El 11 de marzo
de 1973 todos los argentinos tuvimos elecciones libres y recuperamos la
democracia luego de 18 años. En 1955 el golpe militar había inaugurado una
oscura etapa de fraudes electorales, de persecuciones a activistas y de proscripciones
al Justicialismo. Con el transcurso del tiempo y con más fuerza desde el año
1966, la represión se extendería a prácticamente todos los partidos.
Durante 18
años Juan Domingo Perón y un amplio abanico de dirigentes, habían edificado las condiciones políticas
e institucionales de posibilidad para la recuperación de la democracia de 1973. Con esta finalidad y en una gran
síntesis, el líder del Justicialismo había diagramado su estrategia en base a
tres grandes tipos de acciones.
La primera tarea iniciada desde 1955 fue la de coordinar la resistencia a la brutal violencia
institucional, a los abusos patronales y a la aplicación de políticas de
gobierno antiproductivas y antinacionales. Esta etapa fue épica para el pueblo
justicialista y también fue trágica y muchos argentinos fueron brutalmente
reprimidos e incluso asesinados,
incluyéndose en esa triste lista negra a muchos dirigentes gremiales.
La segunda acción que implementó Perón fue la de mantener unido a su
espacio político. El desafío era difícil ya que el líder estaba en el exilio a miles
kilómetros, su Movimiento estaba prohibido y no disponía de recursos. Su complicada
labor se realizó a partir de la persuasión política, convenciendo y movilizando
a los trabajadores y a sus organizaciones detrás de una causa. Perón tuvo la
destreza de reconocer la evolución política de su Movimiento y en cada contexto
puso en valor a los distintos actores, aplicando diversas metodologías.
La tercera gran acción estratégica de Juan Domingo Perón tendiente a la
recuperación democrática, se centró en la construcción de acuerdos básicos y de
alianzas políticas con todas aquellas fuerzas partidarias y sociales que estuvieran
dispuestas a construir la paz social y a gobernar la Nación en base a la
soberanía popular emanada de las urnas. Con este fin, el líder aplicó los principios de la
conducción política que había enseñado en el año 1951 en la Escuela Superior Peronista. Perón puso
en desenvolvimiento dos nociones centrales de la conducción: “con sectarismo no hay conducción” y conducir es
“persuadir”. Durante su exilio en la residencia de Puerta de Hierro recibió
a cientos de dirigentes de diversas procedencias ideológicas y políticas.
Entabló correspondencia y forjó relaciones directas e indirectas con un número
inmenso de militantes y de figuras de la cultura del país, de la región y del
mundo. Sembró sus ideas y persuadió de
la justicia y de la verdad de su causa entre peronistas y antiperonistas de
diversos orígenes y trayectorias. Perón le dedicó cientos y cientos de horas a
las reuniones, al debate y a la búsqueda
del consenso necesario para lograr la unidad nacional y la reconstrucción de la
Argentina. Paulatinamente, dicha prédica y acción militante fue
convirtiéndose en realizaciones.
El 11 de noviembre de 1970 se forjó
el frente político la Hora del Pueblo, que integró al Justicialismo, a
la UCR, a la Democracia Progresista, al Socialismo Autentico, al Bloquismo de
San Juan y al Conservadurismo Popular. El 1 de abril de 1971 se presentaron los
lineamientos de un “programa económico social” del flamante frente
político. La Hora del Pueblo fue un ámbito político importante ya que le
marcó límites a la dictadura y abrió el camino para una militancia justicialista
con mayores márgenes de acción.
El 7 de diciembre de 1971 llegó al país Isabel Martínez,
anticipando el regreso del General Perón del 17 de noviembre del año 1972
en el vuelo de Alitalia junto a 154 pasajeros.
Durante su breve estadía en el país, el día 19 el líder justicialista se reuniría con Ricardo Balbín de la
Unión Cívica Radical.
En el mes de septiembre
del año 1972 la CGT y la CGE firmaron
una solicitada conjunta. A partir de este acuerdo histórico, se fue
consolidando la metodología de la concertación
social que Perón luego convertiría en política de Estado con la firma del Acta del Compromiso Nacional (Pacto Social),
que fue rubricada el 30 de mayo de 1973.
En octubre del año 1972 se hizo público el “Acuerdo para la
Reconstrucción Nacional”, realizado por el PJ y por otras agrupaciones y
que incluyó unas “Bases mínimas”. Perón organizó en Puerta de Hierro
una conferencia de prensa y difundió el texto dándole notoriedad internacional.
El documento convocaba a la pasificación nacional y a la normalización
institucional a partir de un acuerdo de todos los partidos y de la constitución
de un Consejo Económico Social que se encargaría de elaborar el proyecto de gobierno.
Consagrando los
avances tendientes a la unidad nacional, 7
de diciembre de 1972 se formularon las históricas y fundamentales “Coincidencias
Programáticas del Plenario de Organizaciones sociales y partidos políticos”.
Firmaron el documento los principales actores sociales (CGT y CGE) y políticos de
la Argentina, incluyéndose el Justicialismo, la UCR, el MID y otra veintena de
espacios partidarios nacionales. El documento incluyó 6 “Objetivos
Fundamentales” y 22 “Instrumentos de política económica y social”
centrados en el tratamiento de temas estratégicos como la demografía, la
seguridad social y las políticas tributarias y comerciales. En las Coincidencias
los principales dirigentes políticos se pusieron de acuerdo en cuestiones
centrarles como el desarrollo regional, el tratamiento al capital extranjero,
las políticas de salud y la tecnología. Por primera y por última vez en la
historia la Argentina se alcanzó semejante consenso en temas estratégicos. Las Coincidencias allanaron el
camino a las elecciones democráticas de 1973, contribuyeron a formular el Plan Trienal
y le otorgaron gobernabilidad y apoyo legislativo al gobierno Justicialista.
En marzo de 1972 Perón se reunión
con Arturo frondizi, líder del Movimiento de
Integración y Desarrollo (MID) e histórico adversario. El desarrollismo integró
el flamante Frente Cívico de Liberación Nacional (FRECILINA), que sería acompañado
también por la CGT y CGT. Pocos meses después, en diciembre de 1972 Perón forjó
el Frente Justicialista
de Liberación (FREJULI) ampliando considerablemente la base política. La unidad
nacional promovida por Perón estaba cerca de consagrarse.
La fórmula electoral del FREJULI incluyó a un
vicepresidente de otro partido y las listas de legisladores integraron un
amplio abanico de dirigentes. Si bien el triunfo del binomio presidencial
Héctor Cámpora - Vicente Solano Lima fue contundente, faltaban unos pocos
puntos para no ir a una segunda vuelta. Respetando los acuerdos políticos
previos, Ricardo Balbín reconoció el
triunfo y dio un mensaje de madurez política a los argentinos dejando atrás
odios, grietas y enfrentamientos.
A cinco décadas de la recuperación democrática, estoy totalmente convencido
de la necesidad actual de recuperar el ideario y el ejemplo de Juan Domingo
Perón que regresó al país defendiendo tres grandes principios:
Primero: la
Unidad Nacional de partidos, de clases y de doctrinas es el principio
básico e imprescindible para la formulación y la ejecución de un proyecto colectivo
de país.
Segundo: es
a partir de la concertación social y del protagonismo sindical y de las
organizaciones sociales, culturales y productivas como debe formularse el
proyecto federal y nacional de desarrollo;
Tercero: la política tiene como objetivo la
grandeza nacional y la felicidad del pueblo y para eso debemos trabajar en la construcción de una democracia social que
garantice la libertad material y la elevación espiritual del hombre argentino.
Que así sea.-