7 abril,
2017 - Página 12
Por
Cynthia García desde Quito, Ecuador
En el corazón del casco histórico más grande de
América Latina, de estilo colonial, lleno de iglesias, cúpulas, tejados,
callecitas que suben y bajan al ritmo serrano, está la Plaza Grande y el
Palacio Carondelet, donde el presidente Rafael Vicente Correa Delgado se
apresta para la entrevista. Entra impetuoso, dispuesto al diálogo y ajeno al
carisma de un liderazgo regional construido a lo largo de diez años de
gobierno, festeja el triunfo de Lenín Moreno y destaca la investigación sobre
el entramado de empresas offshore del candidato opositor Guillermo Lasso,
publicada en este diario e invisibilizada por la prensa local. “Si queremos una
lucha honesta contra la corrupción empecemos prohibiendo los paraísos fiscales.
Eso es lo que ha ocurrido en el Ecuador al menos empezando por el sector
público”, señala. “Hay un cambio de
ciclo en América Latina. La victoria de Ecuador, del pueblo ecuatoriano, rompe
ese ciclo. Hemos ganado en condiciones muy adversas y contra todo junto”,
explica y repite que “Lasso está haciendo el ridículo” al desconocer todavía el
resultado de las urnas.
–Presidente,
la derecha avanzó en la región. ¿Qué pasó? ¿Por qué la derecha no cruzó la
línea del Ecuador?
–La respuesta es fácil: hay legado. El país se
ha transformado, hay convicción, creemos en lo que hacemos porque somos gente
buena que actuamos en función de principios. Teníamos candidatos y propuestas.
Y cuando se comparaban las propuestas de Lasso con las nuestras, las suyas eran
privatizar la salud, la educación, los parques nacionales, la seguridad
ciudadana. Uno leía ese plan de gobierno y decía: no lo puedo creer. Que en el
siglo XXI me propongan estas cantinfladas”.
–¿En qué
condiciones se da el triunfo de Lenín Moreno?
–Hemos vencido en las condiciones más adversas
porque en los dos últimos años nos ha pasado de todo: desplome del precio del
petróleo, apreciación del dólar, (nosotros no tenemos moneda nacional),
terremotos, desastres naturales, litigios internacionales multimillonarios
perdidos por el país. Este 2016, por primera vez en estos diez años va a
decrecer la economía por todos estos factores externos un 1,5 por ciento. Es un
contexto económico muy desfavorable que lo supo aprovechar la derecha para
echarnos la culpa. Tenemos la culpa hasta del terremoto: “El terremoto es el
fracaso del modelo socialista de Correa”. Sin embargo hay un cambio de ciclo en
América latina. La victoria de Ecuador, del pueblo ecuatoriano, rompe ese
ciclo. Hemos ganado en condiciones muy adversas y contra todo junto.
–La ex
presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner planteó en las redes
sociales la idea de que el triunfo en Ecuador frena ese vaticinio del “fin de
ciclo” de los proyectos políticos de representación popular ¿Qué tipo de
derecha estamos enfrentando en América latina?
–Sin lugar a dudas hubo un cambio de ciclo en
América Latina. De un nuevo ciclo, porque la verdad es que siempre América
Latina se debatía entre derecha y centroderecha. Desde principios de siglo y a
partir de la victoria de Chávez en 1998, los gobiernos progresistas en América
latina empezamos a arrasar electoralmente, especialmente en Sudamérica; en los
diez países hispanos o latinos, para incluir a Brasil, en un momento dado
(2008, 2009) teníamos ocho gobiernos de izquierda. Hubo un auge en la izquierda
como nunca había ocurrido en la historia reciente. Pero luego, sobre todo a
partir de 2014, cuando cambia el ciclo económico internacional, comenzamos a
enfrentar condiciones externas tremendamente serias. La enfrentamos en 2009,
con la crisis inmobiliaria en los Estados Unidos. Luego con la crisis europea;
el desplome del precio de las materias primas en 2014. Es un cambio del ciclo
económico. Y la economía querámoslo o no, perjudica a la política. Alguien
puede querernos mucho pero si su hijo perdió el empleo dice: “No tengo nada que
perder. Votemos por el que ofrece el cambio a ver qué resulta”.
–Esa
palabra…
–Sí, pero en eso también debe madurar América
latina. Cuando nosotros hacíamos el análisis de nuestro oponente, la propuesta
que más calaba era “el cambio”. El cambio por el cambio. Cuidado, porque es
cambio para peor. Mire lo que ha pasado en los Estados Unidos: Trump ganó con
el discurso del “Cambio”.
–También
en la Argentina…
–Entonces no es cualquier cambio. El cambio es
para mejor, el cambio somos nosotros. Lasso desde principio de los ‘90, usted
puede ver que ha sido presidente de la fundación Terminal Terrestre, gobernador
de Guayaquil, Superministro. Lo que cambiaban era la cereza del pastel, los
nombres de los presidentes. Pero los grupos de poder eran los mismos. Nosotros
somos el cambio.
–La
costumbre offshore de Lasso nunca varió.
– (Sonríe.) Tal vez nos faltó transmitir eso
adecuadamente. Pero tenemos que lograr esa matriz democrática y no caer en el
cambio novelero, sino para mejor. Fueron tan agresivos en su accionar de
derecha que lo llamamos el segundo Plan Cóndor porque ya no utilizan
descaradamente botas militares sino que es una estrategia articulada de la
derecha no sólo nacional, también internacionalmente, con sus medios de
comunicación para acosar, para desprestigiar a los gobiernos progresistas con
denuncias de corrupción nunca probadas. Gracias a Dios, este pasado domingo se
paró ese Plan Cóndor, se paró esa restauración conservadora; se paró ese cambio
de ciclo con la victoria popular en Ecuador.
El
escenario del fraude
A pesar de que oficialmente el Consejo Nacional
Electoral (CNE) ratificó los resultados electorales dándole a Lenín Moreno una
ventaja de 2,3 puntos sobre Guillermo Lasso, este último, al momento de
escribir esta nota, aún no reconoció la derrota electoral.
No sólo eso, Lasso presentó impugnaciones en
1795 actas en las que, aún teniendo razón y contabilizando porcentajes de votos
nulos, ausentes y en blanco y los de cada candidato, los votos a favor de Lenín
Moreno siguen siendo superiores a los suyos. Lo que ocurre es que el candidato
al que toda la derecha regional apostó, construyó un escenario de fraude
durante la mayor parte de la campaña post primera vuelta. El principal apoyo
para convalidar el supuesto fraude fueron los medios de comunicación líderes en
audiencia. Sobre todo el rol del canal de televisión Ecuavisa donde el domingo
de las elecciones Guillermo Lasso se proclamó ganador pasados unos minutos de
las cinco de la tarde, hora de cierre de los comicios.
Ayer hubo algunos disturbios y movilizaciones
con caravanas de autos en la zona Norte, la parte más residencial de Quito y en
los alrededores del Consejo Nacional Electoral. Algunos cientos de personas
cumplen con las consignas de los principales dirigentes de CreoSuma que siguen
impartiendo la convocatoria a manifestarse proclamando fraude electoral.
–Regresemos
al domingo a las cinco de la tarde ¿Qué ocurrió con la divulgación de los
resultados de boca de urna?
–En Ecuador existe una encuestadora de opinión,
Cedatos, que tiene tanto prestigio en nuestro país que nosotros le llamamos
cegatos. Yo soy estadista, por eso le dije: “alguien miente”. Como economista,
necesito manejar estadísticas. Cedatos es funcional para el poder dominante. La
siguen contratando y le siguen dando importancia. Pero ojalá entienda América
latina y el mundo entero, el precedente funesto que se quiso establecer. Una
encuestadora fraudulenta, con un par de canales comerciales que siempre
tuvieron como su candidato a Lasso son los que proclaman al presidente electo.
Se acabó el estado de derecho, se impuso el estado de opinión. Es gravísimo lo
que ha sucedido, esto tiene que acabar. Ecuavisa ni siquiera informó los
resultados de otra boca de urna que nos daba como ganadores a nosotros.
–¿Con qué
objetivo?
–(Enfático.) ¡Crear incertidumbre pues! Para no
aceptar los resultados que eran contundentes, para generar violencia, para ver
si le daba una tabla de salvataje al perdedor después de millones de dólares
que han gastado en esta elección. Imagínese el precedente: cualquier candidato
perdedor, si tiene plata, contrata una encuestadora fraudulenta que le da la
victoria y no acepta los resultados oficiales. Se acabó el estado de derecho,
impusieron el estado de Opinión, es gravísimo. A esa hora, luego de las cinco
de la tarde nosotros sabíamos que estaban mintiendo. Otra empresa, seria,
Perfiles de Opinión, tenía 45.000 casos. Por más margen de error que tuvieran
ganábamos con dos puntos. Finalmente ganamos con 2,3. Yo nunca perdí la calma,
lo que jamás nos imaginamos es que en base a esa irresponsabilidad, sin tomar
en cuenta el otro boca de urna que daba presidente a Lenín, lo proclame
presidente electo un canal corrupto como Ecuavisa, eso es terrible.
–Lasso
aún no reconoce los resultados.
–Está haciendo el ridículo.
–Pero
además hasta se puede leer como un error estratégico, porque si Lenín ganó por
2,3 por ciento eso habla de una sociedad polarizada y un capital político muy
grande para Guillermo Lasso.
–Es muy estratificado, pero esa es la lucha, no
hay que tenerle miedo a eso. Nosotros ganamos en todos los sectores populares.
Ellos ganan en parte de la clase media y parte de la clase alta, nos divide en
ciertos sectores populares pero normalmente ganamos. Por ejemplo en Quito,
ganamos distrito 2, distrito 3, el distrito 1 que es el distrito Norte, de alto
poder económico, lo perdemos por casi 20 puntos. Eso nos da un mensaje muy
claro, que lo sabíamos: la oligarquía tiene más conciencia de clase que los pobres.
Y eso es parte de nuestro trabajo político: concientizar a las grandes mayorías
para que voten según sus propios intereses y no a los cantos de sirena. No a
los que siempre los han explotado, ninguneado, como por ejemplo con el feriado
bancario: este tipo (por Lasso) lucró con el feriado bancario, destruyó empleo,
ahora ofrece empleo y engaña a algunos. La oligarquía en cambio sabe claramente
cuáles son sus intereses y está más unida que nunca.
–¿Cuáles
son los desafíos que va a tener que enfrentar Lenín Moreno?
–Muchos. Hemos logrado cambiar el país. Pero
todavía sigue vivo el viejo país. Por supuesto, yo no voy a desmerecer jamás
ese 49 por ciento que no votó por nosotros, ahí hay muchísima gente buena que
tal vez se dejó llevar por el mensaje del cambio, por probar otra cosa o porque
no les caigo bien. Todo mi respeto. Pero es un núcleo duro esa oligarquía que
nos desprecia. Que habla español cuando piensa en inglés. Históricamente han
dominado este país y han excluido a las grandes mayorías. Cuando hay dinero,
producto del progreso técnico, normalmente es rentista, es para ellos: para sus
clubes de lujo, colegios de lujo, sus barrios de lujo. Cuando dicen “ay, mi
familia”, es su familia. No la del resto. Cuando hablan de libertad es “su
libertad”. Qué libertad tenía el obrero al que explotaban con la tercerización.
Cuando hablan de derechos son sus derechos. Hay que entender a esta oligarquía.
Este mismo país todavía subsiste. Es un desafío. Hay que continuar desde la
educación. Transformar este país para que entiendan que todos somos iguales,
que tenemos los mismos derechos que no puede haber una sociedad de
privilegiados y la inmensa mayoría excluida. Falta mucho por hacer, pero nunca
se hizo tanto. En la parte económica hemos logrado superar lo más duro. Es
falso que existe un problema de deuda: nuestra deuda está en el 27 por ciento
del PIB… En Argentina se reirían. Dicen “A Correa le va bien porque le ha
dejado una bomba al próximo gobierno”; todo eso es mentira. Dejamos una
economía en crecimiento, estabilizada. Pero obviamente tuvimos grandes
problemas. Hay que afinar ciertas cosas, ha habido fallas en la administración.
Vamos a hacer una transición pacífica, informada. Nada que ver con el país que
yo recibí en 2007.
–En
Argentina, el gobierno de Mauricio Macri se metió con el trabajo. Pareciera
hasta medieval el planteo, atacar el trabajo. Una apreciación sobre Mauricio
Macri y su gobierno.
–Yo prefiero reservarme. Somos muy respetuosos
de los procesos soberanos de los diferentes países. El gobierno de Macri ha
sido muy respetuoso con nosotros, tenemos muy buenas relaciones. En la parte
ideológica no compartimos pero somos muy respetuosos de los procesos de cada
país. Lo que sí le puedo decir es que uno de nuestros principios fundamentales
que reafirma el socialismo del siglo XXI es la supremacía del trabajo humano
sobre el capital. Lo que hemos visto en las últimas décadas en América Latina y
en el mundo entero es la absoluta supremacía del capital sobre el trabajo
humano.
–Vayamos
entonces a Brasil. El triunfo de Ecuador, ¿empodera a Lula?
–Ahí sí. Como ellos no llegaron en forma
democrática, ahí sí podemos hablar más claramente. Es terrible. Y mire la doble
moral. Esos países que critican a Venezuela por cualquier problema, ¿cuándo
elevaron su voz para denunciar lo de Brasil?, que claramente es un golpe de
Estado mediático: por todo el poder que tiene O Globo y todos sus pasquines:
mire que está preso por corrupción el diputado Eduardo Cunha, quien persiguió a
Dilma y fue el impulsor del juicio político, y judicial también porque tienen
tomadas la Corte Suprema.
Paraísos
fiscales
–Ecuador
dio un ejemplo ante el mundo con el referéndum que prohíbe a los funcionarios
públicos tener empresas offshore y con la discusión en los países del G-77
planteando la necesidad de una justicia fiscal ¿De qué habla esa pelea?
–¿Quién puede defender decentemente a los
paraísos fiscales? ¿Quién puede avalar que alguien va a un paraíso fiscal para
transparentar cuentas? Todo el mundo sabe que ahí van a ocultar riquezas,
evadir impuestos. ¿Cómo se puede mantener eso? Porque priman los intereses a
los principios. Esa es la doble moral que caracteriza al mundo. El orden
mundial no solo es injusto, es inmoral y la justicia es sólo el punto de vista
del más fuerte. Si queremos una lucha honesta contra la corrupción empecemos
prohibiendo los paraísos fiscales. Eso es lo que ha ocurrido en el Ecuador al
menos empezando por el sector público.
–La
protección mediática de la derecha es total.
–La prensa aquí no publicó una coma de la
extraordinaria investigación publicada en PáginaI12 con datos, con cifras, con
lugares… Contundente. Hace unos meses, en una columna de un diario amarillista,
La Estrella, hoy investigado por lavado de activos en Panamá, mencionaban a
Jorge Glass, (vicepresidente electo) una calumnia total, diciendo que estaba
involucrado en negocios petroleros. La prensa aquí lo replicó durante dos
semanas en todos los titulares. De la investigación sobre Lasso no publicaron
una coma… Con eso nos enfrentamos todos los días y es tal la hipocresía que se
atreven a hablar de libertad de expresión.
–¿Qué va
a hacer ahora?
–¿Yo? ¿Después del 24 de mayo? Dedicarme a
quehaceres domésticos.
–No le
creo
–Mi esposa es de Bélgica, entonces pienso irme
unos años a Bélgica. Mis suegros están mayores, mis dos hijas están estudiando
en Francia. Llevo 25 años con mi esposa viviendo aquí; creo que tiene derecho a
pasar unos años en su país natal cerca de sus padres. Pero en serio que me voy
a dedicar a quehaceres domésticos.
–¿Dónde
va a poner toda esa energía infatigable que lo caracteriza?
–Ahora quisiera dedicar toda mi energía sobre
todo en leer. Tengo una pila de libros acumulados. Recibo por día más libros de
los que puedo leer por año. Me gusta escribir y tal vez dedicarme un poco a la
Academia. Además de los quehaceres domésticos (vuelve a sonreír)… A propósito
acá tampoco tenemos empleadas domésticas. Tenemos una señora que nos ayuda dos
mañanas por semana. Estamos acostumbrados a hacer las cosas nosotros. América
latina cambiará muchísimo cuando los hijos de la burguesía aprendan a hacerse
sus propias cosas y tender la cama.
–¿Va a
visitar la Argentina?
–Me está ofreciendo un doctorado Honoris Causa
una universidad argentina y como
académico me agrada mucho, me encanta volver a la academia.
–¿Va a
volver a la política?
–No. Pero en política no hay nada definido. Si
es que veo que está en riesgo la patria es mi deber involucrarme nuevamente
pero yo creo en el relevo, hemos preparado cuadros como Lenín, como Jorge, (por
el vicepresidente electo Jorge Glass). Hay muchos jóvenes que piden pista,
jóvenes brillantes.
–¿Cómo lo
va a recordar la historia?
–Ojalá nadie me recuerde. Ojalá que cuando me
muera ni siquiera hagan un monumento. Ojalá me quemen y con mis cenizas
siembren un arbolito para ver si al final sirvo para algo… Pero si quisiera que
me recuerden como algo, que sea como una buena persona.