miércoles, 12 de octubre de 2016

CORRIENTE FEDERAL DE TRABAJADORES

 12 de agosto de 2016

ENCUENTRO FUNDACIONAL 
PROGRAMA LOS TRABAJADORES SOMOS LA ESPERANZA



Para la concreción de este nuevo programa de los trabajadores reclamamos:
EN EL CORTO PLAZO 
1)      Declaración de la emergencia social y ocupacional garantizando un ingreso salarial básico universal a todos los trabajadores/trabajadoras con o sin empleo. En el caso de los trabajadores registrados ese concepto integrará los sueldos básicos de cada actividad.  Se prohíben los despidos por un plazo de 180 días. En ese plazo se constituirá un Registro Nacional Único de Trabajadores en el que constarán tanto las capacidades como los antecedentes laborales de cada trabajador. Este será el eje de ampliación de los actuales programas sociales existentes.
2)      Inmediatas medidas de protección del trabajo nacional. Se suspenden las importaciones de todos los productos que puedan producirse en el país. Libre funcionamiento de las paritarias y preservación del poder adquisitivo de Salarios y Jubilaciones, mejoramiento de la exención del IVA a los sectores más desprotegidos y eliminación del impuesto al salario con el fin de reactivar el mercado interno garantizando la demanda necesaria a la producción nacional. 
3)      Remoción de las imperfecciones en la formación de precios. El Estado establecerá los valores de referencia a partir de los cuales se ordenan los integrantes de cada etapa en las cadenas de valor. En forma urgente se adoptará un programa de precios de productos y servicios básicos incluyendo alimentos, energía/ combustibles  en todas sus formas, transporte y servicios financieros. Se perfeccionará un Observatorio de Precios y Disponibilidad de Insumos, Bienes y Servicios en la órbita de la Secretaría de Comercio incorporando según corresponda a las organizaciones sindicales y a representantes de la CGT. Reforma del Mercado Central, y creación de Mercados Municipales, en los que se comercien los bienes de consumo al mismo precio que en el primero. 
4)      Reapropiación y control estatal de los recursos estratégicos y los servicios públicos.  Como ser petróleo, gas y otros derivados, otros minerales de valor estratégico, en el caso de los primeros, distribución de gas,  energía eléctrica, agua, en el caso de los segundos que son esenciales y declarados como Derechos Humanos, garantizando inversión y tarifa socialmente justa. 
5)      Se instituirá una Junta de granos y productos regionales que obligue a liquidar las cosechas percibiendo el precio internacional más el incentivo de una prima del 10% pago por la Junta en un plazo no mayor de 90 días de su producción para la inmediata exportación. Existirá la opción de que puedan comercializar su producción con los pools privados en el mismo plazo. Esto con el fin de que el acopio deje de ser un instrumento de presión sobre las cuentas externas condicionando al conjunto de la economía y de garantizar mayor disponibilidad de divisas en el Banco Central.
6)      Acuerdo multisectorial, en un plazo de 90días, sobre un Plan de Desarrollo de mediano y largo plazo.

ESTE PLAN DEBE INVOLUCRAR
7) Reforma Financiera, confirmando el carácter de servicio público de la actividad financiera orientándola al respaldo de la producción y de las familias, sustitución de la actual Ley de Entidades Financieras, por una Ley de Servicios Financieros que determine también un esquema de Banca de Desarrollo y  el rol del Banco Central como agente financiero del Gobierno Nacional y supervisor  de toda la actividad financiera bancaria  o no bancaria, de regular las tasas de interés y determinar el volumen de los préstamos que la banca privada debe orientar al desarrollo productivo.
8)   Desendeudamiento externo como base para la consolidación de un proyecto de desarrollo autónomo.
9) Reforma tributaria  que relacione razonablemente los impuestos con los ingresos y la rentabilidad, garantizando el financiamiento del Estado y al mismo tiempo corrija el carácter regresivo de la actual carga impositiva. El sistema tributario debe ganar en progresividad, incrementando los gravámenes sobre los sectores de altos ingresos y ampliar la masa tributaria de modo de poder reemplazar las alícuotas de impuestos regresivos como el IVA y estableciendo un mecanismo automático para modificar la base del impuesto a las ganancias en función de la evolución de los precios internos exceptuando de su pago a los ingresos que tengan carácter alimentario y a los salarios establecidos por los convenios colectivos de trabajo, incrementando los tributos a la actividad rentística, financiera y minera. Nadie en la Argentina podrá eludir sus obligaciones tributarias, los jueces incluidos. 10)   Legislación antimonopólica y antioligopólica efectiva. En este sentido se alentará la formación de cooperativas de productores para competir con los oligopolios que producen los bienes que encarecen artificialmente los bienes finales como los plásticos, hojalata, envases de cartón, vidrio, así como para ofrecerse como alternativa la red de supermercados que actúan en forma pro alcista en relación a los precios.
11)   Protección de la Industria Nacional. Reconstrucción de la cadena de valor en todas las ramas priorizando aquellas que nos permitan sustituir importaciones. Promoción de la pequeña y mediana empresa, del sector cooperativo y de la economía popular.
12)    Nueva ley de Inversiones Extranjeras  que ofrezca seguridad jurídica al capital, pero que al mismo tiempo, determine claramente su compromiso con los objetivos de desarrollo.
13)   Administración del tipo de cambio y fuga de capitales. Todo proceso de Desarrollo Nacional debe tener en cuenta que el tránsito hacia una economía más industrial y autocentrada, debe tener como uno de los pilares de política, la administración del tipo de cambio para evitar el mal uso de las divisas o la fuga hacia actividades o bienes suntuarios. En tal sentido se hace necesario, por un lado, la mayor injerencia del Estado sobre los ingresos (Juntas) y egresos (control de importaciones) de divisas producto del comercio internacional y, por otro, afianzar los mecanismos de control sobre el sistema financiero a través de todas las instituciones regulatorias sobre los flujos de capitales (BCRA, CNV, UIF, SSN).
14)   Federalismo Solidario, con promoción de las economías y sociedades regionales. 15)    Plan Integral de Transporte  con objetivos y metas físicas de mediano plazo a obtener en materia ferroviaria, caminera, aérea y fluvial. Este plan incluirá el pleno aprovechamiento de la infraestructura existente, incluyendo la rehabilitación de antiguos talleres para generar parques de empresas vinculadas con la tecnología que hoy  exige una red ferroviaria y la sustitución de importaciones de rieles e insumos principales para la fabricación de material rodante.
16)   Plan Energético, que genere sinergias entre las nuevas usinas atómicas a desarrollar en Atucha (dos nuevas a largo plazo) y otra nueva en Río Tercero, sumando las nuevas obras hidroeléctricas en curso y el pleno aprovechamiento de la energía eólica y solar. 17)    Desarrollo de los recursos hídricos ampliando las zonas bajo riego, con generación de demanda a la industria nacional.
18)   Educación pública de calidad, garantizando progresivamente la jornada completa en los niveles inicial, primario y  nivel secundario, y el acceso a los estudios universitarios sin discriminaciones.
19)   Acceso a Tierra, Techo, Trabajo, garantizando el derecho a la vivienda propia y a la materialización de las capacidades de cada persona.
20)   Sistema de Seguridad Social, desarrollo que garantice a los adultos mayores y a la población vulnerable, el acceso a ingresos que garanticen una vida digna, incluyéndolos socialmente. Defensa del Fondo de Garantía de Sustentabilidad.
21)   Asistencia a la salud para todos, integrando y coordinando a los tres subsistemas existentes estatal, solidario y privado, desarrollando la farmacopea argentina.
22)    La defensa del modelo sindical argentino como base y sustento de un Proyecto Nacional y Popular.
23)    Reforma Constitucional, recogiendo los antecedentes del constitucionalismo social (Constitución de 1949 y Art. 14 bis reforma de 1994), los pactos y protocolos de Derechos Humanos, estableciendo la  reforma del Estado para garantizar su eficacia y eficiencia, la democratización del poder judicial, un sistema electoral participativo y seguro,  la función social de la propiedad y el capital, y  el compromiso con la integración económica y social suramericana.
 24)   Un orden mundial multipolar. Priorizando la integración socioeconómica regional y la consolidación de los organismos de coordinación con los pueblos hermanos como el MERCOSUR, la UNASUR y la CELAC , para realizar objetivos estratégicos como la creación de un Banco Regional y la recuperación de nuestras Malvinas. Desde esa política multiplicar y diversificar acuerdos  con mutuo beneficio entre bloques regionales e integrar  Bloques como el BRICS orientados a limitar las ambiciones colonialistas de naciones o bloques pro hegemónicos.
25)   Nuevas relaciones de producción y un paradigma empresario coherente con el interés nacional y social. Fortalecimiento de un sector de propiedad social dinámico, como las Cooperativas, productivo y al mismo tiempo solidario.
26)    Medios de comunicación sin fines de lucro y con respaldo estatal vinculados con las organizaciones sociales, los sindicatos y   de la comunidad, para que todos los sectores de la sociedad puedan informarse y expresarse a través de los medios de comunicación. Nuestra fortaleza radica en la Unidad, la Solidaridad y la Organización del Movimiento Obrero. Por ello reivindicamos la unidad de los trabajadores en una única CGT. Pero exigimos una unidad cimentada en un Programa común de salvación nacional y rechazamos cualquier componenda a espaldas de los trabajadores. Que nadie lo dude, esta Corriente Federal de Trabajadores encarna el compromiso, la vocación de lucha y el sacrificio de todos los mártires del movimiento obrero argentino.


Vivan los trabajadores, Viva la Patria!

El peronismo, los intelectuales y la universidad


Aritz Recalde [1], octubre 2016

En diversos temas la historiografía argentina fue desmintiendo falsedades y develando omisiones. Se dijo que la Revolución Justicialista era una dictadura, pese a que llegó al poder por medio de las urnas en las primeras elecciones libres desde el año 1930 y que fue derrocado por un brutal golpe de Estado en 1955. Se sostuvo que el desarrollo económico de la etapa era el mero resultante de los altos precios internacionales y no de un plan de gobierno planificado y consciente. Más allá de ésta lectura simplista, quedó demostrado que la Revolución impulsó un importante crecimiento y desenvolvió Planes Quinquenales legando al país una industria básica y la fabricación de autos, barcos o de energía atómica. Se acusó a Perón de ser afín al partido nazi, en paralelo a que el mandatario reconoció al Estado de Israel y existió plena libertad de cultos durante la década de gobierno. Se difamó al sindicalismo peronista por ser supuestamente “nuevo” y manipulable y por ser conducido demagógicamente, pese a que nunca los obreros consiguieron semejantes derechos sociales en Iberoamérica y desde el 17 de octubre de 1945 la CGT es un factor sustancial de poder político. Estos mitos fueron develados como falaces por la historiografía y por la lucha política de los argentinos.   
En el caso de la universidad peronista siguen existiendo un sinfín de mentiras, de errores historiográficos y de ocultamientos. La historia oficial de la universidad se organizó por parte de los dirigentes de los partidos socialistas y de la UCR a partir de 1955 y de 1983. El planteo de dichos pensadores sostiene que el peronismo fue un movimiento “antiintelectual” e incluso algunos llegan a manifestar que en lo referente a las casas de altos estudios fue autoritario y policial.
Durante las últimas décadas varios trabajos de investigación demostraron que la etapa fue fructífera en las ciencias aplicadas y en las ingenierías y que la Revolución introdujo una democratización social en el ingreso con la sanción de la gratuidad en el año 1949.  Pese a éstos últimos avances en la construcción de un registro histórico más real y menos tendencioso de la cuestión, siguen existiendo deficiencias y omisiones para interpretar la universidad peronista.
En particular, en el universo de las ciencias sociales se sigue repitiendo como supuesta verdad incuestionable que la “edad de oro” de disciplinas como la filosofía, el derecho, la historia, las letras o la sociología surgió en 1955. La historia oficial escribió que antes del golpe militar no existían intelectuales o que sus aportes eran prácticamente inexistentes y que recién con la dictadura se abría una etapa de desenvolvimiento y de progreso de las ciencias sociales.

Algunas causas del ocultamiento
Los partidos socialista y radical dijeron que el peronismo era autoritario en la universidad con la finalidad de justificar los cargos que les dio la dictadura. Si lo anterior era “malo”, tendrían el derecho de acometer ilegalmente los espacios de la institución con acuerdo castrense. Los socios civiles de la dictadura de 1955 asumieron sus cátedras sin concurso, como parte de un acuerdo político con los responsables del sangriento golpe de Estado surgido del bombardeo de junio. No es casualidad por eso, que la universidad argentina calló cuando se derogó la Constitución Nacional, se intervino la justicia, se produjeron los fusilamientos de 1956 o se aplicaron masivas persecuciones y violaciones de los derechos humanos. La universidad que los historiadores liberales o reformistas denominaron “edad oro” se impuso con las armas, no con los libros o por intermedio de concursos docentes.
Un sector de la izquierda nacional sostuvo que el peronismo no tuvo programa académico consistente, ya que la universidad habría estado en manos de la iglesia y del nacionalismo. No es real que la iglesia manejaba la universidad y está documentado que la institución era plural como bien lo expresan la existencia de los docentes Carlos Astrada, Juan José Hernandez Arregui, Carlos Cossio, José Balseiro, Alfredo Pucciarelli, José María Rosa, Diego Luis Molinari u Homero Mario Guglielmini. Por otro lado, la iglesia y el catolicismo tuvieron y tienen grandes figuras de la cultura como son los docentes Arturo Enrique Sampay, Hernán Benítez o José Enrique Miguens o los intelectuales de la envergadura de José María Castiñeira de Dios, Leonardo Castellani o de Nimio de Anquin.
Sectores del mismo justicialismo destacaron que Juan Perón habría opacado a los intelectuales y académicos y citan como referencia sus diputas del mandatario con Arturo Jauretche o con Arturo Sampay.  Si bien es cierto que Perón es un intelectual y que en su Movimiento político existieron fuertes discusiones, tampoco se puede negar que hubo cientos de pensadores y de hombres de la cultura sin los cuales no se podía haber desarrollado la Revolución. 
Además de las tres causas mencionadas, hay otras dos que ayudan a comprender el ocultamiento y las omisiones a la verdad. La primera tiene que ver con el hecho de que si se aplicaban las ideas e iniciativas de los pensadores y los académicos del peronismo de los cincuenta, hoy la Argentina podría ser un país soberano en el terreno económico, político y cultural. Los Estados centrales y la oligarquía interna destruyeron las instituciones de la Revolución y en la universidad expulsaron a los docentes, silenciaron sus ideas y ocultaron sus obras.
El segundo aspecto se origina en que los poderes oligárquicos se propusieron negar la existencia de pensadores ligados a los partidos políticos o a los sindicatos argentinos. Frente al supuesto “vacío” intelectual, nombraron en la conducción de la política pública a los representantes de los grupos económicos extranjeros (tecnócratas).  

La universidad peronista
La universidad del peronismo se diferenció de los modelos académicos liberales y reformistas, aunque tomó aspectos de ambas tradiciones.

Función social
La universidad peronista le otorgó una función social a la institución en el universo de los estudiantes, de los docentes y de los nodocentes. A diferencia del liberalismo, favoreció el ingreso a la educación de los jóvenes humildes con la sanción de la gratuidad y con las becas. La Revolución permitió la cursada de los trabajadores con los horarios nocturnos de la Universidad Obrera Nacional (UON).
Los docentes de la universidad consiguieron derechos como son la carrera docente o a la dedicación laboral de tiempo completo.
La Revolución le otorgó participación política a los trabajadores en la conducción académica. La UON tenía un rector vinculado a la CGT y en el año 1974 el peronismo le otorgó derecho a intervenir en el gobierno de la universidad a los nodocentes.

Función productiva
La Revolución consideró a la independencia económica como la base de la soberanía política argentina.  En este contexto, el peronismo impulsó activamente la ciencia y la cultura nacional en los sectores público y privado, tanto en universidades como en la Comisión Nacional de Energía Atómica, el Instituto Antártico o en Fabricaciones Militares.
La Revolución estimuló la capacitación industrial y en oficio con la escuela técnica. En el terreno de la educación superior apoyó activamente la ciencia aplicada y la regionalización de las funciones de docencia y de investigación. El peronismo impulsó la federalización de la educación con la apertura de diversas sedes de la Universidad Obrera Nacional, que ofertó carreras de ingeniería ligadas a los objetivos de los Planes Quinquenales en el terreno ferroviario o aeronáutico.   

Función nacional
El peronismo apoyó la cultura nacional y subsidió el cine argentino, sancionó una ley de medios de comunicación que obligó a transmitir música del país y democratizó el acceso al teatro a la masa popular. En todos los casos se consideró que el folclore y demás representaciones de la cultura popular, tenían que integrarse a una nueva conciencia nacional en desarrollo.
La Revolución consideró que las universidades tenían que nacionalizarse en sus contenidos y perspectivas teóricas. Con esta finalidad, las instituciones debían crear carreras en torno de las particularidades y de las demandas sociales y productivas de cada región. Las investigaciones tenían que contribuir a conocer los recursos naturales estratégicos y las potencialidades científicas argentinas. En el terreno de las ciencias aplicadas y del desarrollo tecnológico el avance fue notable y el país desplegó emprendimientos industriales y energéticos de histórica envergadura.
En el universo de las ciencias sociales y humanas fue una etapa fructífera en todas las áreas. En derecho enseñaron prestigiosos intelectuales y docentes como Arturo Enrique Sampay, Humberto Podetti o Carlos Cossio quien organizó la llegada al país de Hans Kelsen. La filosofía tuvo desarrollos fundamentales en las obras de los profesores Coriolano Alberini, Juan José Hernández Arregui, Carlos Astrada o Rodolfo Agoglia y en el año 1949 se organizó en Mendoza el encuentro de filosofía más importante de la historia del país. En el año 1955 nació la carrera de psicología en la Universidad del Litoral y durante la etapa Juan Pichon Rivière -quién dictaba cátedra en la UBA-, impulsó el nacimiento de la psicología social argentina. La asignatura sociología estuvo a cargo del filósofo marxista Juan José Hernández Arregui y de dos figuras fundamentales para la académica nacional que son Alfredo Poviña y José Enrique Miguens. La enseñanza de la historia estuvo dictada por profesores como Diego Luis Molinari, José María Rosa o Enrique Barba.  
Estos y otros cientos de intelectuales y de docentes consolidaron una etapa fundamental de las ciencias sociales argentinas. Lamentablemente para la ciencia y la cultura iberoamericana, muchos de ellos fueron expulsados ilegalmente por una dictadura en acuerdo con un grupo de civiles.

Los intelectuales peronistas
El peronismo tuvo diversos intelectuales en todos los ámbitos de la vida nacional. Muchos de los pensadores de la Revolución Justicialista trascendieron más por sus obras, que por sus libros o por su actividad docente. Algunos se avocaron a la tarea tecnológica y a la gestión científica del desarrollo de la industria militar (Ing. Juan Ignacio San Martin), siderúrgica (Ing. Manuel Savio), la obra pública (ing. Juan Pistarini) o la energía atómica y la ciencia básica (José Balseiro).
Eminentes docentes y funcionarios universitarios consolidaron importantes acciones en el terreno del derecho (Enrique Sampay), la economía (Ramón Cereijo) o en medicina (Ramón Carrillo).
Numerosos escritores e intelectuales acompañaron al peronismo como fue el caso de Manuel Gálvez que integró la Junta Nacional de Intelectuales o el historiador nacionalista Ernesto Palacio, quien se distanció luego del peronismo. Figuras prestigiosas del campo de la cultura acompañaron con críticas, encuentros y desencuentros a la Revolución, como son Raúl Scalabrini Ortiz, Castiñeira de Dios, Jorge Abelardo Ramos, Manuel Ugarte, Arturo Jauretche o Carlos Astrada.    

A diferencia de los mitos difundidos por la historia oficial del campo intelectual y de las universidades, está demostrado fehacientemente que el peronismo tuvo un programa universitario que permitió grandes avances en todos los terrenos de la vida académica y científica.
Asimismo, la Revolución Justicialista fue acompañada por pensadores que desarrollaron la tecnología y la industria argentina, que refundaron la salud pública y que legaron grandes aportes teóricos en el universo de las ciencias humanas y sociales.



[1] Autor del libro “Intelectuales, peronismo y universidad”, Ed. Punto de Encuentro, CABA, 2016.

jueves, 6 de octubre de 2016

Nos equivocamos

Actualidad brasileña - Frei Betto 


Extraído de: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=217443&titular=nos-equivocamos-

Continúo sumándome a los que dicen “¡Fuera Temer!” y denunciando, aquí en Europa, donde me encuentro por razones de trabajo, la usurpación del vicepresidente de Dilma como golpe parlamentario. Sin embargo las fuerzas políticas progresistas, que dieron la victoria al PT en cuatro elecciones parlamentarias, deben hacer autocrítica.
No cabe la menor duda, excepto para el sector miope de la oposición, que los 13 años del gobierno del PT fueron los mejores de nuestra historia republicana. No para el FMI, que mereció tarjeta roja; no para los grandes corruptores, alcanzados por la autonomía del Ministerio Público y de la Policía Federal; ni para los intereses de los Estados Unidos, afectados por una política exterior independiente; ni para los que defienden el financiamiento de campañas electorales por parte de empresas y bancos; ni para los invasores de tierras indígenas y esclavistas.

Los últimos 13 años fueron mejores para 45 millones de brasileños que, beneficiados por los programas sociales, salieron de la miseria; para quien recibe el salario mínimo, revisado anualmente por encima del nivel de la inflación; para quienes tuvieron acceso a la universidad, gracias al sistema de cuotas, al ProUni y al Fies; para el mercado interno, fortalecido por el combate a la inflación; para millones de familias beneficiadas por los programas Luz para Todos y Mi Casa, mi Vida; y para todos los pacientes atendidos por el programa Más Médicos.

A pesar de todo nos equivocamos. El golpe fue posible también debido a nuestros errores. En 13 años no promovimos la alfabetización política de la población. No tratamos de organizar las bases populares. No valoramos los medios de comunicación que apoyaban al gobierno ni tuvimos iniciativas eficaces para democratizar los medios. No adoptamos una política económica orientada hacia el mercado interno.

En los momentos de dificultad llamamos a los incendiarios para apagar el fuego o sea a los economistas neoliberales, que piensan con la cabeza de los pudientes. No realizamos ninguna reforma estructural, como la agraria, la fiscal y la previsional. Ahora somos víctimas de la omisión en cuanto a la reforma política.

¿En qué baúl avergonzado guardamos a los autores que enseñan a analizar la realidad bajo la óptica liberadora de los oprimidos? ¿Dónde están los núcleos de base, las comunidades populares, el sentido crítico en el arte y en la fe?

¿Por qué abandonamos a las periferias; tratamos a los movimientos sociales como menos importantes; y cerramos las escuelas y los centros de formación de militantes?

Fuimos contaminados por la derecha. Aceptamos la adulación de sus empresarios; usufructuamos sus regalías; hicimos del poder un trampolín para el ascenso social.

Cambiamos un proyecto del Brasil por un proyecto de poder. Ganar elecciones se volvió más importante que promover cambios a través de la movilización de los movimientos sociales. Engañados, acatamos una concepción burguesa del Estado, como si él no pudiera ser una herramienta en manos de las fuerzas populares y tuviera que ser siempre amparado por la élite.

Llegó pues la factura de los errores cometidos. Y en las calles del país la reacción al golpe no tuvo fuerza para evitarlo.

Pero dejemos el pesimismo para días mejores. Es la hora de hacer autocrítica en la práctica y de reorganizar la esperanza.

Frei Betto es teólogo brasileño y uno de los máximos exponentes de la Teología de la Liberación.


¿Quién gobierna a la Bonaerense?


Radiografía de la Policía de la Provincia de Buenos Aires: estructura de negocios, dominio territorial y los siempre infructuosos intentos de domar a la bestia.

Daniel Cecchini / 6 OCTUBRE  2016


En un nuevo espasmo mediático-judicial, el descubrimiento de 36 sobres con más de 150.000 pesos en un allanamiento realizado el mes pasado en la Jefatura Departamental de La Plata volvió a sacar a la luz una de las tantas aristas de la trama oscura que atraviesa desde hace décadas la historia de la fuerza de seguridad más numerosa de la Argentina: la corrupción de la Policía Bonaerense. Y actualiza, una vez más desde el retorno de la democracia, el debate sobre las limitaciones del poder político para controlar a una institución armada capaz de poner en jaque a cualquier gobierno.
 El recuento de causas judiciales, investigaciones internas y externas, sumarios y denuncias que involucran a la Policía de la Provincia de Buenos Aires permite componer un mapa de negocios ilegales que produce millones de pesos: prostitución, juego clandestino, regulación del tráfico de drogas, robos por encargo a través de delincuentes profesionales o de jóvenes de sectores vulnerables que son obligados a cometerlos, liberación de zonas para la perpetración de delitos y redes de desarmaderos de autos, por nombrar sólo algunos. Y, complementariamente, mecanismos de corrupción interna al servicio del enriquecimiento de los jefes, que incluyen la compra de destinos al frente de comisarías mediante cuotas mensuales y el pago de comisiones a cambio de ascensos.
 Los datos duros muestran que la Bonaerense es una megafuerza de seguridad que prácticamente no tiene parangón con ninguna otra policía del mundo democrático. Sus casi 90.000 efectivos hacen que en el territorio de la provincia haya un policía por cada 185 habitantes. Una tasa desmesurada si se la compara, por ejemplo, con la de la policía de Nueva York -tan elogiada por los políticos autóctonos a la hora de reclamar mano dura- que sólo tiene un uniformado cada 561 ciudadanos. Si se quiere una medida más cercana, en Río de Janeiro hay un policía cada 355 habitantes, mientras que en San Pablo la tasa baja a uno cada 488.
En las últimas dos décadas su crecimiento ha sido casi exponencial: de 45.000 efectivos en 1997 (1 cada 297 habitantes) pasó a 55.000 en 2011 (1 cada 289) y a 82.000 en 2014 (1 cada 201). El último gran salto lo pegó en 2015, cuando el entonces gobernador Daniel Scioli incorporó de un saque a casi diez mil nuevos agentes para satisfacer las “necesidades” de la estrategia de saturación de las calles de su último ministro de Seguridad, Alejandro Granados.
 En su informe anual de 2016, la Comisión Provincial por la Memoria denunció explícitamente las consecuencias de esta política. “El despliegue territorial de las fuerzas policiales se acrecentó de manera superlativa y la política expresa de endurecimiento implicó un incremento de la violencia policial sobre los sectores más vulnerables de la población -dice el documento-. Del mismo modo, el despliegue estatal de la violencia en las condiciones descriptas es la condición de posibilidad para el gatillo fácil, las torturas, el hostigamiento policial, el reclutamiento para el delito o el armado o fraguado de causas. Estos entramados y prácticas de control territorial son centrales para entender el incremento de ingresos al sistema penal y el consecuente escenario de masivas vulneraciones de los derechos humanos de las personas privadas de libertad”.
 Semejante presencia en el territorio hace de la Bonaerense un factor fundamental a la hora de definir no sólo la seguridad sino la calidad de vida en general de los ciudadanos de la provincia. Eso, a su vez, la transforma en un actor político de peso, algo que la diferencia de la mayoría de las policías del planeta. “El primer punto de anclaje de la Bonaerense es su poder de dominio territorial, su capacidad de llegar a los intersticios más desagregados de los territorios, lo que también es un capital gigante para vincularse con los mercados ilegales. La policía también gestiona el delito. Eso es otro potencial que la Bonaerense tiene como margen y caudal de negociación con el poder político, es decir, determinar o regular en esos territorios los mercados ilegales. Y eso para cualquier gestión de gobierno es un capital muy importante, porque es lo que determina que la situación local se torne más o menos violenta”, explicó Rodolfo Pomares, director del Programa de Justicia y Seguridad Democrática de la Comisión Provincial por la Memoria.

Seguridad para el delito
La regulación de los mercados ilegales significa también hacer caja. Un oficial retirado explicó a este cronista que la recaudación es piramidal. El dinero se consigue en la calle -las comisarías funcionan como entes recaudadores- y va subiendo hasta llegar a los jefes. En el camino, quienes participan se van quedando con su parte. Quienes no quieren participar del negocio -que los hay- son marginados y, por lo general, terminan en destinos que tienen todas las características de un castigo. “Las comisarías se adjudican de acuerdo a dos criterios que no son opuestos: las reciben los protegidos de los jefes y quienes ofertan más por ellas. Cada comisaría tiene un precio, que consiste en una cuota mensual que tiene que ir para arriba. Todo lo que se recauda por encima de esa cuota, queda en la comisaría, donde una parte se destina al funcionamiento y otra va a parar a algunos bolsillos, primero el del comisario y después, proporcionalmente, para abajo”, dijo. Otro ex policía confirmó el mecanismo. “En algunos casos, las comisarías están sobrevaluadas. Lo que recaudan normalmente no alcanza o apenas es suficiente para pagar la cuota. Entonces, en esos lugares, si uno presta atención, ve que empieza a haber más robos”, agregó.
 Consultado para esta nota, un funcionario con más de veinte años de trayectoria en el área de seguridad bonaerense, recientemente desplazado por decisión de la administración de María Eugenia Vidal, relató una anécdota esclarecedora. “Hace unos años le pregunté al criminólogo italiano Franco Basaglia por qué la mafia no había podido hacer pie en la provincia de Buenos Aires -contó-. La respuesta que me dio fue contundente: ‘Porque las actividades típicas de la mafia están en manos de la policía; entonces la policía no necesita negociar con la mafia, simplemente no le permite ocupar su lugar’”.
“El primer punto de anclaje de la Bonaerense es su poder de dominio territorial, su capacidad de llegar a los intersticios más desagregados de los territorios, lo que también es un capital gigante para vincularse con los mercados ilegales”
En este contexto, con una gestión del delito que es estructural dentro de la policía, resulta casi imposible que la fuerza se autodepure. Los márgenes para que alguien desde adentro tenga las posibilidades de denunciar esas prácticas ilegales son muy remotas. En una estructura que está fuertemente vinculada con el delito, lo ilegal, la gestión territorial, denunciar dentro de la misma estructura policial es casi un imposible sin asumir altos riesgos personales.
 Por otra parte, la vinculación de la recaudación policial con el financiamiento de la política parece ser un secreto a voces. Sin embargo, no hay datos concretos que respalden esa conexión. “Las investigaciones se terminan la mayoría de las veces donde terminan las cúpulas policiales. Es muy poco probable que en una investigación se siga el nexo y se lleguen hasta las responsabilidades políticas. Tal vez, con el tiempo, alguna vez ocurra, pero lo más concreto es que lo que uno ve es de ahí para abajo: la recaudación de las departamentales o de la órbita que tiene la gestión sobre determinados territorios, cómo eso se va desagregando hasta los distintos actores que van interviniendo dentro de la fuerza policial”, señaló Pomares.

 ¿Autogobierno o negociación?
Los pocos intentos realizados por algunos de los gobiernos de la provincia de Buenos Aires para transformar a su policía en una fuerza moderna e integrada al funcionamiento de las instituciones de la democracia han fracasado de manera sistemática. En algunos casos, por decisiones de un poder político que hace la vista gorda ante las relaciones de complicidad que existen entre los jerarcas de la fuerza y muchos de los barones del conurbano. En otros, cuando esos intentos fueron brutalmente escarmentados. La masacre de Ramallo, en 1999, que terminó con la primera reforma encarada por León Carlos Arslanian, es un caso paradigmático. No fue la única vez. Lo mismo sucedió, entre otros hechos, con la desaparición de Miguel Bru, con los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, y con la desaparición de la familia Pomar, que provocó la caída del ministro Carlos Stornelli durante la primera gobernación de Daniel Scioli.
 “El funcionamiento de la Bonaerense es deficiente porque volvió a recuperar una fisonomía y un tipo de funcionamiento que había sido superado por la reforma que se inició en 1998, 1999 y que se profundizó entre 2004 y 2007. Uno de los problemas más grandes que tenía la Policía de la Provincia de Buenos Aires era el extraordinario grado de autonomía y autogobierno al que había llegado y que lo había conducido a procesos crecientes de corrupción y de violencia institucional. Evidentemente, frente al diagnóstico preciso que se hizo en su momento, esas cuestiones se corrigieron cuando se asumió el gobierno civil de la fuerza policial con un diseño institucional apropiado y consistente en un ministerio con competencia, funciones y funcionarios que se hicieron cargo de la conducción estratégica. Ahora hemos vuelto al pacto civil policial y a un autogobierno policial que le hace mal a la propia institución y debilita al propio gobierno. Esto por supuesto lleva a resultados negativos en materia de control de la seguridad”, dijo Arslanián a este cronista poco después de que Daniel Scioli lo desplazara del Ministerio de Seguridad provincial.

Un repaso de los intentos de reformar la Policía de la Provincia de Buenos Aires muestra que se trata de una serie de intentos carentes de continuidad, que se interrumpen cuando cambia un gobierno o, incluso, durante un mismo gobierno. “Parece ser una regla de la política que en temas de seguridad pública, las medidas de fondo dan pocos resultados en términos electorales y la potencialidad de muchos costos. Entonces suele ser una ecuación en la que se opta por no tomar medidas de fondo. Creo que eso es parte de una mirada muy cortoplacista, muy efectista de la política. Desde la Comisión propiciamos que se tomen medidas de estado, que se elaboren políticas de estado que trasciendan a la decisión coyuntural, pero lo cierto es que las decisiones coyunturales suelen ser las que van direccionando las distintas políticas que se aplican”, explicó Pomares.

 Dentro de este panorama, es difícil ver a la investigación sobre la corrupción policial que llevó al descubrimiento de los sobres con dinero en la Jefatura Departamental de La Plata como un punto de partida para un cambio estructural de la Bonaerense -como se lo quiere hacer ver desde la administración Vidal-, sino como el resultado visible de una interna que llevará al reacomodamiento de las piezas y a una nueva distribución de poder dentro de la fuerza policial.

lunes, 3 de octubre de 2016

Congreso Latinoamericano de Folclore


“LA ESTRATEGIA DE LA ILUSIÓN”, ES LA CAMPAÑA DE MEDIOS QUE DESINFORMAN, CON EL OBJETIVO DE ENMASCARAR LA REALIDAD.


27/9/16 -  Jorge Rachid



1-     Así se titula el libro del Semiólogo del siglo XX Umberto Eco, quien dedicó su investigación, desde los años 60 a describir los mecanismos de manipulación informativa, con fines políticos, comerciales o de control social, que ejercían los medios de comunicación masiva, cuyo auge de entonces, hoy parece un juego de niños, comparado con la extensión de redes y globalización de la información.
2-     Quienes con visión estratégica desde entonces, consolidaron su presencia mediática en el mundo de la mano de personajes que con el correr de los años, se constituyeron, a nivel mundial, en verdaderos factores de poder. Los Magneto y Mitre en nuestro país, junto a los Turner CNN de EEUU, Azcárraga de Televisa México, Murdoch inglés, Berlusconi italiano y Maxwell entre otros, quienes junto a medios gráficos hegemónicos comenzaron a ser protagonistas globales de la desinformación.
3-     Esta circunstancia fue utilizada en diferentes etapas por sectores políticos que se sumaron al montaje del espectáculo de la vidriera, que da visibilidad a cambio de ser peones de los intereses de los grupos económicos dominantes, que van determinando quien es quien, en cada etapa en aquella memorable definición, título de otro libro de Umberto Eco “Apocalípticos e integrados”, definiendo los “políticamente correctos”, estigmatizando aquellos que no acuerdan con ellos.
4-     Fueron esas maniobras la que con los años forjaron una lógica masiva de construcción del pensamiento que llevó a la cultura neoliberal, desde 1976 con afianzamiento en los 90, que contraponía lo público, definido como atrasado, inútil, incapaz y corrupto, a lo privado, comandado por CEOS blancos y rubios, hombres y mujeres de bien, con fortunas personales hechas al calor del esfuerzo y sacrificio personal y si venían de sectores humildes mejor aún, para afianzar el individualismo. Sí se puede….!
5-     Esa ruptura de la conciencia colectiva permitió desde entonces, la penetración masiva, brutal de los sectores empresariales de lucro, convirtiendo en negocios derechos sociales que hasta entonces estaban afianzados en la comunidad nacional, como parte insoslayable del modelo social solidario de los años 50, cuando el peronismo logró afianzar los derechos, incluso en el marco político institucional con la  Constitución de 1949, todo barrido por esta nueva lógica posmoderna.
6-     Así fue como masivamente se instalaron como verdades reveladas que la educación privada, es mejor que la pública, aunque siguen cantando loas al Sarmiento educador que constituyó la enseñanza obligatoria e igualitaria, único acierto del sanjuanino. Lo mismo con la medicina, que de social y solidaria, se convirtió en instrumento de penetración del negocio más espurio y escandaloso de los tiempos modernos. La privatización de los bienes del estado, capital acumulado de generaciones de argentinos, fue rematado en nombre de integrarnos al mundo de los negocios globales.
7-     De ahí inferimos que la construcción de los escenarios políticos, tienen como fundamento profundo un conjunto de intereses globales que operan a escala internacional, construyendo escenarios de una lógica perversa. Así en nuestro país se presentó como una cuestión moral pagarle a los Fondos Buitres, repudiados a nivel mundial y criticando a nuestra Presidenta y a nuestro país, como abyectos de la comunidad internacional. Una falacia más.
8-     Como la de los Buitres, podemos hoy observar la naturalización de la comunidad de CEOS de empresas privadas como Ministros de la Nación, cuyo conflicto de intereses es soslayado por los protagonistas y los medios, como una nueva lógica de corregir los desvíos “populistas” del peronismo, que favorecían al distribución de la riqueza, originando con ello, según los medios un aislamiento de nuestro país, por aplicar políticas heterodoxas, en un mundo que exige, según ellos, previsibilidad económica global, borrando los intereses nacionales.
9-     De ahí que el tema Soberanía, pasa a ser un tema menor, en esa lógica de construcción del pensamiento, ya que el nuevo escenario impone la sumisión absoluta a los dictados de los organismos internacionales y los dueños del poder sentados en el Consejo de Seguridad de la UN, con derechos absolutos de veto a cualquier iniciativa regional o nacional que plantee políticas soberanas e independientes de cualquier tutelaje. Por eso volver a tener auditorías del FMI o políticas exigidas por el Banco Mundial o la OMS, o afianzar el colonialismo inglés en Malvinas, es todo lo mismo, en función de las “metas de inflación”, que necesitan lluvia de inversiones para llevarse a cabo.
10- El peronismo con su concepción doctrinaria consiguió penetrar en la cultura nacional constituyendo identidad soberana, a partir de abarcar al conjunto de los intereses nacionales confrontados con los modelos dependientes, que propone el neoliberalismo, constituyendo una barrera social y política a la penetración imperial y al salvaje avance de los negocios privados, en un esquema mundial de financiarización, que confronta con los modelos productivos y del trabajo del mundo Multipolar, cuya expresión en la región es la constitución del UNASUR, que se intenta desmontar desde el macrismo.


Alberto Buela, Filósofo Criollo

  Ezequiel Norberto Gonzalez para Revista CONTRAFILO     Alberto Buela, es un pensador y filósofo argentino nacido en 1946, estudio en ...