Jorge Rachid – Noviembre 2016
1- Un argentino
puede ser mas o menos peronista o radical, puede ser de izquierda moderada o
extrema, puede incluso ser conservador, liberal e incluso plantarse frente a la
vida como un pragmático, pero se supone que vive y palpita aquí en nuestra Patria,
que sus hijos se crían entre compatriotas, que cantan el himno y se emocionan
con la bandera y la Marcha de San Lorenzo, que se enojan cuando pierde la
selección y se emocionan hasta las lágrimas ante los logros de otros argentinos
a nivel mundial. Eso define a un argentino?
2- Quizás no
alcanza cuando se vuelcan esos sentimientos a la política, despreciando a
nuestros compatriotas, repitiendo frases de la colonización cultural como “a
los argentinos no les gusta trabajar”, en una muletilla enarbolada por las
masas europeas migrantes de principios del siglo XX, o esa otra que nos dice
que al pueblo “ hay que enseñarle a pescar, no darle de comer pescado”, cuando
las masas desocupadas movilizadas en las calles daban cuenta de un proceso
neoliberal que los había sometido a una ingeniería social, inédita en el siglo
XX de posguerra con 12 millones de argentinos arrojados a la banquina de la
historia.
3- ¿Son
argentinos aquellos que repiten automáticamente que si nos hubiesen colonizado
los ingleses en 1806?, en vez de correrlos con aceite hirviendo o de impedirles
el paso con un Rosas y un Mansilla heroico en la Vuelta de Obligado, diciendo
que si la Argentina inglesa, hubiese sido como Canadá. Además de pecar de
ignorantes, han adquirido una personalidad del colonizado, desconociendo su
propia historia gracias a otros colonizados, sumisos al imperio inglés como
Mitre o rendidos a los norteamericanos como Sarmiento, escondiendo a un Alberdi
que en sus memorias retrocede de su pensamiento eurocentrista, apoyando ante
tanto agravio, las causas nacionales.
4- Es que la
historia argentina hasta hoy ha sido escrita por los vencedores de Caseros, los
mismos de la traición mayúscula: la de un jefe del ejército nacional que
estando en guerra con el imperio portugués, que se pasa al enemigo y entra con
las tropas extranjeras a expulsar al gobernante de mayor prestigio argentino en
el mundo del siglo XlX, como era Rosas. Ese hecho lo describe Mitre como
heroico, como una gesta nacional, como un punto de inflexión en la historia,
que realmente lo fue, pero que volvió a la Argentina dependiente y colonial.
5- ¿Entonces
que somos los argentinos, súbditos de cualquiera o patriotas que luchamos por
un destino común de Justicia, Independencia y Soberanía? Esa decisión de vida
nos define en dos situaciones antagónicas: como aliados a intereses
extranjeros, con pensamiento elaborado en otras latitudes, desconociendo
nuestra raíz autóctona americana, morena, profunda, criolla a la cual le
cantamos, pero no siempre incorporamos como hecho cotidiano de vida. La
historia escribió otras frases, desde los caudillos federales aplastados en
nombre de la “civilización”, pasando por los “dictadores” como Rosas, Irigoyen
y Perón definidos así aunque hayan sido elegidos por sus pueblos,
caracterizados como la “barbarie”.
6- Los
pensadores americanos de la emancipación hasta la fecha fueron enterrados en la
memoria de los pueblos, no se enseñan en las escuelas, no forman parte de las
currículas de formación, se inyectan literaturas y músicas bajo el eufemismo de
“universales”, que fueron universalizadas a la fuerza por imperios coloniales,
lo cual no quiere decir quitarle valor artístico a las mismas, sino que son
presentadas como sólo posibles en otras sociedades, ignorando, ninguneando,
ocultando, las producciones nacionales y latinoamericanas, de una riqueza
sublime.
7- La
conformación de la conciencia nacional se siembra en la familia, en la
trasmisión oral que permitió el rescate de lo ocultado a través de la historia,
desde las luchas populares de los pueblos originarios, algunos de los cuales no
se rindieron nunca, hasta nuestros criollos luchando contra el imperio español
con sus bombachas como único escudo, abandonando bienes y hacienda, junto a sus
familias, en pos de la libertad de nuestro pueblo, con dirigentes que hoy se
soslayan con cantos de sirena importados de otras latitudes, proclamados por
gobernantes como los actuales, sumisos y pusilánimes, cipayos de coraje con los
humildes y arrodillados a los poderosos. Esa no es nuestra Argentina.
8- Ni Rodolfo
Kush, ni Fermín Chávez, menos aún De La Riega y Zampay son rescatados, sino
enterrados como Astrada, Ugarte, Castellani, José María Rosas, entre otros
tantos, junto a los pensadores latinoamericanos como Vasconcellos de México,
Rodó uruguayo, Mariátegui, Rubén Darío y Martí mas conocidos. No nos cuentan la
historia de los chicos de Chapultepec mexicano que ante la invasión
norteamericana, se suicidaron en masa saltando al vacío. No relatan el robo
norteamericano de más de un tercio de territorio mexicano desde San Francisco a
California a fuerza de genocidios planificados. No se habla de Gaitán, ni de
Arbenz, tampoco de las revoluciones populares de Paz Estensoro, Haya de la
Torre, Getulio Vargas, Caamaño Deno, Velasco Alvarado entre otros quienes
escribieron la historia latinoamericana.
9- Entonces
convengamos que la tendencia de las dirigencias argentinas es eurocentrista en
su pensamiento, coloniales en su acción y sumisas en su actitud de vida, que
quienes hoy nos gobiernan tienen poco y nada de afecto por nuestras culturas
ancestrales, por nuestras vivencias de lucha y emociones nacionales, viven de
racionalismos que siempre pretenden acumular mas riquezas a cualquier costo,
sumando en esta etapa de la humanidad el peor de los cánceres de los pueblos,
como es el sector financiero internacional, asentados en fondos de inversión
supranacionales, que arrasan pueblos y culturas, determinan procesos en salud y
educación, provocan ajustes estructurales funcionales a sus intereses
sometiendo a los pueblos.
10- Esos sectores
entonces no son adversarios políticos, son enemigos de la Patria, son aquellos
que piden consensos para permitir el saqueo de los recursos naturales de los
argentinos, que además se pretenden apropiar del ahorro interno genuino de
trabajadores activos y pasivos, de los fondos previsionales y de salud. Los
peronistas y los hombres y mujeres del campo nacional y popular de cualquier
ideología que quieran defender la Patria de la ocupación extranjera en su
economía, en su cultura, en su desprecio por la memoria de los muertos en
Malvinas y en las luchas por la Liberación Nacional, deberán convencerse de que
la fragmentación es el éxito del enemigo y el sectarismo es funcional a ellos.
Lo fue en Latinoamérica ante la balcanización inglesa, reparada por Chávez,
Lula y Kirchner reconstruyendo la Patria Grande desde el UNASUR-CELAC,
recuperando la memoria de Artigas, San Martín y Bolívar.
¡Que chico
queda el análisis del macrismo en estos párrafos de nuestra grandeza y orgullo, como país y como región, en que
estos personajes no son bienvenidos y fungen de ajenos!