Por Juan Godoy* - enero 2016
La Fuerza de Orientación radical de la Joven Argentina (FORJA), realizó a lo largo de su existencia (1935-
1945), unos 4000 actos-conferencias, a veces estos consistían en subirse a un cajón en una esquina y
comenzar a hacer las denuncias ante quien pasara por la calle. Aquí nos tomamos “el atrevimiento” de
pensar un discurso forjista en relación al macrismo.
Compatriotas! Estamos acá reunidos otra vez para denunciar la intención del
gobierno de Mauricio Macri de volver a hacer de la Argentina un país semi-colonial,
esta vez no de Inglaterra como en los 30, sino de los Estados Unidos. Es menester dar
cuenta que el “nuevo gobierno” poco tiene de nuevo y mucho de viejo: las recetas son
las mismas, y las consecuencias también lo serán. Este “nuevo gobierno” viene a
tomarse una revancha clasista sobre el movimiento nacional que llevó los destinos de
nuestra Patria estos últimos 12 años, y hacer una enorme transferencia de recursos de
los sectores populares a las minorías oligárquicas.
El Gabinete nombrado no deja dudas acerca de la política que pretenden llevar a
cabo, tenemos desde los que llevaron el país a la debacle del 2001, tipos ligados a las
empresas monopólicas extranjeras, a la represión de la última dictadura cívico-militar,
personajes que están a favor del trabajo infantil, de cerrar el parlamento, relacionados
con el imperialismo, con los “fondos buitres”, y demás yerbas. Este gobierno
representa, quizás como ningún otro en nuestra historia los intereses extranjeros, de las
empresas privadas y de las minorías oligárquicas.
Nos hace acordar a ese gobierno que en los 30 de los 8 ministros, tenía cuatro
tenían vínculos con petroleras extranjeras, otros con la Sociedad Rural y otros con
capitales alemanes. Quieren volver a endeudarnos, o mejor dicho a encadenarnos,
porque “la deuda externa se ha convertido en una actualizada forma de esclavitud”.
Quieren entregar nuestros recursos, dejar de lado la industrialización incipiente, y
volvernos al primitivismo agropecuario y a la tiranía del sector financiero.
Las primeras medidas no dejan lugar a dudas, quita de impuestos a los más ricos,
dejar de lado la captación de la renta agraria diferencial, tarifazo para los trabajadores,
jueces por decreto, silenciamiento a la prensa opositora, represión, encarcelamiento de
luchadores sociales, políticos y gremiales, despidos masivos de trabajadores, giro de
una política latinoamericana a un “nuevo alineamiento” con el imperialismo yanqui y
británico, vuelta a la agenda del proyecto neocolonial del ALCA, “nuevo ciclo” de
endeudamiento (vuelta al FMI-BM), liberación de las importaciones, y para colmo:
¡devaluación que liquida de “un saque” el 50 % de los salarios! Nosotros luchamos
porque “queremos ser una argentina libre, de todo imperialismo extranjero, cualquiera
sea la ideología con que pretenda encubrir nuestra explotación”.
Las decisiones en estos años, es evidente, no se van a tomar en nuestro país, y
menos aún según el interés de la nación (que es el del pueblo), nosotros pensamos que
es necesario “que miremos desde aquí nuestros propios problemas”. A los problemas
nacionales se los enfrenta con criterio nacional. Hacemos un llamado a pensar en
nacional.
Quieren que dejemos de mirar hacia el interior de la Gran Patria Grande,
¡Nuestra América!, y volvamos los ojos hacia el norte, nosotros al contrario
“sostenemos la necesidad de instaurar la unión efectiva de las naciones de América
para realizar su emancipación, imposible mientras perdure la desarticulación”, por eso
“debemos luchar por la organización de los pueblos oprimidos de América Latina para
su liberación y defensa”.
Estos cipayos quieren “atrasar el reloj de la historia”. Tuvimos la década infame
como bien llamó Torres a la década del 30, tuvimos una segunda década infame en los
años 90, y ahora pretenden llevarnos a una tercera década infame, está en nosotros, en el
pueblo argentino evitarlo, para lo cual tenemos que tener en claro que “nuestra lucha,
debe ser doble: contra el enemigo extranjero que invade, y contra el nativo vendepatria
que la entrega”, y para ello pensamos que “¡sólo del pueblo argentino, de la masa
innumerable sin voz y sin más conocimiento que la certeza de sus propias dificultades,
puede surgir la salvación entera de la nación!”… Muchas gracias por su atención…
(*) Sociólogo (UBA).