Daniel Santoro, mayo 2017
Hay entre los entusiastas de las nuevas tecnologías, en
su irrupción incontenible, un lugar oscuro al cual llegan inevitablemente, es
el punto ciego en donde no se encuentran respuestas. Queda claro entonces que
no va a ser posible un mundo hecho solo para emprendedores, lo que se construye
no da lugar a todos, los más sinceros se preguntan: ¿Cómo “gestionar” el
sobrante?; esos miles de millones de humanos que no reunirán los méritos
necesarios para conseguir un sitio. ¿De qué manera o en dónde reclamarán
entonces? ¿Lo harán ante las instituciones democráticas capturadas por la
lógica del mercado, o ante la justicia, con su dama ciega y congelada por
cálculo egoísta?
En pocos años
algo tan amable, familiar y novedoso como la tecnología de pronto se nos ha
vuelto siniestro, pareciera haber adquirido vida propia y colonizado las mentes
de algunos infatuados catequistas de las novedades y la autorrealización. Cuando
algún ministro dice: “Sean emprendedores o acabarán siendo empleados en la
incertidumbre” notamos en su afirmación hasta un cierto goce perverso, es
evidente que nos habla desde un lugar a salvo de la amenaza existencial, y
desde allí nos amonesta a nosotros, los que quedamos en el lado “B”. ¡Ustedes,
que se están hundiendo! - nos dice- ¡Mírense, ahí caídos en la escuela pública,
mendigando un trabajo, haciendo arqueología obrera, atrapados en esa extensa
capa geológica de viejo fordismo! ¡Mírennos a la cara, somos los nuevos y
entusiastas héroes del mercado, somos todo positividad, y ya estamos a bordo,
eficientes y sin piedad! Y ahora mismo soltaremos
las amarras de la luminosa arca nanotecnológica (construida de acuerdo a las
más estrictas normas ecológicas, porque somos cuidadosos de éste planeta que
nos pertenece). ¡Zarparemos en silencio, en la noche del mundo, y cuando
estemos a una buena distancia, lejos de la amenaza de cualquier Estado
intervencionista, brindaremos con nuestros mejores vinos y, conmovidos,
enviaremos un ejército de laboriosas ONG’s para que intenten dar alivio a los
restos de la humanidad que padecen en los valles de la incertidumbre!