Las ideas precursoras de
la Reforma: la influencia de José Martí y José Enrique Rodó a partir de Nuestra América y Ariel
Por Juan Godoy*
“No seréis fundadores, quizá; seréis los precursores que
inmediatamente la preceden. La obra mejor es la que se realiza sin las
impaciencias del éxito inmediato; y el más glorioso esfuerzo es el que pone la
esperanza más allá del horizonte visible. Yo os pido una parte de vuestra alma
para la obra del futuro”. (José Enrique Rodó)
Introducción
La
Reforma Universitaria del 18 fue un movimiento político-cultural complejo que
tenía fines diversos, que incluso varían de acuerdo al lugar donde se
desarrolla. Así lleva adelante un conjunto de reivindicaciones que van desde
cuestiones más atinentes a la organización de las casas de altos estudios como
el co-gobierno, al vínculo con el estado, la iglesia, el gobierno y/u otras
entidades como la autonomía, y otras relacionadas con la función de la misma en
la sociedad, los contenidos que se dictan, el vínculo con el pensamiento
europeo, el papel del imperialismo, la relación con los otros países del
Continente, etc.
Entre
estos fines, claramente la reforma logró en mayor o menor medida los primeros
aspectos señalados, y fracasó en los otros, lo que nos lleva a considerar a la
misma como un proceso inconcluso y
todavía en discusión. Cabe resaltar
asimismo que la autonomía fue
rápidamente desfigurada y llevó a una cerrazón de la institución, contribuyendo
al fracaso referido. La falsificación de
la historia pretende reducir la reforma a cuestiones relacionadas con la
“vida interna” de las universidades, al mismo tiempo que simplificar la
autonomía al enclaustramiento de la institución y a
desligarla de las necesidades nacionales.
Las
banderas que apuntaban a integrar la universidad al país y al continente son
dejadas de lado, negadas e invisibilizadas. En este sentido, Arturo Jauretche
manifiesta que “el reformismo, en la
desnaturalización del movimiento original, ha terminado por ser un concurrente
a la función negadora (…) la Reforma universitaria, creada por la primer
presencia del pueblo en el Estado, se vuelve contra aquel, una y otra vez (…)
fue uniformemente anti-yrigoyenista, volviéndose contra el movimiento nacional
que la generaba, como después fue anti-peronista, en la misma medida que perdía
contacto con la realidad que le parteaba. El fracaso de la reforma es que no
supo integrar la universidad en el país”. (Jauretche, 2004: 136)
Por
su parte, Juan José Hernández Arregui, desarrolla una crítica similar a partir
de la cual sostiene que “no hay
universidad nacional en un país colonial. Tampoco universidad autónoma en país
alguno (…) sólo la abolición
revolucionaria del colonialismo devolverá a la Universidad no su autonomía sino
su misión nacional. Es decir, su autonomía real frente a la servidumbre
extranjera”. (Hernández Arregui, 1973:
148)
En
estas páginas recorremos algunas de las ideas y pensadores precursores e
influyentes en la reforma que apuntan a la creación de una mirada propia sobre
nuestra realidad, retoman la senda de la unidad latinoamericana, reivindican la
historia y las voces silenciadas de nuestro continente, y apuntan a que la
universidad encuentre soluciones propias a nuestras problemáticas.
Romper
con el eurocentrismo, el enciclopedismo, la dicotomía sarmientina entre
“civilización y barbarie” que todavía recorre los pasillos de las
universidades, la desvinculación de las universidades con las problemáticas
nacionales aparece en la reforma y hoy también presiona en nuestras conciencias
como un imperativo. Asimismo, estos pensadores pregonan el anti-imperialismo
presente en la reforma.
Ahora
bien, si uno de los reclamos más fuertes de los reformistas es la falta de una
visión latinoamericanista en nuestras universidades, nos preguntamos ¿de dónde
emerge la conciencia de lo nacional, la Patria Grande, el anti-imperialismo, y
otras ideas “novedosas” presentes en los jóvenes reformistas? Esa aparición
tiene múltiples causas, desde acontecimientos históricos como la Revolución
Mexicana o el yrigoyenismo, hasta pensadores e ideas que van impregnando a esa
generación como Rubén Darío, José Martí, Manuel González Prada o José Enrique
Rodó.
En
este último punto es en el que nos queremos detener aquí. Rastrear algunos
casos de pensadores que hayan sido precursores e influencia en los estudiantes
latinoamericanos, pues resulta difícil comprender las características que asume
la reforma sin indagar en los pensadores que van conformando los cimientos del
ideario de la misma. La reforma es fruto de esa matriz de pensamiento que
anida, entre otras, en las ideas que germinaron unos años antes y que nosotros
tenemos como objetivo dar cuenta en este trabajo.
En
el recorrido que hacemos retomamos a dos de los máximos exponentes e influencias
en los reformistas, a saber: al cubano José Martí, y al uruguayo José Enrique
Rodó. Estos dos pensadores si bien fallecieron antes del estallido de la
reforma, el caso de Martí muere combatiendo en 1895, y en el de Rodó fallece un
año antes del estallido de la reforma, no obstante sus ideas están fuertemente
presentes en el ideario de los reformistas, tan así que éstos le otorgaron el
“título” de “maestros de juventud”.
La
reforma que estalla en el “grito de Córdoba”, pero se extiende a lo largo y ancho
de nuestro continente, difícilmente hubiese nacido y tenido ese desarrollo sin
las ideas de estos precursores que se hacen conciencia política en nuestros
pueblos. Más específicamente vamos a retomar a estos pensadores a partir de dos
trabajos emblemáticos en el pensamiento latinoamericano, y que sus ideas están
claramente presentes en la reforma y los reformistas, a saber: Nuestra América de José Martí y Ariel de José Enrique Rodó.
Vale
aclarar que no nos interesa un análisis pormenorizado de todos los aspectos de
estos libros, ni tampoco de toda la obra de los autores, en tanto nuestra
intención es recorrer los aspectos que consideramos aparecen en los reformistas
en estos trabajos que resultan emblemáticos al respecto. Estos dos escritos que
nacen del amor al continente y a los compatriotas se encuentran sin dudas entre
los que más influencia han ejercido en el pensamiento de las ideas más
preclaras de los reformistas.
Lo
que nos interesa observar es la presencia de las ideas que levantan los reformistas
en estos dos textos emblemáticos, no así los vínculos diferentes que también se
podrían rastrear, pero no es nuestra intención. Vale destacar, de todas formas,
que el vínculo más directo es con Ariel,
no obstante la relación en tanto similitud de ideas, es más estrecha en Nuestra América.
La
reforma, en sus banderas más profundas, fue nacional, latinoamericanista,
anti-imperialista, vinculada a la historia y las problemáticas de nuestro
continente. Revisamos así esas ideas en estos dos pensadores que estrechan
vínculos con las banderas aún inconclusas de la reforma, que le dieron a la
misma la potencialidad hace cien años, y nos marcan un rumbo posible para
construir universidades nacionales, latinoamericanas y comprometidas con
nuestro pueblo.