José Arturo Quarracino
Juan Carlos Vacarezza
Nos acompañó en esa presentación el
dirigente sindical Julio Benjamín González Insfrán, secretario general del
Centro de Patrones y Oficiales Fluviales, de Pesca y de Cabotaje Marítimo.
Conmemoramos así, en ese mismo día,
que 72 años atrás Perón pronunciara el discurso de cierre del Congreso, que
luego se convirtió en el famoso texto de La Comunidad Organizada.
Habíamos elaborado este texto con la
finalidad de presentar en forma lo más comprensible y sencilla lo que
consideramos es el legado que nos dejara Perón para llevar a su consumación la
obra revolucionaria que ejecutó en su vida terrenal. Ese legado no es otra cosa
que el sentido más profundo de por qué hizo lo que hizo y para qué lo hizo.
Mucho y bien se ha escrito sobre la Revolución que ejecutó Perón, tan profunda
que marcó un antes y un después en la historia argentina. Gracias a Dios,
mucho se ha difundido esta epopeya sin igual en nuestro devenir patrio, pero
muy poco se ha estudiado, al menos en forma sistemática, el por qué y el para
qué de lo que Perón hizo, el sentido último y profundo que no sólo permite
entender ese pasado maravilloso, sino que además nos marca el camino futuro que
inexorablemente debemos recorrer, si queremos vivir de nuevo en un país en el
que valga la pena vivir, y vivir bien, con dignidad y grandeza.
Tenemos que conocer el pasado, saber de dónde venimos, para poder tener claro
hacia donde debemos ir. Muchas veces cometemos el error de hablar sólo del
pasado, de lo que Perón hizo, pero no transmitimos el sentido de lo que hizo,
que es lo que hoy pide abrirse camino en nuestro país, y que ya ha comenzado a
preocupar a los “amos del Universo”, porque perciben con toda claridad que
Perón vuelve, o ya ha comenzado a volver en varios países del planeta
(Islandia, Italia, Hungría, Polonia, Estados Unidos, etc.).
Ese sentido es el legado que nos ha
regalado, para que sigamos luchando y lograr que nuestro Pueblo vuelva a ser
feliz y nuestra querida Argentina vuelva a ser una Nación grande.
¿Quién es Juan Domingo Perón, qué es
el Justicialismo? En sus clases sobre “Historia del Peronismo”, que dictara en
1951 en los cursos de la Escuela Superior Peronista, Eva Perón nos da la clave
para explicar y predicar la esencia más profunda de la obra de Perón. En esas
clases Eva Perón sostuvo que sólo se podía entender qué es el
Peronismo/Justicialismo si se lo estudia en relación con el desarrollo y la
evolución de la Historia universal, porque Perón había hecho realidad los
ideales y aspiraciones que los grandes hombres de la historia universal habían
pretendido para sus pueblos.
Siguiendo esta clave hermenéutica de
Eva Perón, en nuestra humilde contribución queremos mostrar que el legado
filosófico-doctrinal que el General nos dejara para continuar y culminar su
obra tiene resumido en sí el esfuerzo civilizatorio que los pueblos del mundo
han aportado a la historia universal, guiados por grandes hombres, predicadores
y realizadores. Estudiar ese aporte universal nos permite comprender la
grandeza y riqueza de la Revolución que encarnara en el siglo pasado el
inmortal líder de la argentinidad.
En la “Introducción” presentamos un
breve resumen de la Historia universal, desde los orígenes hasta la época
actual, con los desafíos que cada época histórica tuvo que enfrentar, en cuanto
a conciliar, por un lado, la realización plena y perfecta de la comunidad
humana, sin que ello signifique el sacrificio o la desvalorización de la
persona humana, y por otro lado que se reconozca y afirme la dignidad de cada
miembro de la comunidad, sin que ello lleve a la desvalorización de ésta
última.
En el primer capítulo -La Comunidad Organizada- hemos puesto de
manifiesto los ejes o los grandes temas fundamentales sobre los cuales está estructurada
la exposición original de Perón, de por sí densa, en tanto es una presentación
sintética de los fundamentos filosóficos de la obra de gobierno justicialista,
ante pensadores e intelectuales nacionales y extranjeros del más alto nivel. Es
una obra densa, como dijimos, lo que no significa que sea complicada, sino
compleja, dado el auditorio al que se dirigía en ese momento Perón.
En
el segundo capítulo -Peronismo,
Humanismo y Cristianismo- hemos expuesto a grandes rasgos la herencia cultural
universal que constituye el contenido sobre el cual la doctrina justicialista
expresa los contenidos conceptuales que han permitido definir al
Peronismo/Justicialismo como una “nueva filosofía de la vida, simple, práctica,
popular, profundamente cristiana y profundamente humanista”.
Cuatro
son las grandes herencias que forman parte de este acervo doctrinal y
filosófico del Justicialismo: las culturas griega y romana, el cristianismo
antiguo y la cultura hispánica moderno-medieval, impregnada de catolicismo.
Algunos ejemplos nos permitirán
visualizar de qué modo Perón expresa en nuestro lenguaje criollo esos grandes
aportes culturales de la Filosofía universal y de sus culturas.
Todos conocemos y recitamos la
popularmente famosa frase “nadie se realiza en una comunidad que no se
realiza”. Esta frase es un resumen genial de la famosa obra La República, de
Platón, escrita en el siglo IV a. C., uno de los primeros tratados políticos de
la Antigüedad en el que se desarrolla en detalle la configuración orgánica y
sistemática de la comunidad humana, en la que cada individuo vive en función
del aporte que hace al conjunto de la sociedad, para que ésta sea perfecta.
También conocemos y recitamos siempre
la frase en la que se afirma y reafirma la primacía nacional: “Primero la
Patria, después el movimiento y por último los hombres”, que bien podemos
afirmar que es la traducción al idioma castellano de dos frases del conocido
escritor, intelectual y político romano Marco Tulio Cicerón, del siglo I a. C.:
en una de ellas afirma que “Puesto que la Patria nos cubre de beneficios y es
una madre más antigua que la que nos dio a luz, le debemos a ella más gratitud
que a nuestros padres” (Sobre la República, Libro I), y en la otra sostiene que
“La patria no nos dio la vida y la educación para no recibir apoyo de nosotros
algún día, y únicamente sirviendo a nuestros intereses preparar un puerto
seguro a nuestro descanso, sino para reservarse en su propio servicio la mayor
parte y las más grandes facultades de nuestra alma, de nuestro entendimiento y
de nuestra voluntad, y dejar a nuestras comodidades privadas solamente lo que a
ella le sobra” (Ibidem).
Respecto a la familia, en el Modelo Argentino para el Proyecto Nacional Perón pone
como fundamento y finalidad de la reconstrucción de la Nación el ideal de la
“Comunidad Organizada”, en la que la realización individual y la
conformación social se sostienen y complementan mutuamente. En esta
comunidad, la familia constituye el
“núcleo primario”, la “célula social básica” sobre la que se estructura la vida
social y política. Este mismo esquema está presente en el famoso texto La
Política, de Aristóteles (siglo IV a. C.), en el que la familia constituye la
base y punto de partida de la organización social, hasta configurarse la polis
(la Patria o la Nación), como realidad suprema y perfecta, lo que significa que
sin familia no hay Polis, no hay Patria.
En Conducción Política, Perón sostiene
que la conducción de sí, la auto-conducción, es la más difícil de todas las
conducciones en el ámbito de la política: quien conduce en política “debe ser
un maestro, debe enseñar, y debe enseñar por el mejor camino, que es el del
ejemplo”, porque “esa enseñanza es la más didáctica, pero la más difícil,
porque hay que dominar el indio que uno lleva dentro de sí” (p. 131). La misma
idea expresó el ya citado Aristóteles, cuando sostuvo que “considero más
valiente al que conquista sus deseos que al que conquista a sus enemigos, ya
que la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo”.
En ese mismo texto Perón cita al gran
filósofo español Lucio Annio Séneca, del siglo I d. C., uno de los más
importantes pensadores de la filosofía estoica antigua.
En otras palabras: Perón tradujo al
ámbito de la política los más importantes aportes conceptuales de la cultura
occidental, dotando al movimiento político que él encarnara de un fundamento
doctrinal y filosófico que le permitiera trascender en el tiempo, que es lo que
hoy se está viendo.
En
el cuarto capítulo -Peronismo y Doctrina Social de la Iglesia- ofrecemos las fuentes y antecedentes
que llevaron al papa León XIII a sistematizar la enseñanza bimilenaria de la
Iglesia sobre la proyección social y política de los principios doctrinales del
cristianismo, fuentes y antecedentes que no son muy conocidos pero que son
imprescindibles para comprender por qué Perón se refirió explícitamente a ese
aporte fundamental en su pensamiento y en su obra de gobierno.
Si bien el mensaje social del
Evangelio ha sido una constante desde los mismos orígenes del cristianismo, fue
a comienzos del siglo XIX que ese mensaje y su prédica comenzó a adquirir mayor
densidad y desarrollo, a causa de los profundos desequilibrios sociales y
económicos producidos por el desarrollo del capitalismo, antes que las
corrientes socialistas y marxistas emergieran con una orientación totalmente
diferente.
Francia, Alemania, Inglaterra, Bélgica
e Italia fueron los países en los que la doctrina social cristiana tuvo su
mayor auge, culminando con la sistematización y oficialización efectuada por el
papa León XIII y sus sucesores, hasta nuestros día. Mensaje en general más
proclive a la resolución armoniosa del conflicto social, frente al antagonismo
total propuesto por el marxismo.
Ésta
es la gran herencia que recogió Perón del cristianismo social y que incorporó a
la Doctrina política.
En definitiva: a 47 años de su partida
de este mundo, Juan Domingo Perón sigue estando presente en la historia
argentina no sólo por la obra revolucionaria que llevó a cabo, sino además y
principalmente por los valores culturales, morales, espirituales y religiosos
con los que impregnó esa obra, como fundamento y razón de ser.
Y es por ese legado doctrinal y
filosófico que Perón ha empezado a tener presencia y vigencia en el mundo:
desde definir al movimiento político francés enfrentado al imperialismo
financiero como “peronismo a la francesa” (Marion Anne Perrion Le Pen) hasta
afirmar que “lo que vemos con Trump y en algunos países de Europa [Hungría,
Polonia, Italia, etc.] son reminiscencias de las ideas de Juan Perón” (Lawrence
Henry Summers, miembro del Council on Foreign Relations, de la Trilateral
Commission, del Inter American Dialogue, del G-30 [la élite de los 30
economistas voceros del poder financiero mundial][1], muestra que la vigencia
de Perón ya ha traspasado las fronteras de nuestro país, para convertirse en
referente actual de la política mundial.
Estamos convencidos que en estas horas
cruciales y dramáticas que vive nuestra querida Argentina el resurgimiento del
Federalismo argentino es el camino político que hay que comenzar a recorrer
para volver a hacer de nuestro país la gran Nación justa, libre y soberana,
altiva y digna que supo ser en grandes momentos de nuestra historia patria. El
legado filosófico y doctrinal de la Filosofía justicialista constituye una base
teórica fundamental del Federalismo, que en gran parte se nutrió de la herencia
cultural hispánica-cristiana y greco-latina que forjó el alma de nuestros pueblos
de América, asimilándose y sintetizándose con la cultura de los pueblos que
habitaron originalmente en nuestro suelo continental.
El
espíritu federal y la tradición humanista y cristiana de nuestra historia
patria deben ser la fuente cultural de la que la Argentina va a renacer, con la
ayuda y bendición de Dios, si somos capaces de ayudarlo con nuestra entrega
generosa y total.