Jorge
Rachid – JUNIO 2018
“EL
MUNDO EN LLAMAS” AMY CHUA
Así
se llama un libro de una ex Banco Mundial, que describe con precisión los datos
de los factores de poder económico y político del Oriente Lejano.
La
reunión entre los líderes, abrió sin dudas un camino de exploración, como se ha
abierto en innumerables ocasiones en el pasado y fueron cayendo uno a uno.
Sin
embargo debo decir que la estrategia de Kim ya dio resultado: se reunió dos
veces con Mon de Corea del Sur y otras dos con Xing- Pi de China, antes de
reunirse con Trump.
Logró
avanzar en el concepto de desnuclearización
de “toda la península coreana”, lo cual implicaría el retiro de las fuerzas
norteamericanas con portaviones y submarinos nucleares, además de 30 mil
hombres en Seúl, evitando los ejercicios conjuntos.
Permite
avanzar en la firma de la paz de una
guerra nunca terminada, ya que se firmó desde entonces un armisticio y fijó los
límites de ambas Coreas, en un camino de reunificación de “un país, dos sistemas” como tiene China con Hong Kong,
desde que la recuperó de los ingleses.
Le
permite abrirse, desde el Partido
Comunista a la economía mundial, con el respaldo de la alianza construida
con China, potencia nuclear limítrofe.
Hace
respirar a los líderes de Corea del Sur y Japón ante la desmovilización de un
conflicto militar, donde serían los primeros afectados por una guerra, de ahí
la presión que ejercieron Mon y Abe respectivamente, sobre Trump.
Destraba las sanciones
comerciales impuestas por la Comunidad Internacional, afecta a seguir los pasos de EEUU en
materia del “eje del mal”, como están sufriendo Irán, Venezuela, Siria y Yemen,
además de Quatar.
Sin
embargo también le sirve a Trump para mostrar un avance diplomático después de
hacer estallar el G-7 y romper los acuerdos comerciales sobre aranceles, al
fortalecer su política proteccionista.
El
G-7 transformado ahora en el G-6 +1, no
aceptó la propuesta de Trump de reincorporar a Rusia al G-8, expulsada cuando
recuperó Crimea de Ucrania, ante la seudo revolución, que derrocó un
gobierno electo, promovida por la OTAN.
Pero
Trump además pateó el tablero del acuerdo del 5+1 con Irán colocando a Europa
en riesgo, sumado a la amenaza de disminuir los aportes de EEUU a la OTAN, lo
que llevó a Merkel a plantear a la UE que la protección que tenía Europa, ha
dejado de ser.
Difícilmente
EEUU pueda avanzar en la instalación de la barrera antimisilística que acordone
a Rusia, ante esta nueva situación y que se estaba llevando a cabo en Polonia,
Rumania y Ucrania, siempre terceros países en el tablero mundial de EEUU, en
caso de conflicto.
La
alianza EEUU, Reino Unido, Israel,
Arabia Saudita, pretende bloquear Irán, controlar Siria o crear un nuevo estado
tapón “Rojana”, así lo llaman, entre las fronteras norte de Siria e Irak, con
los kurdos, lo cual compromete a Turquía, que se opone y es miembro de la
OTAN, pudiendo abandonarla.
Con
ese ímpetu, más la decisión de Trump de
llevar la Embajada de EEUU a Jerusalem, ha hecho sacar pecho a Netanyhau
que no ha dudado en avanzar sobre Cisjordania y Gaza, con cientos de muertos y
miles de heridos Palestinos.
O
sea que las hipótesis de conflicto que tiene abierta EEUU a futuro son dos y
eran impensables hasta hace poco, sigue vigente: la alianza ruso-alemana y la chino-japonesa, que hoy se explica por
el control del comercio mundial del Mar de la China por el cual pasa el 70%
mundial y la dependencia de Europa del gas y petróleo ruso, al no poder
controlar EEUU, el Estrecho de Ormuz, donde pasa en 60% del gas y petróleo
hacía Europa.
En la teoría Trump abre y
cierra frentes de acuerdo a su coyuntura de gobierno, barriendo la diplomacia y
ante eso, el avance de Corea del Norte, con determinación política y paciencia
oriental, ha fortalecido sus lazos con Corea del Sur, China y Japón, bajando
las sanciones europeas y americanas.
En
definitiva, cada uno juega su partido, pero el Asia Profundo ha quedado en
resguardo de un jugador primordial del mundo Multipolar: China, por lo cual el
panorama internacional ahora gira hacia el Este.