Aritz Recalde y Luciana Contissa
3 abril 2020
Internet es uno
de los instrumentos de producción y de divulgación cultural más importante de
la historia humana. Quien lo administre tendrá una herramienta política
fundamental del orden geopolítico internacional.
Tal cual lo
denunció en el año 2013 Edward Snowden, las agencias públicas norteamericanas
en acuerdo con las corporaciones privadas que proveen de Internet, reúnen,
ordenan y utilizan la información de las personas y de los gobernantes. Las
nuevas tecnologías son el medio para implementar el sistema de espionaje,
manipulación y de control más efectivo que haya existido.
Internet y la economía
Internet y sus
aplicaciones son un recurso fundamental para el desarrollo productivo de los
países. Desde allí se movilizan las finanzas, se instalan consumos, marcas y
tendencias en la población y se pone en juego la posibilidad de alcanzar la
independencia económica.
La administración
de las nuevas tecnologías conforma un importante negocio. Los proveedores de Internet
en el país se integran en monopolios de telecomunicación y un grupo reducido de
corporaciones administran esta y otras actividades como la televisión por
suscripción y la telefonía. En Argentina los tubos, cables, fibra óptica, routers y centros de datos, son
controlados por las mismas empresas que proveen servicios de
telecomunicaciones. El mercado tiene tres compañías protagonistas: Cablevisión
(Grupo Clarín), Speedy (Telefónica) y Arnet (Telecom). Telecom y Cablevisión se
fusionaron en el último gobierno.
La conexión de Argentina
con Internet depende, casi en su totalidad, de tres cables submarinos que
convergen en la localidad de Las Toninas. El despliegue de la infraestructura
está en manos de un puñado de corporaciones privadas nacionales y
multinacionales.
Internet: orden público y defensa nacional
Internet recibe,
ordena y utiliza información de los individuos y es por eso que se pone en
juego su privacidad, su libertad y su seguridad. Las corporaciones manipulan
los datos registrados en los buscadores como Google o Yahoo, las
geo-referencias de los GPS de los celulares, la información de los chats y las
llamadas telefónicas. Utilizan también la inmensa masa de datos que circulan en
las redes sociales.
Internet ha contribuido a que la
información y los bienes culturales circulen superando limitantes de
distancias, costos y formatos y cumple una función central en la construcción de la
identidad colectiva de la comunidad nacional.
Potencialmente, a
partir de Internet se pueden desprestigiar regímenes políticos, debilitar
gobiernos y movilizar a la opinión pública. De la misma manera que se logra a
partir de los medios tradicionales, pero con un alcance superior y con mucho menor
costo.
La regulación y
el manejo de las nuevas tecnologías conforman un tema central de la defensa
nacional y ningún Estado soberano puede dejar su desenvolvimiento en manos de
la imprevisión. Geopolíticamente hablando, Internet tiene la fuerza de un
ejército de millones de hombres que no se detienen en las fronteras y que
ingresan a combatir en todos los rincones.
Proteger individuos, pueblos y naciones
El
desenvolvimiento de Internet adquiere connotaciones de orden económico,
político y de seguridad nacional. Frente a esta realidad el Estado Nacional
debe favorecer y perfeccionar:
-
El acceso democrático a Internet y a las nuevas
tecnologías[1];
-
La libertad y la privacidad[2] de los individuos que
utilizan el sistema;
-
La lucha contra los delitos informáticos comerciales,
contra los menores, contra el Estado y la seguridad de las personas[3];
-
La circulación de información veraz combatiendo la
falsedad informativa e impidiendo la desestabilización social y priorizando el
orden colectivo;
-
La formación y conservación de una cultura federal y
nacional en el país, garantizando el derecho de cada pueblo a ejercer su
identidad;
-
El desenvolvimiento de la empresa y de la economía
argentina;
-
La estabilidad política y la defensa nacional[4].
La no regulación beneficia a las corporaciones
La idea de
“Gobernanza de Internet” se trató en la Cumbre Mundial de la Sociedad de la
Información organizada por las Naciones Unidas. La gobernanza supone que los
gobiernos, el sector privado y la sociedad civil aplican una serie de
principios o procedimientos generales para la utilización de Internet,
garantizando así su libre desarrollo y evolución. Sin embargo, las reglas de
esa gobernanza fueron establecidas inicialmente por los Estados Unidos cuando
decidieron privatizar y comercializar Internet.
Existen espacios de
discusión —como el Foro Mundial para la Gobernanza de Internet— que promueven
principios rectores para guiar su funcionamiento, pero allí no se toman
decisiones sobre su administración.
El crecimiento
acelerado y la actualización permanente de la tecnología dificultaron el
necesario y estratégico debate acerca de la necesaria regulación de Internet.
Asimismo, en el caso argentino y sudamericano la dependencia con los Estados
Unidos trajo aparejada la asimilación de su ideología. Las corporaciones norteamericanas
difunden el mito de la supuesta horizontalidad y libertad del sistema, que
justifica su actual funcionamiento.
En el siglo XX la
“libertad de prensa” se convirtió en la justificación del dominio informativo
de las firmas extranjeras, que hicieron de la noticia un instrumento político y
comercial. En nombre de la libertad, lo que se hizo fue suprimirla y los
pueblos y los gobiernos quedaron sujetos a las operaciones de las
corporaciones. De manera similar, actualmente se difunde la supuesta naturaleza
libre de Internet, que no puede tener limitantes de fronteras para su
desenvolvimiento. Se ha erigido de esta manera la ficción de que la circulación
de datos es democrática y neutral y que les permite a todos los individuos la
misma posibilidad de expresarse.
Lejos de este
escenario, un grupo de corporaciones norteamericanas ligadas a los gobiernos y
a los factores de poder de cada país ordenan y administran aspectos trocales
del funcionamiento de Internet. No es la democracia en red la forma en que
circula la información, sino que son la lógica comercial y los intereses
políticos los que ordenan el sistema.
Los organismos
internacionales, que delinean los principios que debe guiar la regulación de
Internet no garantizan la trasparencia en su funcionamiento. En realidad, en la
mayoría de los Estados del planeta son las corporaciones y el poder político
norteamericano quienes ordenan los flujos de datos y su utilización.
Los modelos actuales de organización de Internet
Los Gobiernos de
las principales naciones del planeta están impulsando tres grandes estrategias
de funcionamiento:
- Modelo 1.
Auto-regulación y privatismo: lo promueven los Estados Unidos. En nombre de la
no regulación gubernamental y de la libertad se le otorga el poder a las corporaciones
norteamericanas que desarrollaron y que controlan el desenvolvimiento de
Internet y que garantizan el sistema de manipulación y de espionaje.
- Modelo 2.
Regulación pública en el marco del mercado privado abierto: lo proponen los
países europeos en encuentros internacionales. Los Estados buscan integrar un
sistema mixto de propiedad pública y privada con regulaciones que garanticen
los derechos individuales, colectivos y nacionales de los usuarios. Los
escándalos desatados por los espionajes realizados a mandatarios europeos,
oficiaron como un llamado de atención sobre la fragilidad de sus Estados frente
al avance de las nuevas tecnologías.
- Modelo 3.
Control estatal: China impulsa un esquema regulado por el Poder político
Central. El Estado impulsó un importante plan de democratización del acceso a
la red en el país y en 2016 ya había 750 millones de personas conectadas. Desde
el año 2000 el Gobierno aplica el Escudo
Dorado o cortafuegos que orienta el acceso a los datos de los usuarios. En
2010 publicaron el Libro Blanco que
reivindica la soberanía nacional china sobre el funcionamiento de Internet. En
China hay importantes empresas controladas o cogestionadas por el Estado que
proveen buscadores (Baidu), mercados de pago (Alibaba), plataforma de videos
(Alibaba desarrolla YoukuTudou), redes sociales, video juegos y mensajería
instantánea (Telecendesarrolló Wechat, Qzone y Alibaba a Sina Weibo).
Perspectivas
En la Argentina
Internet funciona en base a los principios de los Modelos 1 y 2, aunque el
primer esquema es el predominante ya que las principales plataformas y el
software utilizado es norteamericano. La infraestructura que permite la
conectividad está en manos de empresas privadas.
La ley 27.078/14
declaró «de interés público el desarrollo
de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, las
Telecomunicaciones, y sus recursos asociados, estableciendo y garantizando la
completa neutralidad de las redes». Si bien la norma se propone garantizar
la «neutralidad de la redes», este
principio no se ha logrado. Los proveedores de servicios de conectividad
interfieren en lo que circula en Internet y los bienes culturales extranjeros,
principalmente norteamericanos, tienen total primacía por sobre los nacionales,
sometiendo a la población argentina a potenciales manipulaciones y
desprotección de sus datos personales.
La no regulación
de Internet en niveles como el de infraestructura y contenidos, funciona como
una regulación a favor de las corporaciones. En este marco, creemos que las
organizaciones libres del pueblo y el Estado deben intervenir en la fijación de
normas que garanticen la defensa de los derechos sociales y públicos de los
usuarios de Internet.
Asimismo, nuestro
país tiene que promover acciones y normas de carácter regional. El MERCOSUR y
el conjunto de Estados sudamericanos deberían consensuar criterios para luego
impulsarlos en los foros y encuentros internacionales que debaten la Gobernanza
de Internet, para poder lograr que sus principios rectores contemplen también
la soberanía y defensa nacionales de los países de la región.
[1] Durante el gobierno de Cristina Fernández
de Kirchner el Ministerio de
Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios invirtió importantes
recursos en fibra óptica. Con esta acción se garantizó el acceso a Internet en
muchos lugares donde el sector privado no invierte. Como complemento, el
programa Conectar Igualdad distribuyó computadoras para disminuir la brecha
digital.
[2] La ley 25.326/00 estableció los “Principios generales relativos a la
protección de datos. Derechos de los titulares de datos. Usuarios y
responsables de archivos, registros y bancos de datos. Control. Sanciones.
Acción de protección de los datos personales”.
[3] En Argentina se sancionaron algunas normas
para combatir estos delitos. La ley 26.388/08 regula Delitos Informáticos y la
26.904/13 protege la integridad sexual delos
menores. La ley 27.126/15 le otorga a la Agencia Federal de Inteligencia
facultades para enfrentar los ciberdelitos. En el país existe una Dirección
Nacional de Ciberseguridad y la resolución 829/19 aprobó la Estrategia Nacional
de Ciberseguridad.
[4] En el Ministerio de Defensa existe una
Subsecretaría de Ciberdefensa compuesta por tres áreas: Coordinación de
Infraestructura Tecnológica, Dirección de Protocolos y Asuntos Regulatorios de
la Ciberdefensa y una Dirección de Políticas y Seguridad de la Información.