Carlos PISSOLITO para Espacio Estratégico
Luego de más de un año del inicio de la
pandemia del COVID19, el país enfrenta su segunda ola. Durante el
transcurso de la primera se puede decir que las políticas, las estrategias y
las medidas concretas adoptadas por el gobierno y obedecidas por buena parte de
la ciudadanía, alcanzaron apenas para evitar un colapso de nuestro sistema
sanitario. Pero, no fueron suficientes para evitar una excesiva caída de la
actividad económica. Tampoco, se aprovechó el tiempo para enfrentar a la
segunda ola de la que hacemos referencia.
Por todo
ello, el gobierno se enfrenta a la necesidad de un cambio de estrategia. Pues,
si bien la masa de sus medidas son de
carácter defensivo (aislamiento social, toque de queda, etc.) y sus pocas
medidas ofensivas (testeos, vacunación, etc.) no han sido lo eficaces que se
esperaba, hay que reorientar, lo antes posible, la dirección de los esfuerzos
si se quiere ganar esta “guerra”. A saber:
-Niveles de aislamiento diferenciado por
regiones, provincias, ciudades. Pero, con un gobierno nacional que
establezca criterios comunes y no a criterio de los gobernadores.
-Una
estrategia para el uso inteligente de los
testeos a los efectos de conocer sus vías de expansión.
-Uso de tecnología digital como la App “Cuidar”
para reforzar lo anterior.
-Mejor protección y apoyo al personal de salud/sanidad.
-Reforzar la vigilancia de fronteras.
-Tomar la
decisión de desarrollar una vacuna
argentina.
-Prever las
medidas necesarias para un probable
colapso del sistema sanitario nacional.
En la vereda de enfrente se encuentra la oposición. La que ha desplegado una energía, muchas veces contradictoria y digna de mejor causa. Incluso dentro de ella se encuentran figuras que, irresponsablemente, han llamado a la desobediencia civil.
Lo dicho no
implica desconocer que el gobierno no haya cometido y que seguirá cometiendo
graves errores y omisiones en el manejo de una situación tan grave como
inédita. Pero, de nada sirven posturas políticas que están más cerca de cortas
ventajas políticas que del bien común de todos los argentinos.
Para ello,
aunque no se tengan todas las respuestas concretas es necesario establecer los
criterios a seguir. En este caso, los siguientes:
1. La
realidad está siempre antes que la idea.
2. El tiempo
vence al espacio.
4. La armonía
supera al conflicto.
Una vez queda claro que la única forma de salir de un laberinto es por arriba. Vale decir por los fines que cada uno se impone para sus acciones.