martes, 31 de marzo de 2020

Hay un virus que también ciega.


¿Desde dónde pensar el futuro? Una polémica conceptual con Página 12


Por Gabriel Fernández 

En la segunda nota Apuntes, referida a la polémica derivada del documento de los organismos, señalamos una variedad de pensadores nacionales de enorme relevancia. El viernes, en La Señal por el aire de la Gráfica, hicimos una referencia a la trascendencia de tomar en cuenta ese modo de razonar a la hora de abordar el debate surgido entre los sociólogos Byung-Chul Han y Slavoj Zizek. Hoy, en qué nos parecemos, pudimos brindar, de modo más desarrollado, la visión que nos acompaña.
Al ver la edición actual de Página 12, quedamos abrumados por la exposición de figuras del análisis político europeo que desfilan en la nota central para intentar desovillar el futuro humano tras la situación económico sanitaria presente. En línea con la “sorpresa” manifestada en derredor del documento antes citado, descubrimos que no figura allí un solo argentino. También: no figura un solo latinoamericano. En la división mundial de tareas, los propios –quienes hacen este diario nacieron acá- aceptan que Europa piense mientras esta tonta América latina se dedica a oficios más rústicos.
Si la cuestión estuviera relacionada con la nacionalidad de los emisores, daríamos el brazo a torcer. La capacidad analítica no puede medirse por el lugar de origen. El problema radica en que mientras los pensadores europeos en vigencia devienen de la derrota de la caída del Muro, con el consecuente posmodernismo escéptico y el rechazo a conceptos activos genuinamente revolucionarios y transformadores, muchos argentinos y latinoamericanos relanzamos exploraciones previas y las reformulamos en tiempo presente con las variantes temporales imprescindibles. La otra fase del problema es el lugar de mirador en el cual están situados todos los protagonistas.
Es de valor indicar que hay enormes obras ignoradas: de Juan Domingo Perón al Papa Francisco, sólo por identificar dos liderazgos que en realidad canalizan intereses de base, pero también elaboración generada por los más lúcidos autores de esos espacios. Sin embargo, si a la autora de la nota o al resto de sus colegas se les mencionara esas dos referencias, o la interesante lista que incluimos en el texto citado en el primer párrafo, sonreirían. Y nos bombardearían con los señalados en la nota de Página: junto a Byung-Chul Han y Slavoj Zizek, los italianos Giorgio Agamben y Franco "Bifo" Berardi, el croata Srećko Horvat, la estadounidense Judith Butler y el francés Alain Badiou.
Apenas el galo citado al final efectuó junto a Louis Althusser, muchísimos años atrás, un aporte valioso en relación al objeto y los niveles. El artículo no señala a Marshall Berman –Todo lo sólido se desvanece en el aire-, pero el resto de los mencionados no lograron trascender su planteo, básicamente asentado en la inexistencia del sujeto y la acción individual como elemento de resistencia. Es decir, las fuentes escogidas por Página 12 no son “extranjeras”… son menores. El Pensamiento Nacional argentino, que tiene trayectoria y vigor presente, no ha resignado la idea de revolución, sigue enfocando al Pueblo como sujeto y no se percibe en derrota como los autores del añejado continente y sus émulos asiáticos.
Es más: las construcciones Tercera Posición y Comunidad Organizada están en pleno desarrollo. Su reformulación en los tiempos presentes es rápida y versátil, con la inclusión de la Multipolaridad como elemento a tomar en cuenta en la primer formulación y las empresas generadas por la misma sociedad –qué curioso que los posmodernos no se den cuenta- permiten ampliar la mirada para la segunda. Descontando claro que Justicia Social sigue siendo el eje articulador de la tríada. Y bastante más, que intentamos evidenciar en los textos habituales, mientras leemos a tantos compañeros que sin aspavientos en los claustro (fóbicos) van dando en el clavo a la hora de comprender una realidad dinámica.
Finalmente: en todo ese diario argentino ¿no hay un redactor formado en estos pagos que diga “che, acordate de Arturo Jauretche”? No planteamos que lo afirme cara a cara, dada la cuarentena existente, pero es probable que algún sistema de conexión hilvanado por las nuevas tecnologías facilite la comunicación interna. Hay mucho virus dando vuelta. El gran lincoleño nos dejó algunas vacunas, desconocidas por quienes deberían aprehenderlas con mayor detenimiento. Sólo un  ejemplo: “Comprobamos que los hechos unifican y las abstracciones dividen y que por sobre la carnadura de los acontecimientos, las divergencias del nivel ideológico pierden importancia ante la demanda de las soluciones”.


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