Entrevista de Andrés Gil
15 noviembre, 2019
Todo empezó intentando que Evo Morales
no pudiera presentarse a la reelección. Siguió con una campaña anunciando un fraude electoral de unas elecciones que se habían
convocado para el 20 de octubre. La profecía autocumplida exigía no
reconocer el resultado electoral en cuanto empezaron a salir datos que
apuntaban a que Morales podría haber ganado la reelección en la primera vuelta.
Y, a partir de ahí, unas protestas que
derivaron en la quema de casas de dirigentes políticos, el amotinamiento
policial, el golpe militar, el derrocamiento de Morales y la investidura de una
senadora, Jeanine Áñez, como presidenta del país a manos de un mando del
Ejército.
Álvaro García Linera (Cochabamba, 1962) es el vicepresidente del
Gobierno de Morales derrocado por el pronunciamiento militar y asilado
temporalmente en México a la espera de la evolución de los acontecimientos de
su país. No sólo ha sido el número dos del Gobierno de Morales durante más de
una década, García Linera es uno de los principales referentes ideológicos y
teóricos de los procesos de cambio en América Latina y de dirigentes de nuevas
formaciones políticas europeas de izquierda.
¿QUÉ OCURRIÓ EN BOLIVIA?
Un
golpe de Estado cívico policial. Se inició como un golpe civil contra el
Gobierno, las instituciones, y, a mitad del camino, se volvió policial y
militar.
¿CÓMO ES POSIBLE QUE DESPUÉS DE CASI 14
AÑOS EN EL PODER, LOS MILITARES SE REVUELVAN CONTRA EVO MORALES?
Ha tenido que correr mucho dinero para
comprar mandos policiales y militares. Ha habido presión para disciplinar esos
mandos para la estructura golpista.
¿CÓMO EMPEZÓ TODO?
Hace dos semanas comenzó una movilización de sectores civiles, violentos, que no
reconocieron las elecciones desde el día siguiente. Quemaron cinco órganos
electorales de nueve. En aquellos momentos, era aún un episodio civil, que
la policía intenta amortiguar sin detener a nadie, despejando a la gente.
Luego viene una movilización, convocatorias de clase media urbana
tradicional, en la ciudad de Santa Cruz, Cochabamba y La Paz, en el eje de
las ciudades más importantes del país.
En ese momento, hace dos semanas, los
grupos de choque paramilitares se encargan de infundir terror; queman sedes
sindicales en varios lugares del país; amenazan con quemar casas de dirigentes
y lo logran; atacan y queman domicilios de dirigentes.
Forman
grupos en motos que golpean y atacan
con armas de fuego contra las movilizaciones populares indígenas que venían a
La Paz. Más de 10.000 mujeres fueron
atacadas por 500-800 violentos en moto con lanza granadas artesanales.
Se crea
un estado de terror que busca el control y el miedo en dirigentes sindicales y
políticos. Nosotros sacamos a la policía para retomar el control, pero no a
los militares. Pero la policía actuaba tímidamente. No agarraba a los agresores
y mostraba una actitud dudosa contra estos brotes.
Y SE AMOTINA
La
pasada semana, el día viernes, la policía se amotina. Dice no reconocer al
mando civil, se repliega a sus cuarteles y grita: “Motín policial”.
La policía deja el país y las ciudades,
las instituciones, sin ningún tipo de protección. Eso sucede el día viernes, y
el sábado, 12-14 horas después, el mando militar le pide al presidente que debe
dejar el Gobierno.
Ha habido una escalada desde las
movilizaciones de clase media en contra del Gobierno, a la formación de grupos paramilitares violentos que queman instituciones y
casas privadas, hasta el motín policial y la petición de las fuerzas armadas.
Ha sido una escalada de fuerza para no reconocer la Constitución y al Gobierno.
Y nosotros renunciamos para que no haya más incendios de casas, no haya más
enfrentamientos.
Ellos no reconocen la sucesión
constitucional, y es un general quien
coloca la banda presidencial a una senadora que no tenía ningún rol en la
sucesión constitucional, que es: presidente, vicepresidente y presidenta del
Senado. Ella es presidenta de una comisión del Senado. No reconocen el
órgano constitucional, y un militar coloca la banda.
Además, para aceptar la renuncia del presidente y el vicepresidente se tienen
que reunir ambas Cámaras, y leer allí las renuncias. Pero no hubo
convocatoria de la Asamblea porque sólo tienen un tercio de los escaños. Así
que se reunió ese tercio para que un militar le coloque la banda presidencial.
Desde
el lunes hasta hoy, la gente ha salido a las calles, y hay más de 10 muertos
oficiales a balazos:
una vez que esta mujer toma el poder, los militares y policías salen a
reprimir.
Cuando empezaron los conflictos graves,
los militares pidieron una reunión
al Gobierno y dijeron que no tenían medios para los motines y que hacía falta
un decreto presidencial. Pero ahora salen
a las calles sin decreto presidencial y en operaciones conjuntas con la
policía, con el resultado de 10 muertos a bala y más de 20 heridos de bala.
¿AHORA QUÉ VA A PASAR?
Hay un Gobierno de facto sin Asamblea,
sin sucesión constitucional, que está presionando para que la Asamblea lo
reconozca. Pero la Asamblea no ha podido
ni reunirse porque han sido maltratados los diputados, hay órdenes de
detención, y están presionando para que la Asamblea acepte a la senadora como
presidenta constitucional.
En paralelo, está habiendo fuertes movilizaciones en La Paz, El Alto y Cochabamba,
donde diversos sectores están movilizados y se ha decretado un paro total en El
Alto.
¿Qué buscan ellos? Que la Asamblea los
legalice, y están ofreciendo que no habrá persecución a los diputados, y que el
partido del Gobierno (el MAS) podrá presentarse a las próximas elecciones
dentro de unos meses, pero sin Evo como candidato.
PERO EVO MORALES QUIERE VOLVER, ¿NO?
Evo
salió y renunció para impedir que haya muertos. Nosotros no sacamos los
militares, Evo renuncia
para que no se sigan quemando más casas, pero los paramilitares siguen, la
policía emplea gases y los militares han salido a disparar contra civiles.
VIENDO LA EVOLUCIÓN DE LOS
ACONTECIMIENTOS. ¿CREEN QUE HABÍA UN PLAN?
Visto ahora, sí. Y no nos dimos cuenta,
no supimos entender las señales. Había un plan previamente establecido, lo han
denunciado unas grabaciones publicadas. Pero internamente ya nos cuentan los
actores ahora que si Evo no ganaba con un número por más del 50%, iban a no
reconocer la elección justificando que había fraude.
Dos
meses antes ya comenzó la campaña de que iba a haber fraude. Y ahí es cuando
invitamos a todos a observar las elecciones, cuando empezó una campaña insidiosa de que iba a haber
fraude. Estaban preparando un escenario
que no reconocer los resultados.
¿CÓMO CREE QUE SE HAN COMPORTADO AGENTES
EXTERNOS?
La OEA ha tenido un comportamiento
vergonzoso, porque el mismo día de las elecciones o al día siguiente, la OEA publicó un informe preliminar en el
que decía que las elecciones fueron tranquilas y transparentes, y que Evo había
ganado con más de 10 puntos sobre el segundo. Pero, aun así, decían que la
distancia era muy pequeña y recomendaban una segunda vuelta. Es decir, la OEA
recomendaba saltarse la Constitución. Si habíamos ganado por más de diez, no se
necesitaba segunda vuelta.
Aun así, luego pedimos una comisión para una auditoría, que tenían que haberla
entregada el miércoles. Pero el domingo, en la madrugada, en medio de todo el
caos del motín policial, la OEA publica un adelanto de su informe y dice que se
han detectado irregularidades y propone que haya nuevas elecciones.
Las irregularidades que anota en las
elecciones son: de 300 mesas, selecciona
70 y dice que hay irregularidades, usa el argumento del 0,2% de las mesas para
justificar que ha habido tremendas irregularidades y propone una nueva
elección. Y después acusa a Evo que ha habido fraude y de que es el golpista,
cuando su informe no habla de fraude, sino de irregularidades.
Este informe del domingo, faltando
cuatro días para la fecha prevista de entrega, incendia más el país: es el
momento en que la policía está amotinada, hay paramilitares y el informe dice
que se habían producido serias irregularidades que ponen en duda la victoria de
Evo.
USTED TIENE UNA BIBLIOTECA DE 30.000
LIBROS EN SU CASA DE BOLIVIA QUE CORRE RIESGOS DE SER INCENDIADA.
Antes
de que renunciáramos, el domingo, queman la casa del presidente. Entran estos
paramilitares a quemar la casa del presidente, de su hermana, secuestran a
familiares de ministros
y les obligan a que llamen a los ministros para que renuncien y sean quemadas
las casas. Son relatos de terror de los años 30 cuando se perseguía a los
judíos.
Y ese mismo día se acercan a mi casa
varias personas. Previamente ya iban a mi casa, con sus latas, contra mí,
tiraban huevos a la ventana… Y yo no tengo protección militar. Los estaba
esperando.
Pero el domingo vuelve un grupo a mi
casa, y como había incendios en las otras casas, amenazan con quemar la mía.
Ese día es cuando una campaña internacional, con intelectuales, para salvar la
biblioteca. Y esa respuesta ha disuadido un poco.
No he vuelto a regresar a mi casa, están
mis dos cachorras alimentadas por los vecinos, en la casa abandonada a la
espera que no me la queme esta banda de paramilitares.