SOLO EL PUEBLO SALVA AL
PUEBLO
COMUNICADO DE PRENSA
Es
necesario que se convoque a las Organizaciones Sindicales y Sociales
A tres semanas de la
declaración de la emergencia sanitaria para combatir la pandemia del COVID -19,
reconocemos que el gobierno nacional,
priorizando la salud de los argentinos, ha implementado las mejores acciones
para el bienestar de todos.
Valoramos que la mayoría de la población haya contribuido
con el auto cuidado y el cuidado de otros, acatando las prescripciones de
la cuarentena. En especial, los
trabajadores de las actividades esenciales que salen a diario a exponerse al
contagio para que el resto de la ciudadanía pueda mantener el aislamiento
social, preventivo y obligatorio. Ellos merecen un enorme reconocimiento.
Ponderamos que el Gobierno
Nacional haya adoptado decisiones acertadas al impulsar medidas de compensación productiva a partir de
erogaciones fiscales (básicamente, REPRO, Asignación compensatoria,
postergación/condonación de contribuciones patronales) y obra pública, de
protección del empleo e ingresos en el caso de trabajadores no registrados y
desocupados.
Además, ha puesto en
práctica medidas de política de ingresos,
entre las que se destacan el bono a jubilados y AUH/AUE, el Ingreso Familiar de
Emergencia (IFE), el refuerzo de ingresos a comedores, la tarjeta Alimentar que
fue distribuida a más de 400.000 personas que no habían recibido el beneficio y
la postergación de vencimientos
de Créditos ANSES, entre
otros.
Los datos estadísticos
demuestran que las medidas sanitarias implementadas por el gobierno nacional
posicionan a la Argentina entre los países que mejor están abordando la crisis.
La lucha contra la pandemia ha puesto a
prueba a todo el pueblo argentino, haciendo visible lo mejor y lo peor de
cada uno. Los trabajadores han demostrado una vez más que, siendo los
verdaderos generadores de la riqueza, ponen en riesgo hasta sus vidas
trabajando para el bienestar de toda la comunidad. Las organizaciones sindicales hacen una contribución extraordinaria
atendiendo la salud de los trabajadores y poniendo toda la infraestructura de
sus Obras Sociales e Instalaciones hoteleras solidariamente a disposición
de toda la población.
Celebramos que todo este
esfuerzo se traduzca a nivel sanitario en una baja cantidad de infectados y de
víctimas fatales. No obstante, vemos con mucha preocupación que el número de trabajadores despedidos en el mismo período
supere con holgura la cantidad de infectados por el COVID-19. Los despidos
masivos de Techint (1450), del Frigorífico Penta (250), de la empresa
PubliExpress e Ipesa (100), de la cadena de cines Cinemark Hoyts (60), por
mencionar sólo algunos casos, exhiben la conducta de empresarios codiciosos
que, lejos de contribuir, agudizan la crisis
El Decreto de Necesidad y Urgencia 329/2020 que prohíbe los despidos por
60 días, no impide que a diario se produzcan cientos de despidos “por goteo”
tanto de trabajadores formales como informales. En primer lugar por falta de
controles efectivos y, en segundo, por la invisibilidad de los mismos en los
registros oficiales. Todos los días constatamos
suspensiones masivas, rebajas arbitrarias de salarios y violación de los
protocolos de higiene y seguridad para los trabajadores que realizan tareas
esenciales. No desconocemos los problemas que la crisis y la paralización de la
actividad económica generan en pequeñas y medianas empresas, pero eso no
justifica que los trabajadores sean quienes asuman las pérdidas. El Estado debe
obligar a los bancos a cumplir rápidamente las normas de apoyo crediticio a las
Pymes. Asimismo, respaldamos activamente la
iniciativa de nuestros parlamentarios que impulsan un impuesto de emergencia
sobre las grandes fortunas, como inicio de la reforma tributaria que la
Argentina necesita para que las crisis no la sigan pagando los trabajadores y
los sectores más vulnerables de nuestra patria. Porque cada trabajador que
pierde su empleo, cada salario recortado, produce un daño en el tejido social
que puede llegar a ser irreparable. La
ayuda del Estado está muy bien, pero recordemos que un bono de 10 mil pesos
es insuficiente para afrontar una Canasta Básica Total que ronda los 40 mil
pesos. Asimismo, consideramos que es necesario atender a aquellos trabajadores y trabajadoras desocupados o
que realizan tareas de subsistencia, ampliando la cobertura, no sólo
aumentando los beneficiarios, sino también extenderla en el tiempo, ya que
superada la parte más aguda de la pandemia continuarán sufriendo en mayor
medida sus consecuencias.
Somos conscientes de la
situación calamitosa del país que el actual gobierno recibió después de cuatro
años de destrucción neoliberal. Macri lo hizo. Pero consideramos que las
autoridades deben adoptar acciones más enérgicas con quienes despiden,
suspenden, rebajan salarios, suben los precios de los alimentos, y con todos
aquellos que especulan con las necesidades de la sociedad para sacar una mayor
ventaja. El Estado tiene la prerrogativa y la obligación de velar por la integridad psicofísica de los trabajadores.
Sin embargo, advertimos que los Ministerios de Trabajo y de Salud, tanto a
nivel nacional como provincial, no llegan a todos los lugares de trabajo, donde
los trabajadores y trabajadoras sólo cuentan con la representación sindical,
allí donde la hay. Es el sindicato organizado la más efectiva defensa ante los
riesgos de la pandemia y ante las empresas que priorizan su rentabilidad a la
salud de los trabajadores y de la sociedad. La organización sindical, las comisiones internas y los cuerpos de
delegados, actúan hoy como verdaderos controles ante la irresponsabilidad
patronal. Convencidos del lugar histórico que ocupamos, las organizaciones
sindicales representamos a quienes
siguen trabajando todos los días para garantizar la salud, la alimentación, el
transporte y la exportación, entre otros servicios importantes no sólo para
esta emergencia sanitaria sino para la economía en general y para la
prosperidad del país.
Cuando superemos esta
pandemia debemos procurar que no se agudicen las injustas relaciones de
producción ni se profundice la desigualdad en la distribución de la riqueza, plagas heredadas de los gobiernos
oligárquicos anteriores. Por eso hay que actuar con la mayor premura para
cortarle el paso a quienes en medio de la crisis claman a viva voz por una reforma laboral que arrase con los derechos
de los trabajadores y para imponer un sistema de mayor desigualdad. Sus
voceros son los mismos que pretenden instalar la discordia, la desconfianza y
la desobediencia civil frente a las medidas sanitarias, económicas y sociales
con las que el gobierno nos está protegiendo. Pero a pesar de estos
reaccionarios vernáculos, la pandemia está demostrando a nivel planetario el
más rotundo fracaso del modelo neoliberal que ellos enaltecen. El “dios
mercado” no resuelve nada a nadie y hasta sus más fervientes acólitos hoy sólo
atinan a pedir la protección del Estado. Argentina no puede ser viable como
nación si su estructura económica permanece
concentrada en pocas manos, si sus más grandes empresas y bancos siguen siendo
propiedad de multinacionales extranjeras, si las empresas que prestan servicios
públicos son manejadas por capitales e intereses privados y si la
especulación financiera es más rentable que la producción. La capacidad demostrada por el Estado y las organizaciones libres del
pueblo para proteger la salud y la vida de todo el pueblo argentino, debe
proyectarse, tal como lo planteamos en nuestro Programa de 27 puntos, hacia
el control del sistema financiero, los
servicios públicos y el comercio exterior, sectores absolutamente
estratégicos no solo para la recuperación del país afectado por ésta crítica e
inesperada situación, sino para consolidar definitivamente un proyecto de
nación que asegure el bienestar general con justicia e igualdad.
Por lo expuesto, la
Corriente Federal de Trabajadores de la CGT pondera la actuación del gobierno
nacional y solicita una mayor
participación de los trabajadores organizados y de las organizaciones sociales
en los equipos de trabajo que ayudan a las autoridades a definir y aplicar
las medidas de las que sus representados son los principales sujetos a
resguardar. Estimamos muchísimo el protagonismo de los infectólogos, de los
epidemiólogos y de todos los hombres y mujeres de nuestra ciencia, pero estamos convencidos que sólo la Comunidad
Organizada es capaz de sortear la crisis generada por la pandemia y todos los
desafíos que el futuro nos depare como sociedad en el inexorable camino
hacia la liberación nacional y la Justicia Social que inspira nuestro accionar
por el bien de todos los argentinos.
Corriente Federal de
Trabajadores de la CGT 11 de abril de 2020