lunes, 29 de mayo de 2017

Los trabajadores escribimos nuestra historia

Por Leonardo Cajal - Mayo 2017

Del Portal EL ENTREVERO 

En los callejones de la historia se encuentran las historias no contadas, aquellas que por amargas al paladar oligárquico se deciden ocultar, prefieren callarlas, pero son esas historias las que dan sentido al verdadero derrotero de hechos. Tratadas como las espinas son extirpadas de la palma de la mano del escriba, porque molestan, porque incomodan, y una vez limpia de impurezas se echa a andar  entre las blancas resmas volcando sobre ellas el cántaro de mentiras; y así,  en los libros de texto, la historia oficial cuenta la historia de lo que no fue.
 Los pueblos se deben para sí la mayor de las obligaciones, contar lo sucedido, estamos en deuda con nosotros mismos, es imperante para nuestro futuro ordenar e imponer ciencia popular entre los párrafos mal habidos de las plumas fundadoras del bien decir. Escuchar el silencio para poder parir los pensamientos y aprender a escuchar nuestros lamentos; como las pobres cuando paren y reciben al hijo con un grito de dolor, para luego aferrarse en ese sueño vivo al calor del mas cálido de los abrazos, así debemos los trabajadores parir nuestros propios versos, nuestra propia historia, al grito  vivo del hermano caído, de aquellos compañeros que se entregaron por nosotros, para nosotros y por aquellos que vendrán y fundirnos en un abrazo final.
 En la historia de la Patria el grito sagrado de libertad lo dio el pueblo trabajador, cansado de la ignominia y la mentira se encontró con su propio ser y se hizo fábrica, barricada y revolución. Supo ver que por sus venas corría la misma sangre de aquellos de Obligado, la misma sangre del Chacho y Felipe Varela, supo verse entre las montoneras corriendo  por los llanos entre espinillos y polvareda. Y fue el 17 de octubre de 1945 que el pueblo trabajador comprendió que la liberación de la Patria era la tarea inconclusa, era su historia por nacer, heredada de sus antepasados, entendió que la bandera que cubre su destino es azul y blanca y la causa de su lucha la libertad, y no titubeó en protagonizarla.
 A partir de entonces el pueblo trabajador comenzó a manifestar sus aspiraciones políticas y por primera vez se enfrentó de igual a igual contra la oligarquía volcando el destino de la Nación en favor de la historia popular anti-imperialista, entonces el rol sindical quedaría transformado para siempre.
 Bastaron tan solo 10 años para que toda la historia se haga carne en el pueblo, para que este sienta que no ha nacido para ser mandado sino para mandar su propio destino, en tan solo 10 años la semilla de la liberación dio frutos y fueron los mejores, pero también profundizó el odio de clase de una oligarquía que niega a los hijos de la tierra y que ve peligrar en el presente sus privilegios de clase del futuro.
 Esta, se encontró en la Revolución Fusiladora y trató vanamente de exterminar todo rastro de peronismo valiéndose de la proscripción, prohibiciones e intervenciones a los sindicatos, pero la conciencia y organización de los trabajadores supieron enfrentarla aun desde las peores desventajas.
 La organización sindical como cuerpo unificado y nacional no tenía experiencia de lucha, sería un error comparar esta nueva etapa de resistencia con épocas anteriores al ´43. Esto era distinto, no se trataba de recuperar las conquistas laborales sino de retomar la lucha por la liberación nacional por fuera del Estado y aun peor con las armas del Estado apuntando hacia adentro.
 Fue a partir del intento fallido de la contrarrevolución de Juan Valle y el posterior fusilamiento cuando uno de los pilares sostenedores del justicialismo se derrumbaría, el Ejercito que hasta entonces  había actuado no solo como custodia de un modelo de país junto de la clase trabajadora sino también como una usina de desarrollo y crecimiento industrial pesado; este es el origen del Ejercito grande, cuyo  factor sustancial fue el  desarrollo de la industria  que nace con el ejercito de San Martín y continua desarrollándose con Mosconi y Savio,  y asi comienza un proceso de desnacionalización y extranjerización de sus cuadros llegando a su punto culmine en marzo de 1976.
 De esta manera, a diferencia de 1943, el movimiento obrero organizado queda como único actor encargado de tamaña empresa, la liberación de la Patria.
 En los primeros años de resistencia se produce una renovación de los dirigentes sindicales en algunos gremios, dado que las primeras líneas se encuentran en su mayoría presas, de esas segundas líneas surge  ese gran dirigente del gremio de la Sanidad, Amado Olmos que dice  “si a lo largo de una experiencia histórica de años hemos sobrellevado el peso de la acción y de la lucha; reivindicamos para los trabajadores la responsabilidad de las tareas futuras en la lucha por la liberación”
 En estas palabras Amado Olmos durante las jornadas de resistencia en el sindicato de empleados del tabaco en 1961, materializaba la práctica que las masas trabajadores comprendieron e impusieron mucho antes que sus dirigentes, el sindicalismo integral. Continua Olmos diciendo en el mismo documento “el peronismo es el vehículo revolucionario de esa Argentina que se nutre de las grandes masas laboriosas y los cabezas negras; esa es su grandeza y su vigencia. Quienes pretendan desdibujarnos, quienes quieran complicarnos con el Régimen y convertirnos en otro apéndice del mismo, esos no pueden estar a nuestro lado; esos no pueden llamarse peronistas”
 En sus palabras late la proclama que apenas 4 años antes salía a la luz en La Falda, Córdoba.
 La proscripción, la persecución, la cárcel y el estado de sitio no impidieron a los trabajadores reuniese en la ciudad cordobesa y aprobar un programa de gobierno claramente anti-oligárquico y anti-imperialista enmarcado en los pilares históricos del movimiento nacional, la independencia económica, la soberanía política y la justicia social. Un verdadero aporte del movimiento obrero organizado a la historia grande de la Patria y su liberación.
El Programa de La Falda es un documento de avanzada del movimiento obrero que deja ver la calidad en la toma de conciencia de clase y el protagonismo contra-revolucionario en el que se encontraba inmerso el movimiento obrero. Es importante tener en claro que por ese entonces la Revolución Fusiladora se encontraba en su apogeo, la anulación de la constitución del ´49 era un hecho y la CGT intervenida por el Capitán de Navío Patrón Laplacette llevería a la conformación de las 62 organizaciones, a partir de entonces brazo político de los trabajadores.
 El programa de la Falda se sustenta sobre los tres pilares del peronismo, Independencia Económica, Soberanía política y Justicia Social

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