jueves, 18 de agosto de 2016

SAN MARTÍN y el PROYECTO INDEPENDENTISTA

Por José Luis Di Lorenzo 

San Martín simboliza la concreción del Proyecto Independentista, nuestro 4º proyecto de país, el de la libertad compartida; el de independizarse independizando. Proyecto revolucionario que - sostiene Hugo Chumbita - se puede resumir en el concepto de emancipación, con el doble significado: liberarse del sometimiento a la metrópoli y de las formas de opresión inherentes a la sociedad colonial.
 Cirigliano afirma y comparto que en el pasado argentino han existido modelos propuestos y proyectos queridos, tal formulaban, entre otros,  patriotas como Belgrano y San Martin.
Claramente Manuel Belgrano afirma lo que considera se debe hacer con el país: "Nadie duda que un Estado que posea con la mayor perfección el verdadero cultivo de su terreno, en el que las artes se hallen en manos de hombres industriosos con principios, y en el que el comercio por consiguiente se haga con fruto y géneros suyos, sea el verdadero País de la felicidad, pues en él se encontrará la verdadera riqueza, será bien poblado, y tendrá los medios de subsistencia y aún otros que le servirán de pura comodidad.”
En tanto San Martín (en forma más parca) reclama la necesidad de un proyecto cuando afirma:  “Es necesario fijar la suerte del país”.
A los efectos de autocentrarnos, de reconocernos a nosotros mismos, asumiendo nuestra personalidad social, es necesario rescatar las vigencias y herencia de aquel proyecto de vida.
San Martin y el Proyecto Independentista nos ha legado:
1. Una conciencia sobre la prioridad de la independencia, que implica rechazar toda forma de dominación externa.
2. Las demandas por la igualdad de derechos de todas las clases y grupos sociales.
3. La educación pública como instrumento para la capacitación de los ciudadanos.
4. Un ejemplo histórico de movilización de todos los sectores del pueblo por la causa común.
5. La constitución y el federalismo como forma de la organización del Estado.
6. La hegemonía de Buenos Aires en la conducción de la república, respetando la voluntad de los pueblos del interior.
7. La concepción de la misión de las fuerzas armadas como defensoras de la soberanía nacional.
8. Una conciencia de solidaridad con los países sudamericanos del mismo origen.
9. El reconocimiento a los revolucionarios de 1810 como “padres de la patria”.
10. La figura del gaucho como símbolo de la identidad, la libertad y la rebeldía popular.
En el proyecto nacional de la independencia se resumen orientaciones y valores fundamentales que siguen inspirando la lucha por resolver los dilemas del presente, y que sin duda servirán de guía para afrontar los del futuro[1].


[1] Tomado de Hugo Chumbita, Proyecto Nacional de la Independencia, en Proyecto Umbral. Resignificar el pasado para conquistar el futuro.

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