Eduardo J. Vior 3 ABRIL de
2018
Publicado en REVISTA ZOOM
El lunes pasado la Bolsa de Shanghai comenzó a comerciar
opciones de compra de hidrocarburos a futuro en yuanes. Si bien China es el
mayor comprador de petróleo del mundo, su mercado no abarca todavía más del dos
por ciento de las transacciones mundiales y las opciones recién se
efectivizarán a partir de septiembre próximo. No obstante, la nueva alternativa
de intercambio puede atraer a muchos vendedores y da una fuerte señal política.
La irreversible decadencia del dólar ha
comenzado y todos los países que realmente quieran desarrollarse deberían
tenerlo en cuenta.
El nuevo mercado de futuros
tuvo un comienzo fulminante y ya superó en volumen al Brent extraído del Mar
del Norte y que se comercializa en Londres. En cinco días la cotización a septiembre
tuvo un alza del tres por ciento, cerrando el viernes a 418,90 yuanes (U$S
66,85). El éxito conseguido y la perspectiva de que China aumente aún más sus
compras hicieron subir la cotización del combustible en todos los mercados.
“En 2017 China superó a EE.UU.
como mayor importador de petróleo, comentó Sushant Gupta, consultor energético
en Wood Mackenzie citado por Reuters, de modo que es natural que quiera
desempeñar un rol más activo e influir sobre el precio del crudo. Los precios
que se convengan en Shanghai van a reflejar la evolución de los abastecimientos
y la demanda china”, añadió.
Algunos inversores tenían
temor de que el mercado en petroyuanes
estuviera sometido a regulaciones estatales, como los mercados de hierro y
carbón. También se advertía contra la obligación a los vendedores de
mantener cuantiosas reservas de petróleo en depósitos chinos, para desalentar
los capitales golondrina. A pesar de esta desconfianza Glencore, el gigante
mundial en transacciones de commodities, entró a comprar futuros chinos desde
el primer día.
China atrae a los inversores
eximiéndolos de pagar el impuesto sobre la renta. Tampoco tendrán que oblar los
impuestos por las comisiones de los contratos de futuro. Además, estas
obligaciones permiten a los productores de petróleo vender el crudo a cambio de
yuanes libremente convertibles en oro.
Según comenta Max Keiser,
columnista económico de la Televisión Rusa (RT), la apertura del nuevo mercado
es una medida bastante valiente de China, ya que los Estados Unidos no querrán perder sin lucha la hegemonía del dólar como
principal moneda de reserva –fundamento de su poder mundial-. Sin embargo,
continúa, la potencia asiática tiene la voluntad y el poder, como para avanzar
en la desdolarización de la economía mundial.
Para exportadores de petróleo que sufren sanciones unilaterales de
EE.UU., como Rusia, Irán, Catar y Venezuela, el nuevo mercado ofrece una
posibilidad de evadir el bloqueo. En este mismo sentido en una entrevista dada
a Radio Uruguay el economista mexicano Ariel Noyola afirmó que “el petroyuán
tomó impulso a partir de las sanciones económicas que tanto EE.UU. como la
Unión Europea impusieron a Rusia [en 2014]. En aquel momento el gobierno de
Putin firmó un acuerdo con China, para garantizar el suministro de crudo y Gazprom comenzó a comercializar sus
hidrocarburos en yuanes”, recordó.
“La estrategia de China para internacionalizar su moneda no incluye
solamente el petroyuán, continuó, sino también la firma de acuerdos swap de
divisas con otros bancos centrales y la instalación de centros de liquidación
en el extranjero para abrir cuentas de depósito. Incluso hay que recordar el
anuncio que hizo el FMI en el 2015 de incorporar el yuan en los derechos
especiales de giro”, agregó.
Al abrir el nuevo mercado, China
tiene dos objetivos: primero, proteger a sus empresas de la volatilidad
financiera. Segundo, establecer un precio stándard para el petróleo, capaz de
competir con el Brent y el West Texas Interemdiate. Para ello necesita atraer
capitales de todo el mundo. Por eso es que el mercado funciona hasta las 2,30
hs. de la mañana, de manera de coincidir con el horario diurno en Europa y
EE.UU.
Hay fuertes rumores de que los
negociadores chinos quieren atraer a los
sauditas a su mercado. De hecho, inversores asiáticos se han presentado a
la oferta pública de acciones de Aramco, el gigante petrolero estatal saudita
que ahora está incorporando capital privado. Al decir de Max Keiser, “los
sauditas pueden tener un gran interés en asociarse con capitales chinos. El reino
tiene un fuerte déficit presupuestario, quiere mantener Aramco a flote y en sus
manos. Quería ofrecer acciones en las bolsas de Londres y Nueva York, pero se
abstuvo de hacerlo, después de que la Justicia norteamericana dio curso a la
demanda de los familiares de los muertos del 11-09-2001 contra la complicidad
de la monarquía saudita en los atentados”.
El economista Carl Weinberg,
director general de High Frequency Economics, va aún más allá y predice que China “obligará” a Arabia Saudita a
abandonar el petrodólar y a comercializar su petróleo en yuanes, una medida
que, según él, arrastrará al resto del mercado petrolero y debilitará aún más
el dólar estadounidense como moneda de reserva global.
Previsiblemente, Estados
Unidos no abandonará sin lucha la hegemonía que detenta desde 1945.
Agitaciones, revueltas y guerras se sucederán en todo el trayecto de la Ruta de
la Seda y la Faja marítima. Las potencias emergentes que quieran liberarse de
la tutela del dólar sufrirán grandes convulsiones. No obstante las
dificultades, las perspectivas que abre esta nueva alternativa ameritan el
esfuerzo de todos los gobiernos que verdaderamente quieran la autodeterminación
de sus pueblos.