El hijo del dirigente de la UOM asesinado hace 50 años
habló por primera vez de aquella tragedia y del orgullo que siente por ser hijo
del “Lobo”, que le dejó un legado inmaterial “y no los campos y caballos que
inventan que tenía”
Apartados de la entrevista efectuada por Claudia Peiró y Facundo
Giampaolo para INFOBAE
Roberto Vandor conoció a su padre por las fotografías
enmarcadas que su mamá tenía en las paredes del sencillo tres ambientes de
Parque Chacabuco donde vivió siempre la familia. El segundo hijo de Augusto Timoteo "el Lobo"
Vandor tenía apenas 8 meses de edad cuando un comando irrumpió en las oficinas
de la UOM en La Rioja al 1900, barrio de Parque Patricios, y asesinó de
cinco disparos a su padre, en un atentado nunca esclarecido.
Fue uno de los primeros crímenes políticos en lo que
luego sería una escalada sin fin. Vandor tenía 47 años, estaba casado con Elida
Curone y tenía dos hijos: Marcela, entonces de dos años, y Roberto.
Por primera vez, el "Lobito", de gran parecido
físico con su padre, habla con un medio periodístico sobre cómo sobrevelló su
familia esa tragedia.
En las palabras de Roberto Vandor -y en las de su hermana
Marcela que lo acompañó durante la entrevista- no hay ni una sombra de rencor.
El mérito es de su madre que, dice él, "se cargó todo".
Roberto asegura que siente orgullo por ser el hijo de
Vandor aunque alguna vez delante de él alguien soltó la palabra
"traidor". No cree que su padre haya querido nunca sustituir a Perón.
"Mi mamá no se lo hubiera permitido porque ella era de esas peronistas que
votaba lista 2", dice, aludiendo a su verticalismo. Sí que tuvieron una
"diferencia política", dice, pero recuerda que su madre, con lágrimas
en los ojos, le contaba que Vandor, de regreso del encuentro con el General en
Irún, en la frontera francoespañola, le dijo "que había arreglado las
cosas con Perón y que ya se podía morir en paz".
Con fecha 10 de
julio de 1969, de puño y letra, Perón expresa sus condolencias a la viuda de
Vandor, trata de "canallas" a los asesinos y le dice que aún no
se ha disipado en su espíritu "el tremendo golpe que el asesinato del
compañero" le ha producido. "Él ha caído en el cumplimiento honesto
de su función de dirigente, demostrando así que, si la tarea de conducción
enaltece al ciudadano, éste también ennoblece la función", le dice.
¿EN QUÉ MOMENTO Y CÓMO TE ENTERASTE DE QUE
ERAS HIJO DE UN ASESINADO POLÍTICO?
Crecí con eso. Nuestra infancia fue muy peculiar. Si la
comparo con la de mis compañeros de primaria, fue muy peculiar. Yo siempre lo
supe; no puedo precisar el momento, crecí con eso. Eso te forma, te da una
manera de ser muy particular. Todavía me pasa hoy, aunque ya no tanto, pero me
pasó muchas veces en mi vida que cuando digo "a mi papá lo mataron",
viene la pregunta "¿qué pasó?" En las épocas de mayor inseguridad,
algunos me decían "¿en un asalto?" No, lo asesinaron por cuestiones…
Lo tenemos incorporado desde siempre. Entre las muchas cosas que le reconozco a
mi mamá, una de las que más valoro es que nos crió sin rencor. Esa mochila no
nos la puso. Siempre digo que mamá se cargó todo. Y para ella fue traumático,
el hecho en sí y vivir luego como la viuda de una persona que en su momento
tenía una relevancia política muy grande. Pero
nunca nos generó rencor por nada. Era de alguna manera lo que nos había
tocado vivir, sufrir, si querés, y era con lo que había que lidiar. Pero
gracias a Dios, porque el rencor lo lleva uno, no lo lleva el otro, el objeto
de tu rencor, lo sufrís vos.
¿QUÉ HIZO TU MADRE DESPUÉS QUE ASESINARON A TU PADRE?
¿ELLA TRABAJABA?
Mamá trabajaba. De
hecho se conocieron trabajando. Se conocieron en la fábrica de Philips.
Mamá era delegada de la sección armado, empaquetado, y papá en ese momento creo
que era el delegado de la fábrica. Mamá siempre trabajó, hasta que se jubiló en
el año 1994.
¿LOS COMPAÑEROS DE
TU PADRE SE HICIERON CARGO DE USTEDES, HUBO UNA SOLIDARIDAD HACIA LA FAMILIA?
Solidaridad, sí,
se hicieron cargo. Yo te lo defino muy simple, nosotros éramos hijos de dos
empleados metalúrgicos, uno que era el secretario general y otra que en ese
momento trabajaba en el sector rayos del sanatorio metalúrgico. Y nuestra vida
fue la de dos hijos de empleados metalúrgicos de aquella época, ni distinta
antes, ni distinta después, económicamente hablando. Siempre tuvimos esa vida,
con las aspiraciones que podían tener dos hijos de una familia metalúrgica, que
en aquella época por ahí eran otras que las que actualmente un empleado
metalúrgico puede tener. Nuestras vacaciones eran en el Hotel Royal, el mundo
en el que nos movíamos era el micromundo
de la UOM, como todos los hijos de empleados metalúrgicos. Sí te puedo
decir que por ahí teníamos la habitación siempre reservada… Tampoco te voy a
decir que la gente nos dio la espalda ni mucho menos. Mi mamá siguió ligada a
la UOM en su función en el sanatorio metalúrgico hasta que se jubiló. Con la familia de Lorenzo Miguel tuvimos y tenemos
una relación de amistad, casi familiar, mamá era la madrina de la hija
mayor de Lorenzo. La solidaridad se expresó mucho a través de una contención,
para mí, para mi hermana también, y sé que para mi mamá la UOM era un lugar de
pertenencia y de contención muy fuerte.
(…) La UOM nos ayudó sí con el tema de los estudios. Si
teníamos que comprar algún libro… Me acuerdo mucho, y me río un poco por cómo
han cambiado los tiempos, de cuando tuve que comprar para la secundaria una
calculadora científica, y le dije a Lorenzo, le decíamos tío, si me la podía
comprar. A ver, era algo que todos mis compañeros de curso tenían. Pero bueno,
a mi mamá se le hacía costoso comprarla.
(…) Sí, yo no voy
a negar lo que es una realidad, pero no fue para nada el caso nuestro. Quiero
ser muy cuidadoso porque yo también me crié con el mito de que éramos
millonarios. Pero, todavía a veces paso
por la casa donde mi madre vivió hasta 1996, la misma casa donde se casó y vivió con papá, Emilio Mitre 1445, a una cuadra del
Parque Chacabuco. Me acuerdo que a mi hermana una vez en un control en la
ruta 2 yendo a Mar del Plata, ella tenía todo en regla pero la demoró un agente
para ver si podía tener algún tipo de ayuda para el café. Pero mi hermana le
dijo: "Yo no le voy a dar nada a usted, no tengo por qué darle nada, si
usted tiene que hacer algo hágalo".
(…) Pero nosotros nunca tuvimos caballos de carreras. ¿A
mi papá le gustaba ir al hipódromo? Eso es innegable. ¿Caballos de carrera tenía?
Nunca tuvo. Creo que una vez entre diez o doce iban a comprar uno y él tenía
una cuota aparte que enseguida pidió que se la devolvieran. No pasamos miseria
ni mucho menos, vivíamos con las expectativas de cualquier familia metalúrgica
y vivimos muy felices desde ese lugar. Y la UOM a nosotros siempre nos dio
respuestas cuando las necesitamos.
¿EL ASESINATO DE TU PADRE ESTÁ ESCLARECIDO?
No, no se sabe. Nosotros
no supimos. Creo que dos o tres años duró la causa abierta sin avances
sustanciales. Era otra época, claramente. Una cosa semejante, en la
Argentina de hoy, creo que no pasaría, gracias a Dios. Pero calculo que habría
otras investigaciones que permitirían un esclarecimiento…
(…) la causa de papá prescribió porque nosotros no
hicimos las cuestiones legales para que eso no ocurriera. En el caso de (José
Ignacio) Rucci [N.de la R: El secretario general de la CGT, asesinado en 1973]
los hijos impulsaron mucho después la causa. Aunque me parece que hay a priori
ciertas diferencias en los asesinatos. Hay
indicios más concretos en el de Rucci. En el de mi papá no, tal vez por ser el
primero y por la época misma, porque en esos cuatro años los grupos armados
se radicalizaron, tomaron otra estructura. En el 69 era una cosa, en el 73
claramente ya era otra.
¿SUFRISTE DISCRIMINACIÓN POR EL APELLIDO VANDOR EN EL
COLEGIO, EN LA UNIVERSIDAD, EN ALGÚN AMBIENTE EN EL QUE TE MOVÍAS?
— No sería tan extremo de decir discriminación pero sí,
claro, sí, hay gente como dije recién que me llegó a decir "¿Sos el hijo
del traidor, vos?" Traidor a qué. Porque
también se instaló esto de que mi papá buscó tener una actuación propia por
fuera de lo que era el peronismo, por fuera de Perón. Yo nunca encontré ningún
lugar en que mi papá pronunciara un discurso donde hablara de peronismo sin
Perón. Y es más, esto creo que mi mamá no se lo hubiera permitido siquiera.
Ella era de esas peronistas que votaba la Lista 2 ¿se acuerdan de la Lista 2?
En algún momento yo critiqué algo de algún candidato, y ella decía "es el
candidato del PJ". En mi casa era así. Entonces, obviamente que hubo una
diferencia con Perón, una diferencia histórica, por un apoyo a dos candidatos
distintos. También hay que situarse en la época: Perón necesitaba que hubiera
determinado tipo de poder repartido y que no se concentrara. Dentro del partido
peronista no había cuadros de valor per se, entonces bueno… Pero cuando mi papá
pudo aclarar esas diferencias con él en la frontera con…
FRANCIA, EN IRÚN.
Exacto. Que fue muy poco antes de que a él lo maten, mamá
siempre contaba, y hasta la he visto contarlo con lágrimas en los ojos, que él
volvió y le dijo "ya pude arreglar las cosas con Perón, me puedo morir en
paz". Y a mí en una oportunidad Jorge Antonio me contó que Perón
personalmente le había encomendado a él venir a la Argentina para decirle a
papá que se tenía que ir porque lo iban a matar. Dos años antes de que lo
mataran, calculo que sería en el 67.
¿USTEDES SUFRIERON
AMENAZAS?
Sí, Marcela y yo fuimos amenazados por
bastante tiempo. Por años. Nunca quedó muy claro desde dónde venían las
amenazas, eran llamados telefónicos describiendo el recorrido que habíamos
hecho ese día para ir al colegio, a qué hora habíamos vuelto, con quién
estábamos, ese tipo de cosas, y que nos iban a matar.
¿TENÍAN ALGÚN TIPO DE CUSTODIA USTEDES?
Sí pero de la UOM. La UOM nos cuidaba. Eran chicos de
veintipico de años. No quiero que se imaginen gurkas. Pero para ellos era como
que estaban cuidando a los hijos de Vandor, era algo personal, esto es nuestro.
Y yo lo sentía así, de hecho algunos de ellos, aunque ya no los veo, los
quiero, Miguel Arné, por ejemplo, me permito nombrarlo, lo adoro. Porque sé que
si tenían que dar la vida por nosotros la hubieran dado. Y pasaron situaciones
de ese tipo. Una vez yendo a Mar del
Plata, hubo disparos contra el auto, nos empezaron a seguir, era de noche,
íbamos en un Ford Fairlane, Marcela, mi mamá y yo detrás, y adelante Miguel y
creo que Roque, otro muchacho por el que también teníamos mucho afecto. Yo
dormía y de pronto escucho "Elida, Elida, tírense al piso". Y nos
tiramos en el Ford Fairlane, un coche grande, y escuchamos disparos. Pasaban
cosas feas, sí. Había mucha tensión en mi casa cuando sonaba el teléfono.
Cuando me junto con mis compañeros de la primaria, ellos me dan la devolución
desde su lado, cuentan que cuando íbamos a sus casas, ellos preguntaban:
"¿por qué Roby y Marcela vienen con el coche de la policía atrás?"
HACE UN RATO
MENCIONAMOS AL CHE GUEVARA, ¿QUÉ SABÉS DE LA RELACIÓN QUE TUVO CON TU VIEJO?
Sé que estuvo en Cuba.
ES LLAMATIVO QUE VANDOR, QUE ESTÁ UBICADO EN LA ORTODOXIA
O LA DERECHA PERONISTA, HAYA TENIDO UN VÍNCULO CON EL CHE, QUE TENGO ENTENDIDO
LO INVITÓ DOS VECES A CUBA, AÑO 61, 62.
Sí, yo no sé, la verdad nunca se habló en casa de eso.
Tengo una opinión, pero tampoco te puedo decir "sé que mi papá dijo tal
cosa"… Me parece que podría haberle llegado a simpatizar al inicio el tema
de que era una cosa directamente antiimperialista en aquel momento. Creo que
había por ahí una afinidad desde ese lugar. Pero claramente mi papá no era una
persona de pensamiento de izquierda.
¿CONSERVARON PAPELES, CARTAS DE TU PADRE?
Sí, tenemos, sí.
Cartas de Perón y de otras personas. Pero sólo una vez hicimos pública una
carta. Marcela tuvo la idea cuando Aníbal Fernández, a quien no conozco, quiso
atacar de alguna manera a Hugo Moyano, como que los había traicionado,
llamándolo Augusto Timoteo Moyano. Entonces publicamos una carta que Perón le
envió a mi madre, después del asesinato de papá, con palabras muy elogiosas.
Una carta personal.
¿VAN TODOS LOS ANIVERSARIOS? (del asesinato)
Sí, vamos todos los aniversarios, sí, sí. Todos los años,
la UOM hace un recordatorio. Hasta en la época del gobierno militar. Si hay algo que me sorprende cada año que voy
es que veo gente de veintipico, treinta y pico de años, y me sorprende, porque
ningún dirigente de la UOM es ya contemporáneo de mi papá. Creo que Antonio
Caló lo vio como delegado en un congreso. Y la verdad es que me sorprende el
respeto con el que siempre nos tratan y el respeto con el que tratan la figura
de papá, cuando no hay un rédito detrás. Y no hay muchas organizaciones que lo
hagan, después de tantos años. Cuando ya hoy Vandor no es una figura que tenga
un impacto político para decir que detrás de esto hay un interés.