Alberto Buela, 30 de marzo de 2020
Este
pequeño comentario podría titularse “un filósofo criollo responde a los
europeos”, pues acaban de enviarme varios amigos un artículo publicado en el
diario de izquierda Página 12 y otro en Ia agencia liberal progresista Infobae,
titulados algo así como: “Qué piensan los filósofos sobre el coronavirus”. Y
allí aparecen las opiniones de Zizek, Byung Chu, Harari, Agamben, Chomsky,
Esposito, Jean Luc Nancy y algún otro.
Todos
estos filósofos, en mi opinión la mayoría no lo son, hablan sobre el futuro:
que cae la sociedad capitalista, que se instaura nuevo socialismo, que se viene
un totalitarismo sutil de manejo de las masas, etc., etc. Todas precogniciones,
todas prognosis.
La
sana filosofía, esto es, aquella que se realiza reflexivamente, aconseja desde
siempre que la filosofía “como el buho de
Minerva sale a volar al anochecer” (Hegel). Esto es, cuando la realidad se
puso, cuando el fenómeno acabó, cuando está terminado. Y ello no ocurre con la
pandemia del coronavirus, pues está en pleno desarrollo.
Ya
Weber, Sombart y tantos otros grandes sociólogos aconsejaban que ante un
fenómeno masivo como una peste o un acontecimiento mayúsculo es conveniente
dejar que se desarrolle antes de ponerse a estudiarlo. Porque de lo contrario
solo realizamos conjeturas y no ciencia.
Y
esto es lo que les pasó a esto “filósofos europeos”, hablaron por hablar,
hablaron al ñudo; fueron víctimas de uno de los rasgos de la existencia
impropia de la que habla Heidegger en Ser
y Tiempo: las habladurías.
Esto
del buho de Minerva ya estaba en el mito de Prometeo cuando en la caja de
Pandora queda encerrada la elpis, que
los tontos de capirote tradujeron por esperanza cuando en realidad significa la
espera o mejor aun la prognosis. Lo que enseña que: el hombre no puede conocer
el futuro sino a lo máximo conjeturar sobre él.
De lo que no se puede hablar, hay que callar, aconseja
Wittgenstein en la frase final de su Tractatus.
Y el viejo Sócrates decía: tengo un
daimon que me dice cuando debo callar. Cómo van a ser filósofos sino pueden
cerrar el pico y, además, les falta en daimon= voz interior o algo parecido.
Ninguno
de ellos esbozó hablar de las causas del coronavirus como puede ser la
manipulación genética y cosas por el estilo, que se fueron de control a las
ciencias duras.
Cuando
muchos de mis amigos me demandan a diario que escriba sobre el coronavirus les
respondo que la filosofía no es horóscopo, no es adivinaza, es un saber
reflexivo, que en algún momento se puede traducir en sabiduría existencial, pero
ello supone un trabajo profundo en una ascética espiritual que no es para
todos.