martes, 22 de noviembre de 2016

Lo nacional y lo antinacional

Iciar Recalde, noviembre 2016

Los dirigentes sindicales son todos unos burócratas vendepatria, los de los movimientos sociales unos tranceros, manipulables, oficialistas. 
Mechan toda esta mierda con el muestrario de lo supuestamente “inútiles” que son los macristas… tan inútiles son que como tienen programa para la Argentina están rifando el patrimonio nacional y abriendo un genocidio social en nuestro pueblo, lisa y llanamente, por hambre y desnutrición. 

Algunos compañeros, atados estimo a cierto snobismo universitario de que el pensamiento hay que “modernizarlo” todo el tiempo para decir cosas “nuevas”, me achacan esta Recalde se repite y se repite, hace años con la lata esa de la unidad del movimiento nacional, con volver a ganar sectores del movimiento obrero que echamos a patadas, que sin laburantes no vamos a ningún lado, que con los sectores medios ilustrados no alcanza, que necesitamos programa de emancipación nacional, que el legado doctrinario y de realizaciones del peronismo histórico no está atrás sino delante marcándonos desafíos del porvenir… otros me escriben por privado y me dicen que les pegue de una buena vez a los burócratas que diga algo de los traidores y que como puedo opinar que dentro del massismo hay tipos valiosos que debemos traer para nuestro campo y que fue un suicidio rajar a tanto cuadro político, a tanto sector que necesitábamos para ser mayoría. 
La semana pasada en una clase de auditorio lleno en la Universidad donde discutimos el Estado, un estudiante me pide opinión micrófono en mano sobre, “el traidor de Pérsico.”Que lo parió. Así estamos. Atiné a decir que cuando él estaba aún en la panza de la mamá, Pérsico cortaba rutas por los pobres. Que mientras que él sacaba conclusiones sobre el traidor, ese mismo “traidor”con una enorme vocación de servicio estaba movilizando en unidad con la CGT por el país. Que yo JAMÁS putearé dirigentes sociales (además de que respeto enormemente el laburo histórico del Emilio y considero que El Evita tiene, a diferencia de mucho vanguardismo que hoy juega el juego del enemigo dividiendo partiendo rompiendo, política nacional), como tampoco puteo dirigentes gremiales. 
Que yo tengo claro mi enemigo, se llama OLIGARQUÍA, se llama IMPERIALISMO. 
Enemigo que, continúa haciendo planes de quedarse a administrar su negocio (lo que para nosotros es nuestra patria) por décadas porque le hacemos el laburo mucho más sencillo. 
Pienso que los sectores medios ilustrados (en los que me incluyo y de los que me diferencio por la humildad, la generosidad y el sentido de patriotismo que me han enseñado las ideas nacionales para poner el ojo en la coyuntura y ver dónde se diferencian los únicos campos que me interesa dividir, el nacional y el antinacional, donde primero y verdaderamente está la patria, después el movimiento y por último los hombres) deben aflojar con la soberbia (que en el fondo es política reaccionaria) y sumarse con humildad a las peleas de los que más sufren hoy el embate colonial. 
Tendremos programa nacional y de unidad con o sin ellos. Si es con ellos, mucho mejor, no nos sobra nadie

Los partidos políticos a 122 años

        Alberto Buela (*)   En la tranquilidad de en este tiempo que me toca vivir encontré en la biblioteca un viejo libro del autor bi...