Por Juan Godoy
“En su odio absurdo y grotesco a la figura del Libertador, asegura el
pobre Mitre que “la cabeza de Bolívar estaba llena de viento”, que “su táctica
era la táctica de los indios”, que “su obra política ha muerto con él y no le
sobreviven ni sus designios, ni sus tendencias, ni sus ideales”. Esto es lo que
llamó Vargas Vila, cuando leyó a Mitre, el Bartolismo en la historia. Pero el
Bartolismo no es únicamente imbecilidad, como cree Vargas Vila. Para llegar a
semejantes conclusiones de su libro, Mitre ha tenido que falsificar o
adulterar, paciente y malintencionado, cien pormenores de la historia.” Rufino
Blanco Fombona
Cuenta el
historiador Norberto Galasso que mientras desarrollaba su actividad como
síndico en EUDEBA y trabajaba
bajo la gestión de Arturo Jauretche en dicha editorial (1), existía el
proyecto de editar las Obras Completas del bolivariano Rufino Blanco Fombona. A
partir de este proyecto llega a la editorial la amenaza de secuestrar y quemar
esa edición si se llevaba a cabo (2), la amenaza proviene de los
“custodios de Mitre.” ¿Por qué tan ferviente oposición a la edición de estas
obras de un escritor latinoamericano? Respondemos, a partir de algunos de sus
escritos y polémicas, el por qué de este silenciamiento. Recordamos la mentada
frase de Homero Manzi acerca de Bartolomé Mitre que es el único prócer que dejó
un Diario de guardaespaldas, lamentablemente además de un diario dejó otros
historiadores, instituciones, etc. que también ofician de guardaespaldas del
personaje alrededor de cuya personalidad y tradición ideológica “se han
agrupado todas las tendencias anti-nacionales del país.” (Ramos, 1973:
14)
Rufino Blanco
Fombona fue escritor y político. Gran polemista, de pluma incisiva, nació en
Venezuela en 1874, cuando América Latina llevaba años consolidando la
segregación de lo que supo ser el Proyecto de la Patria Grande. Férreo opositor
a la dictadura de Juan Vicente Gómez, vivió largos exilios. Muere (casualmente)
en la Argentina en el año ’44. Profundo anti-imperialista y luchador por la
unidad latinoamericana, escribió más de cuarenta obras y fue el principal
defensor y difusor de la figura de Simón Bolívar. Así, enfrenta los escritos de
Mitre y polemiza con los mitristas. Recordemos que
Mitre, fundamentalmente en su Historia de San Martín y de la
emancipación sudamericana, había enfrentado a las dos figuras, argumenta: “San
Martín, que no tenía el resorte de la ambición personal (…) pudo estimar su
temple al encontrarse con un antagonista en vez de un aliado.” (Mitre,
1944: 71) De esta forma, San Martín sería humilde, desinteresado, generoso,
desprendido de los honores, etc., mientras que Bolívar sería ambicioso,
desconfiado, autoritario, etc. (3) En este esquema, el anexionista
Bolívar es el único que quiere desarrollar la Patria Grande y San Martín
querría conformar nuevos estados separados los unos de los otros en el
territorio liberado del yugo español. Blanco Fombona enfatiza en que Mitre: “ha
consagrado toda su vida a ennegrecer y desfigurar a Bolívar, a cortarle las alas
al cóndor y la cabeza al gigante (…) historiador sin escrúpulos, que llama a la
Revolución de la independencia continental Revolución Argentina americanizada,
ha querido suscitar rivalidades entre los descendientes y juzgadores de estas
dos figuras americanas.” (Blanco Fombona, 1981: 227-231) Lo que está detrás
en la crítica mitrista a Bolívar es la justificación del proyecto semi-colonial que
tenía para la Argentina, cuyo destino sería ser la Granja de Gran Bretaña, el
“paisito” en el que una minoría se hace de la riqueza, se da una vida de lujos
y placeres, y las mayorías populares “de pata al suelo”. Para llevar a cabo
este modelo, Mitre destruye los escollos al mismo, y de esta forma avanza con
la “guerra de policía” contra el interior provinciano, derroca al gobierno
blanco en el Uruguay, y destruye el modelo autónomo industrialista paraguayo.
Al relatar el genocidio mitrista, el riojano Ricardo Mercado Luna expresa “son
las cosas que el odio ha escrito con sangre; con esa que –como quería Sarmiento- abonó los latifundios, las fábricas, las minas, los intereses de los
bancos y el poder portuario: ese poder orgulloso y desafiante cuando mira al
interior del país empobrecido pero claudicante y servil cuando vuelve los ojos,
clava la rodilla y alarga el oído a los dictados de la “civilización”
extranjera (…) las empresas de liberación no equiparan sus ejércitos con
instrumentos de tortura; las de sometimiento y explotación sí. Por eso el Ejército de San Martín no fue un Ejército torturador. Por eso el ejército de
Mitre fue un ejército torturador.” (Mercado Luna, 2005: 17-41) En fin,
Mitre tiende las bases de la Argentina semi-colonia de Gran Bretaña (Galasso,
2011), a sangre, fuego y entrega.
Resaltamos que
Eduardo Luis Duhalde sostiene que hubo una generación contemporánea a Mitre que
se opuso a esta idea de desarrollo nacional, entre los que están José Hernández
y su hermano (4), Guido Spano, Andrade (5), Navarro Viola, Eduardo Wilde,
Nicolás Calvo, Felipe Varela, etc., teniendo como característica el “compromiso
político por construir una nación asentada en la decisión popular,
geográficamente equilibrada y sometida al imperio del derecho” (Duhalde,
2005: 63), llegando incluso a tomar las armas, y sin amedrentarse ante la
persecución política y la cárcel. Ahora sí, teniendo
el contexto general del proyecto político que Mitre pretende justificar
escribiendo el pasado nacional, avancemos en las consideraciones de Blanco
Fombona acerca del denominado “Padre de la historia”. Nos advierte el autor que
al embestir contra Mitre está queriendo hacerlo contra toda una corriente
histórica. También nos advierte que los “guardianes de Mitre” (la polémica con
éstos se dio a partir de un escrito de Blanco Fombona, en el cual criticaba la
visión de Mitre acerca de Bolívar), cuando lo atacan a él, más que defender al
Gran San Martín, defienden al pequeño Mitre. La obra de General Argentino es
más bien de novela histórica, y no ha gustado en Nuestra América, porque genera
división, tergiversa los hechos, etc., “no es posible que toda América
esté en el error y únicamente Mitre en la verdad.” (Blanco Fombona,
1981: 231) Refiere el autor que los panegíricos de Mitre lo consideran un tipo
“fuera de serie”, que tuvo grandes méritos como militar, político, periodista,
historiador y poeta, siendo de las figuras más relevantes en la historia del
pueblo argentino. Él va a procurar demostrar que en realidad no tuvo méritos importantes
en ninguno de estos campos, y que es un hombre mediocre. Lo demuestra con un
análisis detallado de sus poesías, llegando a concluir que “a la gente
de buen humor (…) les recomiendo la lectura de las voluminosas Rimas, de Mitre.
Son de veras un antídoto contra la neurastenia. El hombre más lúgubre se muere
de risa, leyéndolas” (ibídem: 250), también lo hace con el
Mitre político, a quien ubica en la línea de Rivadavia, enemigo de la
integridad de la nación, “localista furibundo, deseaba que la sola
provincia de Buenos Aires se erigiera en república, con el nombre de República
del Plata: esta nación microscópica era su ideal político.”(6) (ibídem:
251) En relación al
Mitre militar, Blanco Fombona pone de relevancia que Mitre jamás obtuvo una
victoria, porque Pavón (¡desde ya!) no puede considerarse un triunfo, “Sucre,
Bolívar, ¡pobres hombres!, ¡Y qué malos soldados! Según Mitre,
ganaban las batallas contra todas las reglas del arte, al revés del mismo
General Mitre, quien con todas las reglas del arte y las de una prudencia
archifabiana se dejó siempre derrotar”. (Blanco Fombona, 1981: 236) Perdió
el General incluso una batalla con los pueblos indígenas mucho peor
pertrechados para el combate que el Ejército mitrista, y llevó a cabo uno de
los mayores desastres en materia militar de la historia en los campos de
Curupaytí, donde con un frente aliado de entre 18 mil y 20 mil soldados se
enfrentó al Ejército paraguayo que solo llegaba a 5 mil hombres… ¡y fue
estrepitosamente derrotado dejando un tendal de más de 9 mil aliados muertos! “Y
si Mitre es pequeño como poeta, más pequeño aún como político, y microscópico
como militar, es, como historiador, un hombre sin escrúpulos que falsificado la
historia de todo el Continente.” (ibídem: 259) Rufino Blanco
Fombona considera entonces que Mitre ha adulterado paciente y en forma
malintencionada los hechos históricos (recordemos por ejemplo la “pérdida” del
Plan de Operaciones de Mariano Moreno), ha falsificado la historia,
queriendo imponer su relato como único, objetivo y verdadero.
Lo que está en
juego cuando Mitre critica a Bolívar, es que son dos proyectos de nación
diferentes, mientras el de Mitre es el proyecto de la patria chiquita,
semi-colonial, de cara al Atlántico, con una economía dependiente de las
metrópolis, un proyecto anti-popular, y anti-latinoamericano, etc.; el de
Bolívar apunta a la construcción de la Patria Grande de modo de lograr un
“equilibrio” entre las naciones y que las potencias no avasallen a los pueblos
libres, a integrar a los sectores populares, repartir la tierra a los humildes
de la patria, nacionalizar el suelo, las minas, proteger la manufactura local,
etc. Dice Blanco Fombona en forma incisiva: “este historiador, tan
apegado al suelo, al estercolero, como genuina basura de muladar, hubiera sido
enemigo de Bolívar, de los ideales de Bolívar, si huera sido su contemporáneo.” (ibídem:
325)
Notas:
1- Designado en la gestión de Rodolfo
Puiggrós en la Universidad de Buenos Aires (UBA), ejerce la Presidencia de
EUDEBA desde 13 de junio de 1973. Ratificado por Taiana, luego del
desplazamiento de Puiggrós, permanece en el cargo hasta su fallecimiento el 25
de mayo de 1974.
2- Galasso, Norberto. Presentación del
libro: Galasso, N. (Comp.). (2014). En la lucha por la liberación y la
unidad latinoamericana. Textos de José Martí. Buenos Aires: Ed. Instituto
Superior Jauretche. Embajada de Cuba en Buenos Aires, 21 de abril de 2014.
3- Si bien la historia oficial-liberal
de Mitre, Pacífico Otero y demás escribas del país semi-colonial, procuraron
enemistar a los dos Grandes de Nuestra América, Norberto Galasso demuestra
claramente, más allá de la confluencia en el proyecto político de la Patria
Grande, la ligazón de San Martín y Bolívar, dando cuenta que San Martín en su
dormitorio del exilio tenía 1) un cuadro de bolívar, 2) un retrato de bolívar
en miniatura que éste le dio cuando la entrevista de Guayaquil, 3) una
litografía de Bolívar, y 4) un óleo de Bolívar que le mandó a pintar a su hija.
Galasso, Norberto. (2000). Seamos libres y lo demás no importa nada. Buenos
Aires: Colihue.
4- Para un abordaje de Rafael
Hernández, véase: Guglielmino, Osvaldo. (2011). Rafael Hernández, el
hermano de Martín Fierro. Buenos Aires: Colihue.
5- Para un abordaje de Eduardo Wilde,
véase: Acerbi, Norberto. (1999). Eduardo Wilde. La construcción del
Estado nacional roquista. Buenos Aires: Confluencia.
6 Recordemos que en el año 1854 la
provincia de Buenos Aires, con tal de no repartir la Renta de la Aduana se va a
segregar de la Confederación, e incluso se llega a proponer el proyecto que
cuenta el autor.
Bibliografía
Acerbi, Norberto. (1999). Eduardo Wilde. La construcción del
Estado nacional roquista. Buenos Aires: Confluencia.
Blanco Fombona, Rufino. (1981). Ensayos históricos. Caracas: Biblioteca
Ayacucho.
Duhalde, Eduardo Luis. (2005). Contra Mitre. Los intelectuales y
el poder: de Caseros al 80. Buenos Aires: Punto Crítico.
Galasso, Norberto. (2000). Seamos libres y lo demás no importa
nada. Buenos Aires: Colihue.
Galasso, Norberto. (2011). Historia
de la Argentina. Desde los pueblos originarios hasta el tiempo de los Kirchner.
Buenos Aires: Colihue.
Guglielmino, Osvaldo. (2011). Rafael Hernández, el hermano de
Martín Fierro. Buenos Aires: Colihue.
Mercado Luna, Ricardo. (2005). Los coroneles de Mitre. Buenos
Aires: Alción.
Mitre, Bartolomé. (1943). Historia de San Martín y de la
emancipación Sudamericana. Buenos aires: Rosso.
Ramos, Jorge Abelardo. (1973). Del
Patriciado a la Oligarquía. Buenos Aires: Plus ultra.