miércoles, 19 de diciembre de 2018

El fantasma de Ariel recorre Nuestra América


Las ideas precursoras de la Reforma: la influencia de José Martí y José Enrique Rodó a partir de Nuestra América y Ariel
Por Juan Godoy*

“No seréis fundadores, quizá; seréis los precursores que inmediatamente la preceden. La obra mejor es la que se realiza sin las impaciencias del éxito inmediato; y el más glorioso esfuerzo es el que pone la esperanza más allá del horizonte visible. Yo os pido una parte de vuestra alma para la obra del futuro”. (José Enrique Rodó)

Introducción

La Reforma Universitaria del 18 fue un movimiento político-cultural complejo que tenía fines diversos, que incluso varían de acuerdo al lugar donde se desarrolla. Así lleva adelante un conjunto de reivindicaciones que van desde cuestiones más atinentes a la organización de las casas de altos estudios como el co-gobierno, al vínculo con el estado, la iglesia, el gobierno y/u otras entidades como la autonomía, y otras relacionadas con la función de la misma en la sociedad, los contenidos que se dictan, el vínculo con el pensamiento europeo, el papel del imperialismo, la relación con los otros países del Continente, etc.
Entre estos fines, claramente la reforma logró en mayor o menor medida los primeros aspectos señalados, y fracasó en los otros, lo que nos lleva a considerar a la misma como un proceso inconcluso y todavía en discusión. Cabe resaltar asimismo que la autonomía fue rápidamente desfigurada y llevó a una cerrazón de la institución, contribuyendo al fracaso referido. La falsificación de la historia pretende reducir la reforma a cuestiones relacionadas con la “vida interna” de las universidades, al mismo tiempo que simplificar la autonomía al enclaustramiento de la institución y a desligarla de las necesidades nacionales.
Las banderas que apuntaban a integrar la universidad al país y al continente son dejadas de lado, negadas e invisibilizadas. En este sentido, Arturo Jauretche manifiesta que “el reformismo, en la desnaturalización del movimiento original, ha terminado por ser un concurrente a la función negadora (…) la Reforma universitaria, creada por la primer presencia del pueblo en el Estado, se vuelve contra aquel, una y otra vez (…) fue uniformemente anti-yrigoyenista, volviéndose contra el movimiento nacional que la generaba, como después fue anti-peronista, en la misma medida que perdía contacto con la realidad que le parteaba. El fracaso de la reforma es que no supo integrar la universidad en el país”. (Jauretche, 2004: 136)
Por su parte, Juan José Hernández Arregui, desarrolla una crítica similar a partir de la cual sostiene que “no hay universidad nacional en un país colonial. Tampoco universidad autónoma en país alguno  (…) sólo la abolición revolucionaria del colonialismo devolverá a la Universidad no su autonomía sino su misión nacional. Es decir, su autonomía real frente a la servidumbre extranjera”. (Hernández Arregui, 1973: 148)
En estas páginas recorremos algunas de las ideas y pensadores precursores e influyentes en la reforma que apuntan a la creación de una mirada propia sobre nuestra realidad, retoman la senda de la unidad latinoamericana, reivindican la historia y las voces silenciadas de nuestro continente, y apuntan a que la universidad encuentre soluciones propias a nuestras problemáticas.
Romper con el eurocentrismo, el enciclopedismo, la dicotomía sarmientina entre “civilización y barbarie” que todavía recorre los pasillos de las universidades, la desvinculación de las universidades con las problemáticas nacionales aparece en la reforma y hoy también presiona en nuestras conciencias como un imperativo. Asimismo, estos pensadores pregonan el anti-imperialismo presente en la reforma.
Ahora bien, si uno de los reclamos más fuertes de los reformistas es la falta de una visión latinoamericanista en nuestras universidades, nos preguntamos ¿de dónde emerge la conciencia de lo nacional, la Patria Grande, el anti-imperialismo, y otras ideas “novedosas” presentes en los jóvenes reformistas? Esa aparición tiene múltiples causas, desde acontecimientos históricos como la Revolución Mexicana o el yrigoyenismo, hasta pensadores e ideas que van impregnando a esa generación como Rubén Darío, José Martí, Manuel González Prada o José Enrique Rodó.
En este último punto es en el que nos queremos detener aquí. Rastrear algunos casos de pensadores que hayan sido precursores e influencia en los estudiantes latinoamericanos, pues resulta difícil comprender las características que asume la reforma sin indagar en los pensadores que van conformando los cimientos del ideario de la misma. La reforma es fruto de esa matriz de pensamiento que anida, entre otras, en las ideas que germinaron unos años antes y que nosotros tenemos como objetivo dar cuenta en este trabajo.
En el recorrido que hacemos retomamos a dos de los máximos exponentes e influencias en los reformistas, a saber: al cubano José Martí, y al uruguayo José Enrique Rodó. Estos dos pensadores si bien fallecieron antes del estallido de la reforma, el caso de Martí muere combatiendo en 1895, y en el de Rodó fallece un año antes del estallido de la reforma, no obstante sus ideas están fuertemente presentes en el ideario de los reformistas, tan así que éstos le otorgaron el “título” de “maestros de juventud”.
La reforma que estalla en el “grito de Córdoba”, pero se extiende a lo largo y ancho de nuestro continente, difícilmente hubiese nacido y tenido ese desarrollo sin las ideas de estos precursores que se hacen conciencia política en nuestros pueblos. Más específicamente vamos a retomar a estos pensadores a partir de dos trabajos emblemáticos en el pensamiento latinoamericano, y que sus ideas están claramente presentes en la reforma y los reformistas, a saber: Nuestra América de José Martí y Ariel de José Enrique Rodó.
Vale aclarar que no nos interesa un análisis pormenorizado de todos los aspectos de estos libros, ni tampoco de toda la obra de los autores, en tanto nuestra intención es recorrer los aspectos que consideramos aparecen en los reformistas en estos trabajos que resultan emblemáticos al respecto. Estos dos escritos que nacen del amor al continente y a los compatriotas se encuentran sin dudas entre los que más influencia han ejercido en el pensamiento de las ideas más preclaras de los reformistas.
Lo que nos interesa observar es la presencia de las ideas que levantan los reformistas en estos dos textos emblemáticos, no así los vínculos diferentes que también se podrían rastrear, pero no es nuestra intención. Vale destacar, de todas formas, que el vínculo más directo es con Ariel, no obstante la relación en tanto similitud de ideas, es más estrecha en Nuestra América.
La reforma, en sus banderas más profundas, fue nacional, latinoamericanista, anti-imperialista, vinculada a la historia y las problemáticas de nuestro continente. Revisamos así esas ideas en estos dos pensadores que estrechan vínculos con las banderas aún inconclusas de la reforma, que le dieron a la misma la potencialidad hace cien años, y nos marcan un rumbo posible para construir universidades nacionales, latinoamericanas y comprometidas con nuestro pueblo.


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