miércoles, 25 de junio de 2025

La obra pública de la gobernación bonaerense de Manuel Fresco

Aritz Recalde

 


“Al hacerme cargo del gobierno, me propuse realizar un plan de obras que no sólo contemplase necesidades inmediatas de la Provincia, sino que pudiera ser, también, un estímulo para el progreso general (…) He dado preferencia, en el plan trazado, a los problemas sociales: hospitales, comedores escolares, cárceles, reformatorios de menores, muchas salas de distintas especialidades, pabellón para tuberculosos (…) el beneficio social de este programa es de proyecciones incalculables. Después siguen las obras de carácter económico, susceptibles de crear riqueza en el plazo más o menos mediato, y por último, obras que pueden significar una mejora para los servicios administrativos. No hay en la Provincia una sola localidad donde este gobierno no haya ejercido una acción constructiva, con la estrecha colaboración, en la mayoría de los casos, con las municipalidades, animadas de un mismo espíritu de progreso efectivo”.

Manuel Fresco, 16 de febrero de 1939

 

La gestión bonaerense como parte de la obra pública nacional

Intervencionismo defensivo

La construcción de la obra pública del gobernador Manuel Fresco, formó parte  de la novedosa intervención estatal que fue iniciada en la década del treinta como una respuesta a la severa recesión económica.

Salvador Oría fue profesor titular de la UBA, Director Nacional de Vialidad en el año 1938, presidente del Instituto Autárquico de Colonización de Buenos Aires y Ministro de Obras de 1940 a 1943, entre otras importantes funciones públicas. Este pensador y político argentino se refirió al nuevo rol del Estado iniciado con el presidente Agustín Justo como un “intervencionismo defensivo”. En su libro El Estado Argentino y la nueva economía anunció el agotamiento del liberalismo clásico. En el esclarecedor trabajo describió como la organización liberal fue remplazada por el comunismo, por el fascismo, por el nazismo y por otras diversas experiencias de “economías dirigidas”. Se refirió particularmente a la gestión del presidente norteamericano Franklin Roosevelt, quién para revertir la crisis económica inyectó una importante cantidad de dinero público que fue destinado a préstamos a empresas y a la inversión en obras públicas. Ambos programas tenían la finalidad de reactivar el empleo y la actividad productiva.

Oría remarcó el hecho de que el mandatario norteamericano impulsó un enfrentamiento público contra los “cartels” y los monopolios reconociendo que existían fallas en el mercado liberal y una tendencia a que se formen grandes concentraciones.

El Estado argentino intervenía para “emancipar una nación entera de las exacciones de los capitales internacionales, a los que con tanta crudeza fustigó Roosevelt en 1933”. Entre las actividades nacionalizadas bajo esta doctrina citó el Puerto de Rosario, la empresa de gas de Buenos Aires, las usinas eléctricas de Entre Ríos, Tucumán, Mendoza y Corrientes y el Ferrocarril F.C. Córdoba (Oría 1945: 201 y 212).

El autor realizó un estudio sobre los orígenes del intervencionismo económico en la Argentina. Sostuvo que hasta el siglo XX el Estado prácticamente no protegía la producción más allá de la función que cumplían algunos impuestos al vino y al azúcar que favorecieron el desarrollo de unas pocas actividades de las provincias del norte y de Cuyo.

Oría mencionó a la actividad petrolera como una de las primeras áreas productivas amparadas a la luz de las “tendencias de nacionalismo económico”. Desde la creación de la Dirección General de Yacimientos Petrolíferos Fiscales en el año 1917, el Estado implementó una constante inversión en plantas de explotación garantizando la energía del capitalismo argentino.

En el año 1931 el Gobierno Nacional estableció el control de cambios, cuestión que fue completada con un decreto del 25 de enero de 1932 y con la Ley de Organización 12.160/35. Como parte del mismo programa, se crearon  el Banco Central (ley 12.155), el Instituto Movilizador (ley 12.157), la Junta Nacional de Granos (octubre 1933), la Junta Reguladora de la Industria Lechera (abril de 1934), la Junta Reguladora de la Industria Vitivinícola (diciembre de 1934), la Junta Nacional de Algodón (abril de 1935) y la Comisión Reguladora de la Yerba (abril de 1935).

Entre los años 1940 y 1943 esta política intervencionista se continuó con inversiones en la actividad petrolera, con créditos a la minería, con la construcción de edificios públicos, con inversiones en transportes y con la creación de una Marina Mercante Nacional, entre otras acciones.

Oría reivindicó como un hecho positivo las nuevas funciones del Banco Central promovido por Ministro de Hacienda, Federico Pinedo, en base a iniciativas anteriores y que fue terminado por Alberto Hueyo con el asesoramiento de Otto Niemeyer. Este último funcionario también había dado apoyo técnico al Brasil. El autor destacó que esta misma tendencia reguladora se desarrolló en otros países de Latinoamérica y citó las experiencias de Chile y de Perú que crearon instituciones financieras similares al Banco argentino.

 

La obra pública nacional

Durante la presidencia Agustín Justo y siguiendo la doctrina que Salvador Oría denominó “intervencionismo defensivo”, se implementó un ambicioso Plan Nacional de infraestructura.

El gasto del Gobierno Nacional aumentó del 9% del PBI en el año 1930, al 16,1% en 1943 (Aguinaga y Azaretto 1991).  

Durante los ocho años de las presidencias de Justo y de Ortiz ocupó la conducción del Ministerio de Obras Manuel Alvarado. El funcionario implementó un histórico programa de construcción de obras viales y de transporte (rutas, puentes, calles, ferrocarriles, subtes, etc.), de edificios públicos administrativos, hospitalarios, educativos y deportivos, entre otros. Se encararon grandes edificios como el Libertador que fue diagramando por el prestigioso arquitecto Carlos M. Pibernat (Longoni R. Molteni J. Galcerán V. Fonseca I. 2010) (Ramos 2001) (Oría 1945).

A las obras federales, se le sumaron las privadas y las corporativas. Yacimientos petrolíferos Fiscales (YPF) encaró importantes acciones como la ampliación de la destilería de La Plata y la construcción de la de Godoy Cruz, luego remplaza por la de Lujan de Cuyo. En el año 1935 había 34 estaciones de servicio y dos años después aumentaron a 187. La empresa movilizó mano de obra manual e intelectual y fue una gran impulsora de la construcción de barrios e infraestructura social en varios lugares de la Argentina. 

En la misma etapa hubo un desarrollo sumamente importante de Fabricaciones Militares en distintas provincias del país.  

El presidente Justo impulsó la ley 11.658/32 que creó la Dirección Nacional de Vialidad.  La norma incluyó un Fondo Nacional de Vialidad compuesto por un impuesto a la nafta, por rentas generales, por la tasa por contribución de mejoras a la tierra rural en los territorios nacionales, por multas por incumplimiento de contratos de obras de vialidad o de infracciones a la presente ley y por "bonos de obras de vialidad", entre otros. La ley especificó que parte de estos recursos podían ser destinados a financiar trabajos realizados por las provincias. 

La Ley provincial 4117/32 adhirió a la norma nacional 11.658 y además creó un impuesto al combustible consumido en el territorio. El 5 de octubre del año 1938 al cumplirse el aniversario de la ley, el Gobernador bonaerense Manuel Fresco destacó que la Dirección Nacional de Vialidad “señala un acontecimiento de trascendental importancia para el progreso del país. La sanción de esa ley, hace cabalmente seis años, representó un paso considerable en la acción vial que la Nación venía exigiendo con urgencia a todos los gobiernos (…) permitió a todos los gobiernos nacionales y provinciales coordinar iniciativas otrora desarticuladas y proyectar y constituir, de tal suerte, las grandes rutas que vinculan a los centros de producción con los de consumo, a las zonas rurales con los mercados urbanos y con los puertos de exportación, que facilitan la circulación rápida y el transporte barato de nuestras riquezas, que abren grandes e insospechadas perspectivas al comercio interno, que estimulan el desarrollo del turismo” (Conversando con el Pueblo, V 2: 63-64).

Salvador Oría sostiene que en la década que transcurre de 1932 a 1942 se proyectaron 45.000 kilómetros de caminos y se terminaron más de 30.000 solamente dentro de la red nacional y sin tener en cuenta las obras provinciales. Entre los años 1930 y 1945 el Estado construyó 5000 kilómetros de vías ferroviarias y adquirió 2600 km del F. C. Central Córdoba. Al año 1945 la red ferroviaria era de 46.119 km y los Ferrocarriles del Estado administraban 12.642 km siendo la principal empresa  (Oría 1945: 183).

La obra vial se extendió a todo el territorio nacional y se trazaron las importantes rutas trocales 2, 3, 7, 8, 12 y 14, entre otras.

Se diseñaron y ampliaron los puentes sobre el Riachuelo de la Noria y Pueyrredón.

En la Capital Federal se abrió la avenida Nueve de Julio y se ampliaron las avenidas Belgrano, Corrientes, Córdoba y Santa Fe. Se construyó la avenida General Paz, considerada como el primer gran antecedente de las autopistas argentinas. Se finalizó la línea B de subterráneo y se construyeron las líneas C, D y la E  (Aguinaga y Azaretto 1991).

Entre los años 1936 y 1940 la provincia de Buenos Aires encaró una modernización de las principales vías de acceso a la Capital Federal  (Conversando con el Pueblo, V 2).

 

 

domingo, 11 de mayo de 2025

El fin de la guerra está muy, muy lejos (Escalada)

 Entrevista a Alejandro Dugin


De Geopolítica Ru.

 

TATYANA LADYAEVA: Se estrenó la película que todos estábamos esperando. Pensé que saldría más tarde, pero ya está disponible: es un documental sobre Vladimir Putin. Todavía no he tenido tiempo de verlo completo, pero mis colegas ya han destacado las citas clave. Una frase especialmente quedó grabada en mi memoria: los rusos, a diferencia de la sociedad occidental, piensan más en lo eterno. Ya sabes, es cierto y no siempre nos damos cuenta de la diferencia. Alexander Gelyevich, ¿quizás te gustaría agregar algo propio sobre la película?

 

ALEXANDER DUGIN: Sí, esta película realmente tiene un gran significado. En él, el presidente, quizás por primera vez, compartió tan abiertamente sus pensamientos más íntimos, cosas que habitualmente quedan fuera de sus apariciones públicas. Por regla general, sus discursos y alocuciones son siempre una reacción a retos y tareas concretos: qué hacer con tal o cual problema, cómo solucionar tal o cual cuestión, quién tiene razón y quién no. Cuida el país hasta el más mínimo detalle y rara vez llega a generalizaciones filosóficas. Por eso esta película es tan valiosa. Aquí Putin habla de lo que le preocupa profundamente: qué son los rusos, qué es Rusia, qué es nuestra sociedad. Subraya que los rusos se diferencian de los occidentales en su deseo de eternidad. Éste es un pensamiento verdaderamente profundo.

Actualmente estoy trabajando en una obra de dos volúmenes dedicada al tiempo y la eternidad. La tradición cristiana, todas las religiones del mundo, la filosofía antigua: la base de todo ello está en la eternidad. El tiempo nace de la eternidad. Sin eternidad, el tiempo pierde su sentido, todo se derrumba, porque la eternidad es el marco que organiza el mundo: la vida, la muerte, las relaciones humanas, la política, la cultura. Una vez que perdemos el contacto con la eternidad, nos desmoronamos, nos sumergimos en el caos y la entropía, y no nos queda nada. Putin ha comprendido la diferencia principal entre la sociedad tradicional a la que gravita Rusia y el mundo occidental. En la Nueva Era, Occidente declaró: no existe la eternidad, sólo existe el tiempo. Pero el tiempo, separado de la eternidad, comenzó a desintegrarse. Al principio era un parámetro rígido del determinismo materialista, la imagen del mundo de Newton, luego se convirtió en evolución. Sin embargo, al haber perdido su apoyo a lo eterno, inevitablemente cayó en el caos.

Hoy en día esta diferencia es quizás la más importante: los rusos están del lado de la eternidad. Puede que no siempre seamos conscientes de ello, pero a pesar de siglos de presión materialista que han intentado borrar nuestra identidad tradicional, hemos conservado este sentimiento. Hemos conservado la creencia de que lo espiritual es superior a lo material y que lo eterno es más importante que lo temporal. Putin dio en el clavo. Ésta es la clave filosófica para entender nuestra identidad.

También dijo palabras importantes sobre la identidad: su pérdida es mortalmente peligrosa. Sin la confianza en los valores tradicionales, no habrá país, ni sociedad, ni cultura, ni continuidad generacional. Esto está inextricablemente vinculado con el concepto de eternidad. Estos aspectos filosóficos son más relevantes que nunca. Putin nos recordó quiénes somos y qué tipo de guerra estamos librando contra Occidente. No se trata simplemente de un conflicto local de intereses, como a veces intentan presentarlo, sino de un choque de dos civilizaciones: una tradicional, orientada hacia el espíritu y la eternidad, y otra antitradicional, que ha roto la conexión con sus raíces.

Hoy somos los últimos guardianes de la auténtica cultura, filosofía y herencia clásica occidental. Ocurrió que en cierto sentido intercambiamos lugares con Occidente. Nuestro origen es de la misma tradición bizantina, griega, somos cristianos y esto nos pone en igualdad de condiciones con Occidente. Pero él abandonó sus orígenes y nosotros no. Por lo tanto, aquellos en Occidente que entienden que tenemos razón deben unirse a nosotros. Rusia es el arca de la eternidad, el arca de los valores tradicionales. Putin nos recordó a nosotros y al mundo entero lo que significa ser ruso.

TATIANA LADYAEVA:  Me parece que podemos añadir aquí una idea más, que quizá no se expresó directamente en la película, pero que se ve a menudo en los discursos del presidente ruso, Vladimir Putin, y otros altos funcionarios. No se trata sólo de la eternidad y los orígenes, sino también del cuidado de la generación futura.

¿Por qué es esto importante? A menudo nos preguntamos: ¿por qué estamos llevando a cabo hoy una operación militar especial? Sí, por supuesto, se trata de la defensa del pueblo del Donbass y del cumplimiento de las tareas asignadas, nadie lo niega. Pero también hay un significado más profundo: estamos tratando de evitar una situación en la que firmemos algún documento con Zelensky ahora mismo, sin mirarlo. ¿Por qué? Porque no queremos condenar a nuestros descendientes a afrontar los mismos problemas años después, para que la historia se repita como un disco rayado.

¿De qué otra manera? Me parece que en Occidente a menudo piensan diferente: allí las decisiones se toman en el momento, bajo la presión del momento actual. ¿Implicaciones para el futuro? No parecen ser siempre una prioridad. Pero nosotros tenemos un enfoque diferente: miramos hacia adelante, pensamos en lo que dejaremos a nuestros hijos y nietos. Éste, como yo lo veo, es otro punto importante que vale la pena enfatizar aquí.

 

ALEXANDER DUGIN:  En general, tienes razón. Pero el hecho es que no podemos firmar una tregua bajo ninguna circunstancia, ni delante de nuestros descendientes, ni delante de la generación actual. Cualquier respiro que le demos al enemigo –este régimen nazi, agresivo y terrorista en Ucrania– será utilizado por ellos para reagruparse, rearmarse, curar sus heridas y atacar de nuevo. Y esto no sucederá en algún momento en el futuro, sino inmediatamente, tan pronto como sientan la fuerza dentro de sí mismos. Nos hemos encontrado con esto más de una vez.

Hay momentos en la película sobre nuestro Presidente que me inquietaron. El Presidente se mantiene abierto y amigable hacia Occidente, diciendo: “Creíamos en Occidente, confiábamos en él, queríamos la paz y no nos preparábamos para la guerra”. Pero, mientras luchamos contra Occidente, parece que no nos damos cuenta del todo de cuán monstruosa es la civilización con la que estamos tratando. La criticamos, pero en cierto modo seguimos confiando en ella, estamos dispuestos a hacer concesiones, a cumplir con nuestras obligaciones. ¿Delante de quién? Ante el diablo, que no observa ninguna ley. Esta debilidad me preocupa. ¿De qué tregua, de qué acuerdos podemos hablar sin victoria?

Trump es diferente. Él mismo se opone al sistema globalista que ha desatado una guerra contra nosotros. Pero él es Occidente, y sus palabras no son más fiables que las de otros dirigentes occidentales, aunque su paradigma conservador nos resulte cercano. Él sigue siendo un hombre de Occidente y nos han quemado muchas veces en nuestras relaciones con él. El Presidente habló de las diferencias entre nosotros y Occidente, pero debemos entender esto más profundamente: no llegaremos a un acuerdo con nadie en Occidente hasta que ganemos, seamos más fuertes y comencemos a defender nuestros intereses basados ​​en la plena soberanía. Estamos tratando con tramposos. Está escrito en sus frentes. Mienten, no siguen las reglas, tienen su propia agenda oculta. Recuerden a Brzezinski: le pregunté sobre las promesas incumplidas respecto a la OTAN, y me respondió: “Los engañamos, los jodimos”. Es obvio. Y Trump, a pesar de toda la simpatía, tiene escrito en la frente que no honrará el acuerdo.

 

TATIANA LADYAEVA: No será así, ¿verdad?

 

ALEXANDER DUGIN: Por supuesto que no. Ucrania es nuestro eslabón débil y contar con un alto el fuego rápido con condiciones aceptables para nosotros es pura ingenuidad. Más bien, vale la pena prepararse para  la escalada. Precisamente por esto no es necesario cambiar el nombre de nuestro programa: la escalada puede estallar rápidamente y adquirir un carácter agudo. Para esto es necesario estar preparado.

Trump, a pesar de toda su cercanía, no habla nuestro idioma: nuestras posiciones están demasiado alejadas. Incluso con buenas intenciones, nos ofrecerá algo que no es adecuado para nosotros. En cuanto a Zelensky y Europa, es asunto suyo, no nos concierne a nosotros. Debemos seguir nuestra lógica, apoyándonos en esos principios de civilización de los que el Presidente habló tan vívidamente en la película. Llevó al país al borde del abismo: el separatismo hacía estragos no sólo en el Cáucaso, sino en todas partes. Como héroe, como salvador, sacó a Rusia del abismo. Y ahora, 25 años después, estamos nuevamente al borde del abismo. Éste es aparentemente el destino de Rusia: estar eternamente bajo ataque, defendiendo su libertad, su idioma y su cultura.

Derrotamos a Napoleón, aplastamos a Hitler. Los payasos de hoy ni siquiera se acercan a ellos. Pero si las conversaciones fracasan y Trump, Europa y los nazis ucranianos se unen, será un desafío serio. Éste es exactamente el tipo de giro de los acontecimientos para el que debemos prepararnos. Cuanto más firmemente defendamos nuestra verdad, nuestras tierras, nuestra eternidad, mayor será la posibilidad de evitar un enfrentamiento. La fuerza es el único lenguaje que la fuerza entiende.

Trump está en sintonía con nosotros en algunos aspectos, pero no se puede confiar en Occidente, incluido él. El Presidente lo ha dicho más de una vez: nos han engañado una y otra vez. Se ha alcanzado el límite de confianza. Sólo puedes confiar en ti mismo y en tus aliados: los mismos norcoreanos que se manifestaron en la región de Kursk, o en China e Irán. Debemos atraer a todos aquellos que estén dispuestos a estar con nosotros. En Ucrania tenemos mercenarios de todo el mundo contra nosotros; Es una guerra de ideas. No hay lugar para dudas: las tareas de la operación militar especial encomendadas por el presidente deben cumplirse hasta el final.

 

TATYANA LADYAEVA:  Veamos un ejemplo sorprendente de escalada. Hablamos de las amenazas de Zelensky de atacar Moscú durante el Desfile de la Victoria. Nos enteramos de esto la semana pasada, pero lo que me sorprende es el silencio de los líderes occidentales en respuesta a declaraciones tan francas. Ya ves, cuando amenazan a Moscú o, digamos, a Putin, una cosa es decir que no les afecta directamente. Pero cuando te invitan a un evento y alguien dice: "Voy a asistir a este evento", eso ya es una amenaza para ti personalmente. Y todos guardan silencio. Esto es, ya sabes, asombroso a su manera.

 

ALEXANDER DUGIN: De hecho, la clave para entender la situación es saber con quién estamos tratando. No fue el propio Zelensky quien planeó perturbar el Desfile de la Victoria o realizar provocaciones el 9 de mayo, días que son sagrados para nosotros. No, la iniciativa no viene de él. Detrás de esto están los globalistas, principalmente los británicos, que ahora están construyendo la infraestructura para atacar nuestro territorio con sus misiles de largo alcance, Long Range Missiles. Sin la sanción de Estados Unidos esto es imposible, y esto demuestra que la escalada está ganando impulso y no se detiene ni un momento. Incluso el acuerdo sobre tierras raras y energía de Trump, a pesar de su deseo declarado de poner fin al conflicto, lo convierte en participante de esta guerra. No puede evitar comprender lo que está sucediendo, lo que significa que acepta tácitamente.

Insto a que se tomen estas amenazas con la máxima seriedad, aunque, por supuesto, esto es responsabilidad de los servicios de inteligencia. Aunque se habla de un alto el fuego y de intentos de estabilizar las relaciones con Estados Unidos –lo que de por sí sería algo bueno–, la escalada no cede. El silencio de Occidente ante las intenciones de Zelensky, ya sean un engaño o una amenaza real, dice mucho. Éste es el comportamiento terrorista de la junta nazi de Kiev, un gobierno ilegal que actúa con la aprobación de sus curadores occidentales. Y ya no está claro si su círculo se limita a Europa: en el círculo de Trump todavía puede haber fuerzas dispuestas a continuar la guerra contra nosotros. El nuevo equipo - Vance, Hegseth, Gabbard, Musk - a primera vista se esfuerza por poner fin al conflicto, pero no vemos la verdadera cocina del Pentágono y las agencias de inteligencia. Allí se desarrollan procesos complejos, allí reside el Estado profundo, ese mismo “poder profundo” que Trump prometió aplastar. Sin embargo, esta palabra desapareció de sus discursos, así como de los discursos de sus partidarios. Si antes, en los primeros meses, destruían el Estado profundo a cada paso, ahora ese tema se ha evaporado. Pero el “poder profundo” resultó ser mucho más tenaz y poderoso de lo que parecía, y está librando una guerra contra nosotros.

Hay muchos factores alarmantes y los tomaría con la máxima seriedad. La victoria aún está lejos: es necesario hablar de ello directamente. Esperar una tregua o un acuerdo rápido es ingenuo y frívolo. Tenemos muchas tierras que liberar, un enemigo formidable que combatir, y esto llevará mucho tiempo. Si Trump finalmente se pasa a ese bando, será comparable a Napoleón o Hitler. Entiendo el cansancio humano, la sed de paz, las preguntas “¿cuándo terminará esto?” Pero políticamente estamos obligados a admitir que debemos prepararnos para lo peor y ser conscientes de que el resultado no llegará pronto.

 

TATYANA LADYAEVA:  Hablemos de las elecciones en Rumania. El jefe de la Alianza para la Unificación de los Rumanos, George Simion, y el alcalde de Bucarest, Nicusor Dan, avanzaron a la segunda vuelta. En la primera vuelta, Simion está en cabeza, con más del 40% de los votos, mientras que Dan tiene más del 20%. ¿Quién es este Simion?

Esto es lo que aprendí: Promete traer al candidato suspendido George Georgescu de regreso a la política, posiblemente como primer ministro. Aboga por la unificación de Moldavia con Rumania, está en contra de apoyar a Ucrania y llama a su partido trumpista, apoyando la ideología de “Make America Great Again”. ¿Qué tipo de personalidad es ésta? Difícilmente prorruso, pero ¿qué podemos esperar de su posible victoria?

 

ALEXANDER DUGIN  No, él es  prorruso , es decir, no es prorruso, sino prorruso. Esto es exactamente de lo que estamos hablando.

 

 TATYANA LADYAEVA:  Qué pro-estadounidense, perdón, ¿no? Según algunos criterios.

 

ALEXANDER DUGIN:  Esta no es sólo una posición pro-estadounidense, sino trumpista, y esto está lejos de ser lo mismo. Hoy en día Occidente está dividido en dos bandos. Los primeros son partidarios de los valores occidentales tradicionales, encarnados en la idea de MAGA, “Make America Great Again”, que llevan adelante Trump y sus seguidores. Pero esta división también afectó a Europa, donde también surgieron claramente dos corrientes: una es la de volver a los valores tradicionales europeos, una especie de “Make Europe Great Again”, y no está necesariamente conectada con el trumpismo. Muchos europeos, especialmente en países con un código cultural diferente, como la Rumania ortodoxa, no aceptan el protestantismo estadounidense ni las tradiciones anglosajonas. Simion y su camarada George Georgescu, a quienes los globalistas expulsaron ilegalmente de las elecciones, son tradicionalistas ortodoxos, no protestantes. Utilizan el trumpismo como herramienta antiglobalización, pero su agenda es distintiva y soberana. Lo mismo puede decirse de la AfD en Alemania, de la Asamblea Nacional en Francia o incluso de Meloni en Italia: sus valores tradicionales son muy diferentes de los de América del Norte, aunque en Estados Unidos los católicos están sustituyendo cada vez más a los protestantes en el liderazgo.

En Europa hay dos polos opuestos: los tradicionalistas, que defienden las raíces europeas, y los globalistas: la red Soros, la Unión Europea, los antitrumpistas y los antitradicionalistas. Estos últimos son los principales patrocinadores de Zelensky y de la guerra contra nosotros, porque para ellos somos un símbolo de valores tradicionales que desprecian en todas partes: en Rusia, en Rumania, en Estados Unidos. Ahora Europa está cada vez más dividida: los eurotradicionalistas están orientados pragmáticamente hacia Trump, pero si fuéramos más fuertes y más convincentes en nuestras victorias, ellos también se volverían hacia nosotros – este era el caso antes del comienzo del Nuevo Orden Mundial.

Simion es un tradicionalista y su victoria en la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Rumania es un golpe para los euroglobalistas. Para él, Zelensky es un títere de los globalistas, tal como ISIS lo es para las agencias de inteligencia occidentales: una herramienta, no una figura independiente. Simion está en contra de Zelensky, en contra del globalismo y probablemente estaría abierto a un diálogo constructivo con Rusia. Si gana en la segunda vuelta (y en un recuento justo debería hacerlo), sentará un precedente. Rumania, junto con Hungría y Eslovaquia, países tradicionalistas, podría convertirse en el tercer estado en la frontera con Ucrania gobernado por opositores del establishment liberal. Esto debilitará seriamente la posición de Ucrania y de los globalistas. También en Polonia el movimiento tradicionalista está ganando fuerza: estamos en el umbral de una revolución conservadora en Europa.

Los globalistas están contraatacando: la AfD ha sido tildada de extremista y Le Pen ha sido bombardeada con acusaciones absurdas para marginarla. Pero los tradicionalistas están rompiendo su dictadura. A Simion se le puede matar, eliminar de las elecciones, encarcelar: en Europa el poder de los globalistas sigue siendo grande. Trump apoya a los eurotradicionalistas, pero su influencia en Europa aún no es absoluta. Las instituciones globalistas en Estados Unidos, aunque debilitadas, se aferran al control y sancionan cualquier ataque a los tradicionalistas.

Esto es importante para nosotros: Rumania es un país ortodoxo serio. La victoria de Simion y Georgescu, compitiendo juntos, es una señal de que las fuerzas antiglobalización están ganando no sólo en Estados Unidos, sino también en Europa. Esta es una oportunidad para nosotros, pero todavía son Occidente, los valores tradicionales rumanos. Para construir relaciones con ellos, debemos ser fuertes: no lograremos nada solo con pedidos o promesas. Simion no es nuestro hombre, pero es el enemigo de nuestros enemigos, aquellos con quienes luchamos en Ucrania. Al igual que Orban o Fico, desprecia a Zelensky. Su victoria fortalecerá nuestra posición, aunque él no es prorruso, sino un patriota rumano. Este es otro paso hacia el desmantelamiento del poder liberal-globalista en Europa, lo cual es vital para nosotros. Una Rumania neutral ya supone una gran victoria para nuestra seguridad y estrategia en Eurasia occidental.

 

TATYANA LADYAEVA:  Pero si al mismo tiempo se produce una unificación de Moldavia y Rumania, ¿será bueno para nosotros?

 

ALEXANDER DUGIN:  Esperemos. Lo principal ahora es aferrarse a la situación, porque los globalistas son lo más terrible que hay. Maia Sandu es el lado opuesto, ella es Soros, ella es la enemiga de Simion.

 

TATYANA LADYAEVA:  Sobre este tema, sólo diré que los medios de comunicación europeos ya están discutiendo activamente los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Rumania. Los titulares dicen algo así como esto: una victoria de un político de extrema derecha podría crear problemas para la OTAN y la UE, amenazando con desestabilizar aún más las alianzas occidentales. La retórica occidental, como de costumbre, no logra captar la amenaza que se cierne sobre el horizonte. Pero no entremos en detalles por ahora: esperemos y veamos cómo se desarrolla todo y luego comentaremos.

Ahora sobre Trump. Permítanme recordarles que hace un par de semanas insinuó que un tercer mandato sería bueno, pero luego aclaró: “Me malinterpretaron”. Sin embargo, los rumores sobre su posible regreso surgen con regularidad y los periodistas discuten sobre este tema. El propio Trump no habla directamente de este deseo, y ahora incluso afirma que no tiene ningún deseo particular al respecto. Dicen que quienes venden gorras “Trump 2028” lo hacen bajo su propio riesgo: esto no refleja sus intenciones. Y luego se habló de un sucesor. Muchos, incluidos políticos, apuestan a que Vance será el próximo presidente de Estados Unidos. Es cierto que también hay teorías conspirativas: supuestamente Vance se convertirá en presidente, sólo para dar paso a Trump, quien volverá a dirigir el país. ¿Qué opinas sobre esto? ¿Dónde está la verdad en todo esto?

ALEXANDER DUGIN:  Hay un punto fundamental aquí: los trumpistas no pueden perder las elecciones de 2028. Si los demócratas regresan al poder, significará su fin. Hoy en día en Estados Unidos se está desarrollando una guerra ideológica civil. No se trata simplemente de una rivalidad entre dos partidos con matices diferentes, como antes, sino de una lucha entre dos visiones del mundo. De un lado están los trumpistas, partidarios de los valores tradicionales, y del otro los demócratas, sus oponentes.

El conflicto ideológico en Estados Unidos está en pleno apogeo. Recuerden las elecciones de 2020: aún no está claro quién ganó, pues se revelaron muchos fraudes. Una vez que los trumpistas llegan al poder, actúan como si fueran a quedarse por mucho tiempo. Están llevando a cabo reformas ideológicas, cerrando ministerios y organizaciones de globalistas que servían al Estado Profundo. Ésta es una revolución conservadora y no puede limitarse a cuatro años. Si los trumpistas ceden el poder a los demócratas, enfrentarán represalias. Esta vez serán destruidos para que no quede ningún rastro del trumpismo. Por lo tanto, las elecciones de 2028 son una cuestión de vida o muerte.

Los trumpistas se enfrentan a una elección: victoria o muerte. Deberán aferrarse al poder en 2028, ya sea con Trump para un tercer mandato, o con Vance, o mediante la anexión de Canadá o Groenlandia, para declarar un nuevo estado y comenzar de nuevo la cuenta regresiva. Trump necesita extender el rumbo actual indefinidamente y durante ese tiempo destruir a los demócratas y globalistas como en una guerra para que nunca puedan regresar al poder.

Esto es una revolución y Trump, en mi opinión, está empezando a perder impulso. Las reformas se están estancando, él está haciendo concesiones, pero en realidad se enfrenta a una resistencia global, tanto en Estados Unidos como fuera de él. Ahora el mundo entero está en contra de Trump. Sus únicos aliados podrían haber sido Rusia, China, India, pero después del acuerdo con Zelensky, resultó ser nuestro enemigo. Trump es nuestro adversario y eso nos priva de cualquier posibilidad de cooperación. Declaró una guerra comercial contra China, India sigue siendo un aliado, pero también allí se está gestando un conflicto en Cachemira.

Trump está en una posición precaria: ha desafiado al mal, pero no ha construido una coalición con quienes podrían apoyarlo. Sus decisiones son imprudentes y de corto plazo, y necesita mantener al trumpismo en el poder después de 2028, ya sea con él mismo o con Vance. Se avecinan elecciones de mitad de período y serán difíciles. Las reformas de Trump ya han afectado la comodidad del estadounidense común. Trump está pasando ahora por un periodo difícil, una especie de marca oscura. Debe estar pensando en 2028, pero anexar Canadá o Groenlandia no es una tarea tan fácil como parece. Al igual que la operación militar en México contra los cárteles de la droga, es necesario convencer al presidente mexicano y a la comunidad mundial.

Trump tiene problemas. Extender el trumpismo más allá de 2028 es una cuestión de supervivencia, y es necesario abordarla ahora. Pero en mi opinión, carece de profundidad estratégica. Si Trump hubiera actuado estratégicamente: se hubiera retirado de la guerra con Rusia, normalizado las relaciones con China, evitado el conflicto en Medio Oriente y disuelto la OTAN, como prometió. Pero sus partidarios se preguntan: ¿dónde está todo? ¿Dónde está la paz, dónde está la exposición de los globalistas, dónde está la lista de Epstein? Ahora incluso ellos son escépticos. Trump necesita ponerse las pilas y hacer política constructiva: ya ha cometido muchos errores.

miércoles, 2 de abril de 2025

¿Héroes o víctimas de la dictadura?: Los debates no resueltos sobre Malvinas


Por Aldo Duzdevich para LM Neuquén 


A mediados de febrero del 2024 visité el Cementerio de Darwin donde yacen 232 combatientes argentinos caídos en Malvinas. Nuestro guía chileno (ya con nacionalidad británica) nos repitió el libreto que tiene para los turistas: “acá vienen muchos ex-combatientes y cuentan que la primera ducha y la primera comida caliente fue cuando los tomaron prisioneros los ingleses "Pasaron hambre, frío, estaban mal armados, ni botas tenían". Léase, el mejor momento de “los chicos de la guerra” fue cuando se rindieron y los tomaron prisioneros.

En el acceso a la Catedral Anglicana de Puerto Argentino un monumento hecho con huesos de ballena azul lleva una inscripción sobre piedra que dice “en conmemoración del centenario de posesión británica de las Falkland Islands 1833-1933”. Creo que es lo más infame que se puede ver en Malvinas. Una muestra de la obscenidad colonial.

Inglaterra no puede asumir que está en un territorio ocupado por la fuerza y convertido en su colonia. Por lo tanto, no admite que su legítimo dueño, la Nación Argentina, intente recuperar lo que ellos tomaron por la fuerza.

El relato inglés es bastante simple: En 1982, el dictador borracho de una republiqueta, tuvo la mala idea de desafiar a su Real Majestad, invadiendo una colonia que le pertenece desde hace mas de 150 años. La invasión se hizo con un grupo de chiquillos mal armados, enviados a combatir contra la Royal Navy y el mejor ejército de occidente.

El discurso de la prensa y diplomacia inglesa es que la recuperación de Malvinas fue un absoluto disparate, producto de la mente afiebrada de los militares, que mandaron a morir a sus jóvenes soldados, mal armados y mal alimentados, convirtiéndolos en nuevas víctimas de la dictadura.

Supuestamente, la dictadura argentina con la recuperación violó los derechos humanos de los kelpers, y también de los soldados argentinos que envió a las islas a una muerte segura. De ese modo, los responsables del hundimiento del Belgrano y de los muertos en Malvinas no fueron las balas inglesas, sino la dictadura, que tuvo la mala idea de desafiar a su Real Majestad.

 

LOS TESTIMONIOS DE LOS VETERANOS DE MALVINAS

En estos días escuché en una radio el testimonio de un veterano de Malvinas diciendo casi las mismas palabras que nuestro guía chileno, pero mejor ilustradas. Incluyendo que el viaje al continente como prisionero de los británicos lo hicieron en un crucero de turismo que tenía todas las comodidades típicas de esos barcos.

Narró el maltrato de los oficiales, el hambre, los castigos por robar comida. Cuando la joven periodista lo indujo que cuente si sufrieron torturas, igual que los detenidos en los campos de concentración de la dictadura, el veterano relató que el 25 de mayo con vientos huracanados y 20 grados bajo cero, a un teniente se le ocurrió hacerlos salir del pozo a cantar el himno muertos de frio, y luego algunos recibieron el clásico “baile” de tirarse y arrastrarse por el suelo mojado y congelado. Sin dudas una crueldad innecesaria. Pero absolutamente diferente al secuestro, tortura por días de picana eléctrica, para finalmente ser arrojados al mar que sufrieron los desaparecidos en los campos de concentración.

Luego vi el video de un reportaje a Oscar Ledesma, quien con sólo 19 años y una escasa preparación militar, participó en la batalla de Pradera del Ganso y abatió al militar inglés de mayor rango en las islas, el teniente coronel Herbert Jones, jefe de los paracaidistas y toda una leyenda dentro de las tropas británicas.

“En Malvinas nuestra misión era defender el istmo de Darwin, un punto estratégico de la isla Soledad. El primer ataque duró entre 4 y 6 horas, yo estaba a cargo de la única ametralladora Mag que estaba en funcionamiento. El coronel Jones fue uno de los que comandó el ataque. Lo vi venir corriendo a unos 35 metros, le disparé una ráfaga y cayó. Aún así intentó tomar una granada, me levanté y disparé una segunda ráfaga que acabó con su vida. Los conscriptos fuimos el aporte popular a Malvinas. Y puedo decir que soy un orgulloso soldado conscripto sin hacer apología del gobierno de facto, ni tampoco entrar en la miseria de la victimización”, dijo.

Ambos veteranos estuvieron en Malvinas y mantienen enfoques muy diferentes. El primero recuerda el maltrato que le infringieron los oficiales y suboficiales a cargo; el segundo se siente orgulloso protagonista de una gesta histórica.

Quienes trabajamos en desentrañar la historia y estamos acostumbrados a escuchar testimonios de hechos producidos hace 40 o 50 años atrás, sabemos que en cada caso hay que ubicar al testigo en el contexto y circunstancia. Y, cuando muchos participan de un hecho colectivo en espacios y momentos diferentes, cada uno puede relatar lo que vio a su alrededor y la circunstancias que le toco vivir.

Sin dudas en Malvinas hubo oficiales que actuaron correctamente y otros que, acostumbrados a maltratar a los “colimbas” en los cuarteles, mantuvieron esa misma actitud estúpidamente en una situación de guerra. El rigor y el abuso de poder de los mandos a sus subordinados es una enfermedad que sufren todas las organizaciones militares del mundo, incluyendo las romantizadas organizaciones guerrilleras.

Además de los testimonios, la historia indaga en diversidad fuentes y datos para aproximarnos a la realidad de los hechos. Uno importante es el número de bajas. Las argentinas en Malvinas (excluyendo a los 323 muertos del crucero Gral Belgrano) fueron 327 (incluyendo aviadores y varios marinos). Gran Bretaña declaro oficialmente 255 muertos, aunque hay presunción que fueron muchos más.

Si en los combates en tierra ellos tuvieron 255 bajas y los argentinos 327, no fue un paseo, ni una paliza, sino la guerra más importante que enfrentó Inglaterra después de la Segunda Guerra Mundial.

 

LOS TESTIMONIOS DE LOS OFICIALES BRITÁNICOS

Las memorias del general de división Julian Thompson (al mando de la 3° Brigada de Comandos de Infantería de Marina) y del almirante John Forster “Sandy” Woodward (comandante de la flota británica), dan una versión muy diferente a la que se creó en el imaginario social, desmintiendo incluso a la versión de su gobierno. ¿Por qué lo hacen? Supongo, en parte, por ese perfil profesionalista de militar inglés, y en parte porque si tienen que explicar la paridad de bajas están obligados a reconocer que no vinieron de paseo.

Para el almirante Woodward, la batalla naval contra la Argentina fue “una de las más terribles. Y los argentinos podrían haberla ganado”, incluso en el transcurso de la guerra afirmó en su diario que en el enfrentamiento entre la flota británica y la aviación argentina ésta última “iba ganando”. Ya en el cuarto día de combate, Woodward sentenció que “la Royal Navy no había vivido un conflicto en el agua de esta magnitud desde la Segunda Guerra Mundial”.

A la vez, recuerda que casi la mitad de las bombas lanzadas por aviones argentinos, al menos en catorce ocasiones, no estallaron. Por ello, Woodward aseguró que si “hubiesen explotado nos hubiesen derrotado. Si las espoletas de las bombas hubiesen sido correctamente armadas, no me cabe ninguna duda de que hubiésemos perdido”.

Respecto el armamento, dice Thompson: “Tenían más cañones, un transporte en helicóptero por lo menos tan bueno como el nuestro” y, por ejemplo, “en la batalla de la colina de Darwin el 28 de mayo, todos los soldados [ingleses] armados con metralletas Sterling las arrojaban para recoger los SRL de los que estaban fuera de combate o, mejor aún, se apoderaban de los FAL argentinos que disparaban ráfagas y suministraban así más poder de fuego.”

Sobre la batalla de Monte Longdon, en la que se llevó a cabo un largo y encarnizado combate cuerpo a cuerpo y a bayoneta calada, Thompson señaló: “Estuve a punto de sacar a mis muchachos de ahí. No podía creer que esos adolescentes disfrazados de soldados nos estuvieran causando tantas bajas”.

 

MALVINAS EN CLAVE DE LIBERACIÓN O DEPENDENCIA

Hace 43 años la mayoría de los jóvenes militantes peronistas, incluyendo a los de la casi extinta organización Montoneros, la dirigencia sindical encabezada por Ubaldini que el 30 de marzo había realizado una enorme marcha de protesta y habían sido reprimidos, más la dirigencia del PJ, UCR, DC, FIP y otros partidos, apoyaron la recuperación de Malvinas. Incluso una delegación encabezada por Ubaldini, Triacca, Bittel del PJ y Contin de la UCR viajaron a las islas a manifestar el apoyo del pueblo argentino a nuestros soldados.

Releyendo las declaraciones, que muchos expresamos hace más de cuarenta años, hoy, en otro contexto, y ya con el diario del lunes, no podríamos suscribir cada una de nuestras palabras. Pero, en lo esencial, Malvinas significó un quiebre político cultural dentro de las Fuerzas Armadas y el fin del proceso militar.

Las Fuerzas Armadas desde 1955 en adelante se habían alineado con EEUU en la llamada Guerra Fría, y en términos ideológicos habían comprado el catecismo liberal de "da lo mismo producir acero que caramelos”, como sostenía Alejandro Estrada, secretario de Comercio de José Alfredo Martínez de Hoz, para bajarle el precio a la industria pesada.

Galtieri, que había sido catalogado como un general majestuoso por la prensa norteamericana, descubrió de golpe que, entre el majestuoso y sus amigos ingleses, Reagan obviamente dio su apoyo político y logístico a los ingleses. El Canciller argentino Costa Méndez descubrió que existía la solidaridad latinoamericana y de los países del Tercer Mundo. Y terminó abrazando a Fidel Castro y recibiendo misiles de Muammar el Gadafi.

Y los militares argentinos que habían renegado de la herencia industrialista de Savio, Mosconi y el Brigadier San Martin, descubrieron que la soberanía militar se asienta sobre la independencia económica, sobre el desarrollo tecnológico e industrial nacional, y que a las fragatas inglesas no le podían tirar caramelos, sino que necesitaban acero y pólvora argentina.

Para los militantes del campo nacional esas consignas y propuestas no eran novedad. Las habíamos defendido toda la vida: unidad latinoamericana, lucha contra las potencias imperiales, desarrollo científico e industrial nacional. Eran banderas nuestras que, por obra de su error e improvisación, los militares argentinos descubrían pagando con su sangre en el campo de batalla.

La batalla de Malvinas ,aunque mal calculada y mal dirigida política y militarmente, condensaba las mismas banderas que habíamos levantado desde la Vuelta de Obligado: liberación o dependencia.

 

EL CEMENTERIO ARGENTINO EN DARWIN

Históricamente, los ingleses han enterrado a sus muertos en el lugar en el que cayeron. Esto explica por qué, en casi todos los continentes hay cementerios con bandera británica. El poeta británico Rudyard Kipling escribió: “Esto serviría para recordarles a las poblaciones locales, y a las futuras generaciones la firme voluntad del Imperio Británico, y que por allí pasaron y combatieron sus súbditos y que, por lo tanto, algún día podrían regresar.”

Está claro que el Reino Unido no reconoce el mismo derecho para quienes los enfrentaron. El potente peso simbólico que expresan las tumbas de soldados argentinos enterrados en Malvinas no podía ser admitido, por lo cual, el Foreign Office, desde 1982 hizo repetidos intentos de “repatriar” al continente los restos de los soldados argentinos. La mayoría de los familiares de los caídos se negaron con la convicción de que "no hay nada que repatriar, porque están en su patria".

El cementerio queda a 80 km de Puerto Argentino, en medio de la nada y en un lugar apartado del camino principal, porque los kelpers no ven con agrado su existencia. Es parte del sitio Pradera del Ganso, donde tuvo lugar la batalla en la que murieron 47 argentinos.

En 2009, y luego de largas negociaciones, el cementerio se remodeló incorporándole un cenotafio, una gran cruz, y una ermita de la Virgen de Lujan. Las tumbas están señaladas con cruces blancas y en placas de granito negro figura el nombre de cada soldado. Por decisión británica no pueden aludir a su condición militar. Solo dos tumbas quedan con la frase “Soldado argentino solo conocido por Dios”. Además están prohibidos los símbolos patrios.

El cementerio luce muy cuidado. El diseño aprobado por la Comisión de Familiares de los Caídos fue construido y financiado por el empresario argentino Eduardo Eurnekian, quien, además, tiene contratado a una persona de forma permanente, para su mantenimiento.

Es difícil describir la emoción que se siente al caminar en medio del fuerte y persistente viento, recorriendo los senderos de cruces blancas y reconocer algunos nombres de combatientes que alguna vez escuchamos.

 

LA VIDA EN LA COLONIA FALKLAND

En Malvinas habitan unos 2.400 civiles, la mayoría en la pequeña villa de Puerto Argentino y en las distintas estancias dedicadas a la cría de lanares. Según comentario de nuestro guía, hay muchos chilenos, uruguayos, peruanos e incluso senegaleses que llegan en busca de trabajo. La vida allí es muy dura, el paisaje y el clima son poco amigables, sobre todo para los niños y los jóvenes.

El abastecimiento de alimentos y otros víveres viene en barco desde Montevideo o Gran Bretaña. Antes lo recibían de Punta Arenas Chile, pero se cortó por las restricciones de paso por el Beagle que impone Argentina. Un solo vuelo semanal desde Punta Arenas los conecta con el continente.

A 45 km de Puerto Argentino por camino pavimentado esta la base militar Mount Pleasant (Monte Agradable) que incluye una base naval, una base aérea y una base de lanzamiento de misiles, además del centro de comunicaciones y monitoreo. Es el centro militar más importante de toda América Latina e integra el dispositivo de seguridad global montado por la OTAN . Hay mas de 1.500 soldados en forma permanente que rotan cada seis meses.

 

LA CAUSA DE MALVINAS

En estos días que esta tan sensible el debate sobre dictadura y derechos humanos, es fácil entrar en la trampa del discurso binario, buenos y malos, blanco o negro. Y pretender analizar Malvinas desde la perspectiva de derechos humanos o desde la de género que está muy en boga. Es desdibujar y perder de vista que Malvinas expresa claramente nuestra contradicción histórica principal que es liberación o dependencia.

Los que nos autodefinimos nacionales y populares debemos definir qué queremos hacer de con nuestras Fuerzas Armadas. Tuvimos 16 años de gobierno para reformarlas o cerrarlas como quieren algunos. El general más viejo, el Jefe de Ejercito Carlos A Presti tiene 59 años. En el 76 tenía diez. La mayoría de cuadros y voluntarios ronda los 40 años, durante la dictadura ni siquiera habían nacido. ¿Les vamos a seguir gritando en la cara milicos asesinos a gente que eligió la carrera militar por vocación o necesidad, y que vivió y creció en democracia?

Si queremos que nuestras Fuerzas Armadas recuperen un pensamiento nacional, nada más importante que reivindiquen su rol combatiente en Malvinas y hagan honor a sus héroes enterrados en Darwin, parafraseando a Kipling para recordarles a las poblaciones locales, y a las futuras generaciones, la firme voluntad del pueblo argentino que por allí pasaron y combatieron sus jóvenes soldados y que, por lo tanto, algún día podrían regresar.

Para cerrar cito a Rubén Pablos, ex combatiente de Rio Negro: “Nosotros, la gran mayoría de los Veteranos de Guerra de Malvinas no nos sentimos víctimas de la dictadura, por el contrario, estamos orgullosos de haber ido a defender a la Patria. Fuimos a Malvinas por mandato popular con el uniforme de San Martín a defender la Bandera de Belgrano. No fuimos pensando en Galtieri, y fuimos a combatir contra un enemigo externo, el imperio y su aliado.”

 

*Autor de “La Lealtad- Los montoneros que se quedaron con Perón” y “Salvados por Francisco”

domingo, 9 de febrero de 2025

LA FILOSOFÍA Y LA CUESTIÓN NACIONAL.

 

Recientemente, ALBERTO BUELA publicó FILOSOFÍA ARGENTINA, UNA VERSIÓN DISIDENTE, fundamental obra para el pensamiento nacional  y centralmente, para el campo de la filosofía. Tal cual lo reconoce el mismo autor, el trabajo tiene como gran antecedente el monumental libro de Alberto Caturelli sobre la historia de la filosofía argentina. El trabajo tiene el estilo Buela: nacional, original, profundo, polémico, debatidor y buscador de verdades y de conclusiones políticamente incorrectas. Sigue la tesis de Caturelli, Furlong y de Vicente Sierra de la existencia de un pensamiento virreinal hispanoamericano sumamente vigoroso desarrollado en las 33 universidades y en los cientos de establecimientos fundados a lo largo de 5 siglos. Hace una lectura crítica del iluminismo liberal y del romanticismo del S XIX e indaga y desarrolla la aparición de la nueva tradición nacional que tendrá en José Hernández un arquetipo central. Invita a releer a olvidados como Diego Pro, a Virasoro, a Rougés y a otras figuras más conocidas como Macedonio Fernández o J. V. González. Se detiene en la generación del 900 y en los debates posteriores del S XX que tienen un gran momento en el Congreso de Filosofía de 1949. Estudia -sin los típicos prejuicios antirreligiosos que poco y nada aportan al conocimiento objetivo-  las obras de Meinvielle, Castellani y Sepich y la experiencia de los cursos de cultura católica. Polemiza con Francisco Romero, Alejandro Korn, entre otros. Destaca la profundidad y originalidad de las obras de Nimio de Anquin, de Rodolfo Kush y de Saúl Taborda. Dialoga con la generación más contemporánea de figuras como Maliandi, Casalla, Maresca y otros. Bienvenido este inmenso y sumamente útil libro que revive la modalidad –olvidada en la mediocridad de la uniformidad de lo mismo-, del pensamiento nacional combativo y polémico.


domingo, 19 de enero de 2025

El Perón que no escuchamos: su visión sobre el deporte

 Por Aldo Duzdevich para la Agencia Paco Urondo


16 Enero 2025

 

En mi nota anterior expresé con el título “El Perón que no escuchamos”, en primera persona del plural, estoy haciendo una referencia literal a nuestra generación de los setenta. “La juventud maravillosa”, “La gloriosa JP”. La gran mayoría de los setentistas que conozco (me incluyo) nos estamos enterando hoy, de cuáles eran las principales preocupaciones del último Perón, y por donde surcaba su espíritu e intelecto en sus últimos meses de vida.

Para darnos una idea de la importancia que le daba al deporte, del 15 de enero al 27 de mayo de 1974, dedica siete reuniones con deportistas de distintas disciplinas.

Perón tenía la virtud de hablar de temas profundos en un lenguaje sencillo entendible por el pueblo llano. Usaba mucho la frase “un ejemplo suele aclararlo todo”. Por eso solía hablar con metáforas y/o contar anécdotas, que no siempre eran textuales, pero cumplían eficazmente con lo que quería comunicar y que resultan más fáciles de recordar. En uno de estos discursos hay una que seguramente nos quedara grabada.

Dice Perón: “Recuerdo que, en el año 1953, se presentó un día Pettinato  que era el jefe del Servicio Penitenciario, y me dijo: “mi General, hay que hacer algo, porque nos estamos quedando sin presos”… Creo que tenemos que volver a hacer algo para quedarnos sin presos, y eso se puede hacer tanto en la escuela primaria, secundaria y universitaria, pero se puede lograr de la mejor manera en los campos de deportes. Los deportistas no son jamás hombres con inclinaciones hacia ningún tipo de delincuencia. El cultivo del espíritu es paralelo al cultivo del cuerpo; por ello pienso, y lo hemos de hacer así, que hay que dar la más extraordinaria importancia posible al deporte popular, para que todos puedan practicarlo.”

En los siete discursos va a reiterar dos ideas, el amor que sentía por el deporte y pensar el deporte como escuela de vida física y espiritual.

“Los años más felices de mi vida los viví cuando hacía deportes. (…) No exagero si digo que, en este momento, me siento como en mis mejores tiempos, porque siempre he vivido un poco entreverado entre los deportistas argentinos.”

“Un país no vale ni por la extensión de su territorio ni por la cantidad de vacas que tiene; vale por la calidad de los hombres que lo pueblan y lo sirven. El deporte está dirigido a eso, a formar, por sobre todas las cosas, una buena persona y, después, para darle todas las armas que sea posible. Pero es necesario partir primero de un material humano puro, es decir, de un alma pura.”

Como los siete discursos son demasiado texto para una nota de domingo, voy a extraer solo algunos conceptos fundamentales.

Estas entrevistas forman parte del libro “Perón 1974”, editado por la Biblioteca del Congreso Nacional cuyo texto puede bajarse gratuitamente https://bcn.gob.ar/publicaciones/juan-domingo-peron

15 de enero 1974: ante un grupo de deportistas

Palabras pronunciadas ante una numerosa delegación de deportistas de distintas disciplinas que lo visitaron en la Residencia Presidencial de Olivos. Se entregaron medallas a basquetbolistas juveniles (recientes campeones sudamericanos) y se reconoció al piloto Carlos Reutemann (a quien el Ministerio de Bienestar Social comenzó a apoyar económicamente en su carrera deportiva). Perón entregó también medallas de reconocimiento por su labor deportiva a varios basquetbolistas argentinos (Pagella, De la Cruz, Pace, Santini, Allende, Apostólico y Martín); al jinete Hugo Arrambide; al nadador Horacio Iglesias; y al tenista Guillermo Vilas. También entregó subsidios a distintas federaciones del interior del país para estímulo del deporte.

 

Señores:

“Es para mí un inmenso placer poder compartir siquiera sea un momento con los deportistas, en cuyo contacto siempre he vivido y a quienes también he ayudado en lo que podía, desde el punto de vista deportivo.” (...)

“Yo creo que una de las actividades permanentes en la vida de los pueblos modernos es el deporte. Todas las deformaciones a que asistimos en la humanidad son, precisamente, más profundas donde se ha pasado por alto o se ha olvidado al deporte.”

El deporte es una escuela de formación de hombres, no solo física, sino también moralmente. El espíritu de los hombres se cultiva también en los campos de deportes. Ese espíritu que nosotros apreciamos es indispensable en la vida de los hombres. Yo he asistido durante mi larga vida al desenvolvimiento de nuestro país en las etapas florecientes del deporte, y les puedo decir que, cuando se practicó más deporte, la gente era mejor.”

“Por eso, convencidos de esa necesidad, es que estamos dispuestos a dar al deporte el auge más extraordinario que podamos. No habrá recursos que no se pongan a disposición de las necesidades para cultivar a nuestra gente en el deporte, en su alma y en su cuerpo. Si lo logramos, como espero, estoy seguro de que habremos mejorado al pueblo argentino en sus valores morales y espirituales.” (...)

“En este sentido, hemos ya establecido en nuestro Plan Trienal y en los planes del Ministerio de Bienestar Social todo lo que sea indispensable para el desarrollo del deporte, en su práctica desde la niñez hasta la vejez del hombre, porque los viejos también pueden hacer deporte. (...)”

 

Ante un grupo de deportistas (6 de febrero de 1974)

Durante un acto en el que se otorgaron subsidios a diversas instituciones y se entregaron medallas al mérito deportivo a los jugadores de fútbol de Rosario Central (campeón del Torneo Nacional de 1973) y Huracán (campeón del Torneo Metropolitano de 1973); a los ciclistas Ernesto Contreras y José Serrano, ganadores del Cruce de los Andes; a Horacio Ponce, golfista, campeón municipal Caddies; y al primer alférez Alberto Serrano, por haber ascendido recientemente a la cima del Aconcagua.

 

Señores:

“Muchas veces he dicho que, a mi regreso, después de dieciocho años, encuentro que de todas las destrucciones que se han producido, quizá la más trascendente y la más peligrosa es la destrucción del hombre argentino, que también se destruye. Todo lo demás puede reconstruirse con facilidad; el hombre no es tan fácil de reconstruir. (...)”“El abandono de los lugares de deportes es el abandono del hombre, de nuestra juventud. Indudablemente, una juventud abandonada puede tomar cualquier camino, y eso lo estamos viendo todos los días en la Capital, en el resto del Gran Buenos Aires y en el Interior.” (...)

“El cultivo del espíritu es paralelo al cultivo del cuerpo; por ello pienso, y lo hemos de hacer así, que hay que dar la más extraordinaria importancia posible al deporte popular, para que todos puedan practicarlo.”

“De la misma manera, hay que organizar y ordenar el deporte efectivo como el deporte espectáculo.”

“He oído a algunos criticar duramente al fútbol, diciendo que juegan unos pocos y miran muchos. Eso también forma y da a la gente aliciente para imitar, ver y practicar el deporte por su cuenta. Si se lo emplea y organiza bien, el deporte espectáculo es tan importante como el otro. La gente entra con entusiasmo cuando hay posibilidades, y todos los que hemos practicado deportes sabemos que en esto también el apetito viene comiendo. Muchas veces mirando también viene el apetito. (...)”

 

Ante los equipos campeones de los torneos “Evita” y “Argentina Potencia” 7 de marzo 1974

Al recibir a un grupo de jóvenes deportistas triunfadores en los torneos infantiles “Evita” y juveniles “Argentina Potencia,” en fútbol, básquet y ajedrez, cuya etapa final tuvo lugar en la Unidad Turística de Embalse, Río Tercero (Córdoba), en diciembre de 1973.

 

Señores:

“Quiero adherirme a las palabras del señor ministro con una profunda sinceridad de viejo deportista y también con la asunción de la responsabilidad que nos cabe en la formación de lo más valioso que el país tiene: sus hombres y sus mujeres. (…)”

El deporte es, indudablemente, la mejor escuela para la formación del alma. Son los valores espirituales los que se cultivan con el deporte. Eso es lo que nosotros pretendemos al dedicarle una gran parte de nuestra actividad, especialmente al deporte infantil y juvenil.”

“Ni los griegos ni los romanos habrían llegado a ser lo que fueron en la historia del mundo si no hubieran cultivado profundamente los deportes en todos sus aspectos y actividades. Imitemos esos ejemplos que hicieron grandes y poderosos a los pueblos. (...)”

“Nuestros muchachos y nuestras niñas deben volver a ser los únicos privilegiados. En ellos está nuestra esperanza, y para cultivarla debemos pensar que ellos son los únicos que, entre toda la población, deben gozar de un privilegio especial. (...)”

La obra pública de la gobernación bonaerense de Manuel Fresco

Aritz Recalde   “Al hacerme cargo del gobierno, me propuse realizar un plan de obras que no sólo contemplase necesidades inmediatas de l...