Jorge Rachid
No conozco ni tengo relación
con Amado Buoduo, sólo lo he visto en algún evento, sin embargo frente a
información periodística que dice que un grupo de intendentes amenazaron
retirarse de una reunión, ante su presencia, lo que obligó a los organizadores
de la misma a pedirle que se retirara, me parecen necesaria algunas reflexiones
para compartir.
La campaña mediática realizada
por Clarín y La Nación desde el inicio mismo de la gestión del segundo mandato
de Cristina contra su vice, no fue ni por la “moral ni las buenas costumbres”,
sino porque Amado fue el gestor de recuperar los fondos de las AFJP al ANSES,
provocando el mayor daño al sistema financiero en toda la gestión del gobierno
peronista. Imperdonable para los dueños del poder.
Ambos diarios que se hicieron
dueños de Papel Prensa bajo torturas en la dictadura militar y son los
conductores del proceso político de demolición contra el compañero Amado.
Por lo tanto al decir de
Jauretche, cuando la situación es confusa hay que observar que hace el enemigo,
en este caso ambos periódicos, que no perdonan que parte de sus activos hayan
pasado al estado, que nombró directores en ambas empresas, que impidieron
maniobras de evasión impositiva, y quede impune.
Amado no viene de la
militancia peronista, como no vinieron ni Puiggros, ni Espejo, ni Bramulia, ni
Walsh por nombrar algunos de los miles de compatriotas que se sumaron al
peronismo a lo largo de 70 años de historia, sin embargo en su función no
traicionó a su presidenta, aguantó a pié firme los embates que en definitiva
estaban dirigidos a Cristina. No renunció, lo cual hubiese provocado un
desamparo a espaldas de la presidenta y una victoria del enemigo.
Entonces atacaron con el tema
Ciccone, empresa prácticamente en quiebra, que fabrica billetes de circulación
nacional, a quien el vicepresidente salvó de la misma refinanciando su pasivo
junto a la AFIP, para que finalmente pasara por ley a manos del estado, para
acoplarse a la Casa de la Moneda.
El competidor que propiciaba
la quiebra era Boldt, la empresa de Angelici, de casinos múltiples, socio de
Macri y tributarios de Clarín quienes querían manejar la fabricación de
billetes moneda nacional. Amado lo impidió.
Ahí recrudecieron los ataques
constantes contra el vice y la presidenta de quienes quería demoler al gobierno
peronista, ante el avance del estado en su rol regulador que fueron minando su
accionar hegemónico.
La persecución se transformó
en cacería y terminó hoy en juicio oral y público, por la declaración de un
domicilio en un 08 de un coche modelo 92, como si el país no tuviese conflictos
de mayor envergadura que resolver la Justicia. Un papelón jurídico.
Entonces desde que dejó el
gobierno el ex vicepresidente comenzó a militar en las corrientes más duras del
peronismo, constituyendo sin dudas un aporte a la militancia dada la
experiencia acumulada, según dicen los compañeros.
Sin embargo como el discurso
del enemigo penetra también en aquellos que ejercen cargos y temen una tapa de
Clarín, no quieren ni verlo cerca.
Es sin dudas denigrante que en
vez de privilegiar a un compañero que dejó su honra a los chanchos cumpliendo
su misión, también se lo aparte.
Los peronistas debemos
reflexionar sobre estas cuestiones que hacen a conductas más profundas que un
simple hecho electoral.
Nunca fuimos los peronistas
tributarios de los dueños del poder, por lo contrario los enfrentamos y
ordenamos desde el estado en función del bien común.
Por eso el enemigo no se cansa
de repetir como muletilla el tema de la “corrupción” como hecho emblemático de
nuestro gobierno, cuando las realizaciones y haber sacado al país de la crisis
del 2001, fueron los hechos que quedaron grabados en la conciencia colectiva
del pueblo.
Insisto, no conozco, ni se cómo
vive, ni donde el compañero Amado, lo único que se en términos políticos, es
que su conducta y militancia política fueron coherentes con las necesidades del
gobierno y del pueblo, lo cual originó un golpe fenomenal al sistema
financiero, que había logrado desviar en 14 años de AFJP casi 80 mil millones
de dólares, que dejaron de entrar al ANSES.
Eso se terminó en el 2008
cuando se estatizó el sistema y Amado fue el autor.
Esa cifra la encuentran en los
libros de Recalde, Ismael Bermudez, Muchnick y el mío “El genocidio social
neoliberal del Fin del Siglo” 2006 ediciones Corregidor.
Por lo tanto los compañeros
peronistas, lejos de irritarse por la presencia de Amado deberían ir pensando
en un homenaje y desagravio ante tanto odio gorila, que como en 1955 intenta
enlodar cualquier figura del movimiento nacional y popular, como lo hacen con
Cristina, sus hijos y cualquiera que levante las banderas de la Patria Grande,
el control financiero y del comercio exterior, que jerarquice los DDHH, que
redistribuya la riqueza, fortalezca los derechos del trabajo, amplíe derechos
sociales y que no cierre con la lógica neoliberal del gobierno, que siempre
mata, desde que llega ya sea por represión o por hambre, por falta de
medicamentos o despidos masivos.
Los que enfrenten al
neoliberalismo estarán siempre junto a nuestros corazones y Amado es uno de
ellos.