“Generar una ley en contra del
pueblo es un pecado social”
Luego del 72, sin funciones
asignadas por las autoridades eclesiásticas, no tuvo destino fijo para el
ejercicio del ministerio sacerdotal hasta 1985, cuando el obispo Justo Laguna
lo recibió en la diócesis de Morón. Desde entonces se encuentra en el oeste del
Gran Buenos Aires e integra el Grupo de Curas en la Opción por los Pobres a
cuyos encuentros regionales y nacionales asiste regularmente. Hoy, con 94 años,
vive junto a otros curas en la casa parroquial contigua a la Catedral de
Moreno.
USTED FUE UNO DE LOS
PRINCIPALES REFERENTES DEL MSTM Y EL RESPONSABLE DEL BOLETÍN ENLACE, LA
PUBLICACIÓN DEL MOVIMIENTO DE CIRCULACIÓN INTERNA. ¿CÓMO FUE LA DIVISIÓN QUE SE
PRODUJO DESDE EL ‘73 AL INTERIOR DEL MSTM ENTRE LOS CURAS PERONISTAS Y LOS
SOCIALISTAS
Se fue produciendo un
distanciamiento entre quienes se guiaban por planteos de ideología socialista
de origen europeo y quienes adheríamos al peronismo popular. Los primeros tendían a generar planteos socio-políticos,
mientras que los segundos nos incorporábamos a los movimientos de un pueblo
mayoritariamente peronista y de ese peronismo de base religiosa, anterior al
mismo peronismo. Lo que pesa en Argentina para que surja ese gran movimiento
popular son dos aspectos absolutamente fundamentales que vienen de la antigua
evangelización posterior a la conquista y que son impregnados muy bien por los
misioneros en la gente: la solidaridad (entre la gente) y la providencia (en
relación con Dios). Esos son los dos temas que están en el alma del peronismo
popular. La distancia al interior del MSTM se profundizaba a partir de otras
discusiones que podríamos llamar “intraeclesiales” sobre la liturgia, el
celibato o distintas líneas teológicas. Y también, en mi opinión, sucede una
cosa muy curiosa: en esta diferencia influyó de alguna manera, sin poder
precisarlo, el hecho capital/interior. Tuvo mucho que ver la herencia del
repudio del interior, del mundo federal al mundo unitario, para llamarlo de
alguna manera, centrado en Buenos Aires y en el puerto.
PESE A QUE USTEDES, LOS DE
BUENOS AIRES, ESTABAN TRABAJANDO EN LAS VILLAS.
Sí, sí, la gente del
Movimiento trabajaba en las villas. Claro… hay una cosa que yo hago notar
siempre (y que ha reconocido el mismísimo Jorgito Vernazza): muchos de los que
inician el MSTM llegan a sentir la influencia europea del modo pastoral por
ejemplo de los sacerdotes obreros franceses. Tal es así que Vernazza, Richard
[por Rodolfo Ricciardelli], Botán y otros, eran obreros también. Y se mudaron a
las villas, pero estando allí la gente se daba cuenta de que eran sacerdotes ¡y
les pedían cosas sacerdotales!... Y ahí se va
produciendo un acercamiento con el pueblo trabajador y pobre y empiezan
a descubrir el sentir de la gente y en ese sentir podríamos decir que nace su
adhesión al sentir peronista de la gente. Cosa que yo trato de mantener
siempre… por eso hago la clara distinción entre lo que se entiende como
peronismo en cuanto a conducción y de lo que es el sentimiento peronista del
pueblo. El trayecto de la conversión, digámoslo así, de Jorgito Vernazza, de
Ricciardelli, de Botán al peronismo es el resultado de estar en contacto con la
sensación del peronismo del pueblo. Tuvimos que deseuropeizarnos. Yo recuerdo
que una de las cosas que teníamos en común con el viejo Tello, la teología del
Pueblo y de la Cultura era eso: la deseuropeización. Eso de la europeización es
muy bravo. En Europa por ejemplo a Jorgito Bergoglio no lo van a interpretar,
no pueden. Y mi sospecha es que uno de los temas por los cuales él no viene a
Argentina es ese ¿con quienes se encuentra? ¿quiénes son sus interlocutores? Esa
es la realidad. No entienden, les falta el sentir…
USTED SIEMPRE HABLA DE LA
“MAGDALENIZACIÓN”.
Sí. Los estudios muestran que
Magdalena era una rica empresaria de pescado en Magdala. En la vida humana (y
eso es tan real, porque nos lo enseña el materialismo histórico, cosa que no
pudieron leer bien mis amigos de Rusia), se produce el avance de unos y la
detención de otros ¿Qué dice Jesús? Felices ustedes que han abandonado la casa…
por seguirme a mí ¿qué eso de seguirme a mí? Es hacer lo que hacía Jesús en su
primera etapa de glorificación, ¿qué era?: curar, dar de comer, dar de beber,
dar cercanía, estar junto… Y eso es la Misericordia. La misericordia no es
decir ¡Ay Jesús, qué bueno que es, como me emociona el pobre, le voy a regalar
algo! La magdalenización es una donación donde fundamentalmente el que tiene,
da. Y hasta dice Jesús: no puede ser mi discípulo el que no renuncia a todos
sus bienes. Eso está en Lucas 14, un parrafito ahí perdido. Y es lo que hace
Magdalena. La caridad entonces entra no solamente en la donación personal sino
promover una sociedad que valga la pena. Y es lo que hace Magdalena a través de
Jesús, da. Entonces el tema es, para el político y para el empresario ¿cómo yo
voy favoreciendo la donación? porque realmente hay que saber renunciar, cosa
tan contraria a lo que tenemos desde hace un tiempo histórico que es la
acumulación, ¿cómo aprendo yo a renunciar? El conductor de una empresa o el
conductor político (cosa que pone en sus manos mucho dinero) cómo hace para
promover la socialización del lugar donde está, sea el estado o la empresa, y
que se promueva el derecho y la justicia.
Hay algunos problemas que no
han sido tocados por la teología de la Iglesia, dígamoslo así, algo que va
surgiendo desde hace ya un tiempo, un siglo o más: la fuerza del pecado social.
El pecado social es una mentalidad en acción pero que no es objeto todavía de
la mención de la conducción eclesial por lo menos en Argentina. Porque por
ejemplo el generar una ley que va en contra del pueblo es un pecado social. Y a
mí me gustaría saber qué curita recibió alguna vez en el confesionario a
alguien diciendo: “me vengo a confesar de un pecado contra la comunidad humana
o el pueblo, de un pecado social”. Y eso no está en la mentalidad de los
católicos, laicos o eclesiásticos. El pecado es algo personal. Cierto… pero
pará un cachito. Pero también está el pecado social ¿qué hacemos? ¿nos
confesamos de él o no? Por ejemplo, la misa de hoy donde aparece el profeta
Jonás, Dios lo manda a decir a Nínive: son todos unos atorrantes, están en
conjunto en pecado, así que yo los voy a aniquilar. Lo mismo pasa con
Jerusalén, con Sodoma y Gomorra, son situaciones sociales. Como la dictadura
que es una situación contra el pueblo, entonces merece la desaprobación y el
que sigue al dictador, atenta contra el pueblo, es un pecado. La no
consideración de esa manera de pecar es la consecuencia de la alianza entre
sacerdocio e imperio. Con sus trágicas consecuencias. Que el imperio nos
favorezca nos hace contagiarnos de su modo de vivir ¿Y qué es lo que produce eso?
Un enfriamiento en el estilo misionero. Para entender un poco lo que dice
Jorgito [Bergoglio] ahora “Salgan, hagan lío” (Y no solo lo dice, él lo hace y
calladamente, porque con el tiempo te enterabas de que pasaba bastante por las
villas. Podías encontrar a una mujer que decía “Ah! Él a mi me bautizó el nene”
cuando era arzobispo en Buenos Aires). “Salgan” es sacudirnos esa mentalidad
que se nos metió adentro con motivo de esa alianza de más de 1200 años entre el
sacerdocio y el imperio. No hubo capacidad en la Iglesia para enfrentar los
temas que surgieron en todas estas épocas, eso termina en algo que es evidente:
Europa es un museo religioso. Y que es lo que ahora Jorgito trata de dar
vuelta.
AL PAPA FRANCISCO SE LO ACUSA
DE POPULISTA POR ESTE TIPO DE REFLEXIONES.
Jesús, en su manera de vivir,
de moverse, es estrictamente popular. No tiene nada que ver con el poder ¡Jesús
es populista, qué le vas a hacer! Si yo digo populista me refiero a los
enemigos de la elite. El evangelio lo dice muy claro. Cuando se producen los
incidentes entre Jesús y los fariseos y Herodes, Lucas marca muy bien cómo va
creciendo la oposición: “Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley
no encontraban la manera de hacer desaparecer a Jesús pues tenían miedo del pueblo”
(Lc, 22, 2). Ese es un dato histórico que se repite: por un lado Jesús y por el
otro la conducción y su “claque”. Ese tema de la claque es un tema muy
interesante porque los personajes, sobre todo periodistas que hablan del
populismo insisten en el tema de la clientela y en el fondo no se dan cuenta de
la gran cantidad de gentes que (mentalmente y con deseos positivos de serlo)
son clientela de las grandes empresas. Muchas veces uno encuentra los grandes
señores yanquis que empezaron como cadetes. Es decir “yo estoy aquí en esta
empresa y soy cliente y hago todo lo que quieran porque es así como progreso”.
Clientelismo total.