Extracto del libro Cristo ¿vuelve o no
vuelve? del P. Leonardo Castellani
Jesucristo vuelve, y su vuelta es un dogma de nuestra fe.
Es un dogma de los más importantes, colocado
entre los catorce artículos de fe que recitamos cada día en el Símbolo de los
Apóstoles y cantamos en la Misa Solemne. "Et iterum venturus est cum
gloria judicare vivos et mortuos".
Es un dogma bastante olvidado. Es un
espléndido dogma poco meditado.
Su traducción es ésta: el mundo no continuará
desenvolviéndose indefinidamente, ni acabará por azar, dando un encontronazo
con alguna estrella mostrenca, ni terminará por evolución natural de sus
fuerzas elementales -o entropía cósmica, como dicen los físicos-, sino por una
intervención directa de su Creador.
No morirá de muerte natural, sino de muerte
violenta; o por mejor decir -ya que Tú eres Dios de la vida y no de la muerte-,
de muerte milagrosa.
El Universo no es un proceso natural, como piensan los evolucionistas o
naturalistas, sino que es un poema gigantesco, un poema dramático del cual
Dios se ha reservado la iniciación, el nudo y el desenlace; que se llaman
teológicamente Creación, Redención, Parusía.
Los personajes son los albedríos humanos. Las
fuerzas naturales son los maquinistas. Pero el primer actor y el director de
orquesta es Dios.
"Varones galileos, ¿qué estáis allí
mirando al cielo? Este Jesús que habéis visto subir al cielo, parejamente un
día volverá a bajar del cielo", dijeron los dos ángeles de la
Ascensión.
Ése será el desenlace del drama de la
humanidad: "Videbunt in quem transfixerunt" ("Mirarán al que
enclavaron").
El dogma de la Segunda Venida de Cristo, o
Parusía, es tan importante como el de su Primera Venida, o Encarnación.
Si no se lo entiende, no se entiende nada de
la Escritura ni de la historia de la Iglesia. El término de un proceso da
sentido a todo el proceso. Este término está no sólo claramente revelado, más
también minuciosamente profetizado. Jesucristo vuelve pronto.
Ven, Señor Jesús.
Oh Señor Jesucristo, ¿por qué
tardas?
¿qué esperas para mostrar tus
divinas banderas,
y arrojar tu mensaje de luz
sobre las fieras?
CRISTO NO VUELVE MÁS
La enfermedad mental específica del mundo
moderno es pensar que Cristo no vuelve más; o al menos, no pensar que vuelve.
En consecuencia, el mundo
moderno no entiende lo que pasa. Dice que el cristianismo ha fracasado. Inventa
sistemas, a la vez fantásticos y atroces, para salvar a la humanidad. Está a
punto de dar a luz una nueva religión. Quiere construir otra torre de Babel que
llegue al cielo. Quiere reconquistar el jardín del Edén con sola las fuerzas
humanas (1).
Está lleno de profetas que dicen: “Yo soy.
Aquí estoy. Este es el programa para salvar al mundo. La Carta de la Paz, el
Pacto del Progreso y la Liga de la Felicidad. ¡La Una, la Onu, la Onam, la
Unesco! ¡Mírenme a mí! Yo soy.”
La herejía de hoy, descrita por Hilaire Belloc
en su libro Las grandes Herejías , pareciera explícitamente no negar ningún
dogma cristiano, sino falsificarlos todos.
Pero, mirándolo bien, niega
explícitamente la Segunda Venida de Cristo; y con ella, niega su Reyecía, su
Mesianidad y su Divinidad. Es decir, niega el proceso divino de la historia. Y
al negar la Divinidad de Cristo, niega a Dios. Es ateísmo radical revestido de
las formas de la religiosidad.
Con retener todo el aparato externo la
fraseología cristiana, falsifica el cristianismo transformándolo en una
adoración del hombre; o sea sentando al hombre en el templo de Dios, como si
fuese Dios. Exalta al hombre como si sus fuerzas fuesen infinitas. Promete al
hombre el reino de Dios y el paraíso en la tierra por sus propias fuerzas.
La
adoración de la Ciencia, la esperanza en el Progreso y la desaforada Religión
de la Democracia, no son sino idolatría del hombre; o sea, el fondo satánico de
todas las herejías, ahora en estado puro.
De los despojos muertos del
cristianismo protestante, galvanizados por un espíritu que no es el de Cristo,
una nueva religión se está formando ante nuestros ojos.
Esto se llamó sucesivamente filosofismo,
naturalismo, laicismo, protestantismo liberal, catolicismo liberal, modernismo…
Todas esas corrientes confluyen ahora y conspiran a fundirse en una nueva fe
universal; que en Renán, Marx, Rousseau tiene ya sus precursores (2).
Esta religión no tiene todavía nombre, y
cuando lo tenga, ese nombre no será el suyo. Todos los cristianos que no creen
en la Segunda Venida de Cristo se plegarán a ella. Y ella les hará creer en la
venida del Otro. “Porque yo vine en nombre de mi Padre y no me recibisteis;
pero otro vendrá en su propio nombre y le recibiréis” (San Juan V, 43).
De ellos escribió San Pedro el primer Papa:
"¡Sabed, en primer lugar, que vendrán en
los últimos días en decepción seductores que andan según su concupiscencias!
Y dirán: '¿Dónde está la promesa de su venida?
Todas las cosas perseverarán lo mismo que desde el principio del mundo, después
que murieron los Padres'.
Se les esconde a los que estos quisieran, que
al principio fue el cielo y la tierra sacada del agua y consistente sobre el
agua por el verbo de Dios.
De donde aquel mundo de entonces, inundado del
agua pereció.
Pero los cielos de ahora y la tierra en el
mismo verbo de Dios cimentados, están reservados al fuego del día del juicio y
la perdición de los impíos…
No olvida Dios su promesa,
como algunos creen; mas obra con paciencia por vosotros, no queriendo que
perezca nadie, sino que todos se conviertan a penitencia" (II Pedro
III,3-9).
Notas
(1) Quien dudare de esto (de
que se está formando ante nuestros ojos una nueva y vasta religión), puede leer
las obras de los ingleses Aldous Huxley o Bernard Shaw; o recorrer los
numerosos opúsculos a mimeógrafo y sin imprimatur del P. Teilhard de Chardin,
miembro de la Academie des Sciences y de la Compañía de Jesús; principalmente;
mezcla, a nuestro entender, de buena ciencia, mala filosofía y teología
herética sutilmente paliada; mezcla detonante que constituye -y ojalá nos
equivoquemos en esto- vasto y completo programa de neocatolicismo profundamente
heterodoxo y modernista.
(2) Las Tres Ranas del Apokalypsis, a saber:
liberalismo, comunismo y modernismo.