Nuevo libro de Alberto Buela
La convicción
más profunda que dirigió mi meditación en Virtudes contra deberes es que el sujeto
moderno y postmoderno se transformó en un individualista visceral a quien no lo
obliga ningún deber pues intenta hacer siempre su capricho subjetivo. El
primado de conciencia se extendió de su inteligencia a su voluntad.
Mi
planteo, consciente de semejante limitación, propone la sublimación de ese
individuo, irrecuperable para la ética
del deber, a persona. Esto es que logre pensarse como único, singular e
irrepetible, moral y libre, a través del ejercicio de las virtudes.
Hoy
estamos en un labirinto del que solo,
como Ícaro y su hijo Dédalo, podemos salir por arriba. Estamos convencidos
que el sujeto contemporáneo no está agotado en este imbécil irredento que se
nos presenta hoy sino que “también él” es un microcosmos con posibilidades incontables
de modificar su condición. Este es el motivo fundante de una ética aretaica. El
hombre puede ser más de lo que el hombre es, en tanto que es un conflicto entre
acto y potencia.
Es
por eso que en los fenómenos aretaicos comenzamos con el spoudaios= el hombre íntegro que es canon y medida de su obrar y
concluimos con el incontinente, que somos todos nosotros, que podemos llegar a
hombres íntegros a través del ejercicio de la virtud.
No
existe hoy una tercera alternativa al homo
consumans de nuestra sociedad contemporánea.
Alberto Buela, julio de 2020