifia con el realismo socialista, el neorrealismo y otras formas del aburrimiento. Uno aprende el humor en la calle, en el barrio. Yo no voy a regalar mi risa, porque no es una risa idiota, es la risa que se quiere comer al mundo, que se burla de lo que dicen que es la cosa seria: la propiedad privada, los héroes de salón, la academia... Con la risa nos vamos a comer al mundo y cuando un chamamé sea himno nacional me voy a reír mucho de que todo haya sido una gran broma criolla…

-“Me dijo/ que era el mundo poco redondo/ dentro de sus ojos,/ y conoció/ en un vino de cartón/ todo el amor a nuestra nación.” La Patria es uno de esos tópicos y tu intención parece ser la bajarla del cuadrito del aula, de la bandera planchadita: es un territorio conflictivo, complejo y apasionante ¿no?

-La patria, en general, es lo que queda por fuera de la escuela. Hay más patria en Sentimiento villero de los Pibes Chorros que en un paquete que va a hablar de Rosas o Belgrano a la televisión. A mí me interesa la patria donde se habla toba y guaraní, la patria de la esquina, la patria de los laburantes. Yo me eduqué ahí; ahí tuve los grandes maestros de mi vida. Entre ellos mi abuelo Rogelio, un criollo viejo, que tuvo la salud de no haber tocado un aula en su vida y morir a los 94 años sin saber leer ni escribir pero con él, en caminatas largas por los campos, entrando al monte para cazar una vizcacha, aprendí la sabiduría de mi pueblo: coplas, refranes, cuentos. Esa es mi patria.

-Con Bardo cerrás una trilogía. ¿En qué se asocian esos tres libros?

-Hay gente que habla del siglo XIX y dice Balzac, la Modernidad, la ratio occidental pero para mí el siglo XIX es José Hernández escribiendo contra la guerra del Paraguay; la resistencia mapuche contra el Estado oligarca. Yo creo que ahí está lo original nuestro, en esa búsqueda de la palabra propia que nace con Bartolomé Hidalgo que postula que en las voces de indios y criollos está lo nuevo. La estética es la manera propia de los pueblos de sentir el mundo. No hay estética universal, porque no hay una forma única de sentir la muerte, la envidia, el dolor, la traición…

-Decís que la poesía es una experiencia. ¿es una de ellas en las que no se sale ileso?

-Leer es siempre comprometer el cuerpo. En Bardo están mis preferencias: los poetas lunfardescos (Carlos de la Púa, Gandolfi Herrero); Marcial, Catulo, también otros poetas antiguos; Villon, Quevedo; también Lorca, Nicomedes Santa Cruz, la gauchesca; no sé, son un conventillo de influencias… bueno, uno escribe, también, para digerir esas influencias, para que no lo destruyan, para no convertirse en un Quijote de esas lecturas; como uno no puede ser todos, escribe, para incorporarlos, en una práctica chamánica, antropófaga, que es inventarse la voz propia con la voz de los muertos, de los otros, de los que envidia por fuerza, por poder, por inteligencia… de este asunto nunca se sale ileso, y si se sabe eso, ya se tiene lo mínimo para empezar a patear el camino.

(Fuente: Entrevista a Mariano Dubín, "Bardero", Diagonales, 02/03/2012, por R.G.M.)

La vuelta de Obligado (de La razón de mi lima, 2009)

pasame la birra Tulu / ¡vamo a ver Los Leales! / ¿hoy? / éste no viene má / ¡no viene más / no viene!/…/(el Limeño se espera en la esquina) / ¿en qué esquina? / ¿qué dice éste?/…/éste no viene / ¿te parece? / ¡¿y?! /no viene/…/¿me pasá un careta? / che / ¿alguien lo ve al Antonio? / dale / desaparecido / ¿qué? / es un gil / ¡che! / pa mí / que el Limeño / no viene/…/¡cómo está la garrafa papá! / voy a calentar el agua con / ¡callate! / ¡éste no viene!/…/los barrios de lo planes / ¿qué? / no le pusieron ni palenque / ¿quién? / ¡los chanta! / éste no viene/…/yo al burro lo ato a mi catre / andá / que sí / tomatelá / gil / si está má flaco que vo / ¿yo? / por sarnoso / por eso decí/…/me contagió tu hermana / ¿qué? / atrevido / chupala / agarrala / ¡no agiten! / guachos / no viene / ¡basta!/…/Pispiá al Teta / cómo agita / es un bardo / un borracho / ¡es una nena!/…/che Tulu / pasa la birra / ¿querés? / dale che / no le hablés/…/¿el Chaqueño? / no sé / ¿sale el fulbito? / Limeño / qué gato / gil / no se rescata / ¿y el Mono? / no está / éste no viene ya /…/Mariano / andate a buscar un vino / copensé / unas monedas / dos, tres / éste no / como perdimo / la final… / ya casi estaba / son unos gatos / unos putazos / ¡pasá la birra Tulu! / ¡no le hablés más!/…/yo vuelvo al rancho / pará / a mí ese gil no me duerme / pará / si vos dormís en la plaza / linyera / croto / tomatelá/…/lo boleteo / ¿vos? / si / ja / vos no boleteás nada / ni el bondi / pan triste / parás/…/¿y qué hacemo? / le vieron a la María / ¿lasqué? / ¡cómo le crecieron! / ¡las cocas! / uy, mamá / yo se las como crudas / no la espero / robacuna / si tiene como quince la pendeja / tiene má vuelta que Boca / qué delantera / le re cabe / la joda / ¡escuchá! / ¡pasá la birra! / ¿cachás? / Tulu / ¡La birra! / la birra / ¡pasámelá! /…/¿viene? / ¿queda birra? / ¿ése no el Limeño? / no / ¿noes? / No / y si… / No / ¿no viene? / No / ¿no? / No / bueno nos vamo / no / ¿no? / No / la puta/…/¿cuánto cobran Lo Leales? / ¡Andá cabeza de cumbia! / chupámela chetito / Tulu / ¡¡Pasá la birra!! / éste no viene / no / ¿nos vamos? / y vamonó…/…/che / me tirá unos pucho / que ando corto / dale / che / ratón / tomá/…/

Plaza del Carmen, Tolosa.

¡Basta de negros! (de La razón de mi lima, 2009)


(i)
indio / negro / negro de mierda / negro de alma / negro negro/

mulato / la Boca / vendedores / ambulantes / negros lindos / son del Corso / la comparsa / de los negros / ¡negros chorros! / los tambores / negros negros / qué macana / son villeros / re villeros / y tumberos / ¡no te olvides! / negros negros / muchos negros/... /escuchan cumbia / la verdad / toman vino / y además / carnavalito / chamamé / tereré / ¿qué queré?/... /¿música? / ¡de negros! / ¡y qué negros! / bolivianos / y de obreros / ¡paraguayos! / todos vagos / son peruanos / correntinos / argentinos / santiagueños / sin trabajo / que no quieren / progresar/... /piqueteros / medios gauchos / todos guachos / rostros negros / ¡y villeros! / cada negro / que trabaja / como negro / que no quiere / trabajar / y los negros / que trabajan / siendo negros / ¡todos negros! / ¡sin un peso!/... /los mestizos / con yapa / Namuncurá / sin changa / Catriel / en cancha / Saihueque Nahuel / ¿en qué idioma habla? / ¡parece un indio! / ¡parece ranquel!/.../la milonga / arranca gorda / los negros / payadores / la chola / negro mono / hay quilombo / hay pardos / hay morenos / y zambos / los negros / ¡qué borrachos! / ¡qué linyeras! / cabecitas / todas negras/... /también baila / la morocha / bien sudada / como negra / como en baile / catinga cabeza/negro cabeza / criollo / buen hoyo / cartonero / basurero / ¿documentos? / ¡al calabozo!/.../ciruja / el toba / ¿trabajan? / el kolla / limpiavidrios / pide limosnas / el coplero / chamullero / ¡que trabaje! / es minero / todo negro / y tan sucio / parece indio / el obrero / medio indio / es un indio / entero / ¡que lo manden! / ¡al desierto!/... /meta vino / también chicha / del pico toma / la cerveza / con la baba / el potrero / ¡cómo corren! / van corriendo / muchos negros / sí que corren / ¡que no roben! / son los negros / son los indios / son malones / los secuestros / Panamericana / los fortines / los countries / y el desierto/... /
(ii)
Evita rubia / ennegrecida / negra / enrubiada / solo negra / y bien negra / ¡prostituta! / con las putas / putas negras / y el cáncer / de las putas / la barbarie / en Los Toldos / ¡se te escapa! / ¡es la india! / los mapuches / y la mierda / de la tierra / negros negros / che los negros / de los negros / che vos / y che negro/ negro negro / todos Che / cuántos negros / che vos / che vos/ ¡che vos!/... /el 17 / fue en Octubre / muchos negros / con el mate / las mucamas / los gualichos / el mandinga / Ceferino / el Gauchito / con la tierra / y con el vino / son los santos / de las cruces / de los negros / son los diablos / macumberos / con facones/ todos negros / peligrosos / ¡y paganos!/en la orilla / peludear / estampillas / en los trenes / tortas fritas / chinchulines / locro y guiso / con los pedos / chori vende / compra un negro / la bailanta / en la puerta / muchos negros / van bailando / rico faso / la guitarra / es Epumer / con Gardel / el cuatrero / cuartetero / el asado es de caballo / las nutrias / de ayer/... /el porongo / y la noche / los rochos / la comida / la basura / y los negros / todos sucios / ¡con que olor! / es a negro / a pan negro / a como comen / los negros/... /

(iii)
el quechua de Santiago del Estero / el quechua / de los negros de la construcción / el quechua boliviano / el quechua de la bandera / el quechua del sol / qué quechuas / son negros / bien negros / mugrientos / son quechuas / son negros / son indios / son negros / negros de adentro/ ... /las alpargatas / el chambergo / las llantas / qué piolas / la esquina / pulpería / el tango / de la esquina / el chiflido / el piropo / el bruto / que habla / cómo habla / como negro / como un guaso / muy guarango /... /es el indio / y el criollo / es el negro / africano / barrios negros / todos negros / son los negros / de los barrios / los que cogen / a las negras / y lo siguen / practicando / pa´tener / otros negros / más negritos / en el barrio / para que / haya negros / en mi barrio / ¡no lo olviden! / es el barrio / de los vagos / de los negros / de al lado/... /es el rancho / la casilla / son los toldos / y Los Toldos / es la orilla / es el campo / la frontera / es la villa / en la esquina/... /

(iv)
San Martín / Tupac Amaru / los dos indios el Che / son hermanos / Artigas / Cabral / Peñaloza / El Chacho ¡y usted! / sus cabezas / sus cuerpos / su sangre / su piel / todo negro/ todo negro:/¡Basta de negros!Neuquén / Ushuaia / Jujuy / viene Quilmes / también / el Sur / es un mapa de negros / no hay punto sin negros / ¡basta de negros! / ¡basta de negros!/¡Basta de negros!y por si no lo saben / acá canta un negro / argentino hasta los huevos / que se presenta / Mariano Dubin / un negro negro / que les canta / a los negros del país/Por lo pronto matean en la puerta / de sus ranchos / y se hacen fama de peleadores / de tipos bravos / reivindicando / con sus manos / a todos los vagos / a todos los que están en la cola / esperando./

Se merecen un poema / hasta que un día / como en Mayo / lo llamen / para que nos cuenten / cuantos kilos / hay / en un gramo./

lunes, 13 de febrero de 2012

Malvinas: una amputación no asumida

Por Jorge Rachid

Si alguien pregunta en la calle a cualquier argentino que haría esa persona en caso de ser el país invadido por un ejército extranjero y la Nación colonizada, seguro que la mayoría expresaría su rechazo y una alta proporción estaría dispuesto a luchar por la Patria, para expulsar al invasor. Debemos preguntarnos entonces por qué si el país sufre desde hace casi 180 años una ocupación colonial en manos del Reino Unido de Gran Bretaña, mientras nuestra respuesta cotidiana al planteo tiene, en el mejor de los casos, algún grado de tibieza, de racionalidad especulativa, de medir relaciones internacionales, de observar el flujo de capitales, mirar el resto de los países, buscar equilibrios antes que expresar con toda la fuerza y firmeza el rechazo visceral al colonialismo, la prepotencia, el uso de la violencia que han aplicado sobre nosotros como pueblo soberano, en un delito internacional como es la ocupación armada, que se prolonga en el tiempo, es decir sigue desarrollándose en cada instante, con una fuerza militar operativa ofensiva , para ser aún mas preciso, sería un delito actual pasible de ser juzgado hoy, ante la llamada Corte Internacional de La Haya.
Sin dudas esa ocupación territorial, producto de la necesidad del Imperio en ese momento, 1833 de controlar el Atlántico Sur, encadenado como bien lo explica el profesor Fernando Del Corro, con las posesiones de Gibraltar, la isla Asención, mas tarde la Ciudad del Cabo, la isla Santa Helena y parte de las islas caribeñas, en un diseño imperial que se sumó, desde lo militar, a la ocupación y saqueo financiero y cultural de América Latina, produciendo desde la llamada Balcanización o sea la fragmentación de los pueblos y los espacios geográficos en múltiples países, gracias a una inteligente diplomacia, cargada de dinero para corromper gobernantes, endeudar a los pueblos, producir guerras fraticidas como la de la Triple Infamia sobre Paraguay, dominando desde la política hasta la moneda, en estos territorios latinoamericanos, durante casi un siglo. Pero esa historia ha sido al menos acotada en los términos mas feroces del colonialismo de los siglos XlX y XX, sin embargo el tema Malvinas sigue ahí congelado, como si el tiempo se hubiese detenido y la conciencia nacional arrumbado frente a la humillación nacional que significa la presencia colonial en nuestras tierras. O será acaso que nuestra memoria histórica ha sido colonizada por un relato anglófilo, determinante sin dudas de una concepción eurocentrista de la mirada internacional, apuntalada en las currículas escolares de estudios en generaciones de argentinos. Es la historia contada por los que escribieron las humillaciones de nuestra soberanía tanto económica como militar, como victorias nacionales.
Desde los créditos de la Barhing Brodhers en la gestión Rivadavia. El mismo que le dio la espalda a la gesta libertadora del Gral. San Martín, desconociendo a su ejército, sin embargo relatado en la historia oficial, como el primer presidente y modelo de estadista. Quienes no dudaron en subirse a los barcos de la armada franco-inglesa en Obligado para garantizar el libre comercio a los piratas de los mares, eran argentinos que no dudaron en aliarse con Inglaterra para su lucha intestina contra Rosas, cuando las Malvinas ya habían sido ocupadas. Los mismos que convocaron al ejército brasileño para la batalla de Caseros, preludio sin dudas de la telaraña fina tejida por el Reino Unido para librar luego, con ejércitos casi mercenarios de sus intereses, la Guerra de la Triple Infamia contra el pueblo hermano del Paraguay. Mientras nuestros “próceres” hacían los deberes imperiales, las Malvinas seguían ocupadas. Así no nos debe sorprender que los ingleses hayan encontrado en las clases dirigentes argentinas de entonces, sus mejores armas para consolidar su presencia pirata en nuestras islas. Los mismos que escribieron esa historia sesgada que ocultó a nuestros patriotas desde Artigas a Felipe Varela, desde el gobernador Vernet al Gaucho Rivero, como después intentaron ocultar y victimizar a nuestros héroes de Malvinas como forma de enterrar su gesta gloriosa a la hora de entregar su vida por la Patria. La desmalvinización, el ocultamiento, la tergiversación de la reinvindicación nacional como política, por la circunstancia histórica de una dictadura genocida, como si lo uno anulase lo importante que demostró ese hecho hace 30 años, que la conciencia colectiva del pueblo guarda en lo mas profundo, que es la necesaria recuperación de nuestras hermanas perdidas, como forma de recuperar integridad territorial, como hoy estamos construyendo la unidad latinoamericana como forma de reparación al siglo XlX, de fragmentación y colonización geográfica y económica impuesta por el Imperio Inglés. Ese Imperio que hoy intenta pasar desapercibido, como gendarme de la potencia dominante hegemónica como es EEUU, sigue teniendo una presencia mundial con trece colonias en la actualidad y la construcción del Commonnwheald, cuyo término significa “riqueza común”, comunidad de naciones asociadas al reino inglés, que suman al día de hoy 57 naciones mas 13 colonias. Con esa base desconocida por la mayoría de los pueblos además su presencia en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas con derecho a veto, le ha permitido desconocer desde siempre las resoluciones del pleno de naciones, votadas masivamente en la Asamblea de la ONU, de negociar con nuestro país el tema de la soberanía de las islas Malvinas. Es el mismo reino que habla de paz y democracia en el mundo y sigue ejerciendo por la fuerza una ocupación a miles de millas de su territorio, con una fuerza desplegada de tipo ofensivo, no defensivo como aduce, con capacidad de despliegue sobre el resto del territorio nacional argentino, con capacidad nuclear disuasoria, que garantiza la continuidad de su presencia depredatorias en los mares territoriales argentinos.
Hay quienes creen que los reclamos actuales que el Gobierno Nacional realiza son simplemente tácticos, pese a que han convocado a la mas importante demostración de de solidaridad latinoamericana desde el conflicto de 1982, al impedir los países del Mercosur la utilización de puertos nacionales a los buques con bandera pirata malvinense, en una reivindicación común del espacio territorial americano frente a las agresiones imperiales. Agresión que es vivida hoy como una forma de depredación de los recursos naturales del mar austral, desde el petróleo herramienta estratégica hoy hasta los recursos ictícolas de la pesca selectiva que degrada la fauna eliminando millones de peces, léase proteínas para el mundo, en cada campaña de buques factoría que operan con impunidad y patente de corso inglés. Podemos pensar entonces, como nos alertaba el Gral. Perón en su mensaje del primero de mayo de 1974 titulado Modelo Argentino Para un Proyecto Nacional, que la batalla del futuro a librar por los pueblos libres, era la defensa de los recursos naturales en especial lo no renovables y en particular el agua dulce, ya caracterizado como el eje del próximo siglo para la humanidad y nos decía ese viejo sabio que los imperios vendrían por ello, con la dominación y con la fuerza de ser necesario. Ese es el fundamento inglés de su presencia en Malvinas, base de operaciones de su despliegue futuro con los mismos colmillos de antaño, como en 1833, en especial en éste año de discusión del Tratado Antártico a nivel internacional, donde pretende exhibir derechos.
Por otro lado quienes creen en la inutilidad del reclamo, desconocen que el Reino Unido ha debido negociar otros enclaves coloniales frente a situaciones geopolíticas desfavorables como el Estrecho de Gibraltar con España, otra potencia colonial con Ceuta y Melilla en África, hasta Hong Kong con China cediendo décadas de dominación, como antes tuvo que hacerlo, no sin antes crear condiciones favorables a sus intereses con los territorios coloniales del medio oriente y Asia. O sea que la búsqueda permanente de aliados estratégicos, los reclamos en todos los foros internacionales que se presenten y los atajos necesarios para “obligar” a los ingleses a negociar debe ser apoyada por el conjunto del pueblo argentino, independientemente de su adscripción política, cercana o lejana al gobierno, evitando el carancheo perverso realizado con los combatientes de la guerra del 82.
La excusa inglesa de los kelpers como pueblo soberano no resiste el menor análisis ya que la ocupación con población trasplantada no genera soberanía popular de autodeterminación, menos aún que planteen como una agresión aquellas medidas destinadas a doblegar la actitud soberbia de su negativa a negociar. Esas medidas desde prohibir los vuelos hasta cerrar los puertos son solo algunas de las medidas que pueden ser tomadas en una escalada destinada a recuperar las islas, que necesariamente afectarán los intereses ingleses en nuestro país y en Latinoamérica como así también la vida diaria de los pobladores de Malvinas hasta hoy privilegiados por la situación colonial, con el mayor ingreso per cápita del mundo, por los subsidios y recursos aportados desde la metrópoli y las regalías originadas en la explotación depredatorias de nuestros mares. Esos habitantes no son un pueblo, son parte de las fuerzas de ocupación sin uniforme, cumpliendo un rol colonial y sin derechos soberanos. Los argentinos tenemos nuestra cuota de responsabilidad en la continuidad de la colonización malvinense al no haber incorporado como una demanda continua, permanente en nuestro conciente colectivo como pueblo la necesidad de reparar la amputación sufrida antaño. Hemos tenido relatores aliados a la colonización, historiadores que aún hoy siguen planteando subliminarmente su dejo de desazón por haber combatido en las invasiones inglesas como pueblo, de haber librado las gestas de Obligado, el Quebracho y otras batallas memorables, de haber mantenido la neutralidad en ambos conflictos mundiales intercapitalistas, en defensa de intereses imperiales de cualquier signo y por supuesto de haber ocupado en el 82, que sin dudas atrasó cualquier negociación pero constituyó una gesta nacional, identitaria con la cuota de sacrificio y heroísmo que nos llena de orgullo como pueblo, mas allá de las especulaciones de quienes la decidieron para ocultar sus crímenes en el marco de la dictadura militar. Esa gesta permitió corroborar que la conciencia nacional tiene incorporada a Malvinas como un hecho colonial a reparar mas temprano que tarde, debe volver a ser parte de la integridad territorial de nuestro país.
El Movimiento de Unidad Popular, integrante de la Corriente de Liberación e Integración Nacional invita al FORO PARA PROFUNDIZAR EL PROYECTO NACIONAL en el que se abordará el significado histórico de la Constitución Nacional de 1949 y la necesidad de una nueva Constitución que institucionalice las transformaciones en marcha.




PANELISTAS:

FEDERICO MARTELLI (Director de Comunicación del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Referente del Movimiento de Unidad Popular - KOLINA)

ARITZ RECALDE (Licenciado en Sociología en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata)

FACUNDO CHÁVEZ (Asociación de Taxistas de La Plata)


MARTES 14 DE FEBRERO. 18:30 HS.
CENTRO DE ESTUDIOS NÉSTOR KIRCHNER
CALLE 7 N° 183 entre 35 y 36 - La Plata

martes, 31 de enero de 2012

Pensó y dijo lo que pensó. Actualidad de Mordisquito: El rostro oculto de Enrique Santos Discépolo

por Juan Godoy


"Gracias al voto femenino y a Mordisquito, ganamos las elecciones" (Juan Domingo Perón, 1951)


Introducción

Arturo Jauretche apunta en mayo del ’67, que luego de leer un libro del joven Norberto Galasso sobre Enrique Santos Discépolo, había prestado atención a que Galasso sostiene que se ha escamoteado, ocultado una faceta de la producción de Discépolo, aquella alegre, que apoya al peronismo y se ha resaltado la más amarga, escéptica, de los años ‘30’s (no por ello menos importante). En esos días comenta Jauretche, que fue a ver una intervención en el teatro de parte de Julián Centeya, y dio cuenta que éste ocultaba al Discépolo de “mordisquito”. Jauretche cuenta con sorpresa y decepción, cómo un poeta de ese submundo social cae en las mismas trapisondas de la superestructura dominante, así le dice a Centeya: “¿Pero vos Centeya?, ¿vos también te complicás? No me digas que sos gorila… Por favor. No me digas que estás entongado con los que hacen la historia a medias (…) ¿vos también has entrado, Julián Centeya, y te has puesto del lado de la yuta de la SADE, de La Nación que odia al Discépolo de mordisquito?” (Jauretche, 2007; 75-76) Lo que denuncia Jauretche, de lo que es víctima Centeya, es la superestructura cultural que se revela fundamental en los países en condición semicolonial para, a través de la colonización pedagógica, asegurar la dominación. (Ramos, 1961)
En las próximas líneas procuraremos poner de relevancia al Discépolo oculto por la mayoría de sus biógrafos, y la mayoría de los abordajes acerca de su figura, ¡no sea cuestión que Don Arturo piense que nosotros también andamos con la yuta del aparato de azonzamiento! Así nos centraremos en la figura de “mordisquito”, procuraremos demostrar, con varias citas (que quizás puedan abundar, pero nuestra intención también es hacer hablar nuevamente a “mordisquito”) el por qué de la rabia y odio contra esa arista del autor de “Yira, yira”, al mismo tiempo que demostrar la actualidad (en relación al proceso político-económico-cultural abierto en mayo de 2003) de las ideas vertidas por éste. Vea usted, haga la prueba, cuando lea las líneas de mordisquito, piense que se las esta diciendo hoy, no a principios de los 50’s, y verá que da lo mismo, los personajes, los rostros cambian, pero defienden los mismos intereses.
Discépolo nace en 1901, en el momento en que imperaba lo que Yrigoyen denominara como “el Régimen”, donde el imperialismo comienza a penetrar profundamente con sus garras la realidad nacional. Con tan solo 9 años, en la Argentina del Centenario que tiraba manteca al techo en sus viajes por Europa, y dilapidaba la Renta Agraria Diferencial en palacetes y demás lujos, mientras que los paisanos pasaban grandes penurias, iba a quedar huérfano (su padre ya había fallecido 4 años antes). Al tiempo se iría a vivir, luego de un pasaje por la casa de sus tíos, con Armando, su hermano. Prolífico y polifacético Enrique se iba a dedicar en su vida a escribir obras de teatro, a actuar en cine, a escribir tangos, etc. Iba a inmortalizar el espíritu de la denominada por José Luis Torres como década infame con tangos como “Cambalache”, “Yira, yira”, “Qué vachaché”, “¿Qué sapa señor?”, etc. Pero, como dijimos, aquí pondremos nuestra atención en el Discépolo de mordisquito. Por lo cual diremos que el autor de “Cambalache”, había conocido a Juan Domingo Perón en Chile, y a partir de ese momento va a ir construyendo una relación amistosa con el líder de los trabajadores, al mismo tiempo que con Evita. La relación con ambos es tan estrecha que varias veces pasará con ellos Año Nuevo y Navidad. Enrique se sumaría al proceso en marcha, pues “le basta observar esa alegría de los trabajadores que inundan la ciudad, para tomar partido junto a ellos. La jubilosa confianza de esa multitud que parece querer beberse de un solo golpe todo aquello que la vida le negó años y años, es suficiente para que Discépolo abandone la vereda indecisa y se sume con entusiasmo a la caravana en marcha.” (Galasso, 1995; 149)

El rostro oculto. Actualidad de “mordisquito”

Discépolo, hasta el momento del advenimiento del peronismo, no había participado activamente en el campo político propiamente dicho. Pero, como parte de la campaña electoral para las elecciones presidenciales del 11 de noviembre de 1951, el peronismo había ideado una serie de intervenciones radiales, bajo el nombre de “Pienso y digo lo que pienso”, que salían todos los días a las 20.35 hs. En éstas, participaban personajes de la cultura como Tita Merello, Lola Membrives, Luis Sandrini, Pierina Dealessi, Juan José Míguez, entre otros. El programa no tenía gran repercusión, pasaba audición tras audición con personajes que leían su libreto. Así, Raúl Alejandro Apold decide convocar a Discépolo para una de esas intervenciones radiales, a lo que éste último acepta, y luego de ver los libretos, arregla con los productores para reformarlos, y así comienza su participación en el ciclo. Así, como decíamos, nuestro autor “se lanza de lleno a la liza política en 1951 jugando todo su prestigio e incluso su vida misma, al adherir con militante fervor a la causa de la Revolución Nacional. Es el “mordisquito” que no le perdonarán nunca (…) el que percibe la tremenda angustia popular de los años treinta y la recrea en sus tangos es el mismo que, impactado por la alegría de las multitudes después del año 45, se suma al combate a través de sus charlas de 1951 exultante de entusiasmo ante una política de liberación económica y justicia social.” (Discépolo, 1981; 9) Durante el peronismo no realizará tangos tristes, dolidos, etc., basta con escuchar la melodía de los primeros compases de “El Choclo” para dar cuenta del cambio de actitud de nuestro autor en relación al cambio en la realidad social que está viviendo la Argentina, de la cual Discépolo es parte, “hay una relación muy estrecha entre lo que Discépolo compone y la situación que vive el país”.(Galasso, 2004, 12) No es de extrañar que el protagonista de la película “El Hincha” se juegue por sus ideas, por lo que cree mejor para las mayorías populares, desde las cuales va a desarrollar toda su tarea, pues él sostiene que “negar que he deseado ser querido, sería una impostura. Lo he soñado, lo he padecido y lo sufro con agrado. Siempre he deseado que me quisieran, aunque esta aspiración no conduzca jamás a buenos resultados comerciales, ni traiga aparejada jamás una libreta de cheques”. (Discépolo, 1981, 14) De esta forma, el 11 de julio se iba a escuchar por radio la primera participación de Discépolo en el ciclo radial. Nuestro autor, va a rescatar en sus charlas los hechos concretos del peronismo, los va a comparar con la situación del pasado argentino. Va a “bucear” en el sentido común (como el mejor de los sentidos) que, como establece Jauretche (Jauretche, 2005), tenemos bajo nuestra formación cultural, y nos desvincula de la realidad, es un ejercicio de descolonización pedagógica, de búsqueda de zonceras diseminadas en la realidad nacional. Ya desde esta primera charla iba a realizar severas críticas a los gobiernos que le habían negado sistemáticamente al pueblo mejores condiciones de vida, a compararlo con el gobierno popular en marcha, y a criticar a los agoreros de siempre, así: “nos tuvieron acostumbrados, durante tanto tiempo, a prometernos la chancha, los veinte, el rango, el organito y la pata de goma sin darnos siquiera la mitad de los veinte que, lógicamente, ya no creíamos más nada (…) lo que ellos nos prometieron ayer sin dárnoslo, se cumple hoy: llega un gobierno que toma las promesas en serio y las realiza. Pero mientras se construye, vos seguís amenazando con:”el año que viene me la vas a decir”. ¿Y qué te tengo que decir?. ¿Qué el año que viene vas a estar mejor?”.(Discépolo, 2009; 22) Y en otro dirá: “¿Por qué hablás si no sabés? ¿De dónde sacaste esa noticia que echás a rodar desaprensivamente, sin pensar en lo irresponsable que sos y en el daño que podés hacer? Estamos viviendo el tecnicolor de los días gloriosos y vos me lo querés cambiar por el rollo en negativo del pesimismo, el chisme, la suspicacia y la depresión (…) usás los rumores (…) ¡la que se va a armar!” (Discépolo, 2009; 29)
En el próximo diálogo va a poner en consideración a los sectores egoístas de la nación, que siempre andan buscándole la “quinta pata al gato”, buscando nimiedades para la crítica fácil, superficial, comparando estas actitudes con la importancia del proceso en marcha, las nacionalizaciones realizadas, de esta manera sostiene que “resulta que antes no te importaba nada y ahora te importa todo. Sobre todo lo chiquito (…) y te encontraste con que te hacían el regalo de una patria nueva, y entonces, en vez de dar las gracias por el sobretodo de vicuña, dijiste que había una pelusa en la manga y que vos no lo querías derecho sino cruzado. ¡Pero con el sobretodo te quedaste! (…) Y protestás. ¿Y por qué protestás? ¡Ah, no hay té de Ceilán! Eso es tremendo. Mirá qué problema. Leche hay, leche sobra; tus hijos, que alguna vez miraban la nata por turno, ahora pueden irse a la escuela con la vaca puesta. ¡Pero no hay té de Ceilán! Y, según vos, no se puede vivir sin té de Ceilán. Te pasaste la vida tomando mate cocido, pero ahora me planteas un problema de Estado porque no hay té de Ceilán. Claro, ahora la flota es tuya, ahora los teléfonos son tuyos, ahora los ferrocarriles son tuyos, ahora el gas es tuyo, pero…,¡no hay té de Ceilán!”. (Discépolo, 2009; 23)
En otro va a poner en consideración la dignificación del trabajador en el peronismo, por lo que critica a los que sostienen que: “ahora uno ahora uno llama a un electricista y, para colocar un enchufe miserable, te cobra quince pesos. ¡Yo no sé adónde vamos a parar!» A ningún lado. ¿Por qué? Si ahí está tu error. Es que ese enchufe miserable, como era miserable la situación de ese electricista, ya no lo son. No hay nada miserable ya. Todo ha adquirido dignidad (…) hay algo que no se puede negar: la evidencia.” (Discépolo, 2009; 25-27)
Resaltará asimismo la relación con la situación de la Argentina de antes del peronismo y la de durante: “Yo no te pido que inventes una escuela filosófica o que leas a Einstein y te vayas a dormir con el teorema puesto. Yo te pido que abandones tu posición de terco y pienses… pienses en lo que estaba pasando y en lo que pasa ahora. Tenías una patria como una rosa, pero esa rosa no perfumaba tu vida sino que se estaba deshojando en el ojal de los otros. Ahora la solapa de tus enemigos está vacía y la rosa es tuya, ¡pero vos seguís como enquistado en una terquedad sin belleza y sin sentido! Aquello que antes te robaban y te negaban ahora es tuyo, ¡todo!” (Discépolo, 2009; 33)
En la novena audición radial Discépolo va a inventar un personaje: “mordisquito”, el prototipo del opositor. Acerca del nombre que elige para su interlocutor en los diálogos radiales, puede relacionarse con lo que años atrás, en 1947, diría “los hombres se dividen en dos grandes grupos: los que muerden y los que se dejan morder” (Discépolo, 1981; 16), y él nos dice que “más de una vez hubiera querido ser malo, de estafado perpetuo pasar a estafador, de hombre mordido a hombre que muerde. Pero nunca pude hacerlo”. (Discépolo, 1981; 15). También se puede hallar ligado a la idea del “prototipo del opositor recalcitrante que nada ve, ni nada quiere aceptar y que muerde incesantemente al gobierno con su rumor chiquito, con su calumnia barata, con su crítica enana”(Galasso, 1995, 165). Ahora en los diálogos le va a hablar a él, en esta ocasión acerca de la idea del “acomodo” que siempre se echa a rodar en relación a los gobiernos nacionales y populares: “Para vos todos los que comprenden que el país transita un destino de bienestar y de justicia están acomodados. ¿Y sabés una cosa? ¡Sí! Tenés razón (…)Desde los pibes, para quienes se viene construyendo una escuela por día, para quienes se han organizado campeonatos deportivos (…)también están acomodados los muchachos, aquellos que antes vendían diarios, que tienen ahora cientos de escuelas de enseñanza técnico profesional y enseñanza universitaria gratuita. Y también se acomodaron los obreros, los laburantes de nuestra sufrida carga y la clase baja de tu irreflexiva soberbia, que aumentaron al triple sus jornales y lograron la dignificación del trabajo. (…)Se acomodó la salud y el bienestar general (…) pero a mí, a mí no me vas a contar que no entraste en el beneficio de esta generala servida.” (Discépolo, 2009; 37-38) También Discépolo llama la atención acerca de una cuestión que siempre aparece en los procesos económicos de crecimiento, a saber, la inflación, aquí Discepolín es didáctico con su interlocutor: “Te oigo decir, por ejemplo: “¡Eh, ya no se puede comprar nada. Todo aumenta. Todo sube! ¡No sé a dónde iremos a parar!” Y tu frase tiene la apariencia de una sentencia (…) Pero hacéme un favor, ¿querés? Agarrá un lápiz y un papel. Te quiero hablar con cifras para no hacerla larga. Tenés razón. Sí, el costo de la vida aumentó un 113% con relación a 1946. Pero, ¿sabés en cuánto aumentaron los salarios obreros? En un 172,8%. Y bueno, hacé la cuenta.” (Discépolo, 2009; 45) También comenta en relación a los porteños y su “porteño-centrismo”, a la vez que pone de relevancia las quejas de los sectores medios y acomodados a que otros sectores sociales accedan a mejores condiciones de vida, “ocupen” sus espacios: “La geografía de tus sentimientos terminaba en la avenida General Paz (…) ¿sabés lo que decís ahora?: “¡Ah, en Buenos Aires ya no se puede comer! Vas a cualquier restaurante y no hay mesa. Están repletos. Tenés que esperar turno. ¡Hasta para comer hay que hacer cola!” (Discépolo, 2009; 47)
No va a dejar de resaltar el papel de la dignificación de la mujer en el nuevo proceso, en relación a la desigualdad salarial con los hombres que iba emparejándose: “Muchos que subieron hasta la fortuna utilizando como peldaños el lomo de mil muchachas explotadas. (…) Dignificando a la mujer, de rebote mejoramos la dignidad de los hombres, porque no me digas que el respeto hacia la mujer querida —que es tu madre, tu novia o tu esposa— no es respeto que se te ofrece a vos también. ¿Verdad que sí?” (Discépolo, 2009; 54)
Resalta la nacionalización de sectores estratégicos de la economía, fundamental para la independencia económica, la soberanía política y la justicia social, así:“El fruto irá primero a tu mesa y luego entrará en los ferrocarriles —¡tuyos!— y se detendrá en el hermoso puerto de los barcos —¡tuyos!” (Discépolo, 2009; 60)
Volverá a cargar contra los agoreros, los que siempre buscan el lado malo, tienen una mirada superficial: “Dejáme que te cuente, Mordisquito, porque esto le pasó a Pepe —un amigo— y Pepe se parece mucho a vos. Fuimos él y yo al circo y empezó el número de un equilibrista. ¡Descomunal el equilibrista! Se subía a una escalera parada de punta y al llegar allá arriba ponía un banquito, sobre el banquito un tarro de yerba, después del tarro un asiento de bicicleta, ¡también haciendo equilibrio el asiento! Y allí se sentaba él, y mientras la escalera daba vueltas sobre sí misma este bárbaro hacía juegos malabares con tres botellas en las manos, con los dos pies tocaba el arpa, ¡y, claro, todos aplaudíamos como locos! ¡Figuráte! ¡Un número estupendo! Pero Pepe movió la cabeza como la movés vos, desdeñando, ¿y sabés qué dijo?: “Sí, bueno, ¡pero el arpa no la toca bien!” (Discépolo, 2009; 87)
Discépolo hablaría al pueblo durante treinta y siete noches, luego, pedido de la audiencia retomaría las audiciones por tres noches más, ya cerca de las elecciones dirá acerca de los candidatos de la lista opositora al peronismo: “Sos el pasado que quiere volver por amor propio, sólo por amor propio (…)¿Y sabés por qué? Porque tu idea y yo sabemos que no debés volver. Y vos también, en el fondo de tu alma, aunque lo escondas, sabés también que no debés volver. Por decoro. Por recuerdo. Por historia. Sos la imagen del retroceso, de la injusticia, del hambre, del entreguismo. El pueblo lo sabe, porque lo padeció, que venís de viejos partidos que nunca hicieron nada en beneficio del pueblo que es la patria (…)¡Vos gobernaste! ¡No una vez, sino varias veces… y mal! (…) No creas que no te oí; bien claro que lo dijiste en una proclamación: «Y podemos asegurar a los obreros que si llegamos al poder las conquistas obtenidas no se perderán». ¿Obtenidas por quién? Por este gobierno. ¿Y si las obtuvo este gobierno, por qué te van a votar a vos? Has perdido hasta la sensación del ridículo.” (Discépolo, 2009; 95-96)
Pero estos diálogos, donde, como vimos, Discepolín lanza las verdades a través de la radio a recorrer los hogares de la patria, la anti-patria no se la iba a dejar llevar de arriba. A él, una persona (según nos cuentan sus biógrafos y personas allegadas) sumamente sensible, de gran bondad, comienzan a hostigarlo, a generar un ambiente de gran hostilidad. Entre algunas de las cuestiones podemos citar como ejemplos que personas (muchas conocidas) se cruzan de vereda al verlo venir, se levantan de las mesas de los bares donde ingresa, lo abuchean, le envían cartas con sus discos rotos, con excremento, lo insultan por teléfono a toda hora, hasta cuando le van a realizar un banquete en su honor compran todas las entradas de modo que no vaya nadie. Discépolo ya está enfermo, la situación agrava su estado. Pero, afortunadamente el autor de “Yira, yira”, que dirá, acerca de su relación con el pueblo, que “en el largo y penoso diálogo de mi vida no he tenido más interlocutor que el Pueblo. Siempre estuve solo con él. Afortunadamente con él”. (Discépolo, 1981; 14) No se equivocaba estando del lado del pueblo. Ese mismo pueblo que lo escuchaba noche a noche, ese mismo pueblo que iba a desviarse de los festejos luego del triunfo electoral hacia la casa de Discepolín para reconocerle el papel jugado a favor del movimiento nacional. Él piensa en irse del país, Perón lo convence para que pase la navidad con ellos una vez más, acepta, pero el pequeño cuerpo lamentablemente no resiste más e iba a morir en su casa, junto a su mujer, Tania, el 23 de diciembre de 1951. Una pérdida gigante para el movimiento nacional que en pocos años iba a enfrentar sus horas más difíciles, ¡qué bien hubiese venido Discepolín para penetrar el aparato cultural de dominación! No obstante, la gran tarea realizada por él que consideramos aquí de suma actualidad, no debe permitir confundirnos hoy, porque después de escuchar los discursos a mordisquito no nos queda otra que decirle a éste nuevamente, ¡a mí, no me la vas a contar, mordisquito!

(Trabajo publicado en Reseñas y Debates, Año 7, Nº 71, Febrero de 2012)

Bibliografía

Discépolo, Enrique Santos. (1981). Escritos inéditos (comentarios Norberto Galasso). Buenos Aires: Ediciones del Pensamiento Nacional.

Discépolo, Enrique Santos. (2009). ¿A mí me la vas a contar? Discursos a Mordisquito. Buenos Aires: Terramar.

Entrevista a Norberto Galasso. Discépolo. (Por Walter Iampietro y Alejandro Pagés). En La Memoria de Nuestro Pueblo. El futuro tiene historia. Año 1, Nº 11, diciembre de 2004.

Galasso, Norberto. (1995). Discépolo y su época. Buenos Aires: Corregidor.

Jauretche, Arturo. (2005). Manual de zonceras argentinas. Buenos Aires: Corregidor.

Jauretche, Arturo. (2007). Polémicas. Tomo I. Buenos Aires: Peña Lillo.

Ramos, Jorge Abelardo. (1961). Crisis y resurrección de la literatura Argentina. Buenos Aires: Coyoacán.

lunes, 30 de enero de 2012

Fermín Chávez: un entrerriano para toda América

por Francisco Pestanha

Sostuvimos, en oportunidad de inaugurar la décima edición de nuestro Taller para el Pensamiento Nacional, que Fermín Chávez integra esa pléyade de intelectuales argentinos que desarrollaron una modalidad del pensar auténticamente nativista definida por el mismísimo entrerriano como “una epistemología de la periferia”. Quienes tuvimos el privilegio de conocerlo y de trabajar sobre sus escritos y su obra, no dudamos en asegurar que los aportes epistemológicos e historiográficos de Fermín trascienden las fronteras de su venerada Argentina extendiéndose hacia un continente que, con voluntad resistente y con plena convicción de futuro, va erigiendo paulatinamente categorías propias para el abordaje de los fenómenos humanos que aquí acontecen.
Benito Enrique Chávez (Fermín) nació un 13 de julio de 1924 en “El Pueblito”, un caserío cercano a la ciudad de Nogoyá. Asentado con ese nombre en la alcaldía, en otro documento que da cuenta de su natalicio figura “Benito Anacleto”, por cuanto a mediados de 1945, tuvo que realizar un trámite para la rectificación definitiva de la partida. Hijo de Gregoria Urbana Jiménez oriunda de Paysandú, y de Eleuterio Chávez, transcurrirá sus primeros años en un medio rural que nunca olvidará y que probablemente contribuirá a desarrollar su extraordinaria sencillez. De cuño yrigoyenista por vía paterna, y de tradición lópezjordanista por herencia de su abuela Martiniana, su primer formación en materia histórica estará teñida por las contradicciones existentes entre el relato histórico oficial proveniente de la “unanimidad  nacional” impuesta por la generación del 80 y los relatos familiares de raigambre orillera y campesina. Gracias al impulso de Fray Reginaldo Saldaña, el joven Fermín podrá cursar sus estudios en Córdoba y posteriormente perfeccionarse en filosofía en Buenos Aires y en teología en Cuzco. Regresará del Perú en 1946 para inmediata y definitivamente inmiscuirse en el clima político epocal. Sus lecturas de Santo Tomas de Aquino, Jacques Maritain, Garrigou de Lagrange, pero además, la de sus compatriotas Ramón Doll, José Luis Torres, Ernesto Palacio, Raúl Scalabrini Ortiz, Saúl Taborda, Nimio de Anquín, Leopoldo Lugones, Leopoldo Marechal y Enrique P. Osés, entrelazadas con las de Federico García Lorca, Pablo Neruda y Miguel Hernández irán configurando su pensar, y le permitirán ante todo, comprender cabalmente el sentido histórico de un peronismo que a su regreso, ya había accedido al poder. La concepción filosófica de Fermín Chávez está íntimamente vinculada a un historicismo cuyo supuesto esencial radica en que, “para estudiar cualquier ser colectivo sea que se considere o no a éste como un organismo, es indispensable conocer todos los elementos que la forman y sus modos de funcionar, con resultados varios en su vida anterior y su vida presente.” [1] El maestro entrerriano enseñará que “ninguna disciplina en particular proporciona un sujeto a la epistemología, ya que el sujeto no es el mismo en ontología, en lógica, en psicología, en ética y en estética. No hay tampoco, un ego epistemológico especifico.” [2]
En un ensayo de mi autoría que titulé “Las Manos de Fermín” sostuve en ese sentido que el “rescate integral e integrado de episodios y protagonistas obliterados por la historiografía oficial para Fermín, debía contribuir a superar ese verdadero desprecio por nuestro pasado, descrédito que según él emergió durante el siglo de las luces (Aufklärung), un período histórico donde se sobrestimó la capacidad una “razón humana” (que para muchos filósofos era “siempre idéntica a sí misma, igual en todos los hombres y en todos los tiempos” —y donde lo racional— debía “sustituir a lo real en tanto éste (lo real) era juzgado como producto absurdo de la historia” Cabe señalar que para los historicistas como Chávez la redención del “ser histórico” no perseguía fines meramente académicos —sino muy por el contrario— objetivos político culturales vitales en cuanto “lo pasado” es constitutivo de “lo presente” y determinante de “lo futuro.” [3] En relación a las afirmaciones precedentes cabe señalar que para quienes compartimos los presupuestos que nutren el Pensamiento Nacional, a mediados del siglo XIX, se consolidó en el poder de una elite que se propuso “civilizar” por la fuerza a los bárbaros propios. Civilizar significó lisa y llanamente desnacionalizar mediante la importación acrítica de ideas, conceptos, valores y productos culturales. No cabe duda alguna que la maniquea dicotomía Civilización o Barbarie selló una fuerte impronta fundacional en la formación del Estado argentino con posterioridad a Caseros, dicotomía por su parte que por antinatural -ya que los civilizados no eran tan civilizados ni los bárbaros, tan bárbaros- determinó la formación de una superestructura opresiva y en tanto alienante ya que implicaba trastornar supuestos culturales. Contra esa alineación emergieron, entre otros fenómenos, una corriente de pensamiento que se desarrolló vigorosamente durante el siglo pasado, pero que encuentra arraigo en los siglos anteriores, y en la que se inscribió el pensamiento de Fermín Chávez. Para Fermín, la importación a libro cerrado de la doctrina iluminista no sólo generó en el país un “un prejuicio moral y cultural” respecto a nuestras raíces indo–hispánicas, sino que además, a partir de tal influencia, empezó a germinarse dicha dicotomía donde lo bárbaro resultó paradójicamente lo propio y lo civilizado, lo ajeno. La idea de barbarie empezará a cobrar para nuestro maestro un sentido peyorativo hacia adentro trastornando los supuestos culturales “hasta el punto de hacerle creer a los nativos que nuestra civilización consistía en la silla inglesa y en la levita”. El iluminismo en nuestra región presupuso así una concepción naturalista y universalista de la sociedad “bajo la cual habría de sucumbir el ethos de nuestro pueblo y nuestra propia (…) germinación espiritual.” Según Chávez, este fenómeno de índole sociológico, al consolidarse en el tiempo mediante su instalación en los distintos estamentos del sistema educativo, fue transformándose en una deformación de índole ontológica, ya que ciertos preceptos y perjuicios se fueron expandiendo por vastos sectores de la sociedad. Por eso Fermín insistía que las crisis argentinas son primero “ontológicas, después éticas, políticas, epistemológicas, y recién por último, económicas“. En síntesis: una de sus principales líneas de investigación de nuestro maestro se orientó hacia el análisis de los mecanismos de coloniaje cultural y sus consecuencias, entre ellas, la disociación entre las elites “ilustradas” y el pueblo.
Para Fermín la resistencia contra esa opresión alienante emergió desde llano, desde el pueblo orillero, desde el subsuelo de la patria, desde las clases oprimidas y se expresó a través de la cultura popular. En ese orden de ideas Chávez comprendió, como pocos, que el Peronismo germinará en medio de una profunda revolución artística, ética y estética acontecida no solamente en nuestra patria sino también en Iberoamérica, y que en la Argentina tal convulsión fue la protagonizada por la llamada “Generación Décima”, progenie que reaccionó aguda y espiritualmente contra el coloniaje y se propuso la búsqueda de un sentido y destino colectivo. Se afirma en tal sentido, que “la revolución estética y el nacionalismo cultural se expresarán a través de una innumerable cantidad de artistas y autores, en todos los campos del quehacer estético-cultural” [4] La importancia de lo cultural en la construcción de lo autoconciencia nacional, serán vitales en su obra.
En momentos como los actuales donde muchos autores han orientado su lápiz hacia el análisis integral del peronismo –para quien les escribe– éstos serán fragmentarios e inconclusos si no se aborda íntegramente el corpus que constituye la producción de Fermín Chávez, reiterando en ese sentido que el entrerriano fue el más grande pensador que albergó el peronismo durante el siglo pasado y principios del que transcurre. Otro de los aportes vitales de nuestro maestro fue la valoración crítica de los aportes conceptuales de las distintas vertientes del nacionalismo argentino a la conformación de la doctrina nacional popular y humanista que nutrió al peronismo. El abordaje que Fermín realiza de la producción teórica del nacionalismo y su evolución hacia el “nacionalismo popular de cuño humanista” son imprescindibles no solamente para comprender al primer peronismo sino a aquella etapa de la historia argentina. Para finalizar, cabe reseñar que sus legados historiográficos fueron descollantes. No solamente los conocidos respecto al Chacho Peñaloza y a López Jordán, sino además los publicados respecto a José Hernández, Juan Manuel de Rosas y a distintos personajes obliterados de nuestra historia y de nuestra cultura. Su libro Vida y Muerte de López Jordán, constituye un antes y después en la historiografía entrerriana, y las consecuencias de este texto aún resultan admirables. Mientras ciertos “mandarines del saber” intentan imponernos “nuevos contenidos civilizatorios”, es buen tiempo para reencontrase con la obra de un paisano que nos enseñó sobre todas las cosas que, para plantarse firmemente en el suelo, hay que afinar primero la mente.


Notas
[1] Wenceslao Escalante: citado por Fermín Chávez: “La conciencia nacional; Historia de su eclipse y recuperación”. Editorial Pueblo Entero. Año. 1996.
[2] Fermín Chávez: “La conciencia nacional… Ibídem
[3] Francisco Pestanha: “Las manos de Fermín”. En www.nomeolvidesorg.com.ar
[4] Juan W. Wally: Generación de 1940: Grandeza y Frustración. Edit. Dunken. 2009


Alberto Buela, Filósofo Criollo

  Ezequiel Norberto Gonzalez para Revista CONTRAFILO     Alberto Buela, es un pensador y filósofo argentino nacido en 1946, estudio en ...