Dr. Juan Grabois
Integrante del Comité Organizador Internacional
Encuentro Mundial de Movimientos Populares
San Martín de los Andes, Provincia de Neuquén 2 de Enero de 2015
Sr. Gerardo Morales
Gobernador de la Provincia de Jujuy
República Argentina
S…………/………….D
CC: Sr. Rogelio Frigerio; Sr. Ivan Kerr
Ref. Pedido de apertura al dialogo con la Organización Tupac
Amaru
Por medio de la presente, quiero hacerle llegar un pedido
muy especial para el año que comienza. Le pido un gesto de paz, comprensión y
apertura con los movimientos populares. Le pido, Sr. Gobernador, que cumpla con
esa exigencia de la buena política que es, además, una obligación de todo
gobernante y un signo de grandeza. Le pido, humildemente, que se abra al
diálogo.
El dialogo no es conversar con los amigos, compañeros o
correligionarios: eso es fácil y necesario, pero no suficiente. También es
sencillo sentarse con quienes, más allá de otras diferencias, se comparten
determinadas modales, escala de valores, estructuras ideológicas o prácticas
políticas. El dialogo más fecundo es, a mi juicio, el encuentro con el
distinto, incluso con el que se visualiza como “enemigo”. El dialogo implica
poner en suspenso algunos prejuicios e incluso algunos juicios que creemos bien
fundado para buscar nuevas perspectivas y enfoques creativos que permitan
construir responsablemente la unidad que siempre es superior al conflicto. De
eso se trata, en mi opinión, la cultura del encuentro a la que el Papa
Francisco nos convoca.
Como se imaginará, en concreto le pido que reciban a los
representantes de la Organización Social Tupac Amaru para buscar junto a ellos
soluciones razonables al conflicto social desatado en Jujuy y que va
extendiéndose por distintas provincias de la República Argentina. No crea que
con ello Ud. muestra debilidad: muy por el contrario, un adecuado ejercicio del
poder -entendido como servicio y no como dominio-, implica escuchar a todos.
Frente a una contradicción, a mayor poder, mayor es la obligación de ser
generoso y la responsabilidad de velar por la integración del todo que siempre es
superior a la parte. Una integración
que, más que una esfera, debemos concebir como un poliedro, donde cada cual
aporta según su propia identidad y trayectoria.
Sabemos que el origen del conflicto son ciertas
modificaciones que su gobierno quiere realizar en la gestión de los programas
sociales que ejecuta la organización Tupac Amaru. Entendemos que dicha
organización acepta la necesidad de repactar los criterios de funcionamiento y
que incluso valora positivamente algunas propuestas suyas como la bancarización
de la totalidad de los trabajadores cooperativistas y la creación del registro
de organizaciones sociales. Existen otros punto en los que se deberá pensar con
rigor y buscar caminos de consenso, siempre con la vista puesta en el bien
común, sobre todo de los más humildes. Sin embargo, esos cambios no pueden
implementarse razonablemente sin un proceso de negociación y una ordenada
transición que garantice el derecho al trabajo, la vivienda, la recreación, la
salud, el deporte de al menos 30.000 familias agrupadas en la mencionada
organización. Cuando temas tan sensibles se abordan sin apostar al dialogo, a
partir de decisiones dictadas unilateralmente desde el poder estatal, los
riesgos para la paz social aumentan considerablemente y se hace difícil construir
la amistad social o al menos una convivencia duradera.
Tampoco se puede desconocer, más allá de nuestros
valoraciones personales, liderazgos históricamente constituidos e notoriamente
relevantes como el de Milagro Sala. La historia ha demostrado que el ninguneo,
el desprecio y la demonización de los dirigentes sólo cierra los puentes del
dialogo y abre las compuestas del conflicto. Los dirigentes sociales no son
intermediarios: son actores fundamentales de la vida de una sociedad que se
pretenda verdaderamente democrática, es decir, que entienda la democracia como
un proceso vivo que no se agota meramente en el acto electoral.
El orden republicano implica la división de poderes. No es
precisamente el poder ejecutivo el encargado de condenar sin juicio previo a
los dirigentes sociales negándoles el cumplimiento de su importante tarea.
Sería una actitud totalitaria, persecutoria y prebendaría decidir
arbitrariamente y a dedo a quienes se recibe y a quienes no de acuerdo a las
simpatías personales o políticas de los gobernantes. Si bien es cierto que la
ausencia de un régimen institucional para determinar el alcance de la
representación de cada organización social habilita cierto margen de
subjetividad en la valoración de las mismas, en casos como el de la Tupac Amaru
no se puede desconocer que miles de familias humildes se identifican con la
organización y sus dirigentes. Tampoco se puede negar que el impulso de dicha
organización ha permitido la construcción de miles de viviendas,
polideportivos, centros de salud, espacios educativos y emprendimientos
laborales, además de múltiples servicios públicos que brindan para el bienestar
de la comunidad como los de barrido, limpieza y embellecimiento urbano
Quisiera también trasmitirle una reflexión sobre la naturaleza
de los movimientos populares. En la Argentina, el auge este tipo de
organización fue la consecuencia de una gravísima crisis de representatividad
que hizo estallar al país en el año 2001. Como usted sabe, por entonces, los
partidos, sindicatos e instituciones democráticas tradicionales abandonaron a
una enorme porción de nuestro Pueblo a su suerte; podría decirse que abdicaron
de su obligación de garantizar condiciones mínimas de dignidad para el
conjunto. Los movimientos populares, como el movimiento piquetero, el de
empresas recuperadas o de los cartoneros por dar algunos ejemplos, fueron
tablones de flotación para millones de excluidos. Los que desconocieron esta
situación y pretendieron “resolverla” mediante la represión están sepultados
por la historia.
En el mismo sentido, es importante comprender que la
emergencia de lo que nosotros llamamos la “economía popular”. Esta incluye las
actividades comúnmente denominadas “informales”, las cooperativas
autogestionadas y las cooperativas vinculadas a programas sociales. La economía
popular es el refugio de millones de familias En ese contexto, los excluidos no
se resignaron a ser objeto de asistencia y forjaron organizaciones comunitarias
para ser protagonistas de su destino. Estas organizaciones, como toda
institución humana, están atravesadas por contradicciones y múltiples
problemáticas. Sin embargo, cualquier desviación del pueblo pobre organizado es
posterior a esta primera traición de los “incluidos” que debieron honrar su
obligación de garantizar los derechos individuales, sociales, económicos y
culturales para el conjunto de quienes habitamos el suelo argentino. Por ello,
considero un acto de hipocresía responsabilizar a los movimientos populares y
sus dirigentes de los problemas sociales, las situaciones de violencia o el
clientelismo, práctica tristemente arraigada en la vida política de nuestro
país que atraviesa todos los partidos políticos. También, Señor Gobernador, es
una forma tal vez sutil de clientelismo totalitario desconocer las organizaciones
intermedias y pretender monopolizar el trabajo social en la figura de los
gobernantes
argentinas frente a le exclusión que produce la
globalziación capitalista y su paradigma tecnocrático. En la Argentina, con
mucho esfuerzo, los humildes lograron transformar esos subsidios indignos
usualmente llamados “planes sociales” en la principal actividad humana que
brinda dignidad a quien la práctica: el trabajo. Los ingresos que los
trabajadores obtienen de la economía popular y los programas sociales pueden
denominarse “salario social” porque son una retribución por su esfuerzo y no
una mera “ayuda social”. En ese sentido concebimos políticas como la Asignación
Universal por Hijo: no es un regalo sino el reconocimiento del “salario
familiar” de aquellos a los que se les niega un trabajo registrado pero en su
inmensa mayoría desarrollan actividades laborales independientes o
comunitarias. Cada madre que cuida a sus hijos y a los amiguitos de estos, cada
vendedor ambulante o reciclador, cada militante que coordina un merendero, cada
cooperativista por más asistencia que reciba del Estado es, en sentido
estricto, un trabajador.
No hay peor clientelismo que el que priva al ser humano de
la dignidad del trabajo y destruye las redes comunitarias que sostienen el tejido
social en permanente amenaza por la globalización de la indiferencia y los
proyectos de muerte. Es una gran amenaza a la justicia social volver a los
humildes individualmente dependientes de la filantropía pública so pretexto de
liberarlos de las organizaciones intermedias. Las organizaciones libres del
pueblo no son “intermediarios” sino “poetas sociales” que crean tierra, techo y
trabajo allí donde sólo hay ruinas de un sistema idolátrico del dinero. En
cualquier caso, el Estado debe establecer reglas claras para la gestión
comunitaria de los fondos públicos y perfeccionarlas continuamente recurriendo
al dialogo y la negociación. No son las
organizaciones sociales lo que debe erradicarse sino la desigualdad, la
exclusión, el narcotráfico, la trata de personas. Los movimientos populares son
la última línea de resistencia contra estas realidades destructoras.
Confío en que si apostamos al dialogo se puede encontrar una
solución superadora en este conflicto que tiene en vilo a Jujuy y gran parte
del país. No son pocas las instituciones y personalidades de distintos ámbitos
dispuestas a facilitar ese dialogo de ser necesario.
Con ese deseo, me despido cordialmente,
Dr. Juan Grabois
Integrante del Comité Organizador Internacional
Encuentro Mundial de Movimientos Populares
PD: adjunto al presente el material documental de los dos
encuentros mundiales de movimientos populares realizados con el auspicio del
Consejo Pontificio de Justicia y Paz en 2014 (Ciudad del Vaticano) y 2015 (Santa
Cruz de la Sierra, Bolivia), incluyendo los discursos del Santo Padre
Francisco.
http://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2014/october/documents/papa-francesco_20141028_incontro-mondiale-movimenti-popolari.html
http://movimientospopulares.org/discurso-de-papa-francisco-a-los-movimientos-populares-en-santa-cruz/