Por Carlos Pagura
17 Diciembre 2018
1. TRUMP VS. CHINA
Un combate rivales con estilos
distintos, un choque de escuelas. Desde principios de año, el gobierno de EEUU
acusó al gigante asiático por sus políticas
"proteccionistas", pese a que en abril Xi Jinping anticipó una
mayor apertura comercial.
Solo dos meses después se
cruzan con golpes directos a la mandíbula. Washington anunció una nueva ola de
aranceles contra China a tasas del 25% y por valor de u$s 50.000 millones.
Pekín respondió que todos los acuerdos económicos y comerciales quedaban
invalidados y aplicaría tributos similares sobre 659 productos.
Pero Trump siguió a la
ofensiva y ordenó nuevos aranceles del 10% a productos importados desde China
por valor de u$s 200.000 millones.
En julio, el republicano
advirtió que estaba “listo” para llevar el enfrentamiento comercial “al
máximo”, aplicando nuevos impuestos a todos los bienes que llegasen del otro
lado del Pacífico, en pos de achicar el déficit de u$s 505.500 millones que,
según aseguró, afecta a la balanza comercial su país. “Se aprovechan de
nosotros y eso no me gusta”, explicó.
En septiembre, China anunció
que pretendía gravar las importaciones procedentes de EEUU por valor de u$s
60.000 millones, calificadas como "contramedidas” para “proteger" sus
"derechos e intereses legítimos, así como el orden mundial del libre
comercio".
En diciembre, tras la clausura
del G20, al fin un respiro. Ambos se dirigieron a su rincón y, aunque sin
solución definitiva al enfrentamiento, acuerdan una tregua de 90 días en su
esperada cena en Buenos Aires.
2. TRUMP VS. RESERVA FEDERAL
Una pelea de semifondo contra
un rival conocido y de entrecasa. Las frustraciones de Trump por los reveses en
la batalla comercial con China lo llevaron a apuntar sus golpes a la Reserva
Federal, el Banco Central de EEUU. En su opinión, la política de subas de los
tipos de interés del organismo crea una ventaja a sus competidores.
La Reserva empezó a encarecer el precio del dinero en diciembre de 2015
y desde entonces encadenó siete incrementos consecutivos de un cuarto de punto
en los tipos de interés.
Trump llegó a decir al canal Fox que la Fed es su "mayor amenaza”
porque “está subiendo las tasas demasiado rápido".
En octubre, tras una fuerte
caída de Wall Street, lanzó otro puñetazo y dijo que la Fed "se ha vuelto
loca". Su titular, Jerome Powell, se limitó a decir que “la Reserva
Federal no considera factores políticos en sus decisiones”.
Pese a ser nombrado en el
cargo por él, el presidente estadounidense declaró en una entrevista al Washington
Postque no está “ni siquiera un poco feliz” con Powell.
3. TRUMP VS. OPEP
Cada golpe de Trump se hizo sentir en el cuerpo de la Organización de
Países Exportadores de Petróleo (OPEP). En uno de los primeros rounds, el
20 de abril, la acusó en un tuit de hace crecer el valor del crudo
"artificialmente". Horas después, los precios del WTI y el Bent
alcanzaron su mínimo mensual.
El secretario general de la
OPEP, Mohammed Barkindo, tiró un jab y declaró que ni la organización ni el
acuerdo de recorte petrolero firmado con grandes productores de crudo
"tiene algún objetivo relacionado con los precios".
En julio, el "oro negro" aumentó su valor después de que el
mandatario publicó en Twitter una advertencia directa al presidente iraní Hasán
Rohaní, en el que prometió que Irán sufriría graves
"consecuencias" si continuaba con sus amenazas a los estadounidenses.
Acto seguido, presionó a arabia y Rusia para que aumentaran su producción.
El 20 de septiembre, fiel a su
estilo, disparó desde las redes sociales: "Protegemos a los países de
Oriente Medio, que no estarían seguros por mucho tiempo sin nosotros, y sin
embargo continúan empujando más y más alto los precios del petróleo". Y
agregó a modo de amenaza: "El monopolio de la OPEP debe bajar los precios
de inmediato!".
Cuando en noviembre la
organización, encabezada por Arabia Saudita, analizó recortar la producción de
petróleo global, volvió a tuitear: "Los precios están bajando. ¡Genial!
¡Pero sigamos bajando!".
Hace unos días, la OPEP y sus
aliados acordaron recortar los suministros en 2019, al comprometerse a reducir
la producción en 1,2 millones de barriles por día.
4. TRUMP VS. UNIÓN EUROPEA
En marzo, un golpe de derecha
y otro de izquierda. EE UU se lanzó al combate comercial contra la Unión
Europa, México y Canadá y confirmó que entraban en vigencia nuevos aranceles al
acero (25%) y al aluminio (10%).
Rápidamente, los países
afectados anunciaron que contratacarían con medidas similares. Washington
exigió cambios para reducir el déficit comercial, amparado en su lema “América
primero”. Trump asevera que el bloque
“se creó para aprovecharse de Estados Unidos”.
En el primer cruce en el
centro del cuadrilátero, la UE adoptó represalias "por unanimidad"
contra decenas de productos estadounidenses, entre ellos el tabaco, el bourbon,
los jeans y las motos, para compensar los 2.800 millones de euros de perjuicios
que causarían a su industria los impuestos de Washington.
En julio, otra retirada al
rincón. Previendo una escalada de incierto final, Trump y el presidente de la
Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, firmaron un acuerdo comercial que
eliminó la amenaza estadounidense de imponer más aranceles a las importaciones
de autos europeos por unos u$s 45.000 millones al año. En contrapartida, la UE
también debió hacer concesiones.
5. TRUMP VS. OMC
Una de las grandes obsesiones
de Trump desde que está en el poder es lograr una reforma de la Organización
Mundial de Comercio. Dijo en reiteradas ocasiones que debe “cambiar su manera
de operar” porque EEUU está en desventaja y fue tratado “muy mal” durante
muchos años.
En este combate lo acompañó el
representante de Comercio, Robert Lighthizer, quien manifestó que permitir el ingreso de China a la
organización en 2001 fue “un error”, ya que no es una “economía de
mercado”. Pero además acusó al sistema de solución de diferencias de interferir
con la soberanía estadounidense, en particular en casos de antidumping.
En la reciente cumbre del G20
los países miembros acordaron una reforma de la OMC, aunque no dieron detalles
acerca del cómo. La tarea quedará para hacer en Japón, que será anfitrión del
grupo en 2019. Una pelea, que al parecer se definirá por puntos.