martes, 1 de agosto de 2017

Las organizaciones libres del pueblo

Por Leonardo Cajal



En el momento en que se llevó a cabo la revolución del 17 de octubre de 1945 el movimiento nacional comenzó a tomar forma en derredor a ciertos pilares nacionales para la construcción y la consolidación de poder. Estos pilares  son conocidos como las organizaciones libres del pueblo y se convirtieron en la base estructural con la que se erigió el movimiento de liberación peronista que fueron en primer lugar movimiento obrero nucleado en la CGT, las FFAA con amplia participación del ejército, la clase industrial nacional en la CGE, la Iglesia Católica, el Partido Justicialista y la rama femenina del PJ.
 Es cierto que con el correr del tiempo estas organizaciones han sufrido modificaciones, un poco por el desgaste producto de las distintas acciones antipopulares y otro tanto por el devenir económico de una Argentina  rehén de los sectores oligárquicos que parece no esmerilarse ante los procesos populares de los últimos tiempos.
 Dentro de las organizaciones libres del pueblo encontramos algunas de conformación netamente militante, activista y popular como pueden ser el Movimiento obrero organizado, el PJ y su rama femenina, mientras que por otro lado equilibrando la balanza del movimiento de liberación se encuentra la pata institucionalizada del Estado, el ejército y la Iglesia católica.
 Esta amalgama consistente crea un elemento heterogéneo capaz de enfrentar los embates de los enemigos internos y los externos, pero para que esto ocurra no debe haber fisuras que posibiliten una fractura, no del movimiento, sino de la organización atomizada como parte de un todo, civil o Estatal.  Esto el Imperialismo lo sabe y es por tal motivo que el proceso de liberación, cuyo origen se remonta a tiempos de las invasiones inglesas, retomado en 1945 y conducido por el General Juan Domingo Perón no ha podido consolidarse de forma definitiva.
 En los 10 primeros años de gobierno el peronismo padeció esto último, la ruptura y la coerción de algunos de sus elementos, la Iglesia y el Ejército.
 En un primer momento la iglesia, el alto clero rompe la alianza con el peronismo y se alinea con los sectores más reaccionarios, un sentimiento que el bajo clero no acompañó, dado que el cura de sotana seguiría siendo peronista, no por desobediencia sinó por comprensión popular. Un ultracatolicismo de características similares al del viejo partido católico que condujo José Manuel Estrada oponiéndose a las políticas progresistas y modernizadoras de Julio Argentino Roca allá bien iniciada la década del ´80. Viejos resabios de ese partido eclesiástico perduraban y aún perduran en la curia apostólica, en donde confluyen, liberalismo, religión, logias masónicas y elementos reaccionarios.
 Sus orígenes se remontan a los hechos inmediatamente posteriores a mayo, donde confrontan con un sector criollo y americanista de la Iglesia y un sector realista. Este último acrecentó su número durante la segunda década del S XIX, en momentos en que la Revolución Francesa se diluía en el interior de Europa y con ella la restitución de la monarquía en España sustentada por el Papado y la Santa Alianza, fue cuando una multitud de curas absolutistas se embarcaron rumbo a América inundándola de norte a sur.
 La segunda fractura la protagonizó el ejército, no la mayoría del ejército sino un pequeño grupo que en su accionar se vio amplificado por una marina que jamás se sintió argentina; cabe recordar la participación de la escuadra de guerra en el levantamiento conducido por Bartolomé Mitre contra Celman en 1890, también los hechos ocurridos en 1876 en momentos en que la sede de Rosario del Banco de Londres se vio imposibilitada de imprimir billetes por decisión del gobernador, un buque de guerra británico llamado “Beacon” se dispuso bombardear Rosario alentado por el apoderado de la entidad financiera, diputado nacional y futuro presidente de la Nación Manuel Quintana. Si bien este es un hecho donde el protagonismo de las acciones corresponden a británicos el espíritu inglés flota desde ese entonces en la marina de guerra nacional que se ve representada en el luto de Nelson y no el proezas del Almirante Brown.
 Por lo tanto el ejercito que se alza contra el pueblo en 1955, tenía características heterogéneas, estaba conformado por una parte católica nacionalista influenciada por la estrecha relación con la cúpula de la iglesia católica y un grupo de oficiales entregados íntegramente a los intereses antinacionales pro norteamericano que fue  el que logró imponerse.
 Ese ejército grande, que Roca supo nacionalizar no pudo desprenderse por completo del germen de la antipatria e inoculó en su interior representantes de los intereses oligárquicos de arraigo pro británica en un primer momento y estadounidense en las primeras décadas del S. XX, fue así que se da primer golpe de Estado del S. XX, el 6 de septiembre de 1930, 50 años tardó en reaparecer ese ejército de facción ante el pedido desesperado de la oligarquía portuaria.
 Esta misma alianza antipopular del ejército fue producto de los resabios del viejo ejercito de mitrista, ese ejercito de oficiales orientales tales como Rivas, Sandes, Arredondo y Flores cuyo enemigo fue el propio pueblo, sus armas apuntaron a las montoneras, al criollo, al último gaucho, fue el ejército degollador, de prácticas golpistas siempre en épocas de  políticas amplias y de alcance a las provincias cuando dejaban de ser aquello exclusivo e inalcanzable en provecho de Buenos Aires y su burguesía parasitaria.
 El ejército que se alza contra Perón en el ´55, el mismo que se alzó en 1874 contra Avellaneda, y es vencido en los combates la Verde y Santa Rosa y que seis años después intentaría frenar al federalización de Buenos Aires. Como dice Arturo Jauretche en Ejercito y Política, “es el mismo ejercito de Rondeau heredero de las incesantes camarillas militares porteñas”.

¿Y por qué el Ejército es una organización libre del pueblo importante en el movimiento nacional de liberación?.  Por el rol industrializador del Ejército Argentino, que fue tomando forma a finales del siglo XIX con la intervención directa en la economía nacional y su paso transformador como usina de desarrollo industrial, recobrando el espíritu de su creación, popular, antiimperialista, emancipador e industrial desde el origen con la chispa de la siderúrgica a cargo de Fray Luis Beltrán en Cuyo, fabricando fusiles, cañones y pólvora. Fue a principios de siglo XX que ese mismo ejercito recoge la posta del desarrollo geoestratégico de la Patria. Enrique Mosconi por ejemplo a quien no solo le debemos el autoabastecimiento y el desarrollo de la industria petrolera en Comodoro Rivadavia durante los 8 años en que estuvo al frente de YPF en un momento en que la Standard Oíl, la Royal Dutch–Shell (anglo holandesa) y la Anglo Persian Oil Company controlaban el suministro de combustible, sino que también fue él quien sentó las bases del desarrollo de la fabricación de aviones, tras su regreso de  Europa donde pudo apreciar las ventajas del desarrollo de la aviación.
 Este espíritu industrial no es un caso aislado sino que es consecuencia de una política nacional ideada por Julio Argentino Roca, no es casualidad que fue el mismo Roca a través de un decreto quien lo reconoce a Enrique Mosconi como ingeniero militar y pasa a revistar en el arma de Ingenieros.
 Otro hijo de ese Ejército y continuador de Mosconi fue el General Manuel Savio que durante la década el 30 y 40 sentó las bases de  la siderurgia nacional, Altos Hornos Zapla y la sociedad mixta SOMISA entre otros logros. Más allá de que sus propósitos principales estuvieron enfocados en el abastecimiento de material bélico a las Fuerzas Armadas y Fuerzas de Seguridad; la visión industrial de Savio superó las barreras de lo castrense proyectando el desarrollo geoestratégico de la República Argentina y el rol fundamental para la consolidación de la soberanía a través de la industria pesada en todas sus etapas, ubicación y formación, desarrollo y consolidación.

Dos elementos fueron centrales para darle proyección a las políticas industriales del General Manuel Savio, la primera fue la fundación de la Escuela Técnica Superior, que funcionó desde su creación el 6 de noviembre de 1930 en las instalaciones del Colegio Militar, esto afirma la idea de que el desarrollo tecnológico-industrial debía tener como piedra basal a las FF. AA y en segundo lugar la creación de Fabricaciones Militares.
 Es menester recordar la continuidad y la profundización de estas políticas que a finales de gobierno de Farrel y por iniciativa de Juan Domingo Perón se crea el Consejo de Posguerra, un organismo de planificación para el  desarrollo industrial estratégico de acuerdo a las nuevas reglas de juego económico mundial al finalizar la segunda guerra y el rol que debía ocupar la Argentina;  preparando los resortes para poner en marcha los planes quinquenales, la creación de un flota mercante, creación de la Dirección General de Fabricaciones Militares que tuvo a cargo los siguientes polos productivos:
 • Centro Forestal Pirané
• Establecimiento Altos Hornos Zapla
• Establecimiento Azufrero Salta
• Fábrica Militar " Fray Luis Beltrán"
• Fábrica Militar de Aceros
• Fábrica Militar de Ácido Sulfúrico
• Fábrica Militar de Armas Portátiles Domingo Matheu
• Fábrica Militar de Cartuchos "San Francisco"
• Fábrica Militar de Material de Comunicaciones y Equipos
• Fábrica Militar de Materiales Pirotécnicos
• Fábrica Militar de Pólvora y Explosivos Villa María
• Fábrica Militar de Tolueno Sintético
• Fábrica Militar de Vainas y Conductos Eléctricos " ECA"
• Fábrica Militar Río Tercero

Con la creación de la Comisión Nacional de Energía Atómica en 1950 quedaron sentadas las bases para el desarrollo de la Siderurgia, la Petroquímica y la Energía Atómica, todo bajo el control del Estado y la participación activa del Ejército Argentino.
 Pero los hechos de 1955 generaron  un vuelco en las políticas soberanas e industriales echando por tierra la estratégica y fundamental comunión entre Ejército y clase trabajadora. Antes degollador, ahora fusilador, el ejército convivió durante 20 años confrontaciones internas, mientras se iban deshaciendo de los componentes nacionales, pero con un factor condicionante en su accionar, un líder militar hacedor del proyecto exiliado y activo generador de política aun desde la lejanía.
 Más allá de los años de exilio, el líder era militar y era  único capaz de regenerar los lazos derruidos en ese tiempo de ausencia.
 Por supuesto que una vez muerto Perón se aceleró el proceso de separación del ejército con el pueblo en un contexto de extrema sensibilidad del proceso de liberación enfrentado por grupos de diestra y siniestra que impidieron su consolidación.
 En este contexto el Ejército mitrista reaparece en el Golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 que destituye a María Estela Martínez de Perón.  No es casualidad que la junta militar se autoproclamó como Proceso de Re-Organización Nacional, representó la vuelta a aquel viejo proceso de organización nacional con que la historia oficial hace referencia al inicio el genocidio de nuestras industrias interiores, y la apertura de la aduana de los productos extranjeros, en el siglo XIX fue Manchester y en el ´76 fue Taiwan.

Es el ejército de patria chica que atenta contra los propios intereses de la Nación, realizando un doble genocidio que apunta a un único objetivo, la desindustrialización de la Argentina. Una primera cara del genocidio sobre los cuadros sindicales y trabajadores del sector industrial, un proceso de aniquilamiento que comenzó tiempo antes del golpe con el asesinato de secretarios gremiales, y una segunda cara del genocidio con el cierre de empresas y estancamiento del aparato productivo, apertura de importaciones y la consolidación de un modelo financiero especulativo. Es importante destacar que el plan trienal del 3er gobierno de Perón intentaba encauzar el rumbo  para sentar de manera definitiva las bases de la industria pesada y la generación de energía para poder impulsarla, en síntesis reactivar el viejo sueño de Mosconi y Savio.

Pero cuando el  trabajo de la antipatria pareció haber finalizado en la última dictadura cívico-militar, la gesta de Malvinas dejó a la vista de todos los pueblos libres y para siempre  la arista nacional que supo interpretar al sujeto histórico de la Patria y a 35 años de la guerra del Atlántico Sur Malvinas constituye el último accionar que conjuga FFAA y pueblo, ejercito y trabajadores.


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