La investigadora Iciar Recalde
analizó la coyuntura política actual a la luz de la doctrina justicialista y su evolución desde la muerte de Juan
Perón. Se refirió a la derrota electoral de 2015 y a los modos de lucha desde
el campo popular para acceder al poder. Subrayó la vigencia del Modelo
Argentino para el Proyecto Nacional elaborado por Perón en 1974.
Gerardo Burton y Diego Salas
En el colmado salón de usos
múltiples de la EPET 7 de esta capital, la investigadora Iciar Recalde dijo que
los trabajadores y las organizaciones libres del pueblo “son la columna
vertebral” del movimiento nacional que debe reconfigurarse para recuperar el
poder en 2019. La disertación, sobre el tema “¿Por qué soy peronista?” se
realizó el jueves en el establecimiento educativo con la asistencia de más de
300 personas -militantes de agrupaciones políticas y movimientos sociales y
simpatizantes del campo popular-.
La disertación fue inaugurada
por Sandro Castro, titular de AATRAC -Asociación Argentina de Trabajadores de
las Comunicaciones seccional Neuquén-; el diputado nacional FpV Darío Martínez
y la dirigente Lorena Barabini Parodi. Tras los discursos iniciales, Recalde
analizó la coyuntura política actual a la luz de la doctrina justicialista y se
refirió específicamente a la vigencia del Modelo Argentino para el Proyecto
Nacional, elaborado por Juan Perón en 1974 y que constituye su testamento
político.
La actividad, organizada por
la agrupación La Jauretche y Gastón Ungar, contó con el apoyo de numerosas
organizaciones -agrupación Néstor Kirchner, Movimiento Evita, Resistiendo con
Aguante, entre otras- y otros dirigentes y militantes vecinales y provinciales.
Recalde es licenciada en
Letras por la Universidad Nacional de La Plata y ha editado numerosos ensayos y
artículos sobre los principales intelectuales peronistas y del campo nacional y
popular.
Por ejemplo, su tesis doctoral
es sobre el escritor Haroldo Conti; participa como fundadora del Centro de
Estudios Juan José Hernández Arregui -sobre quien tiene un trabajo publicado a
propósito del bicentenario de la Revolución de Mayo,
http://hernandezarregui.blogspot.com.ar/-; sobre el proyecto de las cátedras
nacionales en la universidad de los años setenta, entre otros. También fue
asesora de los bloques legislativos provinciales del Frente para la Victoria en
Buenos Aires y de la vicegobernación de esa provincia.
En primer lugar, Recalde se
refirió al “contexto de retroceso furibundo del movimiento nacional” desde la
derrota de 2015, aunque señaló que existen “antecedentes en la patria”: los
golpes de Estado de 1930 y de 1955 (“trágico”, según lo calificó) y el de 1976
que, además de instaurar el terrorismo estatal, inauguró una etapa de
neoliberalismo que concluyó con la asunción de Néstor Kirchner a la presidencia
de la Nación en 2003.
En este itinerario de avances
y repliegues, hoy se produce un fenómeno original, explicó: “la oligarquía que
comanda los destinos de la Argentina en la actualidad: gobierna con los
personeros de las corporaciones, con las conducciones de las multinacionales,
conducen lisa y llanamente el Estado. La oligarquía había tenido la capacidad
de poner a representantes de sus intereses. Ahora, lisa y llanamente el imperio
y sus corporaciones conducen la política del Estado argentino con todas las
consecuencias trágicas que eso supone”.
A continuación, mencionó los “enormes desafíos” que enfrenta el campo
popular. El primero de ellos, no menor, es el de la identidad, señaló,
debido a la “profunda crisis” que transita el peronismo desde el fallecimiento
de Juan Perón en 1974.
La respuesta más acertada,
para Recalde, “la sintetiza Evita cuando dice que , y a
continuación decía Evita . Son valores medulares de la doctrina
justicialista”.
Indicó que la crisis en el peronismo tuvo consecuencias en la derrota
electoral. Esto hizo posible que una minoría antinacional, dijo, tome los
resortes básicos del Estado porque “las mayorías sociales dejaron de ser un
espacio seguro”.
Y la vocación peronista, dijo,
tiene que ver “con recuperar la confianza perdida y, en consecuencia, creo que
la pregunta por la identidad tiene una respuesta: es la recuperación de la
doctrina justicialista”.
Ése fue el eje que Recalde se
ocupó de desarrollar durante una gran parte de su disertación: mencionó
entonces las “etiquetas del peronismo construidas con ismos sumados a otros
apellidos”. Pero aclaró que el peronismo no es el Partido Justicialista ni un
electoral ni una invención cultural, por el contrario, se trata de “la búsqueda
políticamente organizada de soluciones a los problemas argentinos”.
La pregunta por el peronismo
adquiere relevancia, sugirió, a la hora reconocer la vigencia o no de la lucha
por alcanzar la justicia social, la independencia económica y la soberanía
política.
A partir de acá el peronismo
se ofrece como una experiencia exitosa de la revolución nacional, que logró el
punto más alto de la dignidad y el bienestar para el pueblo argentino porque
“pese a las tropelías de los 90 hay un ADN vinculado con la dignidad”.
“La consecuencia del
peronismo, continuó, es la doctrina: la propuesta de un destino posible,
profundamente necesario para saber qué hacer con la patria. Pese al esfuerzo de
las organizaciones libres del pueblo la doctrina justicialista permanece hoy
replegada y es necesario hacer un esfuerzo para ponerla en el centro del
debate”.
Dijo que la síntesis “más acabada” de la doctrina son
los dos planes quinquenales y el plan trienal; la Constitución de 1949 y el
Modelo Argentino para el Proyecto Nacional que es “el testamento político del
general Perón”. De este último, indicó que se trata de “una propuesta
programática vigente para los próximos años en la Argentina”. Añadió que “el
peronismo no está atrás como una pieza de museo, sino que fundamentalmente está
adelante, hablándonos desde el futuro”
Justamente por no ser una
pieza de museo y por el carácter revolucionario del peronismo, no se trata de
recordar a las glorias del pasado como Perón y Eva, sino que se trata de
“iluminar el presente”. Por el contrario, “el peronismo nos legó una forma de
entender la realidad nacional a corto, mediano y largo plazo y cómo solucionar
los problemas nacionales”. Se trata, concluyó, de que el pueblo argentino tiene
la capacidad de elaborar y desarrollar en la práctica política un proyecto
soberano “a contrapelo de la oligarquía liberal que quiere ser una semicolonia
de los gringos y copiar modelos foráneos”.
A continuación, se transcriben
los puntos más importantes de la disertación de Recalde:
* El testamento político de
Juan Domingo Perón: planteó lisa y llanamente lo que debíamos transitar.
Planteó un proyecto desde el año 74 hasta el año 2000. Durante los treinta años
desde la muerte del general en la Argentina se hizo todo lo contrario, a partir
del año 2003 recuperamos la manera de encarar la política en términos de
liberación nacional, pero no pudimos diseñar un proyecto integral de la
Argentina que queríamos. Esto marcó un proceso de repliegue, pero la ausencia
de proyecto tiene que ver con que nuestro pueblo no haya podido elegir entre
las opciones que se le presentaron en 2015. Y me interesa comentarles cómo se
gesta el Modelo Argentino. Es el fruto de cuarenta años de elaboración teórica
y de prédica política de Juan Perón. En este texto fundacional está el futuro,
está el “¿qué hacer?”
* A contrapelo de la versión
más o menos oficial de Juan Perón, que sigue formando parte de las currículas
académicas, un viejo gagá que no tenía nada que hacer por la Argentina, que
echó a la juventud, y al legado que quedó trunco. A contrapelo de esto, hay una
continuidad de la lógica de pensamiento de Perón que desde la misma
constitución del GOU y de 1945, Perón pensó hasta el último momento de su vida
en la necesidad de establecer un nuevo modelo de país, ligado fundamentalmente
a la idea de planificación. (por ejemplo, desde las Veinte verdades hasta los
dos planes quinquenales y el plan trienal y la Constitución del 49)
* El enemigo se impuso a
sangre y fuego en la dictadura, con 30 mil compañeros desaparecidos y luego
tuvimos una etapa de falsa democracia. Cuando el enemigo se impone en el plano
político, también lo hace en los otros planos: en el económico, en el social,
en el cultural. Impone un modelo político y un modelo cultural, es el modelo
subcolonial, del vaciamiento de la ética y del sentido emancipador de los
pueblos.
* Los últimos doce años fueron
lo mejor que le pasó al pueblo argentino tras la muerte del general Perón. Ese
proceso era un eslabón más en los doscientos años de historia. Es un granito de
arena en un proceso en el cual miles de hombres y mujeres han dado su vida por
este país.
* Perón nos demostró que el
pueblo argentino puede generar un país independiente, que puede recuperar el
patrimonio nacional y popular. En ese “puede” está la doctrina justicialista,
la de las grandes realizaciones.
* Hasta el año 73 la idea de
modelo argentino no estaba en la cosmovisión de Perón. Fundamentalmente, en el
último gobierno se circunscribía al pacto social que establecía un acuerdo
entre la CGT y la CGE y al plan trienal, que debía reconstruir la Nación y
establecía también un proyecto de reforma constitucional para 1975 que por
supuesto, quedó trunco.
* La idea de Modelo Argentino
empieza a adquirir valor en el año 74 cuando Perón se dio cuenta que se moría;
necesitaba dejar un testamento al pueblo argentino. Perón veía que los grandes
tensionamientos en el interior del peronismo iban a llevar a un repliegue. Por
eso fundamentalmente esa reactualización -de “para un peronista no hay nada
mejor que otro peronista” fue sustituido por “argentino-. Necesitaba sacar el
debate político por fuera del movimiento y hacerlo carne en las organizaciones
libres del pueblo. En tal sentido, en febrero del 74 crea un organismo, la
secretaría de Gobierno, donde está el origen del MA. Y aparece en escena un
militar profundamente patriota, lamentablemente olvidado como los grandes
patriotas de la Argentina. Éste muere en el olvido en el año 2001, es el
coronel Vicente Damasco.