Jorge Rachid - 13/2/17
1- La historia nos demuestra
como los relatos que ocultan lo visible, duran lo que los pueblos tardan en
activar sus mecanismos en defensa propia, forzando los supuestos límites que
imponen los procedimientos y cursos supuestamente legales, que protegen los
intereses de los poderosos, de los dueños del poder, que pretenden blindar su
accionar, bajo premisas democráticas, que ellos avasallan.
2- Pasó cuando en Mayo de 1810
se instaló la idea falaz de que “nos habíamos liberado de la Corona Española”,
cuando en realidad los “decentes” porteños habían evaluado la situación del
desplazamiento del Rey y aceptado la recomendaciones de la Junta de Cadiz, de
que los Virreynatos o sea las colonias, ante la invasión napoleónica, se
transformasen en Provincias españolas. No es eso lo que decimos que se festeja,
ni lo que se enseña en las escuelas, como hoy cuando “nos abrimos al mundo”,
para acabar con el “populismo”.
3- En aquella época la excusa
fue de romper el “monopolio español”, con la idea no explicitada de aceptar ser
colonia británica, que expresó en carta a Lord Ponsoby, el todavía homenajeado
Carlos María de Alvear, el mismo que entregó la Banda Oriental al Imperio
Portugués, para liberase de Artigas. Igual que hoy cuando desprotegiendo al
UNASUR, se corre a los brazos de las “inversiones extranjeras”, que nunca
vienen a ganar dinero solamente, sino a imponer condiciones desde la salud a la
educación, desde la política internacional al comercio exterior, llegando
incluso al manejo del Banco Central, como en el principio del siglo XX cuando
sus directores eran ingleses.
4- O sea la tergiversación de
la idea matriz, bajo el amparo de consignas supuestamente aceptables, es tan
vieja como la Patria misma, que prosiguió en sus intenciones colonizadoras, con
la persecución al criollo, al gaucho, al indio, desprotegiendo a las
provincias, que abarcaban desde las del Alto Perú cercano, hasta Paraguay y la
Banda Oriental, todas entregadas, en nombre de los supremos intereses del
puerto de Buenos Aires. Esa consigna era la grieta de entonces, federales
nuestros contra unitarios de “ellos”, “civilización de “ellos” contra la
“barbarie”, nosotros.
5- Como vemos esta repetición
histórica, no es nueva, no inventaron nada los colonizadores de los 90, ni
estos actuales, que pretenden instalar la pos verdad, como instancia última del
entendimiento, tapando la realidad y construyendo una ficción en la cual la
mayoría de los argentinos, bajo el amparo y cobijo de los medios de
comunicación hegemónicos, que son verdaderos arietes de esta estrategia,
basando su éxito en el desconocimiento de las verdades enterradas y la
ensoñación del relato ficticio. Siempre fue así y lo sigue siendo.
6- Sin embargo los pueblos han
dado respuestas, en su tiempo a ese tipo de manejo manipulador de la realidad.
Lo hicieron cuando sus condiciones los aconsejaban, nunca entrando en el juego
del enemigo ofreciendo el pecho del martirologio como ofrenda, sino cuando las
coordenadas del enemigo daban la posibilidad de cambiar la ecuación del poder.
Dejando en esas luchas, sin embargo, miles de mártires en el camino, desde los
gauchos del Chacho Peñaloza, pasados a deguello, hasta los muertos de los
talleres Vasena, la Patagonia Trágica, los quebrachales de la Forestal y el
Cordobazo. Pero todos esos hechos protagonizados por el pueblo, sirvieron para
cambiar la historia de su tiempo.
7- También sucedió con el
pueblo alzado ante la detención de Perón y siguió con la Resistencia Peronista
frente al asesinato masivo de la llamada Libertadora, como los fusilamientos y
los 30 mil desaparecidos después. “Libertadora” que si lo fue del comercio
entregado a la voracidad extranjera, del acople de nuestro país al FMI, que el
peronismo había negado, la pérdida de la soberanía nacional y el fin de la
redistribución de las riquezas, en detrimento de los trabajadores, como hoy,
como siempre que los dueños del poder económico, algunos llamados “industria
nacional” gobierna y se entregan pasivamente a los dictados neoliberales de los
estafadores financieros y los viejos y gastados terratenientes del llamado
“campo argentino” que no dudan en arrendar lo que no les pertenece, a los
fondos de inversión transnacionales. Eso es colonización y entrega patrimonial
cipaya.
8- No es nuevo entonces este
esquema perverso en perjuicio del pueblo argentino, que hipoteca a las futuras
generaciones como lo hicieron sucesivamente, las dictaduras militares y los
gobiernos que aceptaron pasivamente los dictados del Consenso de Washington,
que impusieron normas de Mercado como ordenadoras sociales, destruyendo
construcciones sociales solidarias que forjó el pueblo argentino, en cada
etapa, remontando situaciones difíciles que se habían construido, una tras otra
bajo los gobiernos liberales, bajo la armas militares cuando las dictaduras y
bajo el “eficientismo” economicista, en los períodos como el actual. Siempre
pretendiendo enterrar los sueños del pueblo argentino, bajo el eufemismo del
“derrame”.
9- En esta etapa, habiendo
construido un colchón de imputabilidad creada, sobre el peronismo desde hace años,
desde el mismo momento del No al ALCA y cuando sus intereses fueron tocados,
los dueños del poder reaccionaron, como la estatización AFJP, la ley de Medios,
la nueva Carta del Banco Central o la modificación legal de la Bolsa de
Valores, como así también las políticas de DDHH, hasta la Soberanía sanitaria,
fueron suficiente, para iniciar como en 1955 una campaña de destrucción del
imaginario colectivo, que duró el tiempo que necesitó el pueblo argentino, para
recuperar la historia en sus manos. Así pasará ahora, como sucederá siempre.
10- De ahí que el rol del
movimiento nacional en esta etapa es la Unidad como premisa central de la lucha
contra el neoliberalismo, que divide aguas, que tiene un primer escalón
insoslayable: la defensa de la libertad a Milagro y el cese a la persecución a
Cristina y los compañeros peronistas acosados por un partido judicial
vergonzoso, conducido por la embajada de EEUU y los servicios secretos de la
AFI, como lo vemos con las escuchas, la CIA ahora NSA, la Mossad israelí y el
M16 inglés, que desde 1994 vienen operando a boca de jarro en los expedientes
judiciales. Los peronistas viejos lo vivimos, por eso les decimos a los
jóvenes, que estas son tormentas de verano en la historia, que parecen largas e
interminables las noches de la ignominia, pero que terminan cuando el pueblo
asume su protagonismo y los dirigentes son capaces de acompañarlo. Estamos
siempre cerca de recuperar el gobierno, mientras debemos prepararnos para que
cuando suceda, acceda el pueblo al poder, democratizando el mismo con Justicia
Social, Independencia Económica y Soberanía Política.