Por Iris Speroni
Extraído de RESTAURAR
En Argentina existen varios
botines, de diversas formas, colores y tamaños. Algunos tienen dueño
predeterminado y otros están sujetos a negociación, lo que lleva a disputas
periódicas.
Algunos los maneja el
estado nacional, otros los provinciales o municipales. Otros los dominan
organizaciones privadas.
Dentro de los botines
nacionales o federales (usaré los términos indistintamente), el más
significativo es la recaudación de IVA.
Ahora tenemos los números definitivos del 2020 según estadísticas públicas de
la AFIP.
La recaudación de IVA
impositivo (*) es la que pagamos todos los argentinos en todo el país por
absolutamente todo lo que compramos.
Va de nuevo: lo que 45 millones de argentinos pagamos de
IVA por electricidad, pan, leche, zapatos, remeras, automóviles, carne,
gas, nafta, garrafas, abono de celular, servicio de internet, peluquería,
destornilladores, cables, ladrillos, compras del estado, tejas, canillas,
garrafas, ventiladores, obra civil, cigüeñales, tortitas negras, bizcochos,
ganado en pie, consumos gastronómicos, miel, nafta y lubricantes, corbatas,
revistas, alambrados, cerveza, todo, todo, todo) llegó a $ 1.289.513.560.578,86
en el 2020. Más de un billón (continental) de pesos. A un dólar de $ 83, quince mil quinientos millones de dólares.
Exactamente, exactamente,
exactamente...lo que el estado nacional
le dio a los bancos por intereses en el mismo período. ¿Qué tal? En su
momento lo presenté con números proyectados (ahora confirmados) en LA OTRA IFE.
No sé si tomamos verdadera
conciencia de lo que esto significa. O como dicen los yankis: “Let’s that sink
in”. Dejemos que la idea precipite. Todo
lo que recauda el estado por el impuesto más importante (en volumen), el que
atraviesa toda la economía, equivale a lo que se lleva la banca sólo en
concepto de intereses. Las compras gastronómicas para los comedores
escolares pagan un sobreprecio del 21%. Ese dinero (⅕ de todo), termina en manos
de la banca. Si uno quiere poner un criadero de pollos en Entre Ríos, debe
adelantar un 21% de toda la obra civil; inversión que se recuperará en los años
posteriores. Eso va todo, 100%, a pagar intereses a la banca.
Insisto
en este tema, porque pareciera que el problema es el empleo público o el pago
de jubilaciones, o los planes sociales.
El
IVA daña la economía argentina. El IVA se lleva ⅕ del salario de todos los
argentinos
(que encima son U$D 300 mensuales, una cuarta parte del salario mínimo de los
EEUU), dinero que el estado toma y se lo da a los bancos.
MENUDO
BOTÍN
Pero no es de éste que
quiero hablar hoy. No. Hay más botines.
EL
TIPO DE CAMBIO
La República Argentina exportó durante el año 2020 la
suma de 56.198 millones de dólares (números provisorios). Fuente INDEC.
La diferencia de tipo de
cambio entre el dólar libre (el que uno puede comprar) y el que paga el BCRA a
los exportadores rondó el 50%. Esto es, el BCRA o, lo que es lo mismo, el
estado federal, le compra a los exportadores sus dólares a mitad de precio.
Esta proporción ha variado (poco) a lo largo del año.
Para esos montos de
exportación, si el estado compra a mitad
de precio los dólares obtenidos por las exportaciones, quiere decir que en la
operación de compra de dólares, el estado se quedó con 28.100 millones de
dólares. El doble de la recaudación de IVA. ¿Qué tal?
El estado se quedó con
28.100 millones de dólares.
¿A
quién le quita ese dinero el estado? Operativamente, a los exportadores
directos
(cerealeras, acerías, Aluar, aceiteras, bodegas, frigoríficos, pesqueras,
etc.). En realidad, se lo saca a toda la
cadena que produce y transporta esos bienes, patronal y trabajadores por igual,
ya que el exportador último traslada la exacción estatal hacia atrás. Por eso
el sueldo en Argentina es de 300 dólares.
En resumen, le quita esos
28.100 millones de dólares a todos los que contribuyen a crear esa riqueza, que
reciben la mitad de su precio. Eso es diferente de lo que sucede en Paraguay,
Uruguay, Bolivia, Chile o Brasil. Por eso esas economías crecen, al igual que
sus exportaciones y en Argentina lo único que crece es la pobreza. Por eso
Uruguay exporta carne ovina y nosotros no.
Resalto esto, porque se
suele hablar de los derechos de exportación (de los que hay que hablar también)
más que del tipo de cambio, cuando el daño de este último es seis veces
superior.
Como
no hay incentivo a exportar, no lo hay a crecer o a invertir o a dar trabajo o
a pagar buenos sueldos.
Esta quita del precio a las
exportaciones es la razón por la que Argentina no crece. Porque lo que hace el
estado es quitarle a la locomotora de la economía argentina todo su gas-oil.
Por eso la Argentina no exporta (es sólo un quinto de la economía total). Como
no hay incentivo a exportar, no lo hay a crecer o a invertir o a dar trabajo o
a pagar buenos sueldos.
En
resumen, la economía no crece desde hace 10 años; desde que el tipo de cambio
está atrasado.
Acá quiero marcar un error
habitual. El daño se produce porque el dólar está atrasado, no porque el tipo
de cambio esté desdoblado. El gobierno de Macri
retrasó artificialmente el tipo de cambio con fines domésticos con el mismo
resultado. Para poder mantener un tipo de cambio artificial (o eso dijeron) nos
endeudaron hasta las orejas.
Desconfíen
de todo aquél que quiera un “dólar barato”. Les desea el mal.
Ahora bien, el BCRA compra
dólares a mitad de precio. ¿Se los queda? No. Se los entrega a mitad de precio
a otros.
Al
estado para que pague deuda externa (poquito), a privados para que importen
(mucho), y a privados para que paguen sus deudas privadas (mucho), verdaderas o
supuestas, en el exterior.
Siempre a mitad de precio. A algunas personas físicas elegidas también los
regalan con este graciable. En resumen, le dan dólares baratos a los amigos.
Cuánto le regalan a sus
amigos? En el año 2020, la suma de 28.100 mil millones de dólares. ¡Qué lindo
ser amigo del gobierno!
Corolario:
La Argentina no crece porque no exporta y no exporta porque los exportadores no
obtienen el precio pleno de sus productos. Esa pobreza se traslada a toda la
economía y la conclusión es que cada día somos más pobres y el sueldo promedio
es de 300 dólares.
ALGUNAS
CONSIDERACIONES LEGALES
Los poderes ejecutivos aman
los bancos centrales porque pueden endeudarse y cobrar impuestos sin pedir
permiso al congreso. La deuda sería la que emite el banco central (en
Argentina, LELIQs, LEBACs) y los impuestos no autorizados por el congreso
serían el impuesto inflacionario y la compra de dólares a mitad de precio (unos
DEX sin autorización legislativa).
El
BCRA es responsabilidad del Congreso.
Hay un pequeño problema con
esta teoría que sirve para todo el globo excepto para nosotros: según la constitución nacional de 1994, el
BCRA es responsabilidad del Congreso (y no del poder Ejecutivo). Mandato
constitucional al que hacen caso omiso ambos poderes.
Los impuestos no
autorizados por el Congreso y la emisión
de deuda no aprobada por el Congreso comprometen nuestro patrimonio personal.
Es decir, a todos ellos les caben las penas previstas por el artículo 29 de la
Constitución.
En cuanto al accionar del BCRA sobre la compra de dólares a mitad de
precio, cabe aclarar que el estado puede comprar bienes, por licitación
previa y a precios de mercado. De hecho lo hace todos los días cuando adquiere
resmas de papel, automóviles, comida, servicios telefónicos, etc. Lo que no
puede hacer es confiscar un bien sin ley previa y sin que sea a precio de
mercado. Por lo que la compra de dólares a mitad de precio es claramente
violatoria de la Constitución. Obliga a vender un bien privado al estado (sin
ley previa) y lo hace a un precio menor al de mercado. La conducta de las
autoridades viola más de un artículo de la Constitución y varios del Código
Penal.
TAL
VEZ SEA HORA DE QUE GASTEN UNAS RUPIAS.
Tal vez sea hora de que
quienes exportan o producen bienes que luego son exportados gasten unas rupias
en contratar buenos abogados y pedir un amparo y llevar a las autoridades ante
la justicia. También que tengan algunas conversaciones privadas con los
senadores y diputados de sus provincias.
La excusa de todos los
gobernantes es que si sube el dólar (ya sea pagando el precio pleno por la
divisa o al quitar los DEX), subirán el precio de los alimentos. Sabemos la
falacia de ese argumento. El trigo o el
kilo vivo de ternero es menos del 10% del valor final del pan o de la bandeja
de carne. El resto son impuestos, flete o electricidad o margen comercial. Así
que a otro con ese cuento.
Por
lo tanto es una pelea que hay que dar tanto a nivel comunicacional (explicarle
a la población que el precio del pan se ve más afectado por el flete que por el
precio del trigo), como judicial (explicarle a los jueces que el gobierno actúa
abusivamente y contrario a la ley).
Va a haber gente que se
oponga. Son los que hoy se quedan con parte del botín de 28.100 millones de
dólares anuales. Darán batalla y cuentan con mucho dinero para comprar
voluntades.
VALE
LA PENA
Pero es una pelea que vale
la pena. Porque si la ganamos, la Argentina va a salir de este círculo de
generación de pobreza, hambre y expulsión para pasar a exportar, producir y
terminar con la desocupación. Como Bolivia, Paraguay o Uruguay. Miren cuán
modestos son nuestros deseos.