¿Desde dónde pensar el futuro? Una polémica conceptual con Página 12
Por Gabriel Fernández
En la segunda nota Apuntes, referida a la polémica derivada del documento
de los organismos, señalamos una variedad de pensadores nacionales de enorme
relevancia. El viernes, en La Señal por el aire de la Gráfica, hicimos una
referencia a la trascendencia de tomar en cuenta ese modo de razonar a la hora
de abordar el debate surgido entre los sociólogos Byung-Chul
Han y Slavoj Zizek. Hoy, en qué nos parecemos, pudimos brindar, de
modo más desarrollado, la visión que nos acompaña.
Al ver la edición actual de Página 12, quedamos abrumados por la exposición
de figuras del análisis político europeo que desfilan en la nota central para
intentar desovillar el futuro humano tras la situación económico sanitaria
presente. En línea con la “sorpresa” manifestada en derredor del documento
antes citado, descubrimos que no figura
allí un solo argentino. También: no figura un solo latinoamericano. En la
división mundial de tareas, los propios –quienes hacen este diario nacieron
acá- aceptan que Europa piense mientras esta tonta América latina se dedica a
oficios más rústicos.
Si la cuestión estuviera relacionada con la nacionalidad de los emisores,
daríamos el brazo a torcer. La capacidad analítica no puede medirse por el
lugar de origen. El problema radica en que mientras los pensadores europeos en
vigencia devienen de la derrota de la caída del Muro, con el consecuente
posmodernismo escéptico y el rechazo a conceptos activos genuinamente
revolucionarios y transformadores, muchos
argentinos y latinoamericanos relanzamos exploraciones previas y las
reformulamos en tiempo presente con las variantes temporales imprescindibles.
La otra fase del problema es el lugar de mirador en el cual están situados
todos los protagonistas.
Es de valor indicar que hay enormes obras ignoradas: de Juan Domingo Perón al Papa Francisco,
sólo por identificar dos liderazgos que en realidad canalizan intereses de
base, pero también elaboración generada por los más lúcidos autores de esos
espacios. Sin embargo, si a la autora de la nota o al resto de sus colegas se
les mencionara esas dos referencias, o la interesante lista que incluimos en el
texto citado en el primer párrafo, sonreirían. Y nos bombardearían con los
señalados en la nota de Página: junto a Byung-Chul Han y Slavoj Zizek, los
italianos Giorgio Agamben y Franco "Bifo" Berardi, el
croata Srećko Horvat, la estadounidense Judith Butler y el
francés Alain Badiou.
Apenas el galo citado al final efectuó junto a Louis Althusser, muchísimos
años atrás, un aporte valioso en relación al objeto y los niveles. El artículo
no señala a Marshall Berman –Todo lo sólido se desvanece en el aire-, pero el
resto de los mencionados no lograron trascender su planteo, básicamente
asentado en la inexistencia del sujeto y la acción individual como elemento de
resistencia. Es decir, las fuentes escogidas por Página 12 no son
“extranjeras”… son menores. El Pensamiento
Nacional argentino, que tiene trayectoria y vigor presente, no ha resignado
la idea de revolución, sigue enfocando al Pueblo como sujeto y no se percibe en
derrota como los autores del añejado continente y sus émulos asiáticos.
Es más: las construcciones Tercera Posición y Comunidad Organizada están en
pleno desarrollo. Su reformulación en los tiempos presentes es rápida y
versátil, con la inclusión de la Multipolaridad como elemento a tomar en cuenta
en la primer formulación y las empresas generadas por la misma sociedad –qué
curioso que los posmodernos no se den cuenta- permiten ampliar la mirada para
la segunda. Descontando claro que Justicia Social sigue siendo el eje
articulador de la tríada. Y bastante más, que intentamos evidenciar en los
textos habituales, mientras leemos a tantos compañeros que sin aspavientos en
los claustro (fóbicos) van dando en el clavo a la hora de comprender una
realidad dinámica.
Finalmente: en todo ese diario argentino ¿no hay un redactor formado en
estos pagos que diga “che, acordate de Arturo
Jauretche”? No planteamos que lo afirme cara a cara, dada la cuarentena
existente, pero es probable que algún sistema de conexión hilvanado por las
nuevas tecnologías facilite la comunicación interna. Hay mucho virus dando
vuelta. El gran lincoleño nos dejó algunas vacunas, desconocidas por quienes
deberían aprehenderlas con mayor detenimiento. Sólo
un ejemplo: “Comprobamos que los hechos unifican y las
abstracciones dividen y que por sobre la carnadura de los acontecimientos, las
divergencias del nivel ideológico pierden importancia ante la demanda de
las soluciones”.