Entrevista de Gonzalo Fiore Viani y Leandro para el Diario Perfil
“Argentina es como la Europa
de los 50, una Europa mucho más simpática, más sana, y hermosa”, sostiene. Sus
palabras resuenan desde Rusia, donde es uno de los principales especialistas en
geopolítica y filosofía. Medios de comunicación occidentales lo calificaron
como “el Rasputín de Vladimir Putin” o, incluso, “el filósofo más peligroso del
mundo”. Dugin creó la Cuarta Teoría
Política, que aboga por la creación de un frente antiglobalista para combatir
contra el globalismo liberal. Leer a Dugin ayuda a comprender cómo piensan
en el Kremlin, en el Palacio del Planalto y en la Casa Blanca de Donald Trump.
En diálogo con PERFIL, sostiene que el republicano volverá al poder en 2024. “No creo que Trump haya perdido de ninguna
manera credibilidad dentro de los Estados Unidos. Será demonizado y perseguido,
pero tiene todas las posibilidades de retornar a ser presidente”, asegura
el ex profesor de la Universidad Estatal de Moscú.
¿PODRÍA EXPLICAR QUÉ ES EL
GLOBALISMO Y EL ANTI GLOBALISMO Y QUIÉN LOS REPRESENTA EN EL MUNDO DE HOY?
El globalismo representa la visión del mundo esencialmente unipolar.
En el nivel de la geopolítica, es la
definición de Occidente sobre Oriente y otros países del Tercer Mundo. En
el nivel de la ideología, el globalismo
representa a la democracia liberal o al liberalismo de izquierda, que
quiere liberar al individuo de todos los vínculos con la identidad colectiva.
Es el individualismo absoluto que va más allá de la religión, las naciones, las
etnias. Lo único que le queda a los globalistas de la izquierda es negar la
identidad humana, defender las formas de vida de los individuos post humanos,
la inteligencia artificial, los robots, cyborgs, etc. No es fantasía, es una
realidad política e ideológica de la globalización, que es la promoción del
estatus absoluto y dominante del individuo liberado de todos los vínculos con
la identidad colectiva. El globalismo es
la ideología y proceso en desarrollo, no es algo estático, sino que es
dinámico. Políticamente es la organización del mundo sobre el modelo unipolar. Pero
este polo no es más occidental, americano, o europeo. Es el polo sin ninguna
relación con el suelo, con la tierra. Por eso es unipolaridad apolar, sin polo.
Antiglobalización es todo lo que está en
contra: multipolaridad, pluralidad de las estructuras económicas, culturales,
sociales. No es liberalismo, pero tampoco comunismo ni fascismo, que no existen
más en el mundo de hoy. No es una ideología establecida, sino que es una
forma opuesta a la globalización. La cuestión más importante es estar a favor
de la globalización y el “great reset” o estar a favor del “gran despertar”.
Así se formulan dos opciones más importantes que afectan la naturaleza misma
del hombre, que separan la humanidad en dos partes. Este conflicto que hoy
observamos en los EE.UU. no es un conflicto americano, sino universal. Lo mismo
sucede en Rusia, China, Irán, Turquía, Argentina, en los países europeos e
islámicos. En todas partes está la red
de los globalistas que pertenecen a la élite y también están los pueblos que
son llamados peyorativamente populistas. Este problema será resuelto
durante el curso de este Siglo. Ser de
derecha o de izquierda hoy no significa casi nada. Es mucho más importante
estar a favor del globalismo o en contra; al lado del pueblo o al lado de la
élite globalista y las redes financieras y tecnológicas dominantes.
TRUMP FUE MUY CRITICADO
POR INSTIGAR EL ATAQUE AL CAPITOLIO Y DESACREDITAR LAS ELECCIONES. ¿CREE USTED
QUE PUEDE VOLVER EN 2024 Y QUE EL PARTIDO REPUBLICANO SE HA TRANSFORMADO EN UN
PARTIDO POPULISTA?
Creo que con Trump el
Partido Republicano ya está transformado en algo más. En los años 80, con
Reagan, era otra forma de liberalismo, como el Partido Demócrata. Existía un sistema con una geopolítica común, una síntesis entre
los demócratas y los republicanos. Trump ha destruido todo eso porque ha retornado al republicanismo original,
aislacionista, a la visión previa a Woodrow Wilson. Durante esta campaña
electoral los demócratas se han radicalizado
mucho. Hoy representan la forma del totalitarismo liberal que censura medios,
corta acceso al Twitter. Trump no perderá inmediatamente todo el apoyo. La
mitad de la población de EE.UU. cree que las elecciones fueron robadas.
Trump ha liberado esta resistencia, este comienzo del “great awakening”, el
gran despertar. Ha abierto las puertas a la creación del nuevo polo en los
EE.UU, a la resistencia a las élites globalistas. Será demonizado y perseguido,
pero creo que tiene todas las posibilidades de retornar a ser presidente si
América continúa existiendo. Porque es
muy probable que los Estados Unidos dejen de existir. Esta separación entre
dos polos de la sociedad americana es tan fuerte y tan profunda que nada
asegura que exista en cuatro años.
¿CÓMO PUEDE DESINTEGRARSE
EE.UU, CREE QUE HABRÁ UNA ESPECIE DE GUERRA CIVIL?
Es muy probable una guerra civil en los EE.UU, pero no es seguro.
Podría ser que el país dure aún más. He
vivido en la Unión Soviética y he visto desde dentro el momento de su fin. En
los EE.UU de hoy hay muchas más razones y condiciones para su destrucción total
que en el caso de la Unión Soviética. Los
demócratas radicalizan más y más sus posiciones. Demonizan a todos los que
son contrarios llamándolos fascistas o nazis, no quieren aceptar ninguna
oposición a sus posiciones Creo que eso acelerará más el fin de los EE.UU.
JOHN MEARSHEIMER, PROFESOR
DE LA UNIVERSIDAD DE CHICAGO, SOSTIENE QUE SI CHINA SE VUELVE MUY PODEROSA,
RUSIA SE ACERCARÁ A EE.UU. ¿USTED CÓMO ANALIZA ESA RELACIÓN TRIANGULAR?
Los chinos y los iraníes
piensan que con Biden sus relaciones con EE.UU mejorarán y las de EE.UU y Rusia
empeorarán. Pero esta expectativa, esta esperanza, es totalmente infundada. Es
naive. Las relaciones entre EE.UU. y Rusia con Trump eran muy malas. No tuvimos
ninguna mejora después de Obama. Biden
no tiene ningún espacio, ninguna dimensión para hacer aún peor esta relación.
Todos los instrumentos de presión contra Rusia ya están utilizados. Lo único
que queda es empezar la guerra atómica contra Rusia, pero la Rusia de Putin
está preparada, está lista para eso. Putin se concentra sobre la defensa y la
seguridad. Con China y con Irán creo que en algunos meses también estará claro
que no es posible ninguna mejora de las relaciones. Biden no puede perder a Israel, no puede acercarse demasiado a los
iraníes. Y no puede aceptar el desarrollo espectacular de la China de Xi
Jinping. China utiliza todos los aspectos que la benefician en comercio
exterior, utilizando el liberalismo, pero siempre para sus propósitos e
intereses. Biden no puede aceptar esto, no puede dejar que China continúe
fortaleciéndose. Y creo que Rusia estará con Irán, China, Turquía y todos los
antiglobalistas. Biden estará más y más
aislado en el mundo, como Trump. Trump ha declarado la revolución en las
relaciones internacionales pero no ha podido hacer casi nada. Biden tampoco
podrá.
EN ESTE CONTEXTO GLOBAL,
¿CUÁL ES EL ROL DE RUSIA?
En Rusia hay globalistas. Las élites tecnológicas, oligarcas, los representantes de las
élites económicas, sobre todo administrativas, forman parte de estas redes
globalistas. Están a favor de Biden, de los demócratas, los tecnócratas y los
liberales de izquierda. Pero la sociedad
con Putin forma el polo antiglobalista. Putin reacciona contra las presiones
globalistas, contra la demonización de Rusia y de sí mismo. Es un
antiglobalista reaccionario, no quiere ni puede aceptar estas demandas de los
globalistas de Occidente. Para él la soberanía es el valor más importante y
esto no es compatible con la globalización. Por eso es un antiglobalista por
obligación. La población rusa es muy
conservadora, muy soberanista y muy patriótica. Por eso apoya a Putin.
Rusia debería jugar un papel importantísimo en la situación actual,
ideológicamente, culturalmente, políticamente, militarmente, tenemos todos los
elementos necesarios para ser los líderes de esa lucha antiglobalista, apoyando
también a China, al mundo islámico, a la lucha para la independencia de América
Latina y el África.
¿QUIÉN INTEGRA EL
ANTIGLOBALISMO EN AMÉRICA LATINA?
América latina siempre fue más antiglobalista que globalista. Hay
muchas variedades de los antiglobalismos, no hay uno solo. Hay de izquierda,
tradicional, socialistas, guevaristas, de la Teología de la Liberación,
catolicismo progresista. La derecha tradicionalmente era liberal y pro
globalista. Hoy la situación cambia. Una
parte de la izquierda antiglobalista se transforma en la izquierda liberal
globalista y una parte de la derecha, la tradicionalista, los identitarios de
América latina, se transforma en antiglobalistas. Por eso, el paisaje
político ideológico de América Latina cambia. Creo que debe aparecer un frente común entre la izquierda y derecha
antiglobalista. Porque el globalismo es de izquierda y de derecha. Y el
antiglobalismo lógicamente también tiene que ser de izquierda y de derecha. En
Argentina las ideas del General Juan
Domingo Perón son más adecuadas para servir de base. La Tercera Posición
obtiene de nuevo su razón, su sentido, su profundidad. Este peronismo puede
ser de derecha o de izquierda, pero también es antiglobalista. Perón quería
unificar a América Latina contra los Estados Unidos para afirmar identidad con justicia social, que es el
valor de la izquierda, y la tradición, que es el valor de la derecha. Pero
no es suficiente. Hay que ir más allá. Por eso he subrayado la Cuarta Teoría
Política, que es antiliberal, pero tampoco es comunista o fascista. Es una
posición crítica a la política moderna, colonial, modernista y hegemónica. Es
una forma de retorno a todas las identidades para luchar contra el
universalismo unificador y el individualismo liberal. Por eso creo que América Latina podría encontrar esta
posición ideológica general en la Cuarta Teoría Política, con el peronismo, con
algunas tradiciones de izquierda. Hay que superar también cierto materialismo,
cierto cientificismo, ateísmo, y progresismo de la izquierda, para llegar a una
creación nueva de la posición antiglobalista, que podría unir a la gente de
izquierda sin dogmatismos, y la de derecha sin nacionalismo, racismo ni
capitalismo.