domingo, 11 de febrero de 2024

Individualismo libertario en la geopolítica

Francisco Cafiero para DiarioAr 


11 de febrero de 2024

 

Luego de la participación del presidente Milei en el Foro de Davos, donde retó a jefes de Estado y empresarios acusándolos de socialistas y feministas que defienden el medio ambiente, Milei llegó en visita de Estado a Israel. Esta visita se enmarca en sus anuncios e intenciones de generar el alineamiento principal que mencionó innumerables veces durante su campaña electoral.

El diseño de la política exterior puede contribuir significativamente a mejorar las condiciones económicas, a través, por ejemplo, del comercio, las exportaciones y las inversiones. Por eso resulta antojadiza, improvisada y poco efectiva la política exterior que despliega el gobierno de Milei.

Por prejuicio ideológico, el gobierno libertario decidió descuidar las relaciones con dos de nuestros tres principales socios comerciales: Brasil y China. Es con esos gobiernos donde deberían estar los esfuerzos de recomposición y generación de confianza, y a esos países debería ir el mandatario argentino y reconstruir las relaciones por el distanciamiento que generó. El error estratégico de declinar la incorporación a la membresía de los BRICS nos lleva a un escenario de desventaja frente a inversiones, acceso de crédito y mejoramiento en el intercambio comercial. A su vez, continúa la ausencia de una política prioritaria hacia la región de América Latina. Recordemos que 8 de cada 10 dólares que ingresan al país por el comercio exterior provienen de países no occidentales.

La urgencia de la Argentina hoy no está en Medio Oriente, está en su economía que atraviesa una crisis que impacta de manera directa en su pueblo y que se empeora con las medidas que toma del gobierno.

Esto no quita la realidad de que la República Argentina mantiene relaciones diplomáticas con el Estado de Israel desde 1949, cuando el entonces gobierno del presidente Juan Perón lo reconoció como Estado soberano mediante el decreto 3668. Forman parte del pueblo argentino la comunidad judía más grande de América Latina y el Caribe y, a su vez, en Israel vive un número importante de argentinos y descendientes de connacionales. Este antecedente poblacional y migratorio, junto a valores culturales, solidarios, democráticos y de respeto mutuo, forman los pilares de una relación bilateral sólida. Además, es de destacar que el Estado de Israel apoya el reclamo argentino por el ejercicio de la soberanía de las Islas Malvinas.

Las relaciones comerciales con Israel son importantes visto la condición superavitaria a favor de la Argentina, donde se destaca la exportación de carnes, pero no es un socio principal ya que representa menos del 0,5% de lo que nuestro país exporta al mundo. Vale destacar que hay un potencial para mayores intercambios en tecnología aplicada a sistemas de riego y recursos hídricos, telecomunicaciones, biotecnología, seguridad y ciberseguridad. Incluso se firmó un tratado de libre comercio entre Israel y el MERCOSUR. Una mención aparte merece la actual cooperación en la industria de la defensa, donde por ejemplo nuestro país moderniza con tecnología isrealí el Tanque Argentino Mediano (TAM 2C), y también importa de Israel gran parte de la aviónica que se utiliza en el avión de entrenamiento ligero de combate “IA-63 Pampa” producido en la Fábrica Argentina de Aviones (FADeA).

Para un país como la Argentina el alineamiento irrestricto con otra nación como lo expresa el presidente Milei es una señal de debilidad y genera una condición de dependencia, con el potencial de poner en riesgo la soberanía nacional, la seguridad y el bienestar de nuestro pueblo. La política exterior debe ser del Estado y resulta vanidoso que por la conversión del presidente Milei al judaísmo -con todo el respeto a ello y a su fe- interfiera en la política exterior del país. Las intenciones del presidente Milei de mudar la embajada argentina en Israel a la Ciudad de Jerusalén es una provocación innecesaria visto las reivindicaciones territoriales que poseen Palestina (Estado que la Argentina reconoce) e Israel, y además es una copia de la iniciativa hecha por el expresidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, con las advertidas consecuencias que hacen colapsar el alcance de una solución negociada del conflicto.

Sobreactuar un alineamiento irrestricto con Israel, como pretende hacer el presidente, puede debilitar la credibilidad generada a partir de la cooperación y los esfuerzos que promueve la República Argentina para el mantenimiento de la paz en una región donde se registran conflictos armados y múltiples tensiones. Es de destacar que en la actualidad, bajo mandato de las Naciones Unidas, nuestro país despliega observadores militares y oficiales en los Estados Mayores en las Misiones de Mantenimiento de Paz de Medio Oriente (UNTSO); Altos del Golán (UNDOF) y en el Líbano (UNIFIL).

La paz debe ser siempre un bien a preservar. Por eso el gobierno del presidente Alberto Fernández condenó los ataques terroristas de Hamas a Israel ocurridos el 7 de octubre de 2023, y ordenó la evacuación humanitaria de argentinos en Israel mediante el operativo “Regreso Seguro”, basado en un puente aéreo entre las ciudades Tel Aviv- Roma- Buenos Aires, que permitió el retorno al país de más de mil compatriotas. El operativo fue coordinado entre la Cancillería, el Ministerio de Defensa, Aerolíneas Argentinas y ejecutado por el Comando Operacional de las Fuerzas Armadas. Asimismo, de igual manera, se condenó la ofensiva militar de Israel que violó el derecho internacional humanitario en Gaza donde miles de civiles, especialmente niños, niñas y ancianos, perdieron la vida.

Milei, en el diseño de su política exterior y su errática lectura geopolítica, busca protagonismo para constituirse en un referente mundial de la extrema derecha. Es un problema cuando la aspiración individual y personal de un dirigente se posiciona por encima de una política de Estado que incluye la historia, el presente y el futuro de una nación y de su seguridad.

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