Luis Gotte
8 julio, 2021 para Última Noticia
Lamentar
nuestras penas por las redes sociales mientras la comida, nuestra comida, es
ajena, no es de criollos. La llanura bonaerense ya no pertenece a nuestros
paisanos. Hace poco más de treinta años
que venimos amontonando pueblos en esa gran mancha urbana, la Urbanópolis
Conurbanense, donde se destruyen cuerpos y conciencias.
Nuestra región
surera-campera está casi despoblada, con más de 600 pueblos desapareciendo, muchos de nuestros Partidos-municipios no
sobrepasan los 10 mil habitantes. Envejecidos y empobrecidos. Los jóvenes
escapan del terruño que los vio nacer. Ya son lugares que a nadie les importa.
Tierra inmensa, llanura que todo lo da. No hay un espacio en que se arroje una
simiente y crezca con vitalidad. Podemos producir lo que se nos ocurra. Hasta
un criadero de camellos tuvo Mar del Plata.
Nuestros
paisanos son muy hábiles como inteligentes, sencillos y solidarios, humildes,
aunque a veces atolondrados. Los políticos les dijeron: cierren los ojos, el
futuro está en las aldeas globales, en las ciudades globalizadas. Y se fueron.
Cuando los abran, lamentarán el cambio de vida. Añorarán el pasado.
La Gran reina
del Plata, cual Cleopatra egipcia, ejerció una poderosa atracción sobre la
región surera bonaerense. El centralismo
se consolida luego de la batalla de Pavón (1861). Designada la Gran Ciudad como
capital del Estado, la misma comienza a crecer. También lo hacen sus
poblados cercanos, como Avellaneda, Berisso, Banfield, en la subordinada
argentina del ‘900. Se incrementa la población de la Ciudad de Buen Ayre con la
oleada extranjera (el Censo de 1938 dará 2.415.142 hab.), y a la par se
desarrolla la primera corona del Conurbano. Saturado el primer cordón, surgirá
un Segundo con un crecimiento poblacional que se acelera en los ’60 para dar
lugar, lentamente, a una tercera corona o cordón.
Fue en 1961 cuando, Frondizi, decide levantar el
Ferrocarril Provincial de Buenos Ayres, que se extendía desde la ciudad de La
Plata hacia el oeste bonaerense hasta llegar al Partido de Rivadavia, por casi
1.000 km de vías férreas. Muchos pueblos comenzaron a agonizar, y muchos
pueblos emigrarán al Conurbano. Fue una dolorosa tragedia para la Provincia, y
un enorme negocio para las automotrices americanas y nuestros políticos que
intervinieron en el proceso.
La ausencia del FF.CC en un territorio tan extenso como el
nuestro (equivale a Italia, Alemania, Polonia o el Reino Unido Británico)
impedirá cualquier tipo de desarrollo o progreso en la Provincia Federativa de
Buenos Ayres. Excluyendo a Mar del Plata, con una superficie con unos 280 mil
km2 no se llega a los 4 millones de hab. Los tres cordones del Conurbano más la
Ciudad del Buen Ayre, con aproximadamente 30 mil km2. multiplica por cuatro a
sus habitantes.
Nuestra
provincia se administra con una Constitución
Provincial de fines del S.XIX (y modificaciones); una legislación electoral de la Década Infame (la división en Secciones
electorales es de 1936, Gobernador Fresco); su Ley Orgánica Municipal es de 1958 (Aramburu/Rojas, que copian de la
anterior ley orgánica de la década del ‘30). El poder real está representado en
los tres cordones del conurbano, que tiene mayoría absoluta de Senadores y
Diputados, con respecto a las otras 5 secciones electorales. Con un sistema de Partidos-municipios (de tiempos
de Mitre) que debiera ser de Comunas. Nuestros pueblos sureros no tienen
herramientas para defenderse, ni siquiera para tener un proyecto Comunal
propio. Están subordinados a los mandatos de La Plata-Conurbano.
El gobierno nacional ya tomó una clara
decisión en aliarse con China. En Provincia, según declaraciones del
dirigente santacruceño Máximo Kirchner, no se cambiará en nada la forma de
administración de poder. Tienen una visión centralista y verticalista del
poder, no conocen el sentir federalista de nuestra tierra.
Para 2023 hay un
recambio de Intendentes, y en el Conurbano han decidido impulsar figuras
jóvenes para ocupar sus puestos administrativos. Buenos Ayres necesita capitanes
de mar y guerra, que comprendan la realidad, lo que sucede transfrontera y
pelee, con mentalidad comunal y no municipal, por los derechos y deberes de sus
pueblos, que pongan frenos al poder central.
El Pueblo de la
Provincia de Buenos Ayres no precisa de jóvenes obedientes, aunque algunos de
nuestros viejos dirigentes hayan dado un mal ejemplo. Necesitamos comprender e
interpretar el sentir FEDERAL, el que bregara Dorrego y Rosas.
En política, el
espacio que no se ocupa lo hace otro. Y tierra que no se produce, lo harán
otros. ¿Cuál es el modelo bonaerense
para las próximas décadas? No es difícil conocer la respuesta, solo hay que
leer nuestra historia, en particular la relación entre Argentina y Londres, y
entenderemos como actuarán nuestros dirigentes políticos, carentes de
patriotismo y nacionalismo (el buen entendido).
Atarán nuestra
pampa bonaerense a la dependencia de potencia hegemónica. Permitirán que
nuestras llanuras sean ocupadas (no quiere decir físicamente) para una
producción planificada y altamente tecnificada, de acuerdo a las necesidades de
consumo de la colectividad extranjera. Impondrán un Nuevo Modelo
Agroindustrial. Y a nuestros paisanos amontonados en Urbanópolis se les
concederá una Renta Básica Universal, con Internet gratis para que estén
confinados en sus hogares. Una gran Cuba en tierra firme.
Algunos la
definen como la Agricultura 4.0
donde se “procura aumentar la productividad y reducir costos de producción en
el sector agrícola mediante la utilización de tecnologías como drones y
sensores, la implementación de la agricultura de precisión, el big data, el
Internet de las Cosas y la inteligencia artificial…con drones podemos tomar
imágenes de campo para reconocer si existe una baja producción, sequía o
plagas. Los sensores nos permiten identificar cambios de temperatura, humedad y
otros datos de los productos. La información que se generara facilita el
desarrollo de modelos productivos eficientes, que permiten ahorrar agua,
reducir pérdidas de alimentos y ofrecer producto de mayor calidad”. También las
frutas, hortalizas y verduras serán sometidas a la edición genética mediante la
técnica CRISPR, un sistema conocido como “tijeras moleculares”, que corta y
edita, o corrige, en una célula, el ADN asociado a una enfermedad. ¡Maravilloso!,
pero lo que consumamos no será lo mismo con lo que se alimentaron nuestros
abuelos.
La realidad superará toda ficción: “campos
despoblados controlados por drones teledirigidos y programables para sembrar,
medir variables y seguir fumigando con nuevos combinados de agrotóxicos y
fertilizantes sintéticos con la incorporación de software de precisión para
mapear y recolectar toda la información de los recursos biológicos y genéticos,
automatización de procesos físicos de cosecha y todas las etapas de la
agricultura intensiva, en las que las máquinas deciden por si solas,
supervacas, supercerdos y superpolllitos bebé resultantes de la biotecnología
aplicada solo para incrementar la producción sin ningún reparo en los riesgos a
la salud humana y la anulación por completo de los saberes de agricultores y
agricultura”. Es la deshumanización de la agricultura, la expulsión de cientos
de miles de trabajadores y pequeños propietarios de sus tierras. No es Julio Verne, es un nuevo pacto
Roca-Runciman rediseñado al S.XXI: el Pacto Sola- Zhong Shan.
Para nosotros
habrá carne sintética ultra-procesada, material celular con sabor a pollo o
pescado, huevos artificiales…educados y formados en nuevas relaciones humanas
cristalizadas en el veganismo y el vegetarianismo. No es una exageración, basta
con seguir las declaraciones de George Soros, Bill Gates, Hilary Clinton, Xin
Jinping, el Grupo económico conocido como los Bilderberg, Monsanto-Bayer. Un eje antihumanista, al que debiere
oponerse otro frente, uno HISPANISTA.
La escritora y
filosofa india Vandana Shiva viene denunciando el atropello al ruralismo en la
India donde se viene “desarrollando e invirtiendo en investigaciones y
proyectos tecnológicos para ser aplicados sin evaluación de riesgos en el
sistema agroalimentario y que no tienen otro fin que generar procesos de
acumulación del capital, concentración económica, apropiación de recursos
genéticos y dominación social”.
Podemos, y
debemos, generar un modelo alternativo, un Modelo Bonaerense para un Proyecto
Nacional Argentino, con cambios institucionales y planificación de políticas
públicas. Un Modelo que convierta a la Provincia federativa de Buenos Ayres en
la locomotora que impuse a los demás Estados Federativos a su desarrollo y
crecimiento integral.