Son
numerosas las organizaciones internacionales que promueven y financian las
políticas en favor de la interrupción del embarazo
La
historia de la legislación en materia de aborto pone en evidencia el activo y determinante
rol de varias e importantes organizaciones internacionales en pro de su
legalización. Por eso, no llama la atención que las consignas que la apoyan
sean similares, aquí o en cualquier parte del mundo, y, en general, con origen
en países desarrollados.
Un
estudio de Mary Ziegler, profesora de la Universidad de Florida, Estados Unidos, destaca cómo el
trascendente fallo "Roe vs. Wade", que despenalizó el aborto en ese
país en 1973, sentó precedente y sirvió para cambiar el eje de
argumentación, aun cuando se confirmó luego que la violación esgrimida por la
actora para plantear el caso era mendaz. Destaca esta investigación que, con
posterioridad a la Conferencia de
Población y Desarrollo de Bucarest, de 1974, en la que fracasó el argumento
del control demográfico, se produjo un cambio de discurso a favor del aborto
reivindicándolo a partir de entonces como un derecho.
LA QUEMA DE LA DROGA
INCAUTADA
Esa
fue la línea que adoptaron desde entonces las organizaciones que abogaban por
la liberalización del aborto, entre ellas la Asociación para la Esterilización
Voluntaria, originalmente llamada Asociación de Mejoramiento Humano para
Esterilización Voluntaria, que debió modificar su nombre por la oposición que
enfrentaban sus promotores entre la población de color en los Estados Unidos.
También se cuentan entre ellas la organización National Organization for Women
(NOW), Naral Pro-Choice y la conocida International Planned Parenthood
Federation (IPPF).
Varios
organismos multilaterales de crédito han sostenido, en mayor o menor grado,
políticas de control de la natalidad para países de menor desarrollo, pero
elevado crecimiento demográfico. Diversas fundaciones
transnacionales además de IPPF, como la Open Society de George Soros, la
Fundación Ford, la Fundación Rockefeller, la Fundación Gates, junto con
organismos como la ONU, el Fondo de Población de las Naciones Unidas y la
Organización Mundial de la Salud, entre otras, además de muchos gobiernos,
contribuyeron a financiar estas políticas.
La distancia que separa el
control de la natalidad de la legalización del aborto es corta. Está sobradamente demostrado que las
campañas anticonceptivas terminan indefectiblemente siendo proabortivas.
Fundada en 1921 inicialmente como Liga Americana de Control de la Natalidad
(American Birth Control League) por la activista Margaret Sanger, IPPF es hoy
la principal organización que pugna por la legalización del aborto en todo el
mundo. Ziegler señaló a esta institución como una de las que lideraron el
cambio de retórica que mencionábamos, pretendiendo instalar el aborto como
derecho.
Según
surge de sus últimos balances a 2017, publicados en su página oficial (www.ippfwhr.org),
IPPF se financia con 84 millones de dólares provenientes de gobiernos de
distintos países, sobre todo de Estados Unidos, el Reino Unido, Suecia,
Noruega, Dinamarca, Holanda y Australia, y 19 millones provenientes de
fundaciones como las mencionadas.
La
presencia de esta red en organizaciones argentinas se constata a través de los
millonarios fondos aportados por IPPF en los últimos años. Algunas de las
destinatarias son la Fundación para la Salud del Adolescente, para la Salud
Integral con Perspectiva de Género y Derechos Asociación Civil (FUSA),
Católicas por el Derecho a Decidir Argentina, Centro de Estudios de Estado y
Sociedad, Asociación Civil Amnistía Internacional Argentina y Centro de
Estudios Legales y Sociales (CELS), entre otras. Muchos referentes de estas
organizaciones expusieron en las reuniones informativas que tuvieron lugar
durante mayo último en el Congreso de la Nación.
Con
sedes estratégicamente ubicadas en inmediaciones de universidades americanas, Planned Parenthood se define como una
organización preocupada por la salud que brinda asesoramiento a jóvenes. En
2015, debió responder ante denuncias por ventas de órganos y tejidos fetales de
niños abortados en avanzado estado de gestación para investigación. Planned
Parenthood lo negó. Hace un par de semanas, 56 miembros del Congreso americano
también pidieron que se la investigara en relación con encubrimientos de
violaciones y abuso sexual. Últimamente algunos estados norteamericanos le
retiraron la cobertura por seguros de salud, el gobierno de Estados Unidos le
anuló los millonarios subsidios y hoy IPPF alerta sobre la falta de financiamiento
de sus programas globales proaborto.
Es
de esperar que, entre otras enmiendas, nuestros senadores reparen la omisión en
que incurrieron los 129 diputados que le dieron sanción a un proyecto que no
incluye la prohibición del uso de embriones,
tejidos y órganos de niños abortados, evitando el extremo posible y repudiable
de lucrar con los fetos.
Durante
mucho tiempo, se sindicó al Consejo Nacional Asesor en Políticas Monetarias y
Financieras (National Advisory Council on International Monetary and Financial
Policies) como uno de los organismos que apoyan programas que promueven el
aborto, algo que ha comenzado a quedar atrás con la actual administración
americana, que no da lugar a ningún tipo de promoción posible sobre el tema
aborto y que está retomando una senda que prohíbe a las ONG que reciben fondos
federales promover o realizar abortos en otros países.
Si
bien la mayoría de los organismos internacionales de crédito han omitido
incorporar explícitamente entre sus condicionamientos la legalización del
aborto, en algunos de sus documentos la han insinuado o apoyado. Así, por
ejemplo, un documento del Banco Mundial
de 2010, "Los límites de la ley. La salud reproductiva en la
Argentina", en el que se recomienda la legalización del aborto.
Natalia Gherardi, una de sus editoras, expuso en las reuniones informativas en
nuestro Congreso en su calidad de directora del proyecto ELA, Equipo
Latinoamericano de Justicia y Género, financiado por las Naciones Unidas. Hoy,
debemos también reconocer que más recientemente el Banco Mundial contribuye con
programas de prevención de embarazos adolescentes sin abortos, que han
demostrado ser exitosos.
En
diciembre de 2017, el Banco Mundial
otorgó un préstamo al Ministerio de Salud de la Nación orientado al acceso
universal a la salud. No hace referencia al aborto ni a los derechos
reproductivos; sin embargo, la Fundación
Bill y Melinda Gates estará a cargo de proveer y financiar asistencia técnica
como parte del proyecto. Esta fundación del creador de Microsoft fomenta
los mandatos contraceptivos en países subdesarrollados, y es una de las
financistas de Planned Parenthood.
Cuando
el debate sobre una cuestión tan delicada e importante como la que involucra la
vida de inocentes se plantea en nuestra sociedad, nos preguntamos si no debemos encender las alarmas ante
quienes pretenden imponernos ideologías que nos son ajenas y que condicionan
nuestro futuro mucho más que cualquier préstamo internacional.
Muchos
se rebelan ante cualquier obligación que comprometa millonarios pagos a futuro,
pero pueden al mismo tiempo permanecer impertérritos ante la dolorosa realidad
de miles de vidas de argentinos que se verán cercenadas antes de nacer.