viernes, 6 de marzo de 2015

Nisman y la política exterior de la Argentina

Aritz Recalde - febrero 2015

Desde la denuncia del fiscal Alberto Nisman contra el gobierno nacional y en particular a partir de su muerte, se está profundizando una estrategia política tendiente a desestabilizar la administración de Cristina Fernández. Entre los objetivos de la maniobra, se encuentra el intento de alinear geopolíticamente a la Argentina a los planes de los EUA.
El desafortunado y tendencioso manejo que realizó de la causa AMIAel fiscal fallecido y la campaña internacional contra el país desatada el último mes, exceden el mero ámbito de la política interna y forman parte de una estrategia más amplia. Su objetivo fundamental intenta:
- Alejar a la Argentina de Irán y de todos aquellos países que no apoyaron en las últimas décadas la estrategia política norteamericana y de Israel en Medio Oriente. 
- Ligar a la Argentina a la geopolítica de los EUA en América Latina. Parte de la estrategia norteamericana fue rechazada públicamente en el año 2005 con el “no al ALCA”.
- Deteriorar el poder de los gobiernos nacionales y populares de América Latina. En paralelo a la Argentina, buena parte de los proyectos populares están recibiendo un enfrentamiento mordaz por parte del poder económico y mediático internacional. 
- Debilitar políticamente al gobierno nacional de Cristina Fernández, de cara al recambio electoral del año 2015. Una salida estrepitosa del Frente Para la Victoria permitiría el regreso de los EUA y de los capitales financieros internacionales al control del Estado argentino. Derrotado el programa de Cristina Fernández se debilitarían los gobiernos populares de Uruguay, Venezuela, Brasil o Bolivia. 

En el terreno judicial y como resultado del accionar político de Nisman y de sus antecesores fiscales y jueces, los 85 muertos del atentado de la AMIA siguen sin encontrar justicia a más de 20 años del terrible atentado. Entre los causantes de la dificultad de la justicia argentina para llegar a los verdaderos ejecutores, debemos destacar que la causa es utilizada como un “botín” de la lucha política internacional.

Nisman y los EUA
Hay varios indicios de que el fiscal Nisman no actuó imparcialmente en su condición de miembro de la justicia argentina. Por el contrario, hay pruebas de que en diversas oportunidades siguió indicaciones de los Estados Unidos y de Israel. En los papeles del Departamento de Estado de los EUA que difundió Wikileaks, el titular de la Unidad de Investigaciones de la causa AMIA aparece dialogando en reiteradas ocasiones con la Embajada norteamericana. Según los cables difundidos, los diplomáticos extranjeros le “sugirieron” investigue la “pista iraní” y no la “pista siria” o la “conexión local” (O´Donell 2011:31-39).
Los norteamericanos tuvieron un rol central en las investigaciones del atentado de la AMIA. Desde el origen de la causa Carlos Menem había decretado la “extraterritorialidad” de la zona del siniestro, favoreciendo el ingreso de militares y personal de inteligencia de los EUA (CIA) y de Israel (Mossad). La estrategia originaria de los EUA en la causa AMIA, fue la de sostener que el atentado lo ejecutó Irán. Extrañamente por la prematura, el gobierno de los EUA impulsó la culpabilidad de Irán y del Hezbollah libanés desde el mismo día del terrorífico atentado (18 de julio de 1994). Desde dicha fatídica jornada a la fecha, tanto el Juez Juan José Galeano, como Rodolfo Canicoba Corral y los fiscales Nisman y Martín Burgos, reiteraron casi exclusivamente esa misma línea de investigación. Los resultados fueron casi nulos y no hay culpables juzgados y detenidos en una causa que ya acumuló la desorbitante cantidad de un millón de fojas en casi 5000 cuerpos (Labaké 2012).
Durante toda una década el fiscal Nisman insistió sin resultados concretos y con dudosas pruebas, dicha hipótesis norteamericana. La obsesión del fiscal (¿imposición norteamericana?) por acusar a los iraníes, lo llevó a cometer improcedencias judiciales importantes. En el año 2003 y formando parte de una actitud que el periodista Jorge Lanatta caracterizó como una “fiebre de detención”, el fiscal requirió a Interpol la detención de 22 iraníes. En el universo de acusados estaba Hadi Soleimanpour, ex embajador de Irán en la Republica Argentina al momento del atentado de 1994. Soleimanpour fue detenido en una prisión de alta seguridad y fue juzgado por tribunales ingleses, que lo declararon libre por la debilidad de las pruebas presentadas por la Argentina. El Estado de nuestro país pagó las costas del juicio a los británicos, que superaron la abultada cifra de 200.000 libras.
Tanto el embajador iraní como el agregado cultural de ese país Moshen Rabbani, habían sido inculpados con información de la hoy disuelta SIDE. Los informes acercados al fiscal fueron elaborados por la gestión del cuestionado Miguel Ángel Toma. El ex diputado Mario Cafiero mencionó que Toma se vinculó estrechamente a los EUA y apoyó las pistas de la CIA. La improcedencia judicial y la falencia de los documentos probatorios de la justicia y de la SIDE, fue reclamada en más de una ocasión por el gobierno de Irán. Varios de sus argumentos pueden leerle en el libro de Juan Labake y fueron explicitados en 2006 por el encargado iraní de negocios, Mohsen Baharvand, al periodista de diario Página 12 Raúl Kollmann (Labaké 2012: 125-200) (Kollmann 2006).
En otro acto improcedente en términos judiciales y cuestionable de cara al buen manejo de las relaciones internacionales del país, Alberto Nisman manifestó públicamente haber encontrado testigos que demostraban la presencia de la persona que detonó el coche bomba (es bueno destacar que la existencia de la Traffic blanca también es dudosa existencia según obra en la causa). El supuesto inculpado terrorista era el libanes Ibrahim Berro y quedó demostrado que murió en el Líbano y no en el atentado en la Argentina. Las pruebas de los falsos testigos habían sido otorgadas por la jefatura de contrainteligencia de la SIDE, a cargo del hoy denunciado Antonio Stiusso y por la CIA. Semejante proceder en un tema tan delicado que hace al honor de los 85 muertos y a las correctas relaciones con el mundo, le permitió decir a Jorge Lanatta que a Nisman “bien podría costarle un juicio político, pero parece que la Argentina da para todo” (Lanatta 2006).
Acusado de mal desempeño, de impulsar encubrimientos y sobornos con apoyo de la SIDE, el Juez Galeano fue destituido. Entre otras cuestiones, se comprobó que intervino en el pago de 400.000 dólares a Carlos Telleidín con la finalidad de que declare falsamente e involucre a un grupo de policías bonaerense. La salida del juez hizo público los infructíferos y preocupantes manejos de la justicia y de la SIDE, desprestigiando aun más el funcionamiento de la investigación del atentado. La disolución actual de la agencia de inteligencia nacional tiene en la causa AMIA un antecedente importante.
La denuncia por encubrimiento contra Cristina Fernández, Héctor Timerman, Luis D`Elia, el miembro de una mezquita Alejandro Khalil, Andrés Larroque o el dirigente Fernando Esteche, carece de solidez y forma parte de la estrategia política que Nisman aplicó a lo largo de su desempeño como fiscal de la causa AMIA. La posibilidad de que Timerman sea el “instrumentador del plan de impunidad” “ideado por la Presidenta”, suena a verdadero disparate. Lo mismo debe decirse acerca de que el ministro Julio De Vido podría involucrase en un accionar de este tipo, para dotar a la Argentina de petróleo. Todo el bloque de legisladores que aprobó el Memorándum con Irán, ¿también serían instrumentadores del encubrimiento?: en este caso, ¿la Argentina sería un país terrorista?. Absurdo, falto de pruebas y realmente delirante, dada la trayectoria de cada uno de los inculpados por Nisman. La improcedencia judicial y la inexistencia de evidencias, llevó al juez Daniel Rafecas a desestimar rápidamente la denuncia contra Cristina Fernández (en éste caso requerida por el fiscal Gerardo Pollicita).
Es importante no perder de vista que en una década él y sus 45 empleados de la Unidad Fiscal de Investigaciones de la causa AMIA que fue creada en 2004, no aportaron prácticamente nada más allá de profundizar la hipótesis de los EUA y del destituido Galeano. A Nisman y tal cual lo sugirió Jorge Lanata, también pudo -o debió como insinúa el periodista-, haberle caído un requerimiento de destitución.

Las relaciones exteriores y la muerte del fiscal
Desde el año 2003 la República Argentina viene desenvolviendo una política exterior con vocación independiente. Con avances y retrocesos, con limitaciones y con importantes logros, el país encaró la determinación de ser una nación soberana, dejando atrás la humillante y perniciosa etapa del neocolonialismo con los EUA. Históricamente la estrategia de los norteamericanos y del bloque de poder Europeo (principalmente Inglaterra), es que Argentina no alcance lazos políticos estratégicos con otros Estados.
En cuestiones de integración iberoamericana los logros no son pocos y el Frente Para la Victoria acompañó la creación de la UNASUR y Néstor Kirchner fue su primer secretario general.
Los principales aliados comerciales de nuestro país son China y Brasil, dos miembros del bloque de los BRICS.
Hay que destacar que en pleno embate del imperialismo financiero y judicial de los EUA (fondos buitres y juez Thomas Griesa), visitó el país el presidente Ruso Vladimir Putin, quien impulsó acuerdos para desarrollar de manera conjunta la energía nuclear y petrolífera. Como corolario, el presidente ruso apoyó la reivindicación del país en la causa Malvinas.
En el año 2014 Argentina recibió la histórica visita de una delegación de China, que otorgó al país apoyo financiero (“swap” por el equivalente a 11 mil millones de dólares, inversiones en represas hidroeléctricas y en transporte de cargas) y soporte tecnológico (ferrocarriles o energía atómica). En línea con el planteo de Putin, el presidente Xi Jinping  se solidarizó con la causa Malvinas y acompañó las negociaciones frente a los fondos especulativos. Resultante de los acuerdos, paulatinamente, la Argentina avanzaría en la estrategia de remplazo del monopolio de las reservas en dólar, incluyendo el yuan chino entre otro paquete de monedas.
También en el “Grupo de los 77” (son 133 países), el gobierno consolidó un apoyo fundamental en las negociaciones contra los grupos financieros y en la causa de recuperación de la Malvinas.

El triunfo de la Argentina en ambas causas implicaría una derrota fundamental del imperio norteamericano y de sus socios europeos, que construyen su poder sobre dos pilares:
Poder financiero: EUA controla las principales plazas financieras y tiene un manejo importante del FMI y del Banco Mundial.
Poder militar: las Islas Malvinas son una base militar de la OTAN en el Atlántico Sur. Desde su plataforma en las islas tienen acceso al petróleo y manejan una puerta de entrada y base de operaciones sobre el Como Sur y la Antártida.  

En la carrera por el control del mundo, los miembros de los BRICS están disputando el poder militar y financiero de los EUA. La lucha económica mundial parece estar siendo ganada por China, quien en breve será la primera potencia mundial desplazando a los EUA. La década actual es una bisagra en la geopolítica de la post Segunda Guerra y el avance de China y Rusia en Iberoamérica está replanteando el ordenamiento mundial.
El accionar de Nisman en la causa AMIA y la campaña de prensa actual, se inscribe en esta disputa internacional que intenta detener el avance de China y de Rusia en la integración regional abierta en la última década.

Los poderes de segundo orden
En su disputa geopolítica el establishment ordena y moviliza a los otros poderes internos. Entre ellos, tiene importante injerencia en el comportamiento de sectores de la clase política, el periodismo, la justicia o los servicios de inteligencia. La acción de enfrentamiento al gobierno por parte de estos poderes, se aceleró por el hecho de que en agosto de 2015 hay elecciones nacionales.
Los grupos mediáticos concentrados locales y sus redes regionales y mundiales, efectúan un hostigamiento permanente contra el país. La masiva cobertura de la marcha de los fiscales aduciendo la muerte Nisman, es su última y más clara expresión[1].
Tal cual mencionamos anteriormente, en sectores de la justicia y la SIDE existe una relación estrecha con poderes extraterritoriales. El enfrentamiento que le realiza parte del poder oligopólico insertado en la justicia, el gobierno lo disputó con una ley de democratización (frenada por la misma justicia), movilizando y organizando sectores progresistas del mismo poder (Justicia Legitima), con una disputa de los colegios de abogados y otros ámbitos institucionales y con una reforma de códigos y de normas. La intervención de la SIDE se propone cortar una red de negocios y de complicidades entre la inteligencia nacional, la justicia y los poderes trasnacionales. La respuesta no se hizo esperar y el poder judicial bloqueó leyes fundamentales como la de servicios de comunicación y otras causas por delitos económicos de grupos oligopólicos. Actualmente está en una campaña de “procesamiento” masiva de los funcionarios públicos. La movilización del día 18 de julio forma parte de la disputa y los fiscales enfrentados a Gils Carbó y el gobierno nacional, apuestan a la salida debilitada de Cristina Fernández y a ocupar los lugares en el Ministerio Público.

Poderes locales e internacionales están moviendo sus jugadores en la Argentina y en Iberoamérica.  No es el primero, ni tampoco será el último intento de desestabilización. En algunos países están aplicando la estrategia política y mediática que Moniz Bandeira describió en Formula Para el Caos y que posibilitó la caída de Salvado Allende en Chile. La injerencia nociva de los EUA en las políticas de nuestros países es denunciada actualmente por Evo Morales, por Nicolás Maduro o por Lula Da Silva. Anteriormente en nuestro sufrido y combativo continente, la perniciosa acción norteamericana había sido revelada por los mandatarios Juan Perón, Fidel Castro, Getulio Vargas o Joao Goulart.

Textos citados
Kollmann Raúl (2006)  Irán versus la fiscalía, Diario Página 12, 19/11/2006.
Labaké Juan Gabriel (2012) AMIA, Embajada ¿verdad o fraude?, Ed. Reconquista, Buenos Aires.
Lanata Jorge (2006) Tócala de nuevo Nisman, Diario Perfil, 19/11/06.http://www.perfil.com/columnistas/Tocala-de-nuevo-Nisman-20061119-0005.html
Moniz Bandeira Luiz Alberto (2001) Formula para el caos. La caída de Salvador Allende (1970-1973), Ed. Corregidor, Buenos Aires.
O´Donell (2011) ArgenLeaks. Los cables de Wikileaks sobre la Argentina, Ed. Sudamericana, Buenos Aires.

[1] La muerte del fiscal y la marcha del 18 N fue reproducida por la prensa concentrada mundial. La noticia tuvo una cobertura importante en los diarios norteamericanos The Washington Times o The Washington Post; los españoles El País y El Mundo; el británico  The Guardian o el francés Liberátion. La CNN norteamericana está operando permanentemente para dar entidad a las acusaciones de Nisman contra el gobierno nacional.


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