Periódico LOS TIEMPOS
01/05/2017
POLITÓLOGO | EL ACADÉMICO
ASEGURA QUE UNA FALSIFICACIÓN ESTRATÉGICA DE LA HISTORIA OCULTA LAS BASES
GRACIAS A LAS CUALES LAS POTENCIAS ALCANZARON SU ACTUAL ESTADO DE BIENESTAR Y
SU VENTAJOSA CONDICIÓN DE PODER.
El destacado intelectual
argentino Marcelo Gullo conversó con OH! mientras se aprestaba a viajar a
Bolivia para realizar una serie de conferencias. Desde hace una década, Gullo
ha abierto el debate político esgrimiendo un desafiante concepto que cuestiona
diversas teorías sobre el desarrollo de las naciones: “la insubordinación
fundante”. En esta entrevista arguye que un sometimiento ideológico, más que
las armas, fue el medio principal para frenar el avance de los países
latinoamericanos.
OH!: Quiero empezar por la pregunta que, entiendo, marca el eje de la
teoría de la insubordinación fundante: ¿por qué hay países que teniéndolo todo
son pobres?
Es una pregunta que desde
adolescente me ha atormentado. Entonces hay que recurrir a la historia porque ella explica los acontecimientos
políticos tanto de la vida del hombre y como de las naciones. Y en ese
escenario vemos que el primer país del mundo que se industrializa es
Inglaterra. Y la industria enriquece y da poder. Ahora, lo que se oculta de la
historia a los estudiantes, especialmente de ciencias económicas y políticas,
es que Inglaterra se industrializa a partir de un férreo proteccionismo
económico.
Antes de eso era nada.
Inglaterra vendía lana en bruto a lo que hoy es Holanda y Bélgica. Era un país
pobre. Entonces la reina Isabel decide que eso tiene que terminar, que hay que
industrializar Inglaterra y para eso se debe poner barreras proteccionistas.
Ahora, con esas medidas logran
ese desarrollo. Y se dan cuenta de que eran la gran potencia industrial del
mundo y que los demás no tenían que llegar al mismo estadio de desarrollo, de
riqueza y poder. Entonces dicen: “Creemos una ideología, disfrazada de ciencia,
que les diga a los otros que el camino del desarrollo es totalmente distinto al
que nosotros hemos hecho”. Es decir,
buscaron decirles a los otros que el camino del éxito no es proteger la
industria propia, sino que es el libre comercio, la no intervención del Estado
en la economía, el liberalismo salvaje.
Entonces Inglaterra exporta esa ideología, a través de Adam Smith y su
libro La riqueza de las naciones. Y con esa teoría los ingleses conquistan
más mercados que con todos sus cañones.
OH!: ¿Es decir que se impusieron más que por la guerra por la
estrategia de las ideas?
A partir de ese momento, la
principal estrategia de dominación británica fue la subordinación ideológica.
La subordinación ideológica y cultural fue la principal herramienta a través de
la cual Inglaterra conquistó los países del mundo, especialmente a los países
hispanoamericanos. Y si Inglaterra nos conquistó fundamentalmente a partir de
la subordinación ideológica-cultural, entonces todo proceso de emancipación
exitoso sólo puede partir de una insubordinación ideológica.
Ahora, una insubordinación ideológica, rechazar el
liberalismo económico, el libre comercio, sin un adecuado impulso estatal no es
nada. El impulso estatal es lo que hace que la pequeña semilla se
transforme en roble. Entonces la insubordinación ideológica más un adecuado
impulso estatal es lo que yo denomino como un proceso de insubordinación
fundante.
OH!: ¿Qué procesos de insubordinación fundante nos muestra la historia?
Todos los países que hoy son
desarrollados y ricos son resultado de una insubordinación fundante, comenzando
por los Estados Unidos. Los EEUU se rebelaron con Hamilton y rechazaron los
principios de la división internacional del trabajo, el principio del
liberalismo económico. Hoy se oculta que los Estados Unidos fue la patria del nacionalismo económico. Ellos que
acusan hoy a otros de nacionalismo económico fueron la patria del nacionalismo
económico.
Fue el primer país
proteccionista del mundo. Durante 100 años fueron proteccionistas, al extremo
de que en Nueva York nadie podía poner un banco si no tenía capitales
norteamericanos. Y si uno tenía el 90 por ciento de las acciones de un banco,
pero era extranjero, la ley le decía que sólo aquel que tenía el 10 por ciento
de las acciones, pero era estadounidense, podía dirigir el banco. No hubo un nacionalismo económico tan feroz
y fuerte como el de los EEUU.
Fue la primera insubordinación
fundante, luego vinieron las de Alemania, Japón, Canadá, Corea…las de todos los
países hoy desarrollados. ¿Y quiénes son hoy los subdesarrollados? Los que no
fuimos capaces de hacer nuestra insubordinación fundante. Y también aquellos
que cuando intentaron hacerla los derrocaron por la fuerza como lo que
aconteció en Bolivia cuando el presidente Gualberto Villarroel. Básicamente los
países de África y Latinoamérica.
OH!: ¿Qué procesos de
insubordinación fundante avanzaron y luego se frustraron en Latinoamérica?
Hubo dos grandes procesos de
insubordinación fundante en Iberoamérica: los
iniciados por Getulio Vargas en Brasil y por Juan Domingo Perón en Argentina.
El primero terminó con el suicidio de Vargas en agosto de 1954 y el segundo
terminó cuando se produjo la revolución fatídica de 1955.
OH!: ¿Los procesos iniciados por caudillos como Gadafi en Libia y Tito
en Yugoslavia fueron también insubordinaciones fundantes?
Sí, son intentos de
insubordinación fundante con las peculiaridades propias del lugar. Porque no se
trata de copiar modelos, cada pueblo trabaja su proceso de acuerdo a su
situación geográfica y cultural y su
propia historia. Gadafi lo intentó,
a tal punto que llegó a ser el único país del norte de África sin pobreza.
Siendo sinceros, hay un
nefasto hombre que pasa por gran demócrata, pero fue un asesino, es el señor Obama. Él es el hombre que destruyó a Libia.
Libia tenía un gran nivel económico y sumaban 40 años que reinaba la paz. Hoy
es la miseria absoluta, la destrucción absoluta, tras la intervención que
ordena el señor Obama, para destruir el proceso de insubordinación fundante.
OH!: Seguramente, en la actual
coyuntura, la posibilidad de que se desarrollen procesos de insubordinación
fundante choca con más grandes adversidades y problemas.
Sí, hay obstáculos y
dificultades, pero también una situación nueva que podría ser favorable: el
propio Estados Unidos cayó bajo las garras del capital financiero
internacional. Como respuesta, el pueblo
de EEUU, a pesar de las inconductas y posturas caricaturescas, elige el nacionalismo político de Donald
Trump contra la oligarquía financiera internacional. Ahora EEUU está
aplicando políticas proteccionistas.
Entonces, ahora que ellos aplican esas políticas, nadie
tiene derecho a decirnos que no tenemos derecho a aplicarlas. Si hoy hubiese
una generación de dirigentes nacionales, estaríamos en América en óptimas
condiciones para aplicar en Sudamérica una política de protección industrial
para crear nuestra propia industria en toda esta región. Si antes concebíamos
una insubordinación fundante en Brasil, otra en Argentina, otra en Ecuador,
etc., es claro que hoy debe ser una insubordinación fundante sudamericana, como
bloque.
OH!: Supongo que eso no implica
el desarrollismo clásico, contaminante, depredador, polémico...
El desarrollismo fue en
realidad una maniobra de la oligarquía financiera estadounidense. Nos
trasplantaba tecnología de cuarta, ya no utilizada en EEUU. Nosotros
necesitamos una industrialización tecnologizante, compatible con nuestros
propios valores culturales y compatible con nuestra propia tierra. Una
industrialización culturalmente nuestra, que no tome un modelo capitalista
norteamericano ni anglosajón y ecológicamente sustentable que respete a la
Madre Tierra.
OH!: De todos los casos de
insubordinación fundante que ha estudiado y cita en sus libros, ¿cuál es el que
le ha impactado más y que pueda servir de modelo para los latinoamericanos?
El caso estadounidense, con la
guerra civil entre el norte industrialista imponiéndose al sur esclavista es un
caso muy impactante. Sin embargo, reflexionando más maduramente, el caso para
nosotros más interesante de estudiar es el caso canadiense. Ellos logran
hacerlo sin el uso de la violencia.
OH!: Parece que el cambio de ciclo político que hoy afecta a
Latinoamérica no es tampoco muy promisorio para insubordinaciones fundantes,
¿no es cierto?
Estamos en una noche oscura y
no vemos ninguna luz en el horizonte. Sin embargo, cuando la noche es más
oscura se anuncia también su final. Tengo profunda fe en la fuerza espiritual
de nuestros pueblos, en que después de un largo periodo de sufrimiento
volveremos a resurgir. Y no lo digo por una cuestión mística, sino porque sé
que muchos hombres de buena fe lucharemos para que sea así.
Pero si no somos capaces de
resurgir para hacer nuestra insubordinación fundante y terminar con nuestros
problemas de pobreza, que Dios nos perdone. Teníamos todo para hacerlo y no
hicimos nada, nos sobran recursos, nos falta patriotismo.
OH!: ¿Cuál considera que es la
clave interna para ese cambio?
La clave es siempre el cambio cultural. Sin el cambio cultural no
hay nada. Sin entender la preferencia de nosotros mismos, no hacemos nada. Y no
porque uno se crea superior a otros, sino porque es natural apreciar primero lo
nuestro. El cambio es siempre primero mental y cultural.