jueves, 27 de mayo de 2010

CRÓNICA DE UNA INFAMIA RADICAL


LAS ELECCIONES DE LA FEDERACIÓN UNIVERSITARIA ARGENTINA

Aritz Recalde, mayo 2010

Las elecciones de autoridades de la FEDERACIÓN UNIVERSITARIA ARGENTINA (FUA) ejecutadas recientemente, son una muestra clara y rotunda, de las dificultades que encuentra la juventud para consolidar un ámbito de organización, de debate y de formulación de proyectos a mediano y a largo plazo. Año a año, el movimiento estudiantil se ve inmerso en un decadente encuentro caracterizado por los actos de corrupción y de infamia. El primer responsable de tan decadente accionar lo protagoniza la agrupación radical FRANJA MORADA, que conduce la presidencia de la FUA desde el año 1973 hasta la fecha. Una simple mención a la forma en que se desarrollan las elecciones de autoridades de la FUA, da muestra cabal de lo que estamos estableciendo. Como punto de partida es realmente triste mencionar, que la elección de autoridades y por decisión de Franja Morada, se realizó en el día de los FESTEJOS DEL BICENTENARIO demostrando la inexistencia de un compromiso o al menos de respeto por la historia y por la cultura argentina, que tienen los radicales. Dicho esto, es interesante remarcar que las CONVOCATORIAS al Congreso de FUA no respetan reglas y que la definición del día y del lugar de la elección se realiza de manera arbitraria por parte de la agrupación Franja Morada. En el año 2008 el Congreso se desarrolló en San Luis y ahora en la provincia de Santa Fe: ambos distritos tienen gobiernos enfrentados al proyecto nacional. ¿Casualidad o una sede a su medida política?. La desinformación y la desorganización son las únicas reglas de la jornada eleccionaria. No existen o no se presentan los PADRONES de electores, cuestión que permite que se anoten o se impugnen de manera desordenada y de a ratos escandalosa, a los representantes de las distintas fuerzas políticas. La Franja Morada y su comisión electoral son juez y parte en cada impugnación dándose el lujo de reconocer o de negar la representación de los estudiantes de todo el país. Una vez reunidos los estudiantes radicales con sus guardaespaldas y sus operadores, se da lugar al CONGRESO. Paradójicamente, es un Congreso en donde no se debate nada y es un ámbito en el cual los hechos principales transcurren a puertas cerradas. Las “comisiones” de debate no se implementan y miles de estudiantes que viajaron de todo el país para estar en el Congreso, se quedan sin encontrar en las aproximadamente 72 horas de caos generalizado, un lugar para expresar sus puntos de vista. La Franja Morada ACREDITA A SUS ELECTORES a puertas cerradas y sin presencia de los fiscales de las otras fuerzas. Posteriormente, permiten el ingreso de otras agrupaciones y les impugnan, en una tragicómica operación, a sus representantes arguyendo los más extravagantes y primitivos argumentos. Con esta ridícula y oprobiosa actitud, queda claro que se gana la elección de antemano. Una vez acreditados los electores que le permiten a la Franja Morada triunfar en la elección, se abre paso a la VOTACIÓN. El lugar se de la elección se separa físicamente del ámbito donde se ejecuta la acreditación con el objetivo de que las fuerzas “acuerden” las alianzas. En vez de que los electores de manera transparente voten en el mismo momento de ser acreditados, se prolonga la elección hacia la madrugada para que cada fuerza rejunte los “cartones”. La juventud vota a la madrugada como si fueran vampiros: entre las 24 horas y las 7 de la mañana se producen las ALIANZAS. Para garantizar los acuerdos no existen prácticamente plataformas, no hay debates y casi nadie presenta propuestas para dar contenido a la unidad y al rejunte de “cartones”. En este marco, se producen coimas, se implementan amenazas y las alianzas no se hacen en base a acuerdos programáticos o ideológicos, sino que se realizan por intermedio de prebendas incluyendo la persuasión de “barras bravas”. Los miles de estudiantes que realizaron el esfuerzo de ganar o de competir en sus centros de estudiantes, se enteran a la madrugada de los resultados de la elección sin poder discutir o proponer medida alguna en el marco del benemérito Congreso.

Frente a esta infamia solo nos queda hacer una reflexión. La UCR utilizó la FUA para apoyar el golpe de Estado del año 1930. En el año 1955 se sirvió de ella para apoyar el golpe terrorista contra Juan Perón. En plena dictadura militar de 1976 eligió a dos presidentes de Federación como si nada pasara. ¿Hoy utiliza la FUA para hacer dinero o para disponer de cargos políticos para beneficio propio?. Más allá de este interrogante, lo que es seguro que la FUA no es un instrumento político o gremial que se utilice para apoyar las demandas de la juventud universitaria. Asimismo, no es esgrimida para contribuir al desarrollo nacional y a la emancipación de las organizaciones libres del pueblo.

LA HISTORIA DE LA JUVENTUD ARGENTINA, CON SUS ACIERTOS Y CON SUS ERRORES, NO SE MERECE TAL HUMILLACIÓN

Queda en manos del conjunto de los estudiantes y universitarios del país, sin distinción partidaria o ideología alguna, la enorme responsabilidad de hacer una autocrítica del funcionamiento actual de la federación. El paso siguiente será proponer y consolidar una FUA nacional y popular que contribuya a consolidar un espacio de juventud verdaderamente consustanciado con los intereses del país y de la región.

lunes, 17 de mayo de 2010

Nota publicada en Página 12:


ENTREVISTA CON EL FILOSOFO ERNESTO LACLAU, AUTOR DE LA RAZON POPULISTA
Por Javier Lorca
Aunque hace más de tres décadas vive en Inglaterra, cada mañana Ernesto Laclau cumple con el rito de leer los principales diarios argentinos para seguir de cerca la política nacional. “La Argentina está evolucionando hacia una polarización dentro de un sistema institucional”, dice en esta entrevista, pero aclara que no cree que, por lo menos por ahora, las identidades mayoritarias se ordenen alrededor de la dicotomía kirchnerismo/antikirchnerismo. Con una mirada macro sobre la situación latinoamericana, y con afán polémico, aboga por “presidencialismos fuertes” para enfrentar los avances conservadores a través de “la parlamentarización del poder”.
–¿Las identidades políticas hegemónicas hoy en Argentina están configuradas en torno del eje kirchnerismo-antikirchnerismo? ¿Por qué?
–No creo que las identidades hayan llegado a constituirse en torno de ese eje, porque el kirchnerismo todavía no ha logrado crear una frontera interna en la sociedad argentina que divida al campo popular del otro campo. El peronismo clásico dividía a la sociedad en esos términos, el chavismo en Venezuela y Evo en Bolivia dividen a la gente en esos términos. El kirchnerismo no ha llegado al punto de cristalización de una identidad popular que divida a la sociedad de esa manera, aunque hay indicios de que el proceso está avanzando en ese sentido. Pero es un proceso que no está cerrado.
–¿Por qué se están produciendo esos indicios?
–¿En qué sentido?
–Por ejemplo, algunos discursos relacionan ese proceso con una voluntad belicosa del kirchnerismo, otros...
–Esa idea de una voluntad belicosa del kirchnerismo se liga a la idea de que hay un autoritarismo kirchnerista. Es un discurso frecuentemente presentado por la derecha, la idea de que hay una tendencia autoritaria en los regímenes populistas latinoamericanos. Mi respuesta es que, si hay un peligro de deriva autoritaria en los regímenes políticos latinoamericanos, esa deriva no está dada por el populismo sino por el neoliberalismo. Un régimen autoritario fue el de Pinochet en Chile, que fue la forma para que el programa de ajuste de los Chicago Boys fuera implementado. Un régimen autoritario fue el de Videla, la condición necesaria para aplicar el plan de Martínez de Hoz. Ahí es donde hay que buscar el peligro del autoritarismo, y no en los populismos, que han sido regímenes que han intentado incorporar a las masas y no han afectado las bases del sistema institucional.
–¿Hacia dónde cree entonces que va el proceso político nacional?
–El espectro político tiende a la polarización, pero la polarización no ha encontrado su límite ni su forma definitiva. La Argentina está evolucionando hacia una polarización dentro de un sistema institucional. Puede parecer un poco optimista, pero creo que es así. De a poco se está llegando a una situación de un país vivible, con un sistema político relativamente estable, en el que va a haber un centroizquierda y un centroderecha. De un lado y de otro va a haber también unos loquitos marginales. Por centroderecha estoy pensando que podría crearse un espectro opositor viable electoralmente, un tándem entre –menciono nombres tentativos, sólo como ejemplo– Ricardo Alfonsín y Hermes Binner. Me dirán que Binner no es de derecha; claro que su ideología no es de derecha, pero muchas veces una fuerza política puede jugar un papel estabilizador dentro del statu quo aunque su ideología no corresponda exactamente. Por ejemplo, el Partido Comunista era parte de la Unión Democrática de 1946. En la Argentina actual pienso que la derecha galopante no va a poder presentar una fórmula política viable, entonces puede mover su apoyo hacia una formación de centroderecha. Más a la derecha, puede haber figuras como Lilita Carrió o gente así, que va a representar un papel marginal, sin significación.
–¿Y del otro lado?
–En el centroizquierda, la única opción viable es el kirchnerismo. Con una transversalidad real y creíble –no como la que llevó a Cobos–, el kirchnerismo puede ser un factor aglutinante. Como con Carrió a la derecha, también habrá fórmulas de izquierda aberrantes. Mucho me temo que mi viejo amigo Pino Solanas está representando ese papel. Ahora, si llegáramos a un sistema político con una fuerza de centroizquierda y una fuerza de centroderecha, que configuraran el espacio del poder, la Argentina podría tener un sistema institucional bastante estable. Siempre los sistemas políticos oscilan entre las fuerzas institucionalistas, que tienden a mantener las relaciones de poder, y las fuerzas del cambio. Si el centroderecha gana las próximas elecciones, en ese caso las fuerzas del statu quo habrán predominado sobre las fuerzas del cambio, que han sido representadas por el kirchnerismo.
–¿Por qué sostiene que los presidencialismos fuertes son condición necesaria para el cambio en América latina y, por otro lado, que la parlamentarización de lo político es una modalidad de intervención conservadora?
–El antipersonalismo ha sido una línea de apelación a la derecha. Fue la línea que se opuso a Yrigoyen y a Perón. Hay una tradición por la cual el antipersonalismo y el antipopulismo son las formas a través de las cuales la derecha se va consolidando. El problema fundamental es que, cuando se da una ruptura, se precisa una cristalización simbólica, ideológica, que no está dada por las meras fuerzas que participan. Si pensamos en la crisis de la IV República en Francia, ahí había un sistema parlamentario donde las elites habían llevado el país al borde del caos y se necesitó la cristalización simbólica alrededor de la figura de De Gaulle para fundar la V República y un sistema viable de poder; ahí el momento del personalismo jugó un papel decisivo en la solución de la crisis. En América latina creo que vamos a tener regímenes presidencialistas fuertes como una posibilidad de cambio, porque cualquier régimen que sea una democracia diluida en una pluralidad de fracciones es incapaz de, como dirían los ingleses, delivering the goods (N.de la R.: entregar la mercadería, cumplir los compromisos). Todo régimen político democrático está en un punto intermedio entre el institucionalismo puro, que sería la parlamentarización del poder, y el populismo puro, que sería la concentración del poder en manos de un líder. Siempre ese espacio intermedio va a tener que jugar en las dos puntas. Pero en América latina, más que en Europa, el momento presidencialista, el momento populista, va a ser más fuerte que el otro.
–¿Cómo concilia esta apuesta al presidencialismo con los ideales pluralistas de la democracia, que parecen mejor representados por la diversidad de voces que admite el Congreso?
–El pluralismo se puede dar a nivel de las bases democráticas de un sistema, pero ese pluralismo no necesariamente coincide con el pluralismo del parlamentarismo, porque un poder parlamentario puede ser un parlamentarismo basado en formas clientelísticas de la elección de diputados o senadores. Esas formas clientelísticas pueden ser muy poco democráticas. Un ejemplo: si existe una demanda concreta de un grupo local sobre un tema como transporte y la municipalidad la niega, hay una demanda frustrada. Pero si la gente empieza a ver que hay otras demandas en otros sectores y que también son negadas, entonces empieza a crearse entre todas esas demandas una cierta unidad y empiezan a formar la base de una oposición al poder. En cierto momento es necesario cristalizar esa cadena de equivalencias entre demandas insatisfechas en un significante que las significa a ellas como totalidad: es el momento de la ruptura populista, cuando la relación líder-masa empieza a cristalizar. Pero hay todo un renglón intermedio que es el momento parlamentario. Ese momento muchas veces opera sobre bases clientelísticas y puede tratar de interrumpir la relación populista entre masa y líder. Cuando ocurre, entonces tenemos a un poder parlamentario, antipersonalista, que se opone a la movilización de bases. Por eso, no hay que pensar que la parlamentarización del poder significa una tendencia más democrática, puede significar lo opuesto: el ahogo de las demandas democráticas a través de los estratos intermedios que, de una forma corporativa, administran las instituciones.
–Un poder presidencial fuerte sería, desde esa perspectiva, un fenómeno coyuntural y necesario para producir un quiebre: ¿no sería luego difícil delimitar cuándo ese cambio ya se produjo y la apelación al líder se vuelve innecesaria?
–Es muy difícil decir cuánto debería durar, diría que por todo un período histórico. No necesariamente es antidemocrático. Nyerere lideró un régimen en el cual hubo amplia participación democrática (N. de la R.: en Tanzania). Pero la experiencia de Mugabe llegó a un efecto completamente diferente (N. de la R.: en Zimbabwe). ¿Hasta cuándo y cómo? No lo sé. Pero sí soy partidario hoy en América latina de la reelección presidencial indefinida. No de que un presidente sea reelegido de por vida, sino de que pueda presentarse. Por ejemplo, por el presente período histórico, sin Chávez el proceso de reforma en Venezuela sería impensable; si hoy se va, empezaría un período de restauración del viejo sistema a través del Parlamento y otras instituciones. Sin Evo Morales, el cambio en Bolivia es impensable. En Argentina no hemos llegado a una situación en la que Kirchner sea indispensable, pero si todo lo que significó el kirchnerismo como configuración política desaparece, muchas posibilidades de cambio van a desaparecer.

NOTA PUBLICADA EN PÁGINA 12: www.pagina12.com.ar

EN HOMENAJE A FERMIN CHAVEZ


Las Manos De Fermin

Escrito por Francisco Pestanha


"En verdad, la Nación y todo proyecto nacional, en el mundo de la periferia siempre fueron objetos de campañas destinadas a mantener el dominio o a conquistarlo. Los Argentinos sabemos bien como funcionó el famoso dilema Civilización o Barbarie blandido como verdad científica. Hoy aquel primer termino de la vieja disyuntiva ha sido reemplazado por modernización, eficientismo, o poder tecnológico, contra el que no se puede". F. Chávez.


Cuando el maestro Fermín Chávez en ese titánico y a veces retraído esfuerzo por desentrañar las ideologías1 de los sistemas centrales, definió al pensamiento nacional como "epistemología de la periferia2", no hizo otra cosa que advertirnos que en ibero América, debía imponerse una nueva "ciencia del pensar" - es decir - una epistemología propia.

Desde una concepción filosófica orientada nítidamente hacia un historicismo cuyo supuesto esencial radica en que, para estudiar cualquier ser colectivo sea que se considere o no a éste como un organismo, es " indispensable conocer todos los elementos que la forman y sus modos de funcionar, con resultados varios en su vida anterior y su vida presente"3, el entrerriano nos enseñaba que "ninguna disciplina en particular proporciona un sujeto a la epistemología, ya que el sujeto no es el mismo en ontología, en lógica, en psicología, en ética y en estética. No hay tampoco, un ego epistemológico especifico"4.

El rescate integral e integrado de episodios y protagonistas obliterados por la historiografía oficial para Fermín, debía contribuir a superar ese verdadero desprecio por nuestro pasado, descrédito que según él emergió durante el siglo de las luces5 (Aufklärung), un período histórico donde se sobrestimo la capacidad una "razón humana" (que para muchos filósofos época era "siempre idéntica a sí misma, igual en todos los hombres y en todos los tiempos") - y donde lo racional - debía "sustituir a lo real en tanto éste (lo real) era juzgado como producto absurdo de la historia"6. Cabe señalar que para los historicistas como Chávez la redención del "ser histórico" no perseguía fines meramente académicos - sino muy por el contrario- objetivos político culturales vitales en cuanto "lo pasado" es constitutivo de "lo presente" y determinante de "lo futuro".

Para Chávez la importación a libro cerrado de la doctrina iluminista no sólo generó en el país un "un prejuicio moral y cultural" respecto a nuestras raíces indo–hispánicas, sino que además, a partir de tal influencia, empezó a germinarse una dicotomía - civilización o barbarie - donde lo bárbaro resultó paradójicamente lo propio, y lo civilizado, lo ajeno. La idea de barbarie empezará a cobrar de esta forma un sentido peyorativo "hacia adentro", trastornando los supuestos culturales "hasta el punto de hacerle creer a los nativos que nuestra civilización "consistía en la silla inglesa y en la levita". El iluminismo en nuestra región presupuso de esta forma una concepción naturalista y universalista de la sociedad, "bajo la cual habría de sucumbir el ethos de nuestro pueblo y nuestra propia (...) germinación espiritual"7

Evidentemente la obsesión por recuperar "lo gauchesco", "lo hernandiano", "lo facúndico", "lo matrero", etc., llevó a Fermín a realizar vitales contribuciones historiográficas. Pero más allá de estos trascendentes aportes, su gran y más valioso legado fue el de la preservación de componentes esenciales de la historia del peronismo. Así, a partir de innumerable cantidad de textos, artículos y opúsculos, entre los que se destacan: "Perón y el justicialismo"; "La chispa de Perón: el arte de la política en 70 relatos con humor, sarcasmo y sentencia"; "Siete escolios sobre Perón"; "El Che, Perón y León Felipe"; "John William Cooke. El diputado y el Político"; "Perón y el peronismo en la historia contemporánea en 2 tomos"; "Alpargatas y libros - diccionario de peronistas de la cultura en 2 Tomos"; "Eva Perón en la historia"; "Eva Perón sin mitos"; "Diez hijos de Evita, nueva generación"; "Historia del país de los argentinos";"Poemas con matreros y matreras"; "45 Poemas paleoperonistas"; "Evita hay una sola"; y "El peronismo visto por Víctor Frankl", Chávez intentará resguardar para las nuevas generaciones de argentinos acontecimientos, protagonistas y factores cardinales de la historia integral del peronismo.

La labor reconstructiva de Fermín Chávez y de otros autores que han ahondado en la herencia histórica del movimiento político mas trascendente de la historia argentina, cobra notoria significación en el presente - ya que desgraciadamente - desde sectores mal informados o malintencionados, se vienen difundiendo relatos parciales e incompletos sobre el pasado del justicialismo que incluyen - entre otras infidelidades - proposiciones que desnaturalizan el itinerario y el pensamiento de muchos de sus protagonistas, elucubraciones descabelladas y tendenciosas, y hasta el ocultamiento de constituyentes elementales de la cosmovisión peronista. De esta forma ciertas versiones del "Walshismo", del "Cookismo", o del "evitismo" aparecen como alternativas con relato propio a una historia que es profundamente rica, significativa y compleja.

En ese orden de ideas nunca debe olvidarse que, entre otros hitos fundacionales, el Peronismo germinará en medio profunda revolución artística, ética y estética acontecida no solamente en nuestra patria sino también en ibero América y que en la Argentina tal convulsión fue la protagonizada por la llamada "Generación Décima", progenie que reaccionó aguda y espiritualmente contra el coloniaje y se propuso la búsqueda de un sentido y destino colectivo. Se afirma, en tal sentido, que "la revolución estética y el nacionalismo cultural se expresarán a través de una innumerable cantidad de artistas y autores, en todos los campos del quehacer estético-cultural"8. Resulta emblemático mencionar en este ensayo, ya que resultaría imposible hacer honor a todos los que se lo hubieran merecido, los bellos paisajes de La Boca de Benito Quinquela Martín y los motivos camperos de las caricaturas de Florencio Molina Campos que conectarán la belleza visual con el sentimiento popular. Esta nueva sensibilidad de minorías y mayorías se verá reflejada, también, en el desarrollo de la música popular argentina (...) la mención de Carlos Gardel, Ignacio Corsini, Agustín Magaldi, Azucena Maizani, Rosita Quiroga, Esteban Celedonio Flores, Francisco Canaro, Pascual Contursi, Enrique Cadícamo, Enrique Santos Discépolo, entre tantos otros, nos exime de mayores comentarios. El teatro nacional tuvo a Armando Discépolo, Alberto Vacarezza, Samuel Eichelbaum, Luis Arata, entre otros destacados cultores. Juan Alfonso Carrizo y Carlos Vega hurgarán en las raíces de nuestro folklore. Carlos Gilardi, Luis Gianneo y Juan José Castro seguirán la línea de las dos generaciones anteriores en la expresión del llamado nacionalismo musical"9.

Ese verdadero cauce cultural generado por las progenies anteriores, más las condiciones materiales de exclusión10, y la acción Británica en el Río de la Plata, confluyeron allí, determinando una epopeya que alteró sustancialmente la vida de los argentinos. En ese preciso marco es en el que Perón, "conecta sus incursiones en la filosofía con su destino de hombre público y con la originalidad de la doctrina cuya base filosófica pretende exponer, no como filosofo profesional sino como realizador político."11 Y lo hace en plena conciencia de "que la dificultad del hombre de estado responsable consiste casualmente en que esta obligado a realizar cuanto afirma."12 La "comunidad organizada" obra alfa del peronismo según Oscar Castellucí, será concebida en un clima epocal caracterizado por antagonismos de sistemas opuestos y de clases, y emerge como una propuesta de armonización entre los intereses individuales y colectivos en el marco de una organización estadual que asegure la dignidad de todos, y de una democracia real, donde el único verdaderamente soberano y protagonista es el pueblo. Pero además, dicha "comunidad organizada", irrumpe como respuesta y propuesta a otra antítesis de la época, ya que "evidenció una exacta comprensión del conflicto latente que se establecía por entonces, entre el adelanto científico-tecnológico por un lado, y la preservación y exaltación de los valores de la dignidad del hombre, por el otro."13

La Comunidad Organizada a la que refiere Perón constantemente constituye, a la vez, una Nación cuyo concepto presupone indefectiblemente la inclusión del pueblo concreto. Cabe señalar al respecto, que una de las fuentes sobre las que abreva Perón es la producción teórica de la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (F.O.R.J.A). Como quedara asentado en publicaciones anteriores sobre el tópico14, las ideas de F.O.R.J.A. 15 nunca fueron ajenas a Perón, y los textos de Scalabrini Ortiz, Jorge del Río y José Luis torres16, editados por la agrupación, se constituyeron en lectura corriente de ciertos cuadros de la logia militar impulsada por Perón (el G.O.U.).

Una de las grandes conquistas conceptuales de FORJA, en especial de Raúl Scalabrini Ortiz, es aquella que plantea la incorporación del pueblo concreto –las mujeres y los hombres corrientes- al concepto de Nación.

Así, respecto a la doctrina peronista, podemos afirmar que será desarrollada por un Perón que profesaba una heterodoxia propia del pensamiento filosófico mestizo17. El general recoge así una fructífera tradición de pensamiento iberoamericano que va expresar en cada oportunidad posible. Tal tradición, deviene del particular modo en el que se conformo nuestro pasado. Mientras la América Anglosajona "fue el fruto genéticamente puro de la modernidad, la reforma y el proyecto técnico apropiativo de la naturaleza (...) basado en una teología protestante, en especial calvinista con énfasis en la predestinación y elección divina" y en tanto, "impulso su conquista basada en el exterminio absoluto y en la sustitución de la población"18 (los nativos no fueron integrados ni conservados ni siquiera como mano de obra esclava, y por ello se recurrió al negro como esclavo), el carácter premoderno de la conquista ibérica, fundo una historicidad particular ciertamente rapaz en lo que refiere a la extracción y apropiación de recursos, pero integradora ya que el mestizaje forzado tantas veces y consensuado otras, "configuro una base poblacional especifica que si bien puede determinarse como inarmónica configuro un novun histórico nutrido de fuentes diversas y en tanto un espacio de síntesis "no dialéctica y de síntesis originaria, esto es que no proviene de un proceso, sino que surge desde ya como poder de síntesis"19

En el contexto de ese novun histórico, un Perón mestizo va edificando un marco teórico en el que convergen distintas vertientes filosóficas. Desde una visión crítica -y "no como un intelectual sumiso- cuestiona los paradigmas consagrados del conocimiento formal, cosmopolita y doctrinal, que operan como verdaderos imperativos categóricos, y en los que todo está resuelto y dotado de prestigio. No se aísla del mundo, lo analiza desde su experiencia y formula una nueva propuesta."20

Juan Domingo Perón se forma teóricamente en tiempos de profunda crítica al positivismo europeo y de una revitalización de la filosofía iberoamericana. En lo que atañe a nuestro país, cabe resaltar que durante las primeras décadas del siglo pasado, todo el pensamiento filosófico es atravesado por la pregunta respecto a la Argentina que suponía un interrogante vinculado a nuestra identidad colectiva, no sólo como un impulso para la búsqueda de una tradición (en el sentido de indagación respecto a la configuración ontológica de nuestro pasado) e inscribirse en ella, sino como una delimitación de un universo de pertenencia y de sustento para el futuro. No puede obviarse en este proceso el acercamiento de la Iglesia Católica a los militares, y sobre todo la influencia que ideólogos de dicha extracción como Manuel Gálvez ejercerán sobre los jóvenes cuadros del ejército. La revista Criterio se constituirá en el órgano de difusión de este ideario, hecho al que se sumara la creación de cientos capellanías castrenses. Monseñor Miguel de Andrea ejercitará notable autoridad sobre el joven Perón21 y probablemente Jacques Maritain, influirá sobre su pensamiento, en especial en lo que refiere a la liberalización de ciertas prácticas. Ese espíritu crítico que la vez asume posiciones propias es representado nítidamente por Perón. Para Alberto Buela esta actitud se retrata cuando, por ejemplo, "los postulados de libertad, justicia y solidaridad (que propone Perón) vienen a reemplazar a los viejos ideales liberales sostenidos por la Constitución de l853 tomados del lema de la Revolución Francesa de Libertad, Igualdad y Fraternidad". Para Buela hay coincidencia en uno de los ideales -que es el de la libertad- pero su interpretación es completamente distinta. La concepción de la libertad según la Constitución de 1853 (que es en definitiva la concepción de la libertad liberal) la define: "como poder hacer lo que se quiere, la libertad se va a presentar como una actitud, una cualidad del individuo más allá de su condicionamiento o de su vinculación social. Por su lado, la libertad de la concepción justicialista, va a ser entendida como libertad en situación es decir, un hombre no puede ser libre en una comunidad que no lo es."22

Como señalamos anteriormente, las remisiones filosóficas están presentes en Perón desde sus primeros textos orales o escritos, pero es quizás en la Comunidad Organizada donde expresa por primera vez, y en forma más acabada, su posición.

El 9 de abril de 1949, y en su condición de Presidente de la Nación clausura las deliberaciones del Congreso Nacional de Filosofía con una conferencia que luego se conoció como la Comunidad Organizada. Para Alberto Wagner de Reyna23, dicho congreso "en el escenario internacional del mundo del espíritu modificado por la guerra, significó una revelación de la nueva Argentina como potencia, no competidora sino co - responsable y factor de singular empuje."24

Todo estos antecedentes y otros no enunciados aquí en virtud de las características de este ensayo, que dan cuenta de protagonistas e influencias obliteradas en los relatos parciales, pero que resultan de altísima relevancia, deben tenerse necesariamente en consideración al momento de trasmitir el legado histórico que dio origen y sentido especifico al movimiento, ya que narraciones fragmentarias como las que critico, al desnaturalizar la esencia del peronismo, contribuyen - como aquél legado iluminista – "a privarnos de nuestro ser pretérito".

En tiempos de cierta incertidumbre sobre el futuro bien vale husmear un poco en el pasado, pero no como práctica para anudarse melancólicamente a él, sino para evitar que las nuevas generaciones peronistas construyan un destino sin las bases firmes que los nuevos tiempos requieren.



* SE PERMITE LA REPRODUCCION CITANDO LA FUENTE.

Notas 1 Ideologías que para él representaban "fuerzas e instrumentos de dominación". 2 Fermín Chávez: "La conciencia nacional; Historia de su eclipse y recuperación". Editorial Pueblo Entero. Año. 1996. 3 Wenceslao Escalante: Citado por Fermín Chávez en "La conciencia nacional...Ibídem 4 Fermín Chávez: "La conciencia nacional... Ibídem 5 Período que suele ubicarse entre la revolución Inglesa de 1688 y la francesa en 1789, y que denomina siglo de la razón. Es una etapa histórica que se caracteriza por la fe total y dogmática en la Razón Humana. 6 Fermín Chávez: "Historicismo e iluminismo; (para graficar esta postura Chávez refiere a Francis Bacon que en el "Siglo XVII renegando de todo el pensamiento antiguo, acuso a Platón y Aristóteles de haber viciado la naturaleza con la teología y con la dialéctica respectivamente. 7 Fermin Chavez, "Civilización y Barbarie". El liberalismo y el Mayismo en la historia y en la cultura argentina". Editorial Trafac. Edición 1956. 8 Juan W. Wally: Generación de 1940, Grandeza y frustración. Editorial Dunken, Bs. As., 2007 9 Juan W. Wally: Generación de 1940....ibidem 10 En ese orden de ideas, cabe recordar que durante las primeras décadas del siglo comienzan a converger en las orillas de la gran ciudad tres sectores marginados por diferentes razones, convergencia que, con el tiempo, va a producir un intercambio sumamente trascendental. Confluirán en las orillas de Buenos Aires en primer lugar los orilleros desplazados por la política de progreso indefinido impulsado a partir de 1870: El gaucho y en menor medida el indio. En segundo lugar los orilleros provenientes de las corrientes inmigratorias provenientes del exterior del país y privados de la promesa de tierras. En tercer lugar los orilleros desplazados del trabajo rural a causa de la caída del modelo agro -exportador. Estos tres factores van a converger físicamente y a convivir intercambiando experiencias, expectativas, conocimientos y tradiciones, y naturalmente, desarrollando una serie de conceptos, de ideas que van a ser recogidos por el ideario Forjista. Este factor es clave, ya que FORJA convive y analiza todas y cada una de estas experiencias, articulándolas con algunas elaboraciones provenientes del pensamiento nacionalista de principios de siglo y con el Revisionismo Histórico. Surge así el nacionalismo popular incorporando definitivamente al pueblo en el concepto de Nación. 11 Armando Poratti: La comunidad organizada: texto y gesto. Colección Liberación Nacional 12 Armando Poratti: La comunidad organizada: texto y gesto. Ibídem 13 Alberto Gonzáles Arzác: Pensamiento exógeno y endógeno en la formación constitucional argentina. En www.nomeolvidesorog.com.ar 14 Francisco José Pestanha: "F. O. R. J. A. De las catacumbas al poder", en Ernesto Adolfo Ríos (compilador), F. O. R. J. A. 70 años de Pensamiento Nacional ("El Gobierno y el derrumbe"), Corporación Buenos Aires Sur, Bs. As., 2007. 15 Para comprender cabalmente la labor forjista, pueden consultarse entre otros: Miguel Ángel Scenna: F. O. R. J. A.: Una aventura argentina (De Yrigoyen a Perón), Oriente, Bs. As., 1972; y los tres volúmenes de F. O. R. J. A. 70 años de Pensamiento Nacional, editados por la Corporación Buenos Aires Sur y la Comisión Nacional Permanente de Homenaje a F. O. R. J. A., durante los años 2006 y 2007. 16 Si bien es cierto que José Luis Torres no estuvo formalmente afiliado a F. O. R. J. A., alguno de sus textos fueron difundidos en los legendarios cuadernos de la agrupación, del mismo modo que el sótano de la calle Lavalle lo contó entre sus habituales conferencistas. 17 Para Armando Poratti: "La presencia del pensamiento en la historia americana es necesariamente una consecuencia del carácter mestizo del continente. Es un pensamiento que no puede ignorar la categoría occidental, pero su actitud es radicalmente otra, y por ello, la filosofía americana, vista desde afuera, parece a veces inexistente o a veces meramente subordinada e inferior". En La comunidad organizada: texto y gesto. Ibídem 18 Armando Poratti: La comunidad organizada: texto y gesto.... Ibídem 19 Armando Poratti: La comunidad organizada: texto y gesto. Ibídem 20 Catalina Pantuso: "La maldición de Malinche en la cultura política argentina". En www.cepag.com.ar . 21 Cfr. Fermín Chávez: El peronismo visto por Víctor Frankl. Theoría, Bs. As, 1999. 22 Alberto Buela: Notas sobre el peronismo. Bosquejo de la Comunidad Organizada, Editorial Grupo Abasto, Bs. As., 2007 23 Alberto Wagner de Reyna: Reconocido filosofo católico-existencialista y ex embajador del Perú. 24 Alberto Wagner de Reyna: "La fiesta de la Filosofía", en La comunidad Organizada, ADRIFER Libros, Bs. As., 2001

jueves, 13 de mayo de 2010

Universidad y violencia política: un debate pendiente.



Aritz Recalde - mayo 2010


La historia de la relación entre la universidad y la violencia política en el país es compleja y contradictoria. Lo mismo se puede decir de los vínculos existentes entre el movimiento estudiantil y la violación del orden institucional. El caso más paradigmático de las tensiones existentes entre ellos lo expresó el comportamiento de la juventud reformista (FUA o FUBA) que apoyó los golpes militares de 1930 o de 1955. Lo contradictorio del tema y entre otras cuestiones, es que el golpe del año 1930 implicó la destitución violenta del líder popular radical que fuera impulsor de la reforma de 1918: Hipólito Yrigoyen. Un caso similar ocurrió en el año 1955 cuando las federaciones estudiantiles por intermedio de la juventud socialista y radical apoyaron el terrorismo de Estado y la imposición de un régimen de fuerza asentado en la violencia. Dicha actitud implicó la derogación de la ley universitaria 14.297 de 1954 y la expulsión ilegal de la universidad de todos los docentes y profesionales que obtuvieron sus cargos en la democracia. La juventud universitaria reformista aprobó o en otros casos implementó una preocupante omisión, a la agravante situación política de los años 1955 a 1973 y que se caracterizó por las proscripciones y la violencia ejercida por el Estado y las corporaciones sobre las mayorías populares y el orden constitucional. El gobierno popular de 1973 intentó recuperar la legalidad institucional y reincorporó a los cesanteados políticos expulsados de la universidad luego de 1955 y sancionó una ley universitaria por intermedio del congreso democrático (20.654 de 1974). La muerte de Perón y el terror generado dentro de su propio partido por agrupaciones como las AAA o CNU, retrotrajeron la violencia dentro de la universidad. El golpe del año 1976 retomó los asaltos a la democracia profundizando y exacerbando las modalidades golpistas de 1955, de 1962 y de 1966. Frente a la asonada militar dirigentes radicales, demoprogresistas y del mismo peronismo, actuaron en complicidad con el terrorismo de Estado. La experiencia universitaria durante 1976 fue la de una brutal represión sobre el estudiantado y el profesorado. En este marco y de manera similar al año 1955, la FUA siguió actuando y eligiendo a sus autoridades, que no por casualidad para la época, fueron de la agrupación Franja Morada (UCR): Federico Storani (1974-77), Marcelo Marcó (1978-80) y Roberto Vázquez (1980-83). La UCR manejó gran parte de las universidades y tomó las decisiones de la cartera educativa nacional al regreso de la democracia. Sin desconocer la importancia de muchas de las medidas democratizadoras tomadas, el radicalismo no retomó la ley 20.654 y no reincorporó a todos los cesanteados políticos luego de 1976.

Frente a dicha compleja realidad, la historia de la universidad y del movimiento estudiantil se debe una profunda autocrítica para no repetir los errores. Luego de las asonadas militares, quedaron inconclusos los planes y los programas educativos de los gobiernos populares y ello hoy se refleja en las dificultades de los universitarios para proponer un proyecto de ciencia y tecnología que acompañe el desarrollo nacional.

lunes, 3 de mayo de 2010

Invitación

La CÁTEDRA LIBRE DEL PENSAMIENTO NACIONAL ACHEN Y MIGUEL DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA tienen el agrado de invitar a usted a la charla sobre "BICENTENARIO Y EL PENSAMIENTO NACIONAL", que se desarrollará en la sede del Rectorado de la U.N.L.P, sita en calle 7 entre 47 y 48, el día martes 11 de mayo a las 19.30 hs.

Disertarán sobre el tema los escritores Francisco José Pestanha y Eduardo Rosa.

FRANCISCO JOSÉ PESTANHA es docente universitario y ensayista. Es secretario académico de la Comisión Permanente de Homenaje a FORJA y Presidente del Instituto de Estudios Estratégicos Malvinas, Patagonia e Islas del Atlántico Sur. Es coautor de "FORJA, 70 años de Pensamiento Nacional" en tres tomos editado por la Corporación Buenos Aires Sur, y autor entre otras obras de "¿Existe un Pensamiento nacional?".

EDUARDO ROSA es militante del campo nacional y popular, historiador, ensayista, hijo del gran historiador revisionista José María "Pepe" Rosa, integra el Colectivo "Pensamiento Nacional", participando de charlas abiertas y publicando textos con el fin de despertar la conciencia crítica de los lectores a través del análisis y la interpretación pormenorizada de variados temas que hacen al interés nacional.

Esperamos contar con su presencia.

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